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Oficina del Secretario de Prensa
13 de septiembre de 2008

Discurso Radial del Presidente a la Nación

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Buenos Días.

Esta semana, los estadounidenses conmemoraron siete años desde los ataques terroristas que estremecieron nuestra Nación el 11 de septiembre del 2001. En esa fecha fuimos testigos de una destrucción atroz perpetrada por hombres malvados. Pero también fuimos testigo de los abnegados actos de valor y compasión llevados a cabo por ciudadanos valientes. Y vimos la fuerza del pueblo estadounidense al juntarse en defensa de la Nación.

El jueves dediqué un nuevo monumento conmemorativo del Nueve Once en el Pentágono. En años venideros, padres visitarán este sitio para recordar a hijos que se subieron al Vuelo 77 para un viaje de estudio y nunca salieron de los restos del avión. Esposos y esposas visitarán el monumento para recordar al cónyuge que salió al trabajo esa mañana y nunca volvió a casa. Y gente en toda la Nación visitará para recordar el heroísmo de trabajadores de rescate que entraron corriendo al Pentágono en llamas para salvar las vidas de sus conciudadanos.

Siete años después de los ataques del Nueve Once, este espíritu de heroísmo continúa vivo. Lo vemos en los valientes miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Estos valientes hombres y mujeres se han hecho voluntarios para defender a nuestra Nación durante tiempo de guerra. Todos los días enfrentan a nuestros enemigos en el extranjero para que nosotros no tengamos que hacerlo aquí en casa. Y debido a sus esfuerzos, nuestra Nación es más segura hoy de lo que era hace siete años.

En Afganistán, donde se planearon los ataques del Nueve Once, nuestros hombres y mujeres en uniforme han derrocado el régimen del Talibán, destruido campos Al-Qaida, y liberado a más de 25 millones de afganis. En los años posteriores, miembros del Talibán y Al-Qaida han querido recuperar el poder a través de actos de terror. Los Estados Unidos y nuestros aliados estamos enfrentando este reto de frente. No permitiremos que Afganistán una vez más se convierta en un refugio para el terror.

A principios de esta semana, anuncié destacamentos adicionales de tropas estadounidenses a Afganistán. En noviembre un batallón de la Infantería de Marina que debía ser destacado a Irak, se irá en su lugar a Afganistán. Será seguido en enero por una brigada de combate del Ejército.

Este compromiso continuo al pueblo afgani ilustra un contraste marcado: mientras que los terroristas y extremistas deliberadamente escogen y asesinan a inocentes, las fuerzas de Coalición y Afganis arriesgan sus vidas para proteger a los inocentes.

Estados Unidos también está en la ofensiva contra terroristas y extremistas en Irak. Desde que lanzamos el aumento de tropas el año pasado, la violencia ha caído a su nivel más bajo desde la primavera del 2004. Mientras que el enemigo en Irak aún es peligroso, hemos tomado la ofensiva y las fuerzas iraquíes están cada vez más capaces de encabezar y ganar la lucha. Como resultado, hemos podido llevar a cabo una política de "regreso después del éxito" - reduciendo el número de fuerzas de combate estadounidense en Irak a medida que las condiciones en el terreno siguen mejorando.

Después de evaluar las condiciones en Irak, el General Petraeus y los Jefes del Estado Mayor Conjunto han recomendado reducciones de fuerzas adicionales. Para febrero unas 8,000 tropas estadounidenses adicionales habrán regresado a casa sin reemplazo. Y si este progreso en Irak se mantiene, el General Petraeus y nuestros líderes militares consideran que rebajas adicionales serán posibles en la primera mitad del 2009.

En los siete años desde los ataques del 11 de septiembre, los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas y sus maravillosas familias han sido una fuente de orgullo para la Nación. Los que no llevan el uniforme también tienen una responsabilidad de servir a nuestro país. Después del Nueve Once, yo pedí a los estadounidenses que dedicaran por lo menos 4,000 horas - o dos años en el curso de una vida - a servir como voluntarios en sus comunidades. Esta mañana, renuevo ese llamado. Servir a los demás es más que un acto de generosidad. Es esencial a la salud de nuestra sociedad. Como cualquier voluntario le puede decir: cuando usted trae esperanza a las vidas de los demás, la vida que usted más enriquece casi siempre es la suya.

Gracias por escuchar.