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Oficina del Secretario de Prensa
9 de diciembre de 2008

Declaraciones del Presidente sobre la Transformación de la Defensa
Eisenhower Hall
The United States Military Academy
West Point, New York

11:25 A.M. EST

EL PRESIDENTE: Gracias. Sírvanse tomar asiento. Gracias, general, por su cálida bienvenida. Gracias por invitarme aquí a West Point. Ahora sé por qué están tan contentos de que esté aquí… (risas)… se han cancelado todas las clases. (Aplausos.)

Tuve el honor de sentarme al lado del general y Judy durante el partido del fin de semana. Es una desilusión no haber podido traer conmigo el trofeo del Comandante en Jefe. En vez, solamente les toca el Comandante en Jefe. (Aplausos.)

President George W. Bush addresses his remarks to West Point cadets Tuesday, Dec, 9, 2008, at the United States Military Academy in West Point, N.Y.  White House photo by Eric DraperÉsta es mi última visita a la academia militar como Presidente, por lo que se me ocurrió ejercer cierta prerrogativa de mi cargo por última vez: Mediante esto, absuelvo a todos los cadetes que están bajo restricción por infracciones menores de conducta. Como siempre, yo siempre… dejo que el general Hagenbeck determine el significado de "menores". (Risas.)

Realmente es un orgullo estar hoy con ustedes. Les agradezco al general Mike Linnington y a su esposa Brenda por darme el encuentro. Resulta que Brenda fue una… es de la promoción 1981 de West Point.

Agradezco estar aquí con el general Pat Finnegan y Joan. Hoy en el Air Force One, el Congresista John Shimkus, de la promoción 1980 de West Point, y el Congresista Geoff Davis, de la promoción 1981 de West Point, volaron aquí conmigo. Es un honor para mí permitirles volar en la "gran ave". (Risas.)

La presidencia conlleva muchos honores, pero ninguno tan alto como ser Comandante en Jefe de las mejores fuerzas armadas del planeta. (Aplausos.) Cada uno de ustedes es un voluntario. Llegaron a esta academia en tiempos de guerra, conociendo todos los riesgos que conlleva el servicio militar. Deseo darles las gracias por tomar la noble y desinteresada decisión de ponerse al servicio de nuestro país. Y siempre estaré agradecido con los hombres y mujeres en las fuerzas armadas que llevan el uniforme de Estados Unidos.

Como cadetes de West Point, son parte de una generación que ha sido testigo de cambios extraordinarios en el mundo. Hace dos décadas, la Guerra Fría llegaba a su fin, y la Unión Soviética estaba a punto de colapsar. Ustedes apenas iniciaban su vida. Aproximadamente en la misma época, otra amenaza se forjaba silenciosamente. En los rincones más recónditos del mundo, violentos extremistas religiosos confabulaban para promover sus objetivos radicales y su ideología siniestra. Vimos los resultados en una serie de ataques horrendos: el camión bomba en el World Trade Center, el ataque contra las torres Khobar, las bombas en nuestras embajadas en Kenia y Tanzania, y el ataque contra el USS Cole.

Durante muchos años, Estados Unidos trató dichos ataques como casos aislados… y respondió con medidas limitadas. Y luego llegó el 11 de septiembre de 2001. En una sola mañana, nos dimos cuenta de que nos enfrentábamos a un movimiento mundial de fanáticos que habían prometido destruirnos. Vimos que las condiciones de represión y desesperación en un extremo del mundo podían causar sufrimiento y muerte en nuestras propias calles.

President George W. Bush poses for photos with cadets Tuesday, Dec. 9, 2008, at the United States Military Academy in West Point, N.Y.  White House photo by Eric DraperComo resultado, Estados Unidos reformuló nuestra estrategia de seguridad nacional. Aquí dentro del país, reforzamos nuestras defensas y creamos el Departamento de Seguridad Nacional. Les dimos a nuestros profesionales de seguridad nacional herramientas vitales como la Patriot Act y la capacidad de vigilar las comunicaciones de terroristas. Reorganizamos nuestros servicios de inteligencia para atender mejor las necesidades de la guerra contra estos terroristas, lo que incluyó aumentar el número de agentes de inteligencia. Pusimos en vigor medidas financieras enérgicas para congelar sus activos e interrumpir el acceso a su dinero. Lanzamos planes diplomáticos para presionar a nuestros adversarios y atraer nuevos aliados a nuestra causa.

También hicimos cambios drásticos tanto en nuestra estrategia militar como nuestras… las propias fuerzas armadas. Decidimos que no esperaríamos a volver a ser atacados, y entonces, nos pusimos a la ofensiva contra terroristas en el extranjero para no tener que enfrentarlos aquí dentro del país. Reconocimos que necesitábamos aliados firmes de nuestro lado, por lo que ayudamos a mejorar la capacidad antiterrorista de nuestros aliados. Comprendimos, como dije aquí en West Point en el 2002, que "si esperamos a que las amenazas se materialicen plenamente, habremos esperado demasiado tiempo"… por lo que dejamos en claro que se haría que rindieran cuentas los regímenes hostiles que patrocinaban el terrorismo o procuraban obtener armas de destrucción masiva.

Llegamos a la conclusión de que estamos en una lucha ideológica, por lo que lanzamos un esfuerzo para desacreditar la visión llena de odio de los extremistas y para promover la alternativa llena de promesa de la libertad. Vimos la urgencia de permanecer un paso por delante de nuestros enemigos, por lo que transformamos nuestras fuerzas armadas tanto para triunfar en los campos de batalla de la actualidad como para hacerles frente a las amenazas del futuro.

Estos cambios tendrán un impacto directo en su carrera militar. Esta mañana, les presentaré un informe sobre la situación actual en cada uno de estos campos y los desafíos que quedan.
En primer lugar, a las pocas semanas del 11 de septiembre, nuestras Fuerzas Armadas comenzaron a llevar la lucha donde los terroristas en todo el mundo… y no hemos parado. Desde el Cuerno de África hasta las islas del Asia Sudoriental y dondequiera que se escondan los rufianes, nosotros y nuestros aliados utilizamos toda la gama de activos militares y de inteligencia para ejercer presión incesante en Al Qaida y sus afiliados. Hemos debilitado severamente a los terroristas. Hemos interrumpido planes de ataque contra nuestro territorio nacional. Hemos capturado o eliminado a cientos de líderes y agentes de Al Qaida en más de dos docenas de países, entre ellos el cerebro detrás de los ataques del 11 de septiembre, Khalid Sheikh Mohammed.

President George W. Bush waves to cadets as he concludes his remarks Tuesday, Dec. 9, 2008, at the United States Military Academy in West Point, N.Y.  White House photo by Eric DraperLos terroristas continúan representando un serio desafío, como lo vio el mundo en el terrible ataque en Mumbai el mes pasado. Los dos principales líderes de Al Qaida permanecen libres. Sin embargo, enfrentan una presión tan intensa que la única manera en que pueden permanecer vivos es quedándose bajo tierra. Llegará el día, llegará el día en que serán llevados ante la justicia como lo merecen. (Aplausos.)

En segundo lugar, ayudamos a socios y aliados clave a reforzar su capacidad de luchar contra los terroristas. Hemos aumentado el intercambio de inteligencia con amigos y aliados en todo el mundo. Hemos proporcionado capacitación y apoyo a socios en la lucha contra el terrorismo como las Filipinas e Indonesia y Jordania y Arabia Saudita. Estos socios han hecho grandes aportes a la guerra contra el terrorismo. Por ejemplo, Indonesia ha inhabilitado al grupo terrorista JI. Arabia Saudita ha eliminado o capturado a cientos de terroristas de Al Qaida. Y en Europa, los servicios de seguridad han desbaratado células terroristas en Alemania, en Dinamarca, en Turquía y en el Reino Unido.

Uno de los desafíos más importantes que enfrentaremos y que ustedes enfrentarán en los próximos años es ayudar a nuestros socios a ejercer control sobre lugares en desgobierno. Este problema es más marcado en Pakistán, donde combatientes del Talibán y Al Qaida realizan operativos en regiones a lo largo de la frontera con Afganistán. El gobierno y el pueblo de Pakistán comprenden la amenaza, porque ellos mismos han sido víctimas del terrorismo. Están trabajando para velar por el cumplimiento de la ley y combatir el terrorismo en las zonas fronterizas. Y nuestro gobierno está proporcionando firme respaldo en estos esfuerzos. Y al mismo tiempo, le hemos dejado en claro a Pakistán –y a todos nuestros socios– que haremos lo necesario por proteger a las tropas estadounidenses y al pueblo estadounidense.

En tercer lugar, hemos dejado en claro que los gobiernos que patrocinan el terrorismo son igualmente culpables que los terroristas… y se hará que rindan cuentas. Después del 11 de septiembre, aplicamos la doctrina en Afganistán. Destituimos al Talibán del poder. Clausuramos campamentos de entrenamiento donde Al Qaida planeaba ataques contra nuestro país. Liberamos a más de 25 millones de afganos. Ahora Estados Unidos y nuestros 25 aliados de la OTAN y 17 países socios respaldan al pueblo afgano mientras éste defiende su sociedad libre. El enemigo está decidido, el terreno es accidentado, y la batalla es difícil. Pero nuestra coalición permanecerá en esta lucha. No permitiremos que el Talibán o Al Qaida regresen al poder. Y Afganistán nunca volverá a ser santuario de terroristas. (Aplausos.)

También estudiamos detenidamente el peligro que representaba Iraq, un país en el que se combinaba el apoyo al terrorismo, el uso y desarrollo de armas de destrucción masiva, la violencia contra su propio pueblo, la agresión contra los países vecinos, la hostilidad hacia Estados Unidos y el incumplimiento sistemático de las resoluciones de las Naciones Unidas. Tras ver la destrucción del 11 de septiembre, llegamos a la conclusión de que Estados Unidos no podía darse el lujo de permitir que un régimen con una trayectoria tan amenazante y violenta permaneciera en el centro del Oriente Medio. Por lo tanto, le ofrecimos a Sadam Husein una última oportunidad de resolver el asunto pacíficamente. Y cuando la rechazó, actuamos con una coalición de naciones para proteger a nuestro pueblo y liberamos a 25 millones de iraquíes.

La batalla en Iraq ha sido más prolongada y difícil de lo que esperábamos. Terroristas extranjeros, elementos del antiguo régimen e insurgentes iraquíes –a menudo con apoyo exterior– se unieron para aumentar la violencia y llevar al país al borde del caos. Por lo tanto, adoptamos una nueva estrategia, y en vez de retirarnos, enviamos a más tropas a Bagdad, en Iraq. Y cuando el aumento de tropas cumplió con su objetivo, comenzamos a traer a nuestros soldados a casa conforme a una política de retorno tras éxitos. La semana pasada, Iraq aprobó dos acuerdos para formalizar los vínculos diplomáticos y económicos y de seguridad con Estados Unidos, y fijó un marco para el retiro de fuerzas estadounidenses ahora que la lucha en Iraq se aproxima a un desenlace exitoso.

En cuarto lugar, Estados Unidos reconoció que la única forma de vencer a los terroristas a largo plazo es ofrecer una alternativa a su ideología llena de odio. Por lo tanto, cuando destituimos a los dictadores en Afganistán e Iraq, nos rehusamos a aceptar la alternativa fácil y reemplazarlos con dictadores amistosos. En vez, estamos realizando la difícil labor de ayudar a que surjan sociedades democráticas como ejemplos para la gente de todo el Oriente Medio. Estamos presionando a países en todo el mundo –incluso a nuestros amigos– para que les otorguen a sus pueblos mayor libertad de expresión, de culto y asamblea. Estamos promoviendo una visión más amplia de reforma que incluye prosperidad económica, atención médica y educación de calidad, sociedades dinámicas y derechos para la mujer.

Los resultados de estos esfuerzos están desarrollándose de forma lenta y dispareja, pero hay señales alentadoras. Desde Iraq y Afganistán hasta el Líbano y Pakistán, los votantes desafiaron a los terroristas para emitir sus votos en elecciones libres. En lugares como la provincia de Anbar en Iraq, las personas han visto lo que es la vida bajo el Talibán y han decidido que no quieren ser parte a ella… en realidad, lo que es la vida bajo Al Qaida.

¿Saben? Las madres no quieren criar a sus hijos en una región donde los rufianes merodean y los rufianes maltratan a la gente. Las personas quieren vivir en paz. Las personas quieren vivir en libertad. Los musulmanes desde Jordania y Turquía hasta India e Indonesia han visto a sus hermanos y hermanas masacrados, y han rehuido a los terroristas. Incluso entre las filas de los yijadistas, los eruditos religiosos han comenzado a criticar a Al Qaida y sus tácticas brutales. En estos rechazos ideológicos, hemos visto el comienzo de la caída final de Al Qaida, porque a largo plazo, no hay forma de que la ideología del odio y el temor compita con el poder de la esperanza y la libertad. (Aplausos.)

Finalmente, estamos transformando nuestras fuerzas armadas para un nuevo tipo de guerra que estamos librando ahora y para guerras futuras. Esta transformación fue la principal prioridad de un líder emprendedor que fue mi primer secretario de Defensa: Donald Rumsfeld. Hoy en día, debido a su liderazgo y el liderazgo del secretario Bob Gates, hemos logrado que nuestros militares estén mejor capacitados, mejor equipados y mejor preparados para las amenazas que enfrenta Estados Unidos hoy y mañana y en futuro lejano.

Como parte de nuestro esfuerzo de transformación, estamos dotando a nuestras tropas con los datos de inteligencia y las armas y el entrenamiento y el apoyo que necesitan para enfrentar a un enemigo que libra una batalla asimétrica. ¿Ven? Este enemigo se esconde en la población civil y usa tácticas terroristas como las bombas al borde de los caminos para atacar a nuestras tropas, para desmoralizar a los pobladores y para tratar de hacer que la voluntad del pueblo estadounidense flaquee.

Para vencer a este enemigo, hemos equipado a nuestras tropas con capacidad de inteligencia táctica en tiempo real que hace apenas unos pocos años habría sido difícil de imaginar. En Iraq y Afganistán, los soldados en el terreno han usado tecnología avanzada como Sistemas de Posicionamiento Global para dirigir ataques aéreos que eliminan al enemigo a la vez que salvan vidas inocentes. Hemos ampliado el arsenal de Estados Unidos de aeronaves no tripuladas de menos de 170 cuando asumí el cargo a más de 6,000 hoy en día. Estamos armando aviones teledirigidos Predator. Estamos usándolos para seguir acechando a terroristas que quieren hacernos daño.

Hemos aumentado las fuerzas de operaciones especiales de Estados Unidos. Con más fuerzas… más de estas fuerzas en el campo de batalla, podemos responder más rápidamente a datos de inteligencia que requieren acción contra terroristas que se esconden. Durante los últimos ocho años, hemos aumentado a más del doble los fondos para agentes especiales. Hemos creado el primer comando de operaciones especiales en la historia de la Infantería de Marina. Le hemos otorgado al Comando de Operaciones Especiales la función principal en la guerra mundial contra los terroristas.

Además de estas mejoras a nuestra capacidad antiterrorista, le hemos prestado mayor atención a los esfuerzos de contrainsurgencia. El Ejército ha publicado un nuevo manual de contrainsurgencia, escrito por un distinguido ex alumno de esta academia: el general David Petraeus. Los principales objetivos de esta estrategia de contrainsurgencia son proteger a los pobladores, obtener el apoyo del pueblo y entrenar a tropas locales para que asuman la responsabilidad por sí mismas.

Uno de los motivos por los que estamos cumpliendo con estos objetivos en Iraq es la capacidad de movilizar rápidamente a equipos de brigadas de combate. Estos equipos pueden sumarse a la batalla con poco aviso como unidades organizadas y operando al unísono. Con estos equipos en la lucha, nuestro Ejército está mejor capacitado para desempeñar sus objetivos contra los insurgentes y está mejor equipado para vencer a los enemigos que enfrentemos en el transcurso del siglo XXI.

Nuestra estrategia de contrainsurgencia también destaca la importancia de hacer que los logros de seguridad vayan seguidos de verdaderos beneficios en la vida cotidiana de la gente. Para cumplir mejor con ese objetivo, creamos los Equipos de Reconstrucción Provincial o PRT (por sus siglas en inglés). Estos equipos combinan personal militar con expertos civiles en sectores como economía y agricultura y policía y educación. Tanto en Iraq como en Afganistán, estos equipos están ayudando a las comunidades locales a generar empleo y prestar servicios básicos y evitar que los terroristas regresen. Los PRT llevan a diplomáticos, personal de ayuda y otros expertos de todo el gobierno a la lucha, y debemos incrementar su número en los próximos años.

Para institucionalizar mejor todos los cambios que hemos hecho en años recientes, hemos transformado la educación y el entrenamiento que reciben nuestros soldados. Estamos tomando las lecciones que hemos aprendido en Afganistán e Iraq, y enseñándolas en academias militares y centros de entrenamiento en todo el país. Por ejemplo, todos los cuerpos de las fuerzas armadas ahora reciben capacitación en contrainsurgencia, lo cual en el pasado se reservaba a las fuerzas de operaciones especiales. Aquí en West Point, han creado un nuevo Centro de Combate contra el Terrorismo (Combating Terrorism Center) que permite adquirir un entendimiento de las batallas de la actualidad y que lo apliquen como líderes de nuestros militares en el futuro.

Además de hacer estos cambios para ayudar a nuestras tropas a triunfar en la guerra contra el terrorismo, hemos estado transformando nuestras fuerzas armadas desde comienzos del 2001 para hacerles frente a los desafíos que puedan surgir en las próximas décadas. Por ejemplo, hemos iniciado la más extensa transformación de la ubicación de tropas de Estados Unidos en el mundo desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Estamos sacando a tropas de puestos de la Guerra Fría en Europa y Asia de manera que puedan pasar más rápidamente a lugares de conflicto alrededor del mundo. Hemos creado nuevos comandos militares para atender desafíos únicos en África y apoyar nuestro territorio nacional.

Hemos invertido más de medio billón de dólares en investigación y desarrollo, para que podamos desarrollar capacidad incluso más avanzada a fin de proteger a Estados Unidos de los peligros en el nuevo siglo. Estamos haciendo que nuestras tropas tengan la capacidad de trabajar unas con las otras e interactuar más, de manera que los diferentes cuerpos puedan cooperar perfectamente entre ellos y con aliados extranjeros. Y con el fin de hacerle frente a una amenaza emergente para nuestra economía, nuestros sistemas de defensa y los ciudadanos individuales, el gobierno federal está cooperando estrechamente con el sector privado a fin de mejorar la seguridad cibernética.

Uno de los peligros más serios que enfrenta nuestro pueblo es la amenaza de un régimen renegado armado con misiles balísticos. En el 2001, anuncié nuestro retiro del Tratado sobre Misiles Antibalísticos (Anti-Ballistic Missile Treaty o AMB). Lo hice porque limitaba nuestra capacidad de desarrollar tecnología necesaria para defendernos de la amenaza de la extorsión por parte de estados renegados. Liberados de estas limitaciones, hemos desarrollado y desplegado nuevas defensas capaces de proteger a las ciudades de Estados Unidos de un ataque con misiles balísticos.

Este sistema ahora puede defender a Estados Unidos de ataques limitados con misiles desde Asia Nororiental. Llegamos a acuerdos con Polonia y la República Checa para establecer en sus territorios centros de defensa con misiles como protección contra ataques con misiles balísticos desde el Oriente Medio. Debido a que tomamos medidas, Estados Unidos ahora tienen la capacidad inicial de proteger a nuestro pueblo de un ataque con misiles balísticos.

Mientras desarrollamos nuevas defensas contra un ataque con misiles, también trabajamos con Rusia para hacer reducciones históricas en armas nucleares ofensivas. Cuando se completen estas reducciones, el arsenal nuclear total de Estados Unidos habrá alcanzado su nivel más bajo desde el gobierno del Presidente Eisenhower. Estas reducciones son parte de un nuevo enfoque hacia la disuasión estratégica, que depende de fuerzas de ataque tanto nucleares como convencionales, como también fuertes defensas. Estamos invirtiendo en nueva tecnología que asegurará la seguridad y fiabilidad y eficacia a largo plazo de nuestras fuerzas nucleares de disuasión. Esta estrategia envía un mensaje claro al mundo: Reduciremos nuestra dependencia de armas nucleares al mismo tiempo que mantendremos la potencia insuperable de las fuerzas estratégicas de disuasión.

Con todas las medidas que hemos tomado en los últimos ocho años, hemos sentado una base sólida sobre la cual pueden construir futuros presidentes y futuros líderes militares. Las fuerzas armadas de Estados Unidos… las fuerzas armadas de Estados Unidos hoy en día son más fuertes, más flexibles y están mejor preparadas para hacerles frente a las amenazas contra nuestro pueblo de lo que lo estaban hace ocho años. En los próximos años, nuestra nación debe continuar desarrollando la capacidad de llevar la lucha donde nuestros enemigos en todo el mundo. Debemos permanecer a la ofensiva. Debemos ser decididos y perseverantes al cumplir con nuestro deber de proteger al pueblo estadounidense de peligros. (Aplausos.)

Debemos respaldar a amigos y aliados que están tomando decisiones difíciles y asumiendo riesgos para vencer a los terroristas. Debemos seguir ejerciendo presión contra regímenes que patrocinan el terrorismo y van en pos de armas de destrucción masiva. Debemos continuar apoyando a los disidentes y reformistas que se pronuncian en contra del extremismo y a favor de la libertad. Debemos continuar transformando nuestras fuerzas armadas de manera que la próxima generación herede fuerzas armadas que sean capaces de mantener al pueblo estadounidense a salvo y promover la causa de la paz. Y por encima de todo, siempre debemos asegurarnos de que nuestras tropas cuenten con los fondos y recursos que necesitan para realizar su labor, y que sus familias reciban el pleno respaldo que se merecen. (Aplausos.)

Tengo muchísima confianza en el futuro, porque tengo confianza en todos ustedes. A fin de cuentas, la seguridad de nuestra nación depende de la valentía de quienes llevan el uniforme. Veo esa valentía en todos ustedes. Les agradezco por su patriotismo. Les agradezco por su dedicación al deber. Que Dios los bendiga en todas sus empresas. Que Dios bendiga a sus familias. Y que Dios continúe bendiciendo a Estados Unidos de Norteamérica. (Aplausos.)

END 11:50 A.M. EST