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Oficina del Secretario de Prensa
21 de noviembre de 2008

Día de Acciones de Gracias, 2008
Proclama del Presidente de Estados Unidos de Norteamérica

     El Día de Acción de Gracias es el momento para que familiares y amigos se reúnan y expresen su gratitud por todo lo que se nos ha dado, las libertades de las que gozamos y los seres queridos que enriquecen nuestras vidas. Reconocemos que todos esos dones, y la vida misma, vienen no de la mano del hombre, sino de Dios Todopoderoso.

     Cada año, en el Día de Acción de Gracias, recordamos la historia de los Peregrinos que vinieron a Estados Unidos en busca de libertad religiosa y una vida mejor. Arribaron al Nuevo Mundo y estos primeros colonos le agradecieron al Creador por ayudarlos a llegar a salvo a esta tierra de abundancia, y protegerlos durante el duro invierno. El primer Presidente de nuestro país, George Washington, declaró en la primera proclama por el Día de Acción de Gracias que "todas las naciones tienen el deber de reconocer la bondad de Dios Todopoderoso, obedecer Su voluntad, agradecerle por Sus dones, y humildemente implorar Su favor y protección". El Presidente Abraham Lincoln, en medio de la Guerra Civil, reavivó la tradición de proclamar un Día de Acción de Gracias, pidiéndole a Dios que sanara nuestras heridas y restaurara la paz en nuestro país.

     Hoy, al tener presente los orígenes de nuestra democracia, los estadounidenses recordamos que vivimos en una tierra llena de bendiciones, donde todos tienen el derecho a vivir, trabajar y practicar su religión libremente. Nuestro país le agradece especialmente a los valientes hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas, que protegen estos derechos mientras ponen de lado su propia comodidad y seguridad. Su valentía preserva nuestra libertad, les agradecemos por su sacrificio, y nos enorgullecemos de su fibra moral. Especialmente durante las fiestas, el país entero los tiene a ellos y a sus familias en sus pensamientos y oraciones.

     Los estadounidenses también están conscientes de la necesidad de compartir sus dones con los demás, y la compasión de nuestro país es manifiesta. Le rendimos homenaje a todos los ciudadanos bondadosos que le dan la mano a quien lo necesita, y colaboran en causas altruistas.

     Este día, démosle gracias a Dios, quien colmó a nuestro país de bendiciones en sus primeros días y nos sigue bendiciendo hoy. Que continúe guiándonos y protegiendo a nuestras familias y a nuestro país, por siempre.

     AHORA POR TANTO, YO, GEORGE W. BUSH, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, con la autoridad que me conceden la Constitución y las leyes de los Estados Unidos, por la presente proclamo el 27 de noviembre de 2008 como el Día Nacional de Acción de Gracias. Aliento a todos los estadounidenses a que se reúnan en sus hogares y lugares de culto con sus familiares, amigos y seres queridos, para fortalecer los vínculos que nos unen y agradecer por las libertades y muchas bendiciones de las que gozamos.

     EN FE DE LO CUAL, suscribo la presente este vigésimo primer día de noviembre del año de Nuestro Señor dos mil ocho, y ducentésimo trigésimo tercero de la Independencia de Estados Unidos de Norteamérica.

                         GEORGE W. BUSH

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