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Oficina del Secretario de Prensa
12 de octubre de 2007
Declaraciones Del Presidente Sobre Política Comercial
Radisson Miami Hotel
2:00 P.M. EDT
EL PRESIDENTE: Gracias por la calurosa bienvenida. Es un gusto estar en Miami. He estado buscando a mi hermanito. (Risas.) Seguro que por fin encontró trabajo. (Risas.) Estoy bromeando, Jeb.
Le agradezco al Centro de Política Hemisférica (Center for Hemispheric Policy) y a la Cámara de Comercio del Gran Miami (Greater Miami Chamber of Commerce) por auspiciar este evento. Y les agradezco a todos por venir. Les agradezco el apoyo que brindan a las empresas aquí en el sur de Florida.
Sé que ustedes saben. como líderes comerciales y expertos en política exterior, que uno de los asuntos fundamentales que enfrenta nuestro país es la expansión del comercio y la inversión. Y de eso deseo hablarles hoy. Es un mensaje oportuno porque el Congreso debe tomar ciertas decisiones importantes pronto. Tomé una decisión sobre el comercio y la inversión, y ahora el Congreso debe tomar una decisión sobre el comercio y la inversión, especialmente con respecto a los tratados de libre comercio con Perú, Panamá y Colombia. Estos tratados crearán condiciones equitativas para las empresas, trabajadores y agricultores aquí en Estados Unidos. Estos tratados ayudarán a nuestros amigos en diversas regiones y contribuirán a sacarlos de la pobreza. Estos tratados combatirán el falso populismo promovido por algunas naciones en el hemisferio. Estos tratados afianzarán las fuerzas de la libertad y la democracia en todo el continente americano. Insto a los líderes del Congreso a que aprueben estos tratados latinoamericanos lo antes posible. (Aplausos.)
Y les agradezco por darme la oportunidad de venir aquí y explicar por qué son importantes.
Quiero darle las gracias a mi amigo, el senador Mel Martínez, por presentarme. Le agradezco su voluntad de servir en el Senado de Estados Unidos. Sé que ésta no es una reunión de partido, pero permítanme simplemente decirles que está haciendo una excelente labor. (Aplausos.)
Quiero darles las gracias a tres miembros presentes de la delegación del Congreso: los muchachos Díaz-Balart. (risas). Lincoln y Mario, como también Ileana Ros-Lehtinen. Es un honor para mí contar con su presencia. Gracias por venir. (Aplausos.)
Le agradezco muchísimo a Manny Díaz por acompañarnos hoy. Señor alcalde, es un honor para mí contar con su presencia. Le agradezco por su tiempo. (Aplausos.) Quiero darles las gracias a los funcionarios estatales y locales que nos acompañan. Realmente le agradezco a la ex secretaria Donna Shalala, que además es la presidenta de la Universidad de Miami, por auspiciar este evento. (Aplausos.) Le agradezco también a Hank Klein, presidente de la Greater Miami Chamber of Commerce. (Aplausos.) Y le doy las gracias a mi amigo, Chuck Cobb, presidente de la Florida Free Trade Area of the Americas, Inc., un grupo de personas interesadas en el libre comercio. (Aplausos.)
Nos reunimos en un momento histórico para la economía de este país. La semana pasada, nos enteramos de que septiembre fue el 49no mes consecutivo de generación de empleo en Estados Unidos: el mayor periodo ininterrumpido de crecimiento laboral que se ha registrado. Y apenas ayer, nos enteramos de que la economía estadounidense alcanzó nuevos niveles de exportación al mes. Una mayor exportación patrocina puestos mejores y mejor remunerados. y es importante que nuestros ciudadanos lo comprendan. Las personas que trabajan para empresas que exportan tienen puestos mejor pagados que las que no. Y, entonces, creo firmemente que para asegurarnos de que continúen los niveles históricos que alcanzamos en estos últimos días, debemos expandir el comercio.
En Miami saben de lo que estoy hablando. Ustedes ven. ven el valor del comercio todos los días. Esta ciudad es conocida como "el umbral al continente americano". Su apertura hacia Latinoamérica ha ayudado a hacer de esta ciudad un centro dinámico de cultura y comercio y empresa. Las personas que conocen Miami comprenden la importancia del comercio para el futuro de esta ciudad. El año pasado, comercio con un valor de $72,000 millones pasó por el área de Miami, y casi la mitad de eso fue a nuestros vecinos del sur. Ese comercio ayudó a la economía del Gran Miami a crecer 6.7 por ciento en el 2005; eso es más de dos veces el promedio nacional. Y la tasa de desempleo aquí ha bajado a 4.1 por ciento, lo que está por debajo del promedio nacional.
Pienso que el argumento a favor del comercio es inequívoco en Miami, y es necesario que presentemos ese argumento en todo el país. He venido a un lugar que se ha beneficiado del comercio para que otros alrededor del país puedan comprender que también puede suceder en sus regiones. La expansión del comercio y la inversión ha sido un compromiso. un compromiso de larga tradición para Estados Unidos. No soy el primer Presidente que se para y dice que necesitamos ampliar el comercio. Es más, presidentes desde Eisenhower hasta Kennedy, desde Reagan hasta Clinton se han esforzado por aprovechar las oportunidades del comercio libre y equitativo. Abrir mercados extranjeros para los bienes y servicios de Estados Unidos ha sido una importante prioridad de mi gobierno. En enero del 2001, Estados Unidos tenía en vigor tratados de libre comercio con apenas tres países. Ahora tenemos en vigor tratados con 14 países, entre ellos siete en Latinoamérica.
Desafortunadamente, si hablamos sobre el comercio en Estados Unidos - no s cómo es aquí en Miami- pero cuando se habla sobre el comercio por todo Estados Unidos, se oyen indicios preocupantes. una tendencia proteccionista está comenzando a cobrar fuerza en Estados Unidos y en el Congreso. Los tratados comerciales recientes han sido aprobados por escaso margen. Acuerdos que eran realmente buenos para la economía estadounidense apenas recibieron la aprobación del Congreso. Los promotores del aislamiento económico en el Congreso han afirmado que los tratados de los que acabo de hablar serían "malos para los trabajadores estadounidenses". Un congresista hizo esta predicción: si se aprobaban los tratados, "cada vez más, el futuro de estadounidenses con diplomas universitarios será freír hamburguesas". Ése es el tipo de retórica con el que estamos lidiando respecto a si este país debe o no sentirse seguro y abrir mercados para bienes y servicios alrededor del mundo.
Los resultados de los tratados están comenzando a llegar, y están probando que los críticos están equivocados. En los cuatro años desde que implementamos un tratado de libre comercio con Chile, las exportaciones estadounidenses a ese país han aumentado a más del doble. En los cuatro años desde que implementamos un tratado de libre comercio con Singapur, las exportaciones estadounidenses a ese país han aumentado aproximadamente 50 por ciento. Y apenas en un año, desde que comenzamos a implementar un tratado de libre comercio con Centroamérica y la República Dominicana, las exportaciones estadounidenses a esa región se han incrementado 13 por ciento. (Aplausos.)
Y mientras tanto, la economía de Estados Unidos ha continuado creciendo, y la expansión laboral ha sido sólida, y los salarios por hora están aumentando, y el mercado laboral para personas con títulos universitarios es prometedor. Cuando el comercio se expande, los trabajadores estadounidenses se benefician, porque nuestros trabajadores están haciendo productos para personas alrededor del mundo que quieren comprar productos que dicen, "Hecho en Estados Unidos".
El Congreso ahora tiene la oportunidad de aumentar los éxitos con la aprobación de nuevos tratados de libre comercio con Perú, Colombia y Panamá. Hoy, cada uno de estos tres países goza de acceso libre de impuestos a los mercados de Estados Unidos para prácticamente todos sus productos. Están enviando mercadería hacia acá, y la mayoría de esos productos ingresa a Estados Unidos libre de aranceles. Sin embargo, cuando enviamos nuestros productos hacia allá, la mayoría de nuestros productos debe pagar aranceles significativos. Nuestros tratados de libre comercio derrumbarían muchas de estas barreras. y crearía condiciones equitativas para nuestras empresas y agricultores y trabajadores. Juntos, estos tratados aumentarían el acceso a 75 millones de clientes nuevos con un PIB combinado de $245,000 millones. En mayo, mi gobierno y líderes demócratas en el Congreso se congregaron para llegar a un consenso entre ambos partidos para considerar estos acuerdos comerciales. Y éste es el momento de avanzar con estos tratados a favor del crecimiento, de la democracia.
Y hay mucho en juego. Mientras el Congreso debate, la gente en todo el hemisferio observa para ver si Estados Unidos cumple con su promesa de comercio libre y equitativo. En una carta reciente a los demócratas del Congreso, la ex secretaria Shalala -y le agradezco por su liderazgo en este asunto- y decenas de sus colegas demócratas escribieron lo siguiente: "Latinoamérica está disponible. Reconocemos plenamente que pedirle al Congreso de los Estados Unidos que vote sobre estos tratados comerciales conlleva una carga política. Sin embargo, rechazar estos tratados haría que los intereses regionales de Estados Unidos retrocedan una generación. No debemos darles la espalda ahora".
Entre los demás signatarios de la carta se encuentran los ex senadores Bob Graham, Sam Nunn y Bennett Johnson [sic], como también muchos otros miembros del gobierno del Presidente Clinton. Los que firmaron la carta están totalmente en lo correcto. Los miembros de ambos partidos en el Congreso deben ver estos tratados comerciales como lo que son: una oportunidad histórica para afianzar nuestra economía dentro del país y promover la democracia y prosperidad en todo nuestro hemisferio. Y el Congreso debe aprobar estos tratados pronto, para que los pueblos de todo el continente americano puedan ver los beneficios.
El primero de los nuevos tratados comerciales con Latinoamérica que mi gobierno llevó a cabo fue con Perú. Este tratado es muy prometedor, porque Perú tiene una de las economías de más rápido crecimiento en América del Sur. Tan sólo el año pasado, la economía de Perú se expandió 8 por ciento. Y con mayor prosperidad en nuestros dos países, el comercio entre Estados Unidos y Perú ha aumentado al doble durante los últimos tres años.
El tratado de libre comercio con Perú crearía aun mayores oportunidades para nuestros dos países. Sería particularmente beneficioso para empresas y trabajadores y agricultores aquí en este país. El tratado de libre comercio eliminaría inmediatamente la mayoría de los aranceles industriales de Perú, como también muchas de las barreras a las exportaciones agrícolas de Estados Unidos. También proporcionaría acceso a un mercado nuevo y tratamiento equitativo a las empresas estadounidenses que prestan servicios e invierten en Perú. Éstos serían los efectos: Si se trata de una empresa de Miami que exporta productos electrónicos a Perú, pasaría de pagar miles de dólares en aranceles por los productos que envió a no pagar ningún arancel. En otras palabras, su producto pasaría a ser más competitivo. Aumentarían sus probabilidades de vender en un mercado nuevo. Y al instante, los productos se volverían más económicos. El empresario tendría más dinero para invertir aquí dentro del país. Los trabajadores tendrían mayores probabilidades de retener sus empleos.
Un tratado de libre comercio con Perú reforzaría nuestra alianza con una importante democracia en América del Sur. El año pasado, Perú sostuvo dos ruedas de elecciones libres e imparciales. Y por medio de sus representantes, el pueblo peruano dejó en claro que quiere aumentar sus vínculos con Estados Unidos. La legislatura peruana aprobó el tratado de libre comercio con un margen abrumador. Y ahora es el turno del Congreso de Estados Unidos para mostrar el compromiso de Estados Unidos . al aprobar el tratado con Perú rápidamente y con una gran mayoría de ambos partidos. (Aplausos.)
El segundo de los nuevos tratados comerciales latinoamericanos que mi gobierno llevó a cabo fue con Colombia. En Colombia hay 44 millones de clientes potenciales; más que la población combinada de Florida, Georgia, Alabama, Mississippi y Carolina del Norte. Después de años de dificultades, la economía de Colombia es sólida y está creciendo, con una expansión de 6.8 por ciento apenas el año pasado. Colombia es ahora nuestro quinto socio comercial en Latinoamérica. Y Colombia es el mayor mercado en América del Sur para las exportaciones agrícolas de Estados Unidos.
El tratado de libre comercio abriría la economía en crecimiento de Colombia a nuestros productores. Eliminaría inmediatamente los aranceles a más de 80 por ciento de las exportaciones industriales y de productos para el consumidor provenientes de Estados Unidos. Proporcionaría acceso nuevo y significativo, libre de impuestos para cosechas estadounidenses. Los efectos serían de gran envergadura. En Colombia, las familias gozarían de un mejor estándar de vida. gracias a productos estadounidenses más económicos y acceso más regular a nuestros mercados. Aquí en este país, aproximadamente 8,000 empresas de Estados Unidos que exportan a Colombia encontrarían compradores nuevos para sus bienes y servicios. Y por primera vez en la historia, podrían competir en Colombia en condiciones equitativas.
Las repercusiones estratégicas de este tratado son tan importantes como los beneficios económicos. Colombia es uno de los más firmes aliados de Estados Unidos en el Hemisferio Occidental. Ha sido atacada por una imponente red de terroristas y narcotraficantes, lo que ha puesto en peligro su democracia. En años recientes, el Presidente de Colombia, elegido democráticamente, ha dado pasos valientes para detener a los narcotraficantes y frenar a los grupos paramilitares y velar por el cumplimiento de la ley. (Aplausos.)
Estados Unidos ha apoyado los esfuerzos del Presidente Uribe por medio de un programa llamado Plan Colombia, lanzado por el Presidente Bill Clinton y respaldado firmemente por mi gobierno. Los resultados son asombrosos. Desde el 2000, los secuestros y ataques terroristas y asesinatos han disminuido considerablemente. Las condenas han aumentado. Colombia ha extraditado a cientos de narcotraficantes y terroristas a Estados Unidos. Y el pueblo colombiano está recuperando el país que le arrebataron los narcoterroristas.
En el Congreso, hay quienes han expresado preocupación por la violencia en Colombia, particularmente los ataques contra los sindicalistas. El Presidente Uribe toma muy en serio estas inquietudes y ha respondido de modo decisivo. Ha creado una unidad independiente de fiscales para investigar y sancionar los homicidios contra los sindicalistas. Ha permitido que la Organización Internacional del Trabajo (International Labor Organization) tenga un representante permanente en Bogotá. Ha trabajado para ofrecer a los jóvenes colombianos mejores alternativas a una vida de violencia y drogas, lo que incluye nuevos empleos y oportunidades económicas que se derivarían de un tratado comercial con Estados Unidos.
El historial de Colombia no es perfecto, pero está claro que el país va por buen camino. y está solicitando nuestra ayuda. Ambas cámaras de la legislatura colombiana han expresado su apoyo abrumador para el tratado comercial con Estados Unidos. Y ahora están a la espera de que cumplamos con nuestra parte del trato. Si el Congreso rechaza a este aliado comprometido, dañaríamos la credibilidad de Estados Unidos en la región y haríamos que otros países estén menos dispuestos a cooperar en el futuro. Como lo expresó el Primer Ministro Stephen Harper de Canadá, "Si Estados Unidos les da la espalda a sus amigos en Colombia, esto hará que nuestra causa retroceda mucho más de lo que cualquier dictador latinoamericano podría aspirar a lograr". Con la audacia de sus actos, Colombia ha probado que es merecedora del apoyo de Estados Unidos. e insto al Congreso a que apruebe este vital tratado lo antes posible. (Aplausos.)
El tercero de los nuevos tratados comerciales latinoamericanos que mi gobierno llevó a cabo es con Panamá. Panamá tiene la economía de más rápido crecimiento en Centroamérica, con una tasa de crecimiento de más de 8 por ciento el año pasado. Nuestras naciones tienen vínculos estrechos, que datan de la construcción del Canal de Panamá. El comercio siempre ha sido un aspecto clave de nuestra relación. Tan sólo el año pasado, nuestros países intercambiaron productos por un valor de casi $3,000 millones.
El tratado de libre comercio con Panamá desarrollará aun más esta dinámica relación comercial. Eliminará inmediatamente los aranceles a 88 por ciento de nuestras exportaciones industriales y de productos al consumidor que enviamos a Panamá. Abrirá un nuevo mercado para los agricultores y ganaderos estadounidenses, entre ellos los productores de fruta aquí en Florida. Aumentará el acceso al sector de servicios de Panamá, incluido su importante mercado de servicios financieros. Abrirá nuevas oportunidades para que las empresas estadounidenses participen en el proyecto de expansión del Canal de Panamá. Éste es un buen tratado, y continuaremos trabajando estrechamente con el Congreso y el gobierno de Panamá para abordar los asuntos necesarios para lograr su aprobación.
Colectivamente, estos tres tratados comerciales tienen el potencial de impulsar nuestra economía y fortalecer a nuestros aliados y propagar la prosperidad en toda nuestra región. Queremos que la gente sea próspera en nuestra región. Está entre los intereses de Estados Unidos que la prosperidad se propague por toda Latinoamérica y Sudamérica. (Aplausos.) Y sin embargo, a muchos de nuestros ciudadanos les incomoda la competencia y se preocupan de que el comercio ocasione la pérdida de empleos. ¿Saben? Comprendo por qué. Comprendo que si alguien se ve forzado a cambiar de trabajo a mitad de carrera puede ser doloroso para su familia. Lo sé. Y es por eso que creo firmemente en la asistencia para reajuste laboral que ayuda a los estadounidenses a hacer la transición de un puesto al siguiente.
En otras palabras, considero que existe una función para el gobierno federal, que es que cuando una persona pierda un puesto debido al comercio, exista ayuda para esa persona y su familia. ayuda para que esa persona reciba nueva educación. en el sistema de instituciones comunitarias de enseñanza superior, por ejemplo, para poder capacitar a esa persona para los puestos que existen actualmente. Más educación superior mejora la productividad de un trabajador. Y cuando se mejora su productividad, su salario también aumenta. Y, entonces, en vez de concentrarnos sólo en los riesgos, los aspectos negativos, pienso que es importante que este país se concentre en los beneficios muchos mayores del comercio. Ayudaremos a las personas cuyo. que perdieron un puesto debido al comercio. Pero es importante que nuestro país comprenda que el comercio produce prosperidad, y la prosperidad significa que la gente tendrá mayores probabilidades de encontrar trabajo.
En el debate que tenemos por delante, los miembros del Congreso deben tener en cuenta a las empresas y trabajadores y agricultores estadounidenses que ganarán, que se beneficiarán con las condiciones equitativas para sus bienes y servicios. Deben tener en cuenta que los consumidores estadounidenses gozarán de más opciones y mejores precios provenientes del comercio. Deben tener en cuenta a los millones de pobladores de nuestro hemisferio que serían rescatados de la pobreza. Y por encima de todo, los miembros del Congreso deben tener confianza en la capacidad de Estados Unidos de competir en el mundo. Y deben mostrar esa confianza al aprobar estos tratados comerciales con votos positivos de ambos partidos. (Aplausos.)
Además de estos tratados, mi gobierno continuará trabajando para promover el comercio de otras maneras. A nivel nacional, trabajaremos estrechamente con el Congreso para que se apruebe el histórico tratado de libre comercio con Corea del Sur. Se proyecta que tan sólo este tratado aporte más de $10,000 millones a nuestra economía. y así como nuestros tratados en Latinoamérica, afianzaría nuestra relación con un aliado democrático en una importante región del mundo. A nivel regional, estamos procurando extensos tratados comerciales en el continente americano y la región de Asia- Pacífico. Y a nivel mundial, estamos promoviendo enérgicamente la conclusión exitosa de la Rueda de Negociaciones Comerciales de Doha, que tiene el potencial de disminuir las barreras comerciales en todo el mundo.
Todo esto nos llevará más cerca de un mundo que vive en libertad, un mundo en el que aumenta la prosperidad, un mundo que comercia en libertad. Aqu en nuestro hemisferio, eso significa un continente americano donde los países democráticos trabajan juntos para promover la paz y justicia y seguridad; donde la oportunidad de tener éxito es tan real en Lima como en Los Ángeles, en Bogotá como en Boston; donde la oportunidad de que la gente haga sus sueños realidad es tan real en la Ciudad de Panamá, Panamá, como lo es en Panama City, Florida. (Risas.)
Y la visión que tengo para nuestro hemisferio incluye a una Cuba libre y democrática. (Aplausos.) Gracias.
MIEMBRO DEL PÚBLICO: ¡Viva Bush!
EL PRESIDENTE: Todavía no he acabado. (Risas.)
En La Habana, el largo dominio de un dictador cruel está llegando a su fin. Cuando Cuba ingrese a un periodo de transición, los países en todo el hemisferio y el mundo deben insistir en la libertad de expresión, libertad de asamblea; deben insistir en la liberación de los prisioneros en Cuba. Y finalmente, debemos insistir en elecciones libres y competitivas. (Aplausos.) Siéntese. (Risas.)
Les agradezco todo lo que están haciendo para ayudar a hacer posible la visión de un continente americano libre y próspero. Es por eso que he venido a agradecerles. Como líderes empresariales que invierten en nuevos productos y comercian con sus vecinos, ustedes aportan a la vitalidad y dinamismo de esta región, y eso ayuda a nuestro país. Como estudiosos, gente que estudia cómo promover la libertad, paz y prosperidad, han ayudado a las personas a comprender los beneficios del libre comercio y les agradezco por lo que están haciendo.
Les pido que hagan algo más: que se aseguren de que los miembros del Congreso de Estados Unidos escuchen su voz. No tienen que preocuparse por estos tres; no pierdan su tiempo. (Risas.) Pero hay gente que necesita oírlos. Les pido que les digan que los tratados de libre comercio con Perú, Colombia y Panamá son esenciales para nuestra economía. (Aplausos.) Les pido que les recuerden que son esenciales para nuestra seguridad. Y les pido que les digan que son importantes para nuestros intereses morales.
Gracias por darme la oportunidad de venir. Se lo agradezco. Que Dios los bendiga. (Aplausos.)
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