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Oficina del Secretario de Prensa
22 de marzo de 2008

Discurso Radial del Presidente a la Nación

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Buenos Días.

          Este fin de semana familias en todo Estados Unidos se están juntando para celebrar la Pascua.  Esta es la fiesta más importante de la fe cristiana.  Y durante este período especial y sagrado, cada año millones de estadounidenses se detienen para recordar un sacrificio que trascendió la sepultura y redimió al mundo.

          La Pascua es una fiesta que nos llama de regreso a casa.  Este fin de semana es una ocasión para reflejar sobre las cosas que más importan en la vida: el amor de la familia… la risa de amigos… y la paz que proviene de estar en el lugar que usted llama su hogar.  En buenos tiempos como en malos tiempos, estas tiernas misericordias son fuentes de esperanza.

          En la Pascua, llevamos en nuestros corazones aquellos que pasarán esta fiesta lejos de sus hogares – nuestras tropas en el frente.  Yo aprecio profundamente los sacrificios que ellos y sus familias están haciendo.  Estados Unidos tiene la bendición de tener las mejores fuerzas armadas del mundo, compuestas de hombres y mujeres que cumplen su responsabilidad con dignidad, humildad y honor.  Su dedicación es una inspiración para nuestro país y motivo de gratitud en esta temporada de Pascua.

          En la Pascua, recordamos especialmente aquellos que han dado sus vidas por la causa de la libertad.  Estos valientes individuos han vivido las palabras del Evangelio: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.”  Y los héroes caídos de nuestra Nación viven en la memoria de la Nación que ayudaron a defender.

          En la Pascua también honramos a estadounidenses que dan de sí mismo aquí en casa.  Cada año, millones de estadounidenses dedican tiempo para alimentar a los que tienen hambre, y vestir a los necesitados, y velar por la viuda y el huérfano.  Muchos de ellos se ven motivados a actuar por su fe en un Dios bondadoso que dio a Su Hijo para que se perdonara el pecado.  Y en esta temporada de renovación, millones de personas en todo el mundo recuerdan el regalo que eliminó la punzada de la muerte y abrió la puerta hacia la vida eterna.  Laura y yo les deseamos a todos una feliz Pascua.

          Gracias por escuchar.