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Oficina del Secretario de Prensa
18 de diciembre de 2008

Declaraciones del Presidente ante el American Enterprise Institute
Renaissance Mayflower Hotel
Washington, D.C.

10:44 A.M. EST

SEÑOR DeMUTH: Señor Presidente, ¿qué tiene en mente esta mañana? 

EL PRESIDENTE: En primer lugar, agradecerle por ser el líder que ha sido y agradecerle al Instituto Estadounidense de la Empresa (American Enterprise Institute o AEI) por generar buenas ideas. La gente en la arena política necesita contar con el apoyo de la filosofía… y eso es lo que ustedes aportan, por lo que les agradezco por todo su arduo trabajo.

President George W. Bush participates in a question-and-answer session with Chris DeMuth, President of the American Enterprise Institute, Thursday, Dec. 18, 2008, at the Renaissance Mayflower Hotel in Washington, D.C. White House photo by Chris GreenbergSe me ocurrió compartir unas ideas sobre la presidencia, podría llamarlas "reflexiones de alguien que está por irse de la ciudad”. (Risas.) Y luego, me complacerá contestar preguntas… y política exterior, si lo desea.

En primer lugar, he descubierto que… y por cierto, todo Presidente tiene su propia manera de llevar las cosas allá en la Casa Blanca. La mía es simplemente la mía. He descubierto que para tomar buenas decisiones y tener una Casa Blanca que funcione bien, el Presidente debe expresar una serie de principios que no abandonará. En otras palabras, un conjunto de principios que son inviolables, como la universalidad de la libertad. Ésa ha sido la base de mi política exterior. Una piedra angular de mi política exterior es mi firme convicción de que la libertad es universal. Y la libertad se aplica a metodistas y musulmanes, hombres y mujeres.

Acabo de venir de una [sesión] del Consejo de Mujeres Afganas que Laura presidió. Pienso que las afganas tienen el derecho de ser libres, al igual que las mujeres en Estados Unidos tienen el derecho de ser libres.

Creo en la sabiduría colectiva del pueblo estadounidense. En otras palabras, creo que deberíamos confiar en que las personas tomen decisiones a favor de sus familias. Y siempre existe tensión entre el gobierno… ¿Quién puede gastar mejor el dinero, el gobierno o las personas? Y ésa ha sido la base de mi política de recortes tributarios.

Los recortes tributarios, por supuesto, han sido, ustedes saben, eclipsados… los beneficios de los recortes tributarios han sido eclipsados por la reciente crisis económica, no hay duda. Pero cuando finalmente se analice si los recortes tributarios fueron eficaces o no, es difícil argumentar en contra de 52 meses continuos de crecimiento laboral como resultado de la política tributaria. Y, entonces, mi esperanza es… es que después de que pase esta crisis –y pasará– se continúe escribiendo y defendiendo una política pública de impuestos bajos.

Mi política de atención de salud también se implementó con el objetivo de darles a las personas el poder de tomar decisiones por sí mismas y un intento por crear un mercado para pólizas individuales cambiando el código tributario o las cuentas de ahorro para la salud.

Creo firmemente en los mercados. Quizá no lo parezca debido a algunas decisiones políticas que he tomado recientemente, las cual tendré el gusto de tratar con ustedes… (risas.) Pero creo firmemente en el principio de que los mercados realmente representan a una sociedad libre. Es decir, al fin y al cabo, la gente produce bienes y servicios en base a la demanda de los individuos.

Recuerdo cuando fui a China cuando mi papá era el enviado allá, y todos tenían la misma ropa –parecía que no había demanda– y luego al regresar para las Olimpiadas, vi una sociedad en la que el mercado está comenzando a funcionar. Es una sociedad enormemente distinta. Y resulta que pienso que es una sociedad que… que una sociedad basada en el mercado no sólo es más libre, sino que también genera más esperanza.

He descubierto que un Presidente debe acometer los problemas difíciles. A veces, la tentación en la política es simplemente ponerlos de lado diciendo, son demasiado difíciles, o sea que dejemos que otro se encargue. Uno de esos problemas fue la reforma de la inmigración. Y en este caso, opté por arrojar luz directamente sobre el problema dándole la dirección de la Oficina Oval. Obviamente, no logramos una reforma integral de la inmigración. De todos modos, me complace haber tratado.

Un aspecto de la presidencia es estar dispuesto a decir, a pesar de lo difícil que parezca el problema, si requiere solución, búsquenla. Y lo hicimos. Y pienso que habrá un mapa para el camino a seguir. Debemos cambiar el sistema. No está funcionando debidamente. Obviamente, es necesario que se resguarde más la frontera –y lo estamos haciendo– pero la gente debe ser tratada con dignidad, y es necesario que haya una salida para quienes son ciudadanos que cumplen con la ley. Y debe haber un programa de trabajadores temporales, por ejemplo, para que no se castigue a nuestros empleadores que dependen de la gente que está realizando trabajos que los estadounidenses no estaban haciendo.

De todos modos, la labor del Presidente es hacerle frente a estos problemas. Y finalmente, la labor del Presidente es mirar más allá del horizonte. Y eso es… a veces eso lo pone a uno en conflicto con el poder legislativo. El poder legislativo tiende a tener un horizonte de más corto plazo que el poder ejecutivo. Y entonces, Chris mencionó el Seguro Social. Es un ejemplo de un Presidente que mira más allá de lo inmediato y reconoce que este sistema va a quebrar a no ser que lo cambiemos.

Y me esforcé por presentar soluciones. En vez de simplemente arrojar luz sobre el problema, en efecto aproveché mi Discurso sobre el Estado de la Nación un par de veces para hablar sobre formas en que podemos cambiar la estructura de beneficios, en base a los ingresos, como camino a seguir.

Y también hablé de algo que fue bastante controvertido, las cuentas de ahorros personales. Y, por supuesto, cada vez que uno pasa de un plan de beneficios definidos a un plan de contribuciones definidas, y uno es quien define los beneficios, es probable que no quiera perder esa facultad. Sin embargo, allí, también hay un asunto que no tuvo éxito, pero de todas maneras… utilicé la presidencia, el poder ejecutivo, el concepto de la presidencia para proponer un camino a seguir. Y les agradezco por darme la oportunidad de venir y compartir lo que pienso.

Un comentario final sobre la presidencia es que la presidencia, la institución de la presidencia, es más importante que la persona. Y lo que realmente determina la grandeza de un país… los presidentes van y vienen con sus virtudes y sus defectos, pero la nave del Estado sigue navegando porque la institución es más importante que la persona.

Y entonces, la función del Presidente es no sólo tomar decisiones… Cuando uno hace campaña para ser elegido al cargo, uno explica lo que se propone hacer… pero muchas veces las decisiones que se dan no son las que uno espera. Uno espera lo mejor y planea para lo peor en la presidencia. Pero también se trata de darle estabilidad a la institución misma.

Y ésas son algunas reflexiones que quería compartir con ustedes. Con gusto responderé algunas preguntas.

SEÑOR DeMUTH: Tengo varias para usted. Y me gustaría empezar con algunas preguntas sobre la institución de la presidencia, con una pregunta genuinamente difícil sobre el Presidente como funcionario constitucional. Cuando usted era candidato en el 2000, dijo que pensaba vetar legislación que le pareciera inconstitucional. En su mandato, usted ha hecho lo que todos sus predecesores… sus recientes predecesores han hecho, que es promulgar la ley y dejar las cuestiones de constitucionalidad en manos de las cortes.

Al menos para mí, era muy claro que usted tenía verdaderas reservas sobre la constitucionalidad de McCain-Feingold. Pero usted la promulgó, su Departamento de Justicia presentó argumentos a favor, y no en contra, en la Corte Suprema, y ganó. Y me pregunto si, en retrospectiva, ¿qué piensa de la antigua práctica de que el Presidente se ciña a su propia postura respecto a la Constitución, en lugar de que la Corte Suprema sea la única que decida?

EL PRESIDENTE: Bueno, ha habido un gran debate sobre facultades bélicas inherentes en la Constitución. Y tomé decisiones durante esta guerra en base a lo que yo pensaba que estaba dentro de mis facultades constitucionales. Y entonces, allí tiene un ejemplo de… no con relación a una ley, pero es un ejemplo de que yo no, usted sabe, le pedí a las cortes que definieran mis facultades. Y ése… éste ha sido un debate muy largo, un debate constitucional sobre cuáles son las facultades bélicas del Presidente.

Y como usted sabe, he sido muy enérgico en perseguir al enemigo dentro de los límites de la Constitución. Y la Corte está emitiendo dictamen sobre algunas de las decisiones que he tomado. Entonces, respecto a leyes trato de evitarlo, pero no cuando se trata de tomar una posición constitucional respecto al cargo de la presidencia.

SEÑOR DeMUTH: Respecto a leyes y trato con el Congreso, dígame, ¿qué es más difícil para un Presidente republicano? ¿Un Congreso demócrata o un Congreso republicano? (Risas.)

EL PRESIDENTE: A veces son igualmente difíciles. (Risas.) Un Congreso republicano fue más fácil en algunos aspectos, porque pudimos trabajar con los líderes sobre el momento de la votación, por ejemplo, o candidatos judiciales. En otros aspectos, era más difícil, porque cuando uno trabaja con el Congreso, a veces existía la posibilidad de dejar de lado los principios republicanos, y eso dejaba al Presidente en una posición incómoda.

Por ejemplo, el presupuesto. Sin el veto por rubro, el Presidente está en una posición incómoda en lo que respecta al presupuesto. Entonces nos sentamos con los líderes y les dijimos: éste es el total. Nos pusimos de acuerdo en el total. Eso fue lo que los presupuestos hicieron en el total… con el total. Sin embargo, en años recientes, los pedazos del pastel eran en realidad asignaciones para proyectos particulares (earmarks). Y entonces, sin el veto por rubro, era muy difícil para mí imponer disciplina en el presupuesto. La gente podía decir… decía, bueno, use su veto para todo el presupuesto. Y mi respuesta es que, nosotros, de buena fe, negociábamos por todo el pastel. Y algunos principios republicanos se trasgredían en lo relacionado con earmarks, por ejemplo.

Es más fácil vetar proyectos de ley cuando se está yendo en contra de… cuando los demócratas están en el poder, porque, después de todo, son los republicanos los que redactaron los proyectos de ley que llegan. Y entonces, ambos son difíciles y ambos necesarios y ambos han sido interesantes. (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: Los presidentes tienen que hacer varias concesiones para conseguir la ley que realmente quieren. Usted hizo varias concesiones para ganar su primera victoria legislativa: la Ley para que Ningún Niño Se Quede Atrás (No Child Left Behind o NCLB). ¿Hizo concesiones para conseguir esa ley, al legislar o ejecutarla, de las que ahora se arrepiente?

EL PRESIDENTE: Estoy satisfecho con el progreso de NCLB. La filosofía detrás de NCLB es que, a cambio de los fondos, se tiene que evaluar. Eso, por supuesto, generó varios problemas. Algunos republicanos y conservadores dijeron que la función del gobierno federal no es exigir ni insistir en que se rinda cuentas. Después de todo, no hay mucho que el gobierno federal pueda hacer en este campo. Y gente del otro lado dijo que no quería ser evaluada.

Creo que pedir cuentas es un principio conservador y republicano. Y si alguien va a gastar dinero, tiene mucho sentido preguntar: ¿está obteniendo resultados?

En segundo lugar, como usted sabe, mi campaña propuso un conservadurismo compasivo. Pedir que se rindan cuentas es conservador. Es compasivo insistir en que los niños de los barrios pobres urbanos puedan leer a nivel de cuarto grado. Y sin embargo, muchas veces el sistema estaba tan centrado en el proceso, que los distritos escolares decían: ¿cuántos años tienes? Y si tienes 10, se supone que debes estar aquí; y si tienes 11, aquí; 12, aquí… sin preguntar si el niño podía leer o escribir o sumar o restar. Así que el principio inherente en NCLB, su filosofía, se mantuvo casi intacta en el proyecto de ley… y está funcionando.

El proyecto de ley de Medicare… un proyecto de ley muy controvertido… fue redactado por los republicanos, y hubo ciertas concesiones inherentes en el proyecto de ley. Sin embargo, los dos principios generales se mantuvieron intactos: primero, si vamos a hacer una promesa de reformar el programa, que sea eficaz. Como, por ejemplo, pagábamos miles de dólares por cirugías, pero ni un centavo por los medicamentos que, para comenzar, habrían podido evitado la cirugía. E incluimos principios del mercado en el proyecto de ley. Probablemente se acuerde del debate en que… usted sabe, hubo un gran debate sobre cuánto iba a costar. Y la Oficina de Presupuesto del Congreso (Congressional Budget Office o CBO) calculó una cifra, y creo que ahora es 40 por ciento menos de lo anticipado, gracias a los principios del mercado. Sin embargo, el proyecto de ley no tenía la solidez que me habría gustado ver respecto a los principios del mercado.
                   
Y entonces, sí, obviamente uno siempre hace concesiones con el Congreso. La clave es hacer concesiones sin dejar de lado los principios. Se puede hacer concesiones en algunos puntos, pero uno no debe ‘venderse’ respecto al principio inherente en el proyecto de ley.

SEÑOR DeMUTH: Le sorprenderá saber que tengo varias preguntas sobre el rescate de las compañías automotrices. (Risas.) El rescate de Detroit… ¿no es un ejemplo de grupos de intereses [especiales] que piensan que pueden sacarle más al ejecutivo que al Congreso?

EL PRESIDENTE: Ésa es una manera interesante de verlo. En primer lugar, déjeme dar un paso atrás… Todavía no he tomado una decisión. Así que usted está suponiendo que algo va a pasar. (Risas.) Son tiempos difíciles para una persona que cree en el libre mercado. En circunstancias normales, las compañías que fracasaron… Se debe permitir que fracasen las compañías que están fallando.

He llegado a la conclusión de que éstas no son circunstancias normales, por muchas razones. Nuestro sistema financiero está interconectado nacional e internacionalmente. Y hemos llegado a un punto en que si una institución falla, muy probablemente habría consecuencias en todo el mundo, y la persona promedio se vería muy perjudicada.

Y lo que hace que este asunto sea difícil de explicar es… a la persona promedio es, por qué debo usar su dinero debido a los excesos de Wall Street. Y comprendo la frustración. Comprendo perfectamente por qué la gente está nerviosa al respecto. Yo estaba en el Salón Roosevelt y el presidente Bernanke y el secretario Paulson, después de varios fines de semana que llamaban y decían, debemos hacer esto por AIG o esto por Fannie y Freddie, vinieron personalmente y dijeron que los mercados financieros estaban totalmente paralizados, y si no hacíamos algo al respecto, era concebible que experimentáramos una depresión peor que la Gran Depresión.

Así que lo analicé y pensé que no quería ser el Presidente durante una depresión peor que la Gran Depresión o el inicio de una depresión peor que la Gran Depresión. Así que tomamos medidas y tomamos medidas decididamente. Las compañías automotrices, obviamente, están en una posición muy frágil, y he sentado un par de principios. En primer lugar, me preocupa una bancarrota desordenada y sus efectos en la psicología y los mercados. Están empezando a reactivarse, pero todavía hay mucha incertidumbre.

También me preocupa poner buen dinero en malas… es decir, si estas compañías automotrices van o no van a ser viables en el futuro. Y francamente, hay otra consideración, que es, que me siento obligado con mi sucesor. Me puse a pensar en cómo sería empezar mi mandato como Presidente durante este periodo. Y tengo un… creo que no es buena política dejarle una catástrofe mayor para su primer día en el cargo. Así que ésas son algunas de las consideraciones que tenemos en cuenta.

¿Cuál fue la pregunta sobre compañías automotrices? (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: El Presidente electo dijo…

EL PRESIDENTE: Ah, usted dijo el Congreso y el poder ejecutivo.

SEÑOR DeMUTH: Sí, sí.

EL PRESIDENTE: Bueno, simplemente recuerde que una mayoría del Congreso votó por el plan y que pensábamos que era un buen plan. No obtuvo los votos necesarios en el Senado para seguir adelante, pero hubo un voto mayoritario, si suma la Cámara de Representantes y el Senado. Así que el Senado, de cierta manera, expresó su voluntad para seguir con algún… con un plan o estrategia para la viabilidad.

SEÑOR DeMUTH: Pero seguramente, usted se preguntó si los dos poderes políticos harían mejor papel en la reestructuración de una bancarrota que un tribunal de bancarrotas. Es decir, tenemos una ley.

EL PRESIDENTE: Definitivamente.

SEÑOR DeMUTH: ¿Usted cree que cuando todos dejen de…?

EL PRESIDENTE: Pienso que en circunstancias normales, no cabe duda de que el tribunal de bancarrotas es la mejor manera de realizar la reestructuración del crédito y la deuda, no cabe duda. Éstas no son circunstancias normales, ése es el problema. Este asunto es muy difícil para los políticos porque nunca se sabrá lo terrible que pudo haber sido. Y entonces, respecto a las decisiones que uno toma, es fácil que la gente diga: ¿Por qué hizo eso? ¿Por qué despilfarra nuestro dinero en esto? O, ¿por qué está haciendo eso? Porque sin una catástrofe, el razonamiento no… realmente no llega a las bases.

Lo que la gente ve es que “están usando mi dinero porque Wall Street cometió excesos”. Y yo les explico que nunca quise hacer esto. Es lo último que habría querido hacer. Sin embargo, me vi obligado a hacerlo porque, de lo contrario, habría afectado la vida de la gente. Perdimos 533,000 empleos el mes pasado. ¿Cuál sería el efecto sobre la economía de otro millón de empleos perdidos? ¿Cuál sería el efecto en la psicología de los mercados? ¿Cuál sería el efecto… cómo afectaría a la gente trabajadora? Y entonces, como puede ver, en este gobierno nadie se amilana. Y de ser necesario, mostraremos otra vez que no nos amilanamos.

SEÑOR DeMUTH: Tal vez no sea lo correcto traer a colación la retórica de campaña durante la transición, pero recuerdo que, durante la campaña, el Presidente electo Obama dijo que la crisis era culpa de la desregulación en el gobierno Bush. ¿Cuál es su opinión acerca de esa evaluación de las causas?
 
EL PRESIDENTE: Estoy deseoso de que se escriba la verdadera historia de esta crisis financiera. No cabe duda de que parte de la crisis tuvo su origen en los excesos de los préstamos en el mercado inmobiliario. Desde el principio, mi gobierno expresó preocupación por las garantías gubernamentales implícitas y el sector hipotecario en Fannie y Freddie, y preocupación por los excesos en los préstamos, y nos preocupaba que Freddie y Fannie tuvieran demasiada capacidad de préstamo, dada esta garantía implícita. Así que pedimos una entidad normativa.
 
Pero todo esto se dilucidará cuando finalmente analicen lo que salió bien y lo que salió mal. Cuando se es Presidente, uno puede pensar en lo que salió bien y lo que salió mal, uno puede analizarlo… pero cuando el secretario del Tesoro llama diciendo: “tenemos que hacer algo con AIG, de lo contrario puede haber un colapso internacional”… uno se concentra en eso. Y mi mente estaba… Resulta que ésta no es una presidencia en que uno se aleja cabalgando hacia el sol del atardecer... (risas)… ustedes saben, de ésas en las que uno va despidiéndose con la mano.

SR. DeMUTH: ¿Tiene usted…? Respecto a Fannie y Freddie, ¿tiene algún consejo para el nuevo Presidente? ¿Deben ser abolidos? (Risas.)

EL PRESIDENTE: No, mi consejo para todos los funcionarios electos es que, después de que pase esta crisis, que recuerden que la grandeza de este país es producto de los mercados y la libre empresa, y que estas medidas fueron medidas temporales. No son una excusa para que el gobierno dirija compañías automotrices, si decido que así debe ser, o que el gobierno continúe siendo parte en las hipotecas. Entonces, hay una función apropiada para el gobierno, que es control. Y la función del gobierno, en realidad, es crear un contexto en el que las personas que corren riesgos se sientan cómodas asumiendo riesgos, y donde el capital se mueva lo más libremente posible.

Por eso creo fervientemente en el libre comercio, por ejemplo. El comercio abre mercados; el comercio da –y añadiría el comercio justo– el comercio le da a la gente una oportunidad para arriesgar y poner a la venta sus productos en contextos diferentes al contexto nacional.

El peligro es, por supuesto, que la gente que cree que el gobierno puede manejar la economía mejor que el sector privado vaya a usar esta decisión como una excusa para hacer que el gobierno siga participando. Y por eso, seguirá siendo importante que, mucho después de mi presidencia, el AEI hable de los méritos de los mercados y de los méritos de la libre empresa.

Fui el anfitrión de un congreso internacional, y uno de los resultados interesantes del congreso internacional fue que la gente decía que debíamos defender los mercados y defender el comercio. Uno de mis grandes temores es… un par de cosas, la primera, que Estados Unidos se vuelva aislacionista. Ha ocurrido en el pasado y es como… como hartarse de ayudar a liberar gente, de ayudar a que progrese la gente, de ayudar a la gente con VIH/SIDA en el continente africano… ustedes saben, “estamos cansados de hacer eso, ¿no lo pueden hacer otros?” Eso podría llevar al aislacionismo. Me preocupa mucho. El mundo necesita la participación de Estados Unidos. Somos una nación compasiva, decente y fuerte.

Me preocupa el proteccionismo. El proteccionismo tiende a ser el gemelo del aislacionismo. Y me preocupa el proteccionismo porque si uno estudia la historia de la economía, el proteccionismo fue lo que hizo que la Gran Depresión fuera una depresión peor: el arancel Smoot-Hawley. Si uno está interesado en el desarrollo y en ayudar a que los países pobres sean menos pobres, entonces uno debe ser un defensor del comercio. Una cosa es dar subvenciones, pero la cantidad de riqueza generada por el comercio es abrumadoramente mayor que el dinero que el mundo ofrece en la forma de subvenciones.

Entonces… de cualquier modo… Prosiga.

SEÑOR DeMUTH: Prosigo. Tengo una pregunta o dos sobre el poder ejecutivo desde adentro.

EL PRESIDENTE: Bueno.

SEÑOR DeMUTH: Los presidentes también han batallado con el cuarto poder del gobierno, que es… la burocracia, el gobierno permanente.

EL PRESIDENTE: Ah, pensé que iba a decir la prensa. (Risas.) Quiero que sepa que hay una relación simbiótica con la prensa.

SEÑOR DeMUTH: Así es, es la burocracia y la prensa. La burocracia puede maniobrar hábilmente en contra de la Casa Blanca. Y las agencias de política nacional y extranjera se han… como probablemente ha notado, se han opuesto a su política y, en ocasiones, la han perjudicado. Y me pregunto si tiene un consejo para los futuros presidentes sobre cómo lidiar con este problema tan difícil.

EL PRESIDENTE: Hay que asegurarse de que la información llegue a la Oficina Oval a tiempo para que uno se dé cuenta si los burócratas están demorando las acciones y se pueda hacer algo al respecto. No es inevitable… La mejor maniobra burocrática, si la gente está en desacuerdo con la política, es simplemente demorarla y esperar que el Presidente no esté prestando atención.

Y por lo tanto, la estructura de la oficina va a ser importante, y he intentado mantener un organigrama relativamente plano para que los funcionarios clave puedan venir a mi oficina regularmente. Y lo hice por dos razones: me gusta escuchar diferentes puntos de vista y quiero que la gente se sienta cómoda para venir y decirme “esto es lo que pienso o se está produciendo esta demora. ¿Sabe que usted dijo que se haga esto y nada se hizo, señor Presidente?”

Y lo otro es que… gran parte del trabajo es crear una sensación de trabajo en equipo, una sensación de equipo. Mire, esta gente en la Casa Blanca trabaja muchas horas. Y si no ven al Presidente, esto les crea ansiedad. Así que las personas entran y me dicen lo que tienen en mente, se van a casa y dicen, usted sabe, se lo dije… usted sabe… vi al Presidente (Risas.) No dicen si escuché o no. (Risas.)

Y una de las maneras de lidiar con la burocracia es estar bien informado. Y la mejor manera de estar bien informado es asegurarse de tener una organización que permite que la información llegue a la Oficina Oval a tiempo. Y entonces, se necesita un jefe de gabinete… al menos es la manera en que creo que se debe hacer; no voy a decirle a nadie lo que tiene que hacer. Ustedes los académicos pueden estudiar si es lo correcto o no, cómo ha funcionado en relación con los otros presidentes.

Pero mis jefes de gabinete, Andy Card y Josh Bolten, son… han sido… son gente poco común porque no han dicho: todos deben pasar primero por mí antes de ver al Presidente. Es decir, no son vice primeros ministros. Su función es facilitar las cosas, comprender que este sistema me acomoda mejor y, por lo tanto, no tienen celos del tiempo que le dedico a alguien que no tiene, necesariamente, su bendición en la Casa Blanca, en la Oficina Oval. Así que, ha funcionado bastante bien.

SEÑOR DeMUTH: Fascinante. Permítame preguntarle acerca de algo que mencionó. A Ronald Reagan le preguntaron si era cierto que su secretario de Estado y el secretario de Defensa discutían abiertamente frente a él. Y él contestó: “Todo el tiempo”. ¿Usted ha alentado la controversia para que la gente haga las preguntas difíciles en la Oficina Oval?

EL PRESIDENTE: Ah, definitivamente. Definitivamente. Crear tensión ayuda a tomar buenas decisiones, siempre que no se vuelva destructiva. Y veo a Leon allá. Hemos tenido algunos debates muy serios en la Casa Blanca sobre las células madre. Y eran abiertos… eran… Todas las opiniones eran bienvenidas. Y había una variedad de opiniones.

Algunos asuntos son fáciles de resolver, como cuando el asesor de seguridad nacional y el asesor de política nacional vienen y dicen, “hemos discutido el asunto internamente, señor Presidente, y todos estamos de acuerdo”. Pero en asuntos bélicos, por ejemplo, hay diferencia de opiniones… sobre el aumento de tropas, por ejemplo. Había muchas opiniones diferentes sobre el aumento de tropas. Y así debe ser. La gente dice, “bueno, ¿usted escucha la opinión de otras personas fuera de… unos pocos?” Por supuesto que sí. Y disfruto escuchando los debates entre la gente con quien trabajo. También me gusta la idea de que la gente pueda entrar en la Oficina Oval y decir, “¿ha pensado en esto?” O “el debate se está inclinando por acá, me gustaría que considerara esto”.

Y a veces eso puede ser motivo de conflicto, obviamente, pero el Presidente debe tener… debe estar al tanto de las cosas lo suficiente y tener el suficiente criterio para saber cómo manejar a los asesores.

SEÑOR DeMUTH: Usted mencionó la investigación con células madre.

EL PRESIDENTE: Sí.

SEÑOR DeMUTH: Hay quienes han olvidado que antes del 11 de septiembre, ése fue uno de los asuntos más importantes durante los primeros meses de su mandato.

EL PRESIDENTE: Así es.

SEÑOR DeMUTH: Fue el tema de su primer discurso televisado a la nación.

EL PRESIDENTE: Así es.

SEÑOR DeMUTH: Y me pregunto si, en retrospectiva, usted cree… ¿cuál cree que es su legado más importante en el campo de la bioética? ¿Y cuál cree que fueron sus logros más importantes? ¿Hay algo más que habría querido hacer?

EL PRESIDENTE: Bueno, le dije al pueblo estadounidense que creo en la cultura de la vida. Y creo que una sociedad saludable protege a los más vulnerables entre nosotros. Y claramente, los más vulnerables entre nosotros son los que todavía no han nacido. Obviamente, el aborto es un tema muy controvertido y genera muchas emociones.

Trato de disminuir las emociones diciendo, miren, hay gente buena que no está de acuerdo con nosotros en este tema, y lo comprendo. Pero a lo largo de mi presidencia, he intentado ayudar a que avance la cultura de la vida. Y hay una tensión real, clásica, entre la ciencia y la cultura de la vida. Y es… Leon Kass me indicó que ha habido tensiones por mucho tiempo, a lo largo de este proceso, y continuarán.

Y la cuestión fundamental con las células madres es, ¿destruimos vidas para salvar vidas? Y es un tema difícil para mucha gente. Y yo asumí la postura de que hay otras oportunidades disponibles para salvar vidas que no causan la destrucción de vidas. Y en segundo lugar, me preocupaba usar dinero de los contribuyentes en algo que llevaría a la destrucción de vidas. Hay mucha gente en nuestro país que no quiere que su dinero se gaste para ese fin.

Desarrollé una política que, en mi opinión, sonaba razonable. Y fue decir que ya se habían desarrollado líneas de células madre… se habían desarrollado, previamente a esa decisión, líneas de células madre embrionarias, por lo tanto, debíamos continuar la investigación con ellas, pero que, en adelante, no se destruirían vidas con dinero federal. Desde entonces, se vienen usando células de piel adulta para desarrollar un equivalente a células madre embrionarias. Así que la ciencia ha avanzado y, al mismo tiempo, hemos podido reivindicar la cultura de la vida. Es un tema que genera muchas emociones. Y eso es lo que sucede cuando uno se enfrenta a temas controvertidos.

Y creo que el Presidente debe tener un sistema medular de convicciones y mantenerse firme con respecto a esas convicciones.

SEÑOR DeMUTH: Gracias. Estados Unidos es uno de… es la única sociedad avanzada que no tiene control general de precios para fármacos. Tenemos los medicamentos con los precios más altos, y tenemos la más alta tasa de innovación en nuevos medicamentos que salvan vidas. Claramente vamos hacia mayor control de los precios en el nivel administrativo y en el Congreso. Las farmacéuticas están recortando sus inversiones en investigación y desarrollo. ¿Piensa que esta tendencia es inevitable? ¿Cree que sus reformas de la Parte D de Medicare empeorarán ese problema, o al introducir mecanismos de mercado, contribuirán a la solución?

EL PRESIDENTE: Todo el debate médico está encaminado a si el gobierno debe o no fijar el precio de los medicamentos. Considero que deberíamos oponer resistencia a eso y hacer que el mercado prospere. Y no tenemos un mercado de atención médica que realmente funcione en este momento. Hablaré sobre los medicamentos en un minuto pero –genéricamente, para usar un término de medicamentos– (risas)… El problema es… es que la póliza de muchas personas es pagada por otros, y hay… por lo tanto no existe un mercado. La gente no dice, bueno, ¿cuánto costará esto? O ¿de qué calidad es la atención médica con esta persona o en este hospital?

Entonces, el consumidor… no hay consumismo. No se exige un precio mejor. Y, entonces, parte de la política que describí anteriormente era para… como crear cuentas de ahorro para la salud o cambiar el código tributario, todo dirigido a poner al paciente en el mercado, hacer que esa persona exija mejor calidad a un precio mejor.

En términos de fármacos, me preocupa que el gobierno determine el precio de los medicamentos al punto que los fabricantes de medicamentos no tengan suficiente capital para seguir reinvirtiendo en nuevos descubrimientos. Uno de los grandes aspectos de nuestra medicina es que somos los mejores del mundo. Y toda la política debe estar dirigida a hacer que sigamos siendo los mejores del mundo. Hay una política en vigor que permite que las farmacéuticas amorticen su costo de investigación y desarrollo, y luego los genéricos pasan a estar disponibles. Y me parece que podemos hacer una mejor labor de ayudar a informar a la gente sobre los medicamentos genéricos.

Y una porción de la Parte D de Medicare hace precisamente eso. Les muestra a las personas mayores qué opciones están disponibles, y ellos pueden escoger entre una variedad de planes. Tengo presentes los debates sobre Medicare… La gente decía, bueno… Un elemento inherente en el debate era una sensación de que, bueno, quizá las personas mayores no sepan escoger. ¿Saben? Están acostumbradas al plan del gobierno y, por lo tanto, ¿no es demasiada imposición proporcionarle a la gente todo tipo de opciones diferentes? Y recuerdo que cuando estábamos promoviendo la reforma de Medicare, fui a centros para ancianos y había personas mayores que estaban considerando 10 planes diferentes. Y la gente competía por hacer negocios con ellos. Y estos planes iban y buscaban genéricos para ponerlos a disposición.

Y, entonces, yo…el mercado realiza una labor mucho mejor de asignar recursos que si el gobierno trata de asignar recursos. Y en segundo lugar, el pueblo estadounidense debe saber, si alguien necesita ayuda económica, si alguien es pobre e indigente, recibirá ayuda en nuestro sistema. Y hay mucha ayuda para la gente indigente.

SEÑOR DeMUTH: Un asunto relacionado es la sociedad de propietarios, un tema importante para usted. ¿Sobrevivirá la crisis financiera? ¿Volveremos a encontrar nuestro rumbo? ¿Los planes que usted presentó a favor de la expansión de la propiedad van a… volverán después de…?

EL PRESIDENTE: Ah, definitivamente. Definitivamente. Es decir, el peligro, ustedes saben, por supuesto, es que la participación del gobierno continúe al punto que los mercados realmente no se desarrollen. Unas cuantas ideas al respecto: Soy… los mercados a veces crean excesos. Estamos viviendo las consecuencias del exceso.

Bromeé en Texas que Wall Street se emborrachó y que a nosotros nos dio una resaca. Y eso es lo que sucedió. No había mucha transparencia. Había tanta liquidez que la gente sentía que necesitaba inventar productos para adelantarse al tren que llevaba el dinero. Y el peligro, por supuesto, será que… en vez de tener reglamentación sensata que sea equilibrada, ejerzamos demasiado control. Y si lo hacemos, entonces será más difícil para la sociedad de propietarios porque será más difícil que la libre empresa prospere. Pero la idea de ser dueño de una pequeña empresa ha sido un aspecto integral del pasado de nuestro país y lo debe ser en el futuro.

La clave aquí es la política tributaria. ¿Gravaremos tanto a las pequeñas empresas que les será imposible retener capital y expandirse? Pues, las pequeñas empresas, en su mayoría, pagan impuestos individuales a la renta porque son sociedades limitadas o fueron constituidas según el subcapítulo S. Y, entonces, cuando se oye a la gente decir, cóbrenles impuestos a los ricos… cuando comienzan a aumentar los impuestos del grupo del nivel superior, también están gravando más a muchos dueños de pequeñas empresas. Y en política, se debe hacer la pregunta, ¿cómo alentamos que aumente el número de dueños de pequeñas empresas?, no, ¿cómo las penalizamos?

Entonces, controlar excesivamente la economía en general dificultará las cosas para la sociedad de propietarios, y espero que eso no suceda. No creo que suceda. Comprendo las inquietudes, comparto las inquietudes, y habrá mucha gente como el AEI que se pronunciará en contra de mantener al gobierno a cargo de la economía. Y, aparte de eso, una buena política tributaria y una buena política normativa ayudarán a las pequeñas empresas a crecer. Ése es un aspecto integral de la propiedad.

Lo mismo pasa con vivienda. La clave con vivienda son, obviamente, las tasas de interés: ¿Cuánto cuesta comprar casa? Y las personas serán propietarias de vivienda. Y el mercado de vivienda encabezará esta recuperación cuando comience. Y será difícil por un tiempo… No soy economista. Pero tardará un tiempo. Y hay ciertas señales alentadoras; no muchas, pero algunas. Por lo visto, la cantidad de solicitudes de hipotecas aumentó, lo cual es una buena señal. No sé si eso ya esté ayudando a vender las casas que no se estaban vendiendo, pero es una buena señal.

Y por cierto, se habla mucho sobre estímulo, y me gustaría recordarles a nuestros conciudadanos, ahora mismo está entrando en vigor un paquete de estímulo, y que es la reducción del precio de la gasolina. Y la reducción del precio de la gasolina de julio a ahora de forma amortizada… Si uno toma la reducción aquí y la amortiza a lo largo del año, representa aproximadamente $2,000 por familia, que es un eficaz paquete de estímulo.

SEÑOR DeMUTH: Permítame hacerle dos preguntas, si es posible, sobre política energética. La primera es, ¿está satisfecho con el progreso de años recientes para resucitar la energía nuclear? La segunda es sobre el etanol. La pregunta dice, "Los subsidios al etanol son populares entre los políticos de ambos partidos, pero no con la gente promedio fuera del estado de Iowa". (Risas.) ¿Esto tiene algo que ver con el momento de las primeras elecciones primarias?

EL PRESIDENTE: Suena como algunos de mis amigos en Texas haciéndome esa pregunta. (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: Puede hablar sobre energía nuclear.

EL PRESIDENTE: Sí. (Risas.) El país debe superar su temor a la energía nuclear si hemos de tener suficiente electricidad para poder crecer y ser buenos custodios del medio ambiente.

Parte del problema con la energía nuclear fue que el esquema normativo era tal que las personas arriesgaban mucho capital y luego tenían que pedir permiso para la aprobación final cuando el proceso ya estaba muy avanzado, y se encontraban atascadas en un tribunal. Y, entonces, habían gastado una cantidad enorme de capital, sin ganar dinero mientras esperaban permiso para construir la planta. Y por lo tanto, el capital optó por no entrar al sector nuclear.

En términos de seguridad, la ingeniería cambió drásticamente con relación al pasado, y creo que la gente que es objetiva sobre este asunto les diría que las plantas de energía nuclear son seguras.

En términos de desregulación, como resultado de la última ley de energía que promulgué… creo que fue la última ley de energía que promulgué… comenzamos a simplificar el proceso y también otorgamos ciertos incentivos de seguros para que la gente comenzara a construir. Estoy satisfecho de que estamos comenzando a cambiar el entorno. Estoy satisfecho de que más estadounidenses comprenden por qué deberíamos estar usando la energía nuclear. Me complace que se hayan solicitado, creo, unos 13 permisos. Y me complace que algunas plantas estén comenzando a expandir su espacio actual.

Pero no me complace lo lento que estamos avanzando, en general. Considero que realmente deberíamos ir en pos de la energía nuclear, esto es, si realmente queremos resolver nuestra dependencia de energía extranjera.

Lo que va a suceder es, por cierto, que la tecnología ayudará a cambiar nuestros hábitos. Por ejemplo, habrá tecnología de baterías en automóviles que permitirá que la gente use electricidad durante las 40 millas iniciales. Y todos van a… ah, maravilloso, baterías híbridas que se cargan eléctricamente. La pregunta será, ¿de dónde sacamos la electricidad? Y es muy importante ir en pos de la energía nuclear.

En segundo lugar, soy gran partidario… Supongo que soy una de esas personas de las que estaban hablando que tratan de complacer a los [agricultores] de maíz… En realidad, me parece importante… me pareció importante iniciar una diversificación de nuestras fuentes energéticas. Y no sé si el mercado de etanol permanecerá viable, pero no hay duda de que ahora se ha vuelto una parte relativamente significativa del todo. Y presenté un objetivo obligatorio que debíamos tratar de lograr porque prefiero que nuestros agricultores cultiven nuestra energía a que dependamos de ciertas regiones del mundo en las que no somos populares.

SEÑOR DeMUTH: Usted mencionó la palabra estímulo. Como sabe, su sucesor está considerando un gran programa nuevo de estímulo que pone énfasis en las obras públicas, creo. Un asunto que ha interesado recientemente a mucha gente en el AEI es el siguiente: Mientras buscamos gastos públicos para ayudar a estimular la economía, también nos encontramos en un punto en que los gastos de defensa son, creo, algo así como 3.4 o 3.5 por ciento del PIB, muy, muy limitados. Y muchos sistemas de armamento que a mucha gente le gusta comprarnos están siendo clausurados, incluso después de que hemos producido menos del armamento que se había previsto.

Una de las cosas a la que nos estamos dedicando es que un programa muy eficaz de estímulo sería un aumento significativo en gastos de defensa. ¿Se ha estado dándoles vuelta a estas ideas en la Casa Blanca, en el Pentágono? Se trata solamente de temas de centros de estudios, hasta ahora. Me pregunto si…

EL PRESIDENTE: No, está bien. Me complace que lo estén haciendo. No, no. No le vamos a decir al Presidente electo Obama cómo gobernar, ni dedicaré mucho tiempo a cuestionar sus decisiones. Creo que una vez que un Presidente deja el escenario, deja el escenario y permite que la próxima persona haga el trabajo.

De hecho, trabajé arduamente para hacer de esta transición una transición sin percances. Deseo que tenga éxito. Y sé que ustedes también. Y, entonces, realmente no hemos tratado de ayudarlo a formular una política económica. Será su trabajo cuando preste juramento.

Sin embargo, comprendo plenamente sus inquietudes sobre asignar fondos a defensa. Habrá muchos debates sobre sistemas, cuáles vienen al caso y cuáles no vienen al caso. Uno de los éxitos de este gobierno –y se debe en gran parte al secretario Rumsfeld por haber iniciado una gran transformación de nuestras fuerzas armadas– es hacer que los sistemas de armamentos que construyamos sean apropiados para el tipo de guerra que vamos a luchar en el siglo XXI, o espero no que luchemos, sino que estemos preparados para luchar.

Estoy seguro de que se mantiene al tanto de esto, Chris… Hemos cambiado la ubicación de nuestras bases alrededor del mundo de manera que nuestras tropas ya no estén configuradas según los problemas de la Guerra Fría, sino según la capacidad de mantener la moral alta y actuar rápidamente. Nuestros soldados llevan tecnología sumamente nueva, usan Predators para aprovechar datos de inteligencia recopilados con tecnología que les permite ver, a pesar de obstáculos, lo que el enemigo está haciendo, para poder tener un mejor entendimiento del campo de batalla. Están bien equipados.

En términos de grandes sistemas, ésas serán opciones que siempre se opondrán. Recuerdo cuando hice campaña en el 2000 y dijeron, nombre un sistema de armamentos que eliminará. Dije, el Arrow. (Risas.) Creo que fue el sistema Arrow, no arco y flecha, sino que era un gran, enorme cañón. Y resulta que el cañón tenía partes fabricadas en 42 estados. Como comprenderá, fue difícil suspender el cañón. Pensaba que no necesitábamos un enorme cañón cuyo transporte requería buques y camiones enormes en lo que resulta ser una batalla que requiere operarios especiales que se muevan al amparo de la noche, con datos de inteligencia en tiempo real, de forma rápida.

Entonces, no hay duda de que se debatirán mucho los sistemas de armamentos. Y muchas comunidades alrededor del país dependen del gasto de defensa y los empleos que se crean como resultado del gasto de defensa.

Por cierto, la gente pregunta, ¿qué va a extrañar? Sé que no… Me estoy haciendo preguntas a mí mismo. (Risas.) Pero extrañaré ser el Comandante en Jefe de nuestras fuerzas armadas. Mi perspectiva de Estados Unidos obviamente es diferente a la de todos los demás, pero veo a estos soldados y me asombra su valentía. Y me asombra el hecho de que esta gente se haya ofrecido en tiempos de guerra.

Y el Comandante en Jefe… por lo menos he tratado de decirles a nuestros soldados: Gracias. Gracias por su valentía; agradézcanles a sus familias. Uno lo hace visitando a los heridos y reuniéndose con las familias de los caídos. He estado leyendo mucho recientemente sobre Abraham Lincoln. Acabo de terminar el libro de James McPherson y, nuevamente, habla sobre el hecho de que Lincoln solía visitar a los reclutas, como también a los generales, visitaba a las viudas, así como a las mamás, visitaba a los heridos. Y será muy importante, al dirigirnos hacia el futuro, que el país reconozca que estas fuerzas compuestas íntegramente por voluntarios deben ser apoyadas por un compromiso, así como… por un compromiso monetario, así como un compromiso sicológico. Es necesario que respaldemos a estos muchachos.

SEÑOR DeMUTH: Otro libro que usted leyó y lo cual se divulgó mucho fue "Supreme Command" de Eliot Cohen, quien luego trabajó para usted.

EL PRESIDENTE: Sí, así es.

SEÑOR DeMUTH: ¿Cree que su libro está en lo correcto?

EL PRESIDENTE: Ni siquiera recuerdo el libro. (Risas.) Recuerdo haberlo leído, pero deme una sinopsis. (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: Que…

EL PRESIDENTE: Usted tampoco lo recuerda. (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: No. (Risas.)

EL PRESIDENTE: Fue sólo una broma. ¿Trabajó para el AEI? ¿Es por eso que usted…?

SEÑOR DeMUTH: Fue miembro de nuestro Consejo de Asesores Académicos.

EL PRESIDENTE: Sí, correcto. Sí lo leí.

SEÑOR DeMUTH: El argumento central es que en la historia, en tiempos de guerra, a los presidentes que les va bien no dejan la guerra en manos de los militares sino que ellos mismos son los comandantes supremos.

EL PRESIDENTE: Ah, correcto, sí. Bueno, es necesario apoyarse mucho en los militares. Hay cuatro grupos básicos que son importantes para un Presidente durante una guerra; uno es el pueblo estadounidense. Y ésta ha sido una tarea difícil, convencer a la gente de que lo que sucede en Iraq es importante para nuestra propia seguridad dentro del país, de que lo que sucede en Afganistán es importante para la seguridad y de que… La primera tarea fue eliminar a los regímenes que eran una amenaza para la paz y eran una amenaza para nuestra seguridad. Y la próxima tarea no es reemplazar a un hombre fuerte por otro, sino promover el desarrollo de la democracia porque nos encontramos en una lucha ideológica. Y es la ideología de la libertad la que siempre vence a la ideología del odio.

Un segundo grupo es el enemigo. Y deben saber que vamos tras ellos todo el tiempo, a todas partes… presión implacable con ellos.

En tercer lugar, en el caso de Iraq, con el pueblo iraquí, querían saber si Estados Unidos iba a cumplir su palabra o no, porque si no, iban a encontrar una milicia local que pudiera mantener seguras a sus familias.

Y el cuarto son los militares. Y los militares deben saber que la misión es justa, que los objetivos son claros, y que el Presidente no tomará decisiones sobre su vida en base a una encuesta de opinión. Y… de todas formas.

SEÑOR DeMUTH: Gracias. Usted dijo que aceptaría una o dos preguntas sobre política exterior.

EL PRESIDENTE: Seguro.

SEÑOR DeMUTH: Permítame hacerle otra. Usted fue muy criticado por decir que había examinado el alma de Vladimir Putin y había visto a un amigo.

EL PRESIDENTE: Lo miré a los ojos y vi su alma.

SEÑOR DeMUTH: A los ojos y vio su alma.

EL PRESIDENTE: Correcto.

SEÑOR DeMUTH: Gracias. Él…

EL PRESIDENTE: A veces se cita incorrectamente a los presidentes. (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: Eso fue en el 2001, creo. Y el Putin del 2004 era muy diferente, y en el 2008 es incluso más diferente. ¿Qué piensa sobre la evolución del Kremlin durante su presidencia?

EL PRESIDENTE: En primer lugar, hay terreno común entre Rusia y Estados Unidos. Y un tema de inquietud común es el asunto de la proliferación. Y hay mucha cooperación para trabajar de forma constructiva con Rusia a fin de asegurarnos de que la materia prima no llegue a manos de regímenes renegados o grupos terroristas.

En segundo lugar, encontramos terreno común con respecto a Irán, aunque no lo crea. La gente no cree que lo haya, pero sí lo hay. Y es porque los rusos están igualmente preocupados que nosotros de que Irán desarrolle un arma nuclear y la capacidad de lanzarla. Y he contado esto en público, que Vladimir y yo estábamos hablando… creo que fue, aproximadamente en el 2006, quizá… y él fue donde el líder de Irán y dijo, ¿Sabe? George Bush piensa que ustedes deberían tener energía nuclear civil, y yo también, pero pensamos que no deberían tener el derecho a producir uranio, a enriquecerlo, porque han transgredido los tratados de la AIEA (Asociación Internacional de Energía Atómica), y por lo tanto, no creemos que sean dignos de confianza. Y por lo tanto, ¿por qué no simplemente toma…? Nosotros entregaremos el combustible y recogeremos el combustible, y ustedes pueden tener su energía nuclear. Y si continúan insistiendo en el enriquecimiento, seguro que significa que quieren algo más que la energía nuclear, la energía nuclear civil, como ha afirmado.

Obviamente, tenemos discrepancias significativas sobre Georgia. Y vi a Vladimir en las Olimpiadas justo cuando las tropas entraban a Georgia. Y estuve… expresé mis inquietudes, y él expresó las suyas. Diría que nuestra relación aún es amistosa, aunque no lo he visto mucho porque hay un nuevo Presidente. Y realmente no he tenido muchas oportunidades de llegar a conocer al Presidente Medvedev.

Le diré que… lo único que quiero decir es que hay intereses comunes, y habrá muchos momentos de tensión. Y el Presidente debe estar en posición de poder tratar con esas tensiones de forma que no envíe señales que intimiden a los demás aliados.

SEÑOR DeMUTH: Tengo unas cuantas preguntas generales. En algún momento –quizá ya haya sucedido– se sentará usted a conversar con el Presidente electo Obama y de presidente a presidente, compartirá unos cuantos consejos francos, lecciones aprendidas. ¿Estaría dispuesto a compartir algunos de esos consejos con el resto de nosotros?

EL PRESIDENTE: No. (Risas.) Vino a la Oficina Oval. Tuvimos una conversación muy buena. Me impresionaron las preguntas que hizo. Y le dije que no las revelaría, de manera que si alguna vez volvía a pedirme consejos, se sintiera cómodo de hacerlo a sabiendas de que no circularía para el consumo del público.

Pero les diré lo siguiente. Diré lo siguiente: ama mucho a su familia. Y pasamos un tiempo hablando sobre lo que significa ser… para mí ser papá con dos hijas en la Casa Blanca. Y es un papá que tendrá dos hijas en la Casa Blanca. Y su familia es su primera prioridad.

SEÑOR DeMUTH: Tengo otra pregunta sobre consejos o algo similar. Los conservadores en materia política creen que los espera un periodo de caos. (Risas.) ¿Qué les puede aconsejar a los conservadores para los próximos años?

EL PRESIDENTE: Tengan en cuenta la historia. Creo que tiene edad para acordarse de 1964. 1964 fue un año en el que los conservadores y republicanos fueron masacrados. En mi estado de Texas, la legislatura tenía 149 demócratas y un republicano. (Risas.) Y no había republicanos en el senado del estado. Creo que había un congresista electo –Bruce Alger de Dallas– y John Tower no hacía campaña todavía. No sé si había republicanos electos en el palacio de justicia. Sin embargo, en 1966, los republicanos y conservadores repuntaron, y uno de ellos fue elegido ese año: fue George H.W. Bush, por cierto, de Houston.

Y lo que quiero decir es… es que las cosas pasan por ciclos en la política. Ahora, para ganar, es importante reclutar a buenos candidatos que se rijan por los principios. La mayoría de los estadounidenses creen lo que nosotros creemos… que el gobierno debe ser limitado y sensato, que los impuestos deben ser bajos, que debemos alentar el espíritu empresarial y a las pequeñas empresas, y que debemos tener una fuerte defensa nacional.

Y estoy un poco preocupado por el tono del debate sobre inmigración, que designa a nuestro partido como "anti" pueblo. Una cosa es decir que quieren que se resguarde la frontera, y lo entiendo. Pero si un grupo de personas cree que un partido político está en su contra, no importa qué más representa. Y el tono, en mi opinión, a veces llegó a ser "anti." En un momento de nuestra historia teníamos demasiados judíos y demasiados italianos. No sé si lo recuerdan. Y fue… estoy seguro de que la gente estaba diciendo, no puedo creer que esto sea el Estados Unidos donde vine a vivir donde soy "anti"… la gente es "anti" yo.

Y, entonces, vamos a tener que trabajar, digamos, con el voto latino para decir, nos interesamos en ustedes, los escuchamos, compartimos sus valores: fe y familia, pequeñas empresas, veteranos militares o, ustedes saben, desproporcionadamente… El porcentaje de latinos en las fuerzas armadas es mayor que el porcentaje de su… población, proporcionalmente, sirven más en las fuerzas armadas que ningún otro grupo, si no me equivoco.

Entonces, nos recuperaremos, definitivamente. Y estaré por allí, el viejo sabio, sentado allí, ustedes saben… (risas)… "si sólo lo hicieran de esta manera". (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: Tengo un par de preguntas de viejo sabio para usted.

EL PRESIDENTE: Seguro… un viejo sabio a los 62, pero…

SEÑOR DeMUTH: Bueno…

EL PRESIDENTE: … camino a la jubilación. (Risas.)

SEÑOR DeMUTH: La inmigración es un tema que usted… sobre el cual usted ha pensado mucho…

EL PRESIDENTE: Así es.

SEÑOR DeMUTH: …Antes de venir a la Casa Blanca, tenía opiniones muy firmes al respecto. Es éste uno de los temas en el cual continuará participando en su [época] post Casa Blanca…

EL PRESIDENTE: Continuaré participando en el programa a favor de la libertad, de hecho. Realmente me preocupa que nuestro país se vuelva aislacionista. Yo… ¿Saben? Existe un debate que básicamente dice, bueno, quizá cierta gente no debería ser libre. Es como, si alguna vez han oído… a la gente decir, "Bush está imponiendo su punto de vista". Bueno, si alguna vez oyeron a alguien decir eso, no deben comprender la universalidad de la libertad. No está en mi poder otorgar libertad. Resulta que creo que es un don que el Todopoderoso les da a todos. Y por lo tanto, la función de Estados Unidos es ayudar a la gente a ser libre. Y eso, ustedes saben, a veces, obviamente, uno nunca quiere usar… es decir, uno sólo usa sus fuerzas armadas de forma renuente.

Pero no hablo sólo de liberarse de la tiranía. Hablo de liberarse de las enfermedades. ¿Saben? Un enemigo que enfrentamos y enfrentaremos en las próximas décadas sólo puede reclutar cuando encuentra gente sin esperanza. Piensen sobre sus afiches de reclutamiento: "Oiga, únase a nosotros, puede ser terrorista suicida". Es necesario estar bastante desesperado para caer presa de eso… de tal maldad.

Y, entonces, por lo tanto, está dentro de nuestro interés nacional ayudar a liberar a la gente de la pobreza y las enfermedades.

Y, entonces, participaré en el movimiento de libertad. En este momento estoy participando específicamente en el programa contra la malaria y el VIH/SIDA, el PEPFAR. Participaré en el libre comercio. Como les dije, me preocupa el proteccionismo. Estoy muy decepcionado de que el Tratado de Libre Comercio con Colombia y el Tratado de Libre Comercio con Panamá y el Tratado de Libre Comercio con Corea del Sur no fueran sometidos a votación antes de… antes de las elecciones.

Un programa que pienso que es muy importante es la Iniciativa Basada en la Fe y Basada en la Comunidad (Faith-Based and Community-Based Initiative). El principio fundamental detrás de ese programa es, si su programa es eficaz, si satisface necesidades de la sociedad, debemos ayudarlo. Por ejemplo, si es drogadicto y, ustedes saben, cree que necesita un poder superior para que se le sane el alma y así pueda dejar las drogas, y el programa al cual está acudiendo funciona, no tengo ningún problema con darle un vale a esa persona para que pueda canjearlo en un programa que funciona.

Y… haré muchas cosas desde la Southern Methodist University. Yo… esto no competirá con el AEI. Será un centro de política; será complementario… (risas)… al AEI.

Y viviremos en Texas. Laura va a ser… Oigan, mi esposa ha sido una Primera Dama fabulosa, realmente. Ha usado su posición para poder darle voz a varias causas importantes. Promueve a los maestros, promueve el alfabetismo, cree firmemente en la libertad en Birmania y tiene una función muy activa con respecto a la mujer afgana. Y continuará haciendo… usando su posición como ex Primera Dama para hacerlo.

SEÑOR DeMUTH: Tengo dos preguntas adicionales relacionadas al tema.

EL PRESIDENTE: Bien.

SEÑOR DeMUTH: Éstas son preguntas muy serias, y haré ambas. La primera es, ¿qué es lo que menos extrañará? Y la segunda es, cuando regrese al estado de la estrella solitaria, ¿a cuáles equipos les prestará más atención?

EL PRESIDENTE: Todos los equipos de Texas, por supuesto. ¿Saben? He estado… A la primera, algunos probablemente digan, a toda la prensa. Bueno, no es cierto. He tenido una buena relación con la prensa asignada a la Casa Blanca. No me gustan algunas de las cosas que dicen. Por supuesto que a ellos no les gustan algunas de las cosas que yo digo. (Risas.) Pero hemos tenido una buena relación con la prensa. Y la relación entre la prensa y la presidencia es muy importante, y llevarse bien requiere mucho trabajo. Pero reconozco que me necesitan para noticias, y yo los necesito como medios. Y, entonces, ha sido una buena relación de ciertas formas. No me… Como digo, no me gusta todo lo que escriben. Entonces, por lo tanto, hago caso omiso de la parte que no me gusta. (Risas.)

Extrañaré los insultos mezquinos… Es decir, no los extrañaré. A veces me ha decepcionado la política de destrucción personal. No es la primera vez que sucede en nuestra historia, pero estaba simplemente… Vine con la idea de cambiar el tono en Washington, y francamente, no hice muy buena labor al respecto. Digo, la guerra produce mucha retórica acalorada y mucha emoción… lo entiendo muy bien. Sé que ése es el caso. Pero no hay duda de que podemos hacer una mejor labor en Washington de tratarnos unos a los otros con respeto. No quiero hacer alarde, pero nunca he usado mi cargo como Presidente para denigrar personalmente a nadie.

Y, entonces, eso es algo… no voy a extrañar para nada. Estoy decepcionado de cómo… las palabras que salieron de la boca de la gente y estoy muy decepcionado de la forma en la que el proceso trató a algunos de mis amigos. Estoy decepcionado del proceso judicial, por ejemplo, en el que simplemente se retrasó a nuestros candidatos indefinidamente. Nunca tuvieron la oportunidad de recibir audiencia y, sin embargo, a veces se circuló todo tipo de cosas sobre ellos con respecto a su reputación. Será difícil atraer a gente buena al proceso político si la gente se presenta y piensa que su integridad o decencia será, ya saben, cuestionada a cada rato. En la política, no hay nada malo con cuestionar. Pero sí está mal destrozar a la gente por su… para tratar de ayudar a otro a avanzar políticamente.

Y no extrañaré… Extrañaré mucho… Como les dije, extrañaré ser Comandante en Jefe; extrañaré a la gente con la que he trabajado en la Casa Blanca. Tenemos un… Le digo a la gente, algunos días han sido felices, otros días no tan felices; cada día lleno de dicha. Y eso es cierto. Estoy trabajando con gente extraordinaria. Y los quiero muchísimo y extrañaré verlos todas las mañanas. Pero ya que volveré a enviar mensajes electrónicos, estoy seguro de que podré… (risas)… mantenerme en contacto.

SEÑOR DeMUTH: Presidente Bush, permítame darle las gracias por venir acá nuevamente y por estas reflexiones tan profundas. También quisiera abusar de su amabilidad y agradecerle en mi nombre y de mis colegas por su gran servicio a Estados Unidos…

EL PRESIDENTE: Gracias.

SEÑOR DeMUTH: … y su firmeza de propósito, su tremendo optimismo e idealismo y serenidad, los cuales han sido increíbles de observar.

EL PRESIDENTE: Gracias, señor.

SEÑOR DeMUTH: Y sé que éstas no serán sus últimas palabras, y sé que todos nosotros estamos deseosos de que vuelva al AEI como Bush, persona particular, pronto y a menudo.

EL PRESIDENTE: Gracias, señor. Gracias por permitirme venir. Que Dios los bendiga. (Aplausos.)

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