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Oficina del Secretario de Prensa
15 de diciembre de 2008
Declaraciones del Presidente en la Recepción por Janucá
Grand Foyer
5:30 P.M. EST
EL PRESIDENTE: Sírvanse tomar asiento. Bienvenidos a la Casa Blanca. Quizá ya se enteraron de que fue un fin de semana lleno de incidentes. (Risas.)
Así que entré a hurtadillas en la Base Andrews de la Fuerza Aérea la noche del sábado, abordé el Air Force One y aterricé en Bagdad, Iraq, la mañana del domingo. Fue una experiencia increíble, realmente lo fue, poder pararme junto al Presidente de una democracia y escuchar el himno nacional con la mano sobre el corazón frente a uno de los palacios de Sadam. Y luego (aplausos)... luego tuve el honor de agradecerles a nuestras valientes tropas que han ayudado a hacer posible la transformación de Iraq.
Esta mañana aterrizamos en Afganistán. Me dirigí a las tropas estadounidenses que sirven valientemente para asegurarse de que Afganistán nunca se convierta en un refugio desde donde los asesinos puedan lanzar ataques contra nuestro país.
Y luego me reuní con el Presidente Karzai, quien está decidido a ayudar a esa joven democracia a sobrevivir. Y lo que me dijo fue: ¿Por qué no se queda más tiempo? Y yo le dije, bueno, usted no entiende. (Risas.) Necesito estar en la Casa Blanca para un importante evento. (Risas.) La recepción por Janucá siempre es uno de los eventos más importantes de las fiestas. Laura y yo estamos encantados de estar en la compañía de muchos amigos. Y es un honor para nosotros poder reunirnos con líderes de la comunidad judía para celebrar nuestro último Janucá aquí en la Casa Blanca.
Y quiero agradecerle a nuestro Procurador General por acompañarnos. General, aprecio que usted y Susan hayan venido. Es un orgullo para m estar con uno de los senadores más notables de Estados Unidos, Joe Lieberman (aplausos). de cuyas cualidades es responsable su esposa Hadassah, si me permiten agregar (Risas.) Y uno de los jóvenes líderes del Congreso de Estados Unidos, Eric Cantor, y su esposa Diana. (Aplausos.) Y nos enorgullece estar aquí con Kol Zimrá, también, que cantarán más tarde.
La historia de Janucá celebra la milagrosa victoria de un pequeño grupo de patriotas en contra de la tiranía, y el aceite que duró ocho noches. A través de siglos de exilio y persecución, los judíos han encendido la Janukiyá. Cada año, observan su brillo con fe en el poder de Dios, y aprecian su mayor don: la libertad.
Esta Janucá celebramos otra milagrosa victoria: el sexagésimo aniversario de la creación del estado de Israel. Cuando el Presidente Harry Truman encabezó el reconocimiento mundial de Israel en mayo de 1948, muchos se preguntaron si una pequeña nación podría sobrevivir. Sin embargo, desde los primeros días de su independencia, el pueblo de Israel superó los pronósticos más sombríos. Con determinación y trabajo arduo, convirtieron el rocoso desierto en tierra fértil. Crearon una democracia sólida, una economía próspera y uno de los ejércitos más poderosos de la Tierra. Como los macabeos, Israel se ha defendido contra enemigos que buscan su destrucción. Y hoy en día, Israel es una luz entre las naciones y uno de los más leales aliados de Estados Unidos.
Esta noche, tenemos el enorme privilegio de celebrar el sexagésimo aniversario de Israel y Janucá de una manera muy especial. Gracias a la generosidad de la Biblioteca Truman, tenemos la suerte de encender la Janukiyá que el Primer Ministro David Ben-Gurión, el primero en ocupar ese cargo en Israel, le regaló al Presidente Truman en 1951, como símbolo de amistad.
Una década después de que el Presidente Truman recibiera este regalo, realizó una de sus últimas visitas al Primer Ministro Ben-Gurión. Cuando se despedían, Ben-Gurión le dijo al Presidente que, como extranjero, no podía juzgar el lugar que ocupaba el Presidente Truman en la historia de Estados Unidos, pero que la valiente decisión del Presidente en reconocer al nuevo estado de Israel le habían dado un lugar inmortal en la historia judía. Estas palabras hicieron que los ojos del Presidente se le llenaran de lágrimas, algo nada usual en él. Y más tarde, Ben-Gurión dijo que rara vez había visto a alguien tan conmovido.
Así que esta noche, me conmueve profundamente darles la bienvenida a Clifton Truman Daniel y Yariv Ben-Eliezer, nietos de estos hombres ilustres, para que enciendan juntos la Janukiyá Truman.
Laura y yo les deseamos a toda la gente de la fe judía una feliz Janucá y muchas más Janucás llenas de dicha en los años venideros. Gracias. (Aplausos.)
END 5:37 P.M. EST
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