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Oficina del Secretario de Prensa
8 de agosto de 2008
Declaraciones del Presidente George W. Bush y del Ex Presidente George H.W. Bush en la Inauguración de la Embajada de Estados Unidos en Beijing
Embajada de Estados Unidos en Beijing
Beijing, República Popular China
8:10 A.M. (Local)
EX PRESIDENTE GEORGE H.W. BUSH: Muchísimas gracias. (Aplausos.) Gracias. Gracias. (Aplausos.) Gracias, embajador, señor Presidente, a todos los distinguidos invitados, entre ellos la persona responsable por mi venida en 1974: Henry Kissinger, aquí presente. Encantado de verlo. (Aplausos.) Y por supuesto, muchos amigos -lao peng you- de China. Es un gusto verlos a todos aquí. Gracias por venir.
Permítanme comenzar por señalar que esta semana me siento como que he regresado a casa. Bárbara y yo siempre aprovechamos la oportunidad de regresar a China. De hecho, creo que ésta es mi visita número 19 ó 20 desde que dejé la presidencia, desde que dejé la Casa Blanca. Pero estar aquí en este momento tan especial, un momento tan especial en la historia de China, volver a la embajada donde tuve el orgullo de trabajar y estar aquí con los miembros de la familia Bush que comparten nuestro amor por China y su pueblo es particularmente gratificante, particularmente conmovedor para mí.
En los 34 años desde que vine a China por primera vez, el cambio ha sido algo constante. Pekín es ahora Beijing. Las bicicletas que solían predominar en las calles han dado paso a más autos. Y luego, cuando se llega a este magnífico "Nido de Ave", el estadio nacional, y otras obras arquitectónicas que ahora resaltan en el paisaje local, no cabe duda de que China ha logrado algo realmente especial al prepararse para ser anfitrión de los Juegos. Simple y llanamente es asombroso.
Por supuesto, tengo la misma sensación de admiración parado aquí para contemplar la transformación por la que ha pasado el complejo arquitectónico de nuestra querida embajada. No pude evitar un tono sentimental cuando le dije a Bárbara, mi esposa, que ocuparían mi antigua oficina los talentosos traductores que trabajan en la Oficina de Asuntos Públicos. (Risas.) Pero como siempre, me soltó un, "¿Quieres decir que tienen a alguien en tu oficina que puede hablar el idioma?" (Risas.)
Bárbara y yo estudiábamos una hora al día, los cinco días de la semana, pero para ser franco, uno de los grandes desafíos fueron esas lecciones de chino que ella y yo tomamos juntos. Ella simplemente se rehusó a seguir la sacrosanta "regla de no reírse" cuando yo hablaba. (Risas.) Muy pronto deseé que se cambiara de clase. (Risas.)
Pero a pesar de lo especial que es cualquier visita a China para nosotros, de lo histórico que es estar aquí al inicio de las Olimpiadas de Verano del 2008 y la inauguración de esta nueva embajada, lo que más significado tiene es estar aquí con nuestra familia, la cual incluye a nuestra hija Doro, que fue bautizada aquí, e incluye, de hecho a nuestro Presidente y Primera Dama, incluye a nuestro hijo, Marvin, que está hoy aquí con nosotros, y su esposa, Margaret, y todos los que están aquí. El Presidente y la Primera Dama se han desempeñado con tanto honor, han obrado con valentía y clase en momentos históricamente difíciles para nuestra nación y el mundo. Y estoy sumamente orgulloso de él. (Aplausos.)
Y, entonces, sin más preámbulo, el Presidente de Estados Unidos. (Aplausos.)
PRESIDENTE GEORGE W. BUSH: Gracias, señor. Gracias, señor Presidente. (Risas.) Es un verdadero honor ser presentado por mi papá. Sin duda, éste es un momento histórico: padre e hijo, dos presidentes, inaugurando una embajada. (Aplausos.) Creo que es la primera vez, aunque debo confesar que no he investigado mucho el itinerario de los muchachos Adams. (Risas.)
Mi papá fue un Presidente fabuloso. (Aplausos.) Y le digo a la gente que uno de los motivos es que no sólo sabía lo que estaba haciendo, sino que era un padre fabuloso. (Aplausos.)
Señor embajador, distinguidos invitados, Laura y yo, junto con mis hermanos, nos enorgullecemos de estar aquí con nuestro padre para inaugurar esta nueva embajada.
No cabe duda de que éste es un complejo arquitectónico impresionante. En mi opinión, refleja la importancia de nuestras relaciones con China. Refleja la sólida base que sustenta nuestras relaciones. Es un compromiso para afianzar esa base en los próximos años.
Les agradezco a todos los que diseñaron y construyeron la embajada, y a todos los que trabajan aquí para promover los intereses y los valores de nuestra gran nación. Es un honor para mi padre y para mí que el asesor Dai nos acompañe; y el ministro Xie; embajador Zhou -quien, por cierto, inauguró una nueva embajada china en Washington, D.C., diseñada por I.M. Pei, hace un par de semanas.
Apreciamos la presencia de nuestra amiga Anne Johnson, directora del Programa de Arte en Embajadas. Dr. Kissinger, gracias por venir. (Aplausos.)
Es necesario un grupo musical especial para inaugurar una embajada -del oeste de Texas- de Odessa, Texas, por cierto, los muchachos Gatlin están hoy con nosotros. (Aplausos.) Les agradezco a los Red Poppies... (aplausos)... gracias por su talento. (Aplausos.) Y finalmente, deseo rendirle homenaje a Sandy Randt, que ha hecho una magnífica labor como nuestro embajador ante China. Sandy, gracias y... (aplausos.)
Nos enorgullece estar aquí con nuestros conciudadanos que trabajan en la embajada, y les damos las gracias a los ciudadanos chinos que también hacen que nuestra embajada pueda funcionar.
Es un honor para mí representar a Estados Unidos en las Ceremonias de Apertura de los Juegos Olímpicos aquí en Beijing. Y estoy deseoso de vitorear a nuestros atletas. (Aplausos.) Señor embajador, no voy a hacer predicciones sobre el total de medallas... (risas)... pero le puedo decir que los atletas de Estados Unidos están listos para venir a competir, en un espíritu de amistad.
¿Saben? Durante mi última visita aquí tuve la oportunidad de inaugurar la pista de ciclismo de montaña. Estaba tan orgulloso de mis esfuerzos, que le dije a Laura que estaba pensando participar en la competencia. (Risas.) Ella me recordó que no otorgan medallas al último puesto. (Risas.)
Esta noche la antorcha olímpica alumbrará la sede de una civilización antigua con una historia grandiosa. Hace miles de años, el pueblo chino desarrolló un idioma común y unificó a una gran nación. China se convirtió en el centro del arte y la literatura, el comercio y la filosofía. China amplió las fronteras del conocimiento en medicina, astronomía, navegación, ingeniería y muchos otros campos. E incluso se dice que los chinos inventaron el paracaídas... algo por lo cual el Presidente número 41 está muy agradecido. (Risas y aplausos.)
Compartimos una larga historia. La primera embarcación estadounidense llegó a China poco después del año en que obtuvimos nuestra independencia. En la Segunda Guerra Mundial, estadounidenses y chinos lucharon hombro a hombro para liberar a este territorio del Japón Imperial. Todos recordamos muy claramente, Dr. K, cuando el Presidente Nixon vino a Beijing a iniciar una nueva era de diálogo entre nuestras naciones. Quizá usted lo recuerde mejor. (Risas.)
Hoy en día, Estados Unidos y China han forjado una relación sólida, basada en intereses comunes. China ha abierto su economía y comenzado a dar rienda suelta al espíritu empresarial de su pueblo. Estados Unidos continuará apoyando a China hacia una economía libre.
También estamos cooperando para combatir las enfermedades pandémicas y responder a las catástrofes naturales. Y por medio de las conversaciones de seis partes, nos esforzamos por asegurar que la Península de Corea est libre de armas nucleares.
La relación entre nuestras naciones es constructiva y cooperativa y franca. Continuaremos siendo francos sobre nuestras mutuas responsabilidades mundiales. Debemos cooperar para proteger el medio ambiente y ayudar a la gente de los países en desarrollo; continuaremos siendo francos sobre nuestra convicción de que todas las personas deben tener la libertad de decir lo que piensan y practicar la religión que deseen. Creemos firmemente que las sociedades que permiten la libre expresión de ideas tienden a ser las más prósperas y las más pacíficas.
La franqueza es lo más eficaz... es más eficaz cuando las naciones han
forjado una relación de respeto y confianza. He trabajado arduamente para
fortalecer ese respeto y confianza. Les agradezco a los líderes de China
que se han esmerado mucho por fortalecer ese respeto y confianza. Y les
agradezco a todos los que aquí en la embajada están haciendo lo mismo. La
gente que trabaja aquí se sacrifica para ponerse al servicio de nuestro
país. Prestar servicios a Estados Unidos es noble. Y espero que les haya
parecido gratificante.
Es un honor para mí estar con ustedes. Agradezco el honor de inaugurar esta nueva embajada. Y estoy deseoso de ir a las Olimpiadas. (Risas.) Que Dios los bendiga. (Aplausos.)
END 8:25 A.M. (Local)