print-only banner
The White House Skip Main Navigation
  

Para su publicación inmediata
Oficina del Secretario de Prensa
11 de septiembre de 2008

Declaraciones del Presidente en la Develación del Monumento Conmemorativo al 11 de Septiembre en el Pentágono
El Pentágono
Arlington, Virginia

10:08 A.M. EDT

EL PRESIDENTE: Gracias a todos. Señor vicepresidente; secretario Gates; señora presidenta de la Cámara de Representantes, jueces de la Corte Suprema; miembros de mi gabinete y gobierno; miembros del Congreso; almirante Mullen y jefes del Comando Conjunto; secretario Donald Rumsfeld, uno de los socorristas el 11 de septiembre de 2001; directores del Fondo Conmemorativo del Pentágono, señor presidente: felicitaciones; familiares y amigos de los caídos; distinguidos invitados; conciudadanos: para Laura y para mí es un honor estar con ustedes.

President George W. Bush is joined by former Secretary of Defense Donald Rumsfeld, left, and U.S. Secretary of Defense Robert Gates, as they bow their heads during a moment of silence Thursday, Sept. 11, 2008, during the dedication of the 9/11 Pentagon Memorial at the Pentagon in Arlington, Va. White House photo by Eric Draper Hace siete años a esta misma hora, un fatídico avión de pasajeros bajó en picada del cielo, partió la piedra y el acero de este edificio, y cambió nuestro mundo para siempre. Los años posteriores han sido testigos de la justicia impartida a personas malvadas y batallas libradas en países lejanos. Pero cada día en este año... cada año en este día, nuestros pensamientos regresan a este lugar. Aquí recordamos a quienes fallecieron. Y aquí, en este solemne aniversario, develaremos el monumento conmemorativo que consagrará su recuerdo para siempre.

La construcción de este monumento requirió visión y determinación... y estadounidenses de todos los rincones de nuestro país respondieron al llamado. Dos jóvenes arquitectos de la ciudad de Nueva York lo diseñaron. Una fundición cerca de St. Louis moldeó el acero. Un inmigrante iraquí en Illinois le dio brillo. Y ciudadanos de todo nuestro país aportaron sumas grandes y pequeñas para construir este elegante monumento.

El Monumento del Pentágono será un tributo perenne a las 184 almas inocentes que perecieron en este suelo. Las bancas aquí llevan cada uno de sus nombres. Y debajo de cada banca hay una pila resplandeciente llena del agua de vida, testamento de quienes nos fueron arrebatados y de su recuerdo, que continuará viviendo en nuestro corazón.

Para los familiares y amigos de los caídos, este monumento será un lugar de remembranza. Los padres vendrán aquí a recordar a hijos que se embarcaron en el vuelo 77 para una excursión escolar y nunca salieron de los escombros. Los esposos vendrán aquí para recordar a cónyuges que salieron a trabajar una mañana y nunca regresaron a casa. Personas de todo el país vendrán aquí para recordar amigos y seres queridos que nunca tuvieron la oportunidad de despedirse.

Un monumento conmemorativo nunca podrá reemplazar lo que perdieron ustedes que guardan luto por un ser querido. Oramos para que encuentren consuelo en la paz de este suelo. Oramos para que encuentren fortaleza en la certidumbre de que nuestra nación siempre compartirá esa pena con ustedes.

Para todos nuestros ciudadanos, este monumento será un recordatorio de la tenacidad del espíritu estadounidense. Al caminar entre las bancas, recordaremos que pudimos haber perdido muchas vidas más. El día que cayeron edificios, surgieron héroes: empleados del Pentágono corrieron a los corredores llenos de humo para guiar a sus amigos y ponerlos a salvo. Los bomberos subieron corriendo las escaleras del World Trade Center cuando las torres estaban a punto de colapsar. Los pasajeros abordo del vuelo 93 lucharon para retomar el control de la cabina del piloto y sacrificaron la vida para salvar un sinnúmero de otras. Uno de los peores días en la historia de Estados Unidos suscitó algunos de los actos más valientes en la historia estadounidense. Siempre rendiremos homenaje a los héroes del 11 de septiembre. Y aquí en este lugar sagrado, prometemos que nunca olvidaremos su sacrificio.

President George W. Bush is joined from left by former Secretary of Defense Donald Rumsfeld, U.S. Secretary of Defense Robert Gates, Chairman of the Joint Chiefs of Staff, Admiral Michael Mullen and James J. Laychak, chairman of the Pentagon Memorial Fund, Inc. as they bow their heads during a Moment of Silence Thursday, Sept. 11, 2008, at the dedication of the 9/11 Pentagon Memorial at the Pentagon in Arlington, Va.  White House photo by Eric Draper También rendimos homenaje a quienes se pusieron de pie y tomaron la noble decisión de defender a nuestra nación en tiempos de guerra. Cuando nuestros enemigos atacaron el Pentágono, destruyeron el edificio. Pero no pudieron acabar con la determinación de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Desde el 11 de septiembre, nuestros soldados han llevado la lucha al extranjero, donde están los terroristas, para que no tengamos que enfrentarlos dentro del país. Gracias a esos valientes hombres y mujeres, y todos los que trabajan para mantenernos a salvo, no ha habido otro atentado contra nuestro territorio en 2,557 días. (Aplausos.)

Para generaciones futuras, este monumento será un lugar de aprendizaje. Llegará el día en que la mayoría de los estadounidenses no tendrán recuerdos propios de los sucesos del 11 de septiembre. Cuando visiten este monumento, se enterarán de que el siglo XXI comenzó con una gran pugna entre las fuerzas de la libertad y las fuerzas del terrorismo. Sabrán que esta generación de estadounidenses cumplió con su deber: no flaqueamos, no dudamos y no fracasamos. Sabrán que la libertad prevaleció debido a que el anhelo de libertad vive en el corazón de cada hombre, mujer y niño en la Tierra.

Podemos sentir optimismo sobre el futuro porque hemos visto la fibra moral y la valentía de quienes defienden la libertad. Hemos tenido el privilegio de vivir entre quienes se han ofrecido para propagar la base de la paz y la justicia, que es la libertad.

Hace siete años, una mañana como ésta, el oficial de policía Cecil Richardson estaba de guardia aquí en el Pentágono. Ese día, vio con sus propios ojos lo que es el terrorismo. Dice que algunas noches, aún recuerda el olor del metal ardiente y el humo. No hace mucho, me escribió diciendo, "Recuerdo las razones por las que luchamos. Recuerdo las pérdidas que sufrimos. Y recuerdo la paz que tendremos".


A Marine Band trumpeter plays Taps while first responders and officials salute a flag that hangs on the side of the Pentagon Thursday, Sept. 11, 2008, during the dedication of the 9/11 Pentagon Memorial at the Pentagon in Arlington, Va.  White House photo by Eric Draper Ese día de paz llegará. Y mientras llega, le pedimos a un Dios bondadoso que proteja a nuestros soldados en batalla. Le pedimos que consuele a las familias de luto. Y le pedimos que bendiga a nuestro gran país.

Y ahora, es un honor para mí develar el Monumento Conmemorativo del Pentágono. (Aplausos.)

END 10:15 A.M. EDT