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Oficina del Secretario de Prensa
12 de julio de 2007
Conferencia de Prensa con el Presidente
James S. Brady Briefing Room
10:31 A.M. EDT
EL PRESIDENTE: Buenos días. Gracias. Ayer Estados Unidos perdió a una extraordinaria Primera Dama y estupenda tejana, Lady Bird Johnson. Trajo distinción a la Casa Blanca y belleza a nuestro país. A nombre del pueblo estadounidense, Laura y yo les enviamos nuestras condolencias a sus hijas, Linda y Luci, y nuestras oraciones están con la familia Johnson.
Antes de responder a sus preguntas, hoy quisiera darle al pueblo estadounidense un informe actualizado de la situación en Iraq. Desde que Estados Unidos inició sus operaciones militares en Iraq, el conflicto allá ha pasado por cuatro fases principales. La primera fase fue liberar a Iraq de Sadam Husein. La segunda fase fue devolverle al pueblo iraquí su soberanía y llevar a cabo elecciones libres. La tercera fase fue el trágico aumento de la violencia sectaria instigada por el ataque contra la Mezquita Dorada de Samarra.
Estamos en la cuarta fase: despliegue de refuerzos e inicio de nuevos operativos para ayudar a los iraquíes a brindarle seguridad a su gente. Les voy a explicar por qué el éxito de esta nueva estrategia es vital para la protección de nuestro pueblo y el retorno de nuestras tropas a casa, que es un objetivo que comparten todos los estadounidenses. Les haré un resumen del informe que estamos enviando al Congreso. Voy a discutir por qué un descenso en el nivel de tropas que no esté motivado por el éxito de nuestras operaciones sería un desastre.
Como Presidente, mi responsabilidad más solemne es mantener al pueblo estadounidense seguro. Por ello, bajo mis órdenes, hombres y mujeres buenos están ahora luchando contra los terroristas en las líneas de vanguardia en Iraq. Les he dado a nuestros soldados en Iraq objetivos claros. Y cuando arriesgan su vida para lograr estos objetivos, necesitan saber que tienen el apoyo inquebrantable del Comandante en Jefe, y lo tienen. Y necesitan que el enemigo sepa que Estados Unidos no va a retroceder. Entonces, cuando le hablo al pueblo estadounidense sobre Iraq, a menudo enfatizo la importancia de mantener nuestra determinación y cumplir nuestros objetivos.
Como resultado, a veces el debate sobre Iraq se representa como un desacuerdo entre quienes quieren que nuestras tropas estén en Iraq y quienes quieren traerlas a casa. Ése no es el punto en debate. No sé de persona alguna que no vea la hora de que nuestros valientes hombres y mujeres de uniforme empiecen el viaje de regreso a casa.
En mi discurso a la nación en enero lo expliqué del siguiente modo: Si aumentamos nuestro apoyo en este momento crucial, podemos acelerar la llegada del día en que nuestras tropas empiecen el viaje de regreso a casa. El verdadero debate sobre Iraq es entre quienes piensan que la batalla está perdida o que no vale la pena, y quienes creen que podemos ganar la batalla y que, aunque la lucha sea difícil, el costo de la derrota sería mucho más alto.
Creo que podemos triunfar en Iraq, y sé que debemos hacerlo. Por eso estamos esforzándonos para derrotar a Al Qaida y a otros extremistas, y ayudando al gobierno iraquí para que se afiance y proteja a su pueblo, proporcione servicios básicos y sea un aliado en la lucha contra estos extremistas y radicales. Al hacer eso, creamos las condiciones que permitirán que nuestras tropas empiecen el viaje de regreso a casa, a la vez que consolidamos nuestros intereses nacionales de largo plazo en Iraq y la región.
Cuando comencemos a retirar a nuestras tropas en Iraq, será porque nuestros comandantes militares dicen que las condiciones en el terreno son las correctas, no porque las encuestadores dicen que es una buena estrategia política. La estrategia que anuncié en enero está concebida para tomar la iniciativa y crear esas condiciones. Su objetivo es ayudar a los iraquíes a afianzar su gobierno para que pueda funcionar incluso en medio de la violencia. Busca abrir un espacio para que los líderes políticos de Iraq den pasos hacia el difícil proceso de reconciliación nacional, la cual es esencial para una seguridad y estabilidad duraderas. Se centra en aplicar presión militar de manera sostenida para lograr que las redes terroristas en Bagdad y las zonas circundantes se desbanden. Está abocada a usar la diplomacia para fortalecer el apoyo regional e internacional al gobierno democrático de Iraq.
Hacemos todas esas cosas con la intención de posibilitar un papel más limitado para Estados Unidos. Es el objetivo que trazó el Grupo de Análisis sobre Iraq (Iraq Study Group), constituido por miembros de ambos partidos. Éste objetivo lo comparten los iraquíes y nuestros aliados en la coalición. Es el objetivo que el embajador Crocker y el general Petraeus, y nuestros soldados se están esforzando por hacerlo realidad.
Nuestra principal prioridad es ayudar a los iraquíes a proteger a su población. Por lo tanto, hemos lanzado una ofensiva dentro y fuera de Bagdad para perseguir a los extremistas, a fin de darles tiempo a las fuerzas de Iraq para que se afiancen, y ayudar a que la vida normal y la sociedad civil echen raíces en comunidades y vecindarios de todo el país. Estamos ayudando a mejorar el número, capacidad y eficacia de las fuerzas de seguridad de Iraq, para que los iraquíes puedan asumir la defensa de su propio país. Estamos ayudando a los iraquíes a recuperar los barrios ocupados por los extremistas. En la provincia Anbar, las tribus suníes que alguna vez lucharon junto con Al Qaida en contra de nuestra coalición ahora luchan junto a nuestra coalición en contra de Al Qaida. Estamos esforzándonos por repetir el éxito en Anbar y otras partes del país.
Hace dos meses, en el proyecto de ley de asignaciones presupuestales suplementarias para financiar a nuestras tropas, el Congreso estableció 18 parámetros para medir el progreso del gobierno iraquí. Establecieron como requisito que presentáramos un informe completo al Congreso para el 15 de septiembre. Hoy mi gobierno ha presentado al Congreso un reporte preliminar que requiere que evaluemos -y cito lo que dice el proyecto de ley- "si se está logrando o no un progreso satisfactorio en el cumplimiento de estos parámetros".
De los 18 parámetros que el Congreso nos pidió que evaluásemos, podemos informar que se está alcanzando logros en ocho ámbitos. Por ejemplo, los iraquíes proporcionaron las tres brigadas que prometieron para los operativos dentro y alrededor de Bagdad. Y el gobierno iraquí está gastando casi $7,300 millones de sus propios fondos este año para capacitar, equipar y modernizar a sus tropas. En otros ocho ámbitos, a los iraquíes les queda mucho por hacer. Por ejemplo, no han hecho lo suficiente para prepararse para elecciones locales o aprobar una ley a fin de compartir los ingresos del petróleo. Y en los dos ámbitos restantes, el progreso no era suficientemente categórico como para caracterizarlo de una u otra manera.
Quienes creen que la batalla en Iraq ya se ha perdido probablemente destaquen los resultados insatisfactorios en algunos de los parámetros políticos. Quienes creen que la batalla en Iraq puede y debe ganarse ven el desempeño satisfactorio en varios de los parámetros de seguridad como un motivo de optimismo. Nuestra estrategia se basa en la premisa de que el progreso en seguridad abre el camino para el progreso político. Así que no es una sorpresa que el progreso político esté rezagado en comparación con los avances en seguridad que estamos observando. Los fondos para el desarrollo económico son cruciales para ayudar a Iraq a lograr este progreso político. Hoy, voy a hacer uso de la autoridad de exención que me concede el Congreso a fin de asignar una porción considerable de esos fondos.
En resumidas cuentas, éste es un informe preliminar a menos de un mes del arribo en Iraq de los refuerzos finales. En septiembre, como lo requiere el Congreso, el general Petraeus y el embajador Crocker retornarán a Washington para proporcionar una evaluación más completa. Para entonces, esperamos ver mayores avances en los ámbitos positivos, el inicio de mejoras en los ámbitos negativos. También tendremos una mejor idea de cómo se está desenvolviendo la nueva estrategia y estaremos en mejor posición para juzgar si necesitamos hacer algún ajuste.
Cuento con que el general Petraeus me haga llegar sus recomendaciones sobre los niveles apropiados de tropas en Iraq. Discutiré las recomendaciones con el secretario de Defensa y los comandantes de Estado Mayor. Continuar comunicándome con los miembros de ambos partidos en el Congreso de Estados Unidos y luego tomaré una decisión.
Sé que en Washington hay quienes quisieran que empezáramos a retirarnos de Iraq ahora. Empezar a retirarnos antes de que nuestros comandantes nos digan que estamos listos sería peligroso para Iraq, para la región y para Estados Unidos. Significaría poner el futuro de Iraq en manos de Al Qaida. Significaría arriesgarnos a que haya matanzas en masa a una escala intolerable. Significaría permitir que los terroristas establezcan un refugio en Iraq para reemplazar el que perdieron en Afganistán. Significaría aumentar la probabilidad de que las tropas estadounidenses tengan que regresar en una fecha posterior para enfrentarse a un enemigo incluso más peligroso.
La batalla en Iraq es parte de un conflicto más amplio que está teniendo lugar en la región. La misma región en Irán. el mismo régimen que en Irán busca procurarse armas nucleares y amenaza con borrar a Israel del mapa también está proporcionando sofisticados explosivos improvisados a los extremistas en Iraq que los usan para matar soldados estadounidenses. Los mismos terroristas del Jezbolá que combaten contra las fuerzas de la democracia en el Líbano están entrenando a extremistas para hacer lo mismo contra las fuerzas de la coalición en Iraq. El mismo régimen sirio que proporciona apoyo y santuario al yihad islámico y a Hamas se rehusó a cerrar su aeropuerto en Damasco a fin de impedir que atacantes suicidas lleguen a Iraq. Una retirada precipitada de las tropas estadounidenses envalentonaría a todos estos grupos extremistas, y confundiría a nuestros amigos y aliados en la región.
A todos los países del Oriente Medio les interesa un Iraq estable. Para proteger nuestros intereses y demostrar nuestro compromiso con nuestros amigos en la región estamos reforzando nuestra presencia militar, mejorando nuestros vínculos bilaterales de seguridad y respaldando a quienes luchan contra los extremistas en todo el Oriente Medio. También estamos usando herramientas diplomáticas para fortalecer el respaldo regional e internacional para el gobierno democrático de Iraq.
Así que estoy enviando al secretario Gates y a la secretaria Rice a la región a principios de agosto. Se reunirán con nuestros aliados, enfatizarán nuevamente nuestro compromiso con el Pacto Internacional de Sharm el Sheikh, volverán a asegurarles a nuestros amigos que el Oriente Medio sigue siendo una prioridad estratégica vital para Estados Unidos.
La visión que tienen los líderes iraquíes, nuestros aliados y nuestros amigos en la región coincide con la visión de mi gobierno, el Iraq Study Group y otros en este país. Los iraquíes no quieren que tropas estadounidenses patrullen las ciudades iraquíes para siempre, como tampoco lo quiere el pueblo estadounidense. Pero necesitamos asegurarnos de que cuando las tropas de Estados Unidos se retiren, los terroristas y extremistas no puedan asumir el control.
La estrategia que están poniendo en práctica el general Petraeus y las tropas bajo su mando es la mejor oportunidad que tenemos de llegar a ese punto. Así que le pido al Congreso que proporcione el tiempo y los recursos necesarios. Los hombres y mujeres de las fuerzas armadas estadounidenses han hecho enormes sacrificios en Iraq. Han alcanzado grandes logros, y la mejor manera de empezar a traerlos a casa es asegurarnos de que nuestra nueva estrategia tenga éxito.
Y ahora con gusto contestaré algunas preguntas, empezando con la señora Thomas.
P Señor Presidente, usted empezó esta guerra, usted optó por esta guerra y ahora puede, por sí solo, darle fin, hoy, en este momento. traer pacificadores, fuerzas de paz de Naciones Unidas. Dos millones de iraquíes han huido de su país como refugiados. Dos millones más han dejado sus hogares. Miles y miles han muerto. ¿No comprende? Usted llevó a Al Qaida a Iraq.
EL PRESIDENTE: En realidad, esperaba resolver el asunto iraquí por la vía diplomática. Por eso fui a Naciones Unidas y trabajé con el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el cual aprobó unánimemente la resolución que decía: Divulgue, deponga las armas o enfrente serias consecuencias. Ése fue el mensaje, el claro mensaje a Sadam Husein. Él fue quien decidió el curso.
P ¿No fuimos a Iraq.?
EL PRESIDENTE: Fue su decisión. Obviamente, para mí fue una decisión difícil enviar a nuestros valientes soldados, junto con las tropas de la coalición, a Iraq. Creo firmemente que el mundo es mejor sin Sadam Husein en el poder. Ahora la pregunta fundamental que enfrenta Estados Unidos es si respaldar a esta joven democracia, ayudarlos a lograr estabilidad, ayudarlos a convertirse en un aliado en esta lucha contra extremistas y radicales que no sólo son evidentes en Iraq, sino evidentes en el Líbano, los territorios palestinos y Afganistán.
Estamos en las fases iniciales de un gran conflicto ideológico entre quienes anhelan la paz y desean que sus hijos crezcan en una sociedad normal y decente, y los radicales y extremistas, que quieren imponerle su visión lóbrega a la gente de todo el mundo. Iraq está, obviamente. Helen, tiene la atención del pueblo estadounidense como debe ser; es una guerra difícil, es una guerra compleja. Pero como he dicho muchas veces durante toda mi presidencia, es una guerra necesaria para asegurar nuestra paz.
Encuentro interesante que a raíz del establecimiento de esta joven democracia, los radicales y extremistas asesinen a gente inocente para detener su avance. Y eso debe ser una señal clara para el pueblo estadounidense de que son peligrosos y que sus ambiciones no se limitarán a Iraq. Lo que ambicionan es continuar haciéndole daño al pueblo estadounidense. Mi actitud es que debemos derrotarlos allá para que no tengamos que enfrentarlos aquí, y que debemos derrotar su ideología con una forma de gobierno de más esperanza.
Terry
P Señor Presidente, está enfrentando una rebelión de republicanos. importantes senadores republicanos que quieren que cambie de curso y comience a reducir la función de combate de Estados Unidos. Considerando que el informe presenta resultados mixtos, ¿cómo va a persuadir a los republicanos para que continúen a su lado mientras ellos tienen en mente las próximas elecciones?
EL PRESIDENTE: Un par de cosas. En primer lugar, respeto a los republicanos a los que se refiere. Presumo que se refiere a amigos míos, como Lugar. El senador Lugar, Domenici, sí. Son personas buenas, honorables. He hablado con ellos y escuchado muy atentamente lo que dicen.
En primer lugar, comparten mi preocupación de que una retirada precipitada envalentone a Al Qaida. Y también comprenden que no podemos permitir que Al Qaida encuentre refugio dentro de Iraq. Agradezco sus llamadas y agradezco su deseo de trabajar con la Casa Blanca para llegar a una posición en que podamos mantener una presencia en Iraq.
Lo que les digo es lo siguiente, precisamente lo que les acabo de decir, que es que como Comandante en Jefe de las mejores fuerzas armadas de la historia, tengo la obligación, una obligación sincera y seria, de escuchar a mi comandante en el terreno. Y aceptaré su recomendación. Y como lo mencioné antes, voy a hablar con Bob Gates al respecto, como también con los comandantes de Estado Mayor al respecto, como también consultar con los miembros del Congreso, tanto republicanos como demócratas, al tomar una decisión sobre el camino a seguir en Iraq.
Y, entonces, yo. ¿Saben? Valoro la asesoría de esos senadores. Comprendo su inquietud sobre la situación en Iraq y voy a continuar escuchándolos.
Toby.
P Señor Presidente, además de los miembros de su propio partido, el pueblo estadounidense clama por un cambio de curso en Iraq. ¿Por qué se resiste tanto a esa idea y cuánto tiempo más está dispuesto a darle a esta escalada antes de considerar un cambio en esta política?
EL PRESIDENTE: En primer lugar, comprendo por qué el pueblo estadounidense está, ya sabe, cansado de la guerra. Hay. la gente está. hay fatiga de guerra en Estados Unidos. Está afectando nuestra psicología. Ya lo he dicho antes. Comprendo que ésta es una guerra horrenda. Es una guerra donde un enemigo mata a hombres, mujeres y niños inocentes a fin de lograr un objetivo político. No me sorprende que nuestro pueblo albergue una profunda inquietud.
Parte de esa inquietud es si podemos ganar o no; si el objetivo es alcanzable o no. La gente no quiere poner a nuestros soldados en peligro si lo que se está intentando lograr es imposible. Yo pienso igual. No puedo sostener la mirada de la madre o el padre de un soldado y decirle, estoy enviando a su hijo al combate, pero no creo que podemos lograr nuestra meta. No podría hacerle eso al progenitor o cónyuge de ningún soldado.
Creo que podemos tener éxito y creo que estamos progresando en materia de seguridad, lo que permitirá avanzar en el ámbito político también. Y por cierto, el informe que, como se indica con exactitud, estamos presentando hoy, está fechado a menos de un mes del arribo del último contingente de refuerzos.
Estuve en el país en enero y dije, he tomado esta decisión. Dije que lo que estaba ocurriendo en el terreno en Iraq era insatisfactorio. Y en consultas con mucha gente, llegué a la conclusión de que teníamos que enviar más tropas a Iraq, no menos, a fin de proporcionar estabilidad, a fin de posibilitar que hubiera más seguridad para la gente de allá. Y David pidió un cierto número de tropas... David Petraeus pidió un cierto número. el general Petraeus pidió un cierto número de tropas y las acaba de recibir hace un par de semanas.
Militares. toma tiempo movilizar a nuestras tropas, como lo saben los expertos. No se puede simplemente meterlos a todos en un avión o en un buque grande y llevarlos al terreno. Tuvimos que programar el arribo de nuestras tropas. Y después de que llegaron a Iraq, tomó tiempo que empezaran sus misiones. Desde que los refuerzos llegaron, las cosas han cambiado.
Por ejemplo, les recuerdo que la provincia Anbar se consideraba perdida. Algunos de ustedes quizá hayan reportado eso el otoño pasado. Y sin embargo, hoy, gracias a lo que llamamos reconciliación de abajo para arriba, la provincia Anbar ha cambiado drásticamente. Lo mismo está empezando a ocurrir en la provincia Diyala. Hay vecindarios en Bagdad donde la violencia se ha reducido. Todavía hay coches bomba, la mayoría de los cuales llevan la firma de Al Qaida, pero están disminuyendo. En otras palabras, hay progreso mensurable.
Y usted preguntó, ¿cuánto tiempo se puede esperar? Vuelvo a repetir, como Comandante en Jefe de estas grandiosas fuerzas armadas, que ha respaldado a estas fuerzas armadas y continuará haciéndolo, no sólo con mi. insistiendo en que tengan recursos, sino con. respetando la estructura de mando, voy a esperar que David regrese. que David Petraeus regrese con el informe de lo que él ve. Y luego usaremos esos datos que. su informe para trabajar conjuntamente con el resto de la cadena de mando militar y los miembros del Congreso para tomar otra decisión, de ser necesaria.
Sí, Martha.
P Usted dice que todas las tropas están ahora en posición y que están en posición hace sólo tres semanas o un mes. Sin embargo, tres cuartas partes de las tropas para la intensificación estaban en posición durante el periodo en que se redactó este informe preliminar de julio. ¿Está usted dispuesto a continuar la intensificación, independientemente de lo que diga el general Petraeus, si no hay logros políticos considerables por parte de Iraq para septiembre?
EL PRESIDENTE: Gracias. Me está pidiendo que especule sobre cuál será mi forma de pensar en septiembre, y simplemente le pido que dé. (le pediré) al general Petraeus que regrese y me ponga al tanto. Y luego, por supuesto, me complacerá contestar sus preguntas al respecto.
P Pero no ha habido logros políticos considerables, incluso con tres cuartas partes de las tropas allá.
EL PRESIDENTE: Bueno, como mencioné.
P ¿Continuará de la misma manera hasta septiembre, incluso si no los hay?
EL PRESIDENTE: Martha, como mencioné en mis declaraciones iniciales, siempre hemos pensado que la situación de la seguridad debía cambiar para que haya logros políticos. Es muy difícil que una democracia joven funcione entre violencia encarnizada. En segundo lugar, hay mucho del. mucho del pasado que debe solucionarse por medio del sistema. Me explico, vivir bajo el brutal tirano de Sadam Husein creó mucha ansiedad y muchas tensiones y mucha rivalidad, y tomará un tiempo superarlas. Pero no podían superar esas tensiones y rivalidades en medio de violencia grave.
Y, entonces, la estrategia fue movilizar más tropas para hacer que la violencia disminuya. Y sobre eso reportará David Petraeus.
Sí, Jim.
P Gracias, señor Presidente. Una pregunta para usted sobre su proceso de toma de decisiones como Comandante en Jefe que está usted describiendo. ¿Ha considerado la idea que en algún momento dado el Congreso podría quitarle parte de ese poder exclusivo de toma de decisiones por medio de legislación? Y nos puede decir, ¿aún está decidido a vetar cualquier plazo para la retirada de tropas?
EL PRESIDENTE: ¿Quiere decir usted en este periodo preliminar? Sí. No creo que el Congreso deba dirigir la guerra. Considero que deben proporcionar los fondos para nuestras tropas. Ciertamente, me interesa la opinión de ellos, pero tratar de dirigir una guerra por medio de resoluciones es una receta para el fracaso, en mi opinión, y no nos podemos dar el lujo de fracasar.
Trabajaré con el Congreso; escucharé al Congreso. El Congreso tiene todo el derecho de asignar dinero. Pero la idea de decirles a nuestros militares cómo realizar operativos, por ejemplo, o cómo lidiar con el poderío de las tropas no creo que tiene sentido. No creo que tiene sentido hoy, ni creo que es un buen precedente para el futuro. Y, entonces, la función del Comandante en Jefe es, por supuesto, consultar con el Congreso.
P Entonces, si se aprobara Reed-Levin o algo similar y se estableciera.
EL PRESIDENTE: Bueno, espero que no se apruebe, Jim. Pero.
P Pero, ¿qué pasa si tienen.?
EL PRESIDENTE: Permítanme asegurarme de que comprendan lo que estoy diciendo. El Congreso tiene todo el derecho del mundo de asignar fondos. Ésa es su principal participación en esta guerra, que es proporcionar fondos para nuestras tropas. Lo que está preguntando es si el Congreso debe determinar o no, básicamente, cómo se despliegan las tropas o el poderío de las tropas. Y no creo que eso sería bueno para el país.
David.
P Señor Presidente, usted ha dicho muchas veces que esta etapa de la guerra se centra en que el gobierno de Iraq constituya un gobierno autosuficiente, estable. En noviembre pasado, su propio director de la CIA, según The Washington Post, le dijo sobre ese gobierno: "La incapacidad del gobierno para gobernar parece irreversible. No podría señalar ningún momento significativo o punto de referencia en que podríamos revertir las cosas". Y dijo, al hablar sobre el gobierno, que hay equilibrio de poderes pero que no puede funcionar.
EL PRESIDENTE: Sí.
P Después de escuchar eso, uno piensa en cuántos cientos de soldados han sido matados, en todo el dinero que se gastó desde ese momento. ¿Por qué no debe concluir la gente que usted es, ya sea, terco o no quiere ver, pero ciertamente no es realista sobre la estrategia que ha seguido desde entonces?
EL PRESIDENTE: ¿Saben? Es interesante. Resulta que Mike Hayden. Creo que está citando a Mike Hayden allí. Fue esta mañana a presentarme su informe semanal, y le pregunté sobre el artículo del periódico que usted cita. Su respuesta fue. sus comentarios al Iraq Study Group fueron menos categóricos que la cita que usted leyó.
Él dijo que dejó en claro que la actual estrategia en Iraq no estaba funcionando. Eso es lo que recuerda de la sesión informativa al Iraq Study Group. Les informó del hecho que no estaba funcionando y que necesitábamos un cambio de rumbo. También dijo que las personas que sugieren que nos retiremos y permitamos que el gobierno de Iraq haga. esto es en noviembre del 2006. permitamos que los iraquíes asuman el control, no comprenden la incapacidad del gobierno de Iraq en ese momento de manejar esa responsabilidad.
Luego dijo. esto es lo que él. lo que recuerda de su conversación. es que era necesario que nuestra estrategia ayudara a disminuir la violencia para que pudiera haber una reconciliación política de arriba a abajo, como también de abajo a arriba.
Ha habido una reconciliación política, Martha, de abajo a arriba. La provincia de Anbar es un lugar donde los expertos habían. un experto había dicho que era imposible que lográsemos nuestro objetivo. Ésta era una región de Iraq donde Al Qaida había dejado en claro que quería establecer un refugio desde el cual confabular, planear atentados adicionales, diseminar su ideología en todo el Oriente Medio. Desde entonces, desde este informe de noviembre del 2006, y desde esa declaración al Iraq Study Group, las cosas han cambiado considerablemente en el terreno, en la provincia de Anbar.
Y están comenzando a experimentar el mismo cambio. porque la gente en el terreno está harta de la violencia y de las amenazas de gente como Al Qaida, que no tiene una visión positiva para el futuro. Y ha habido un cambio significativo, y ahora los jeques suníes y ciudadanos suníes están trabajando con la coalición para llevar a los asesinos de Al Qaida ante la justicia. Y se está adoptando esa misma estrategia en Diyala.
Y, entonces, se presta mucha atención, como debe ser, francamente, a las leyes del petróleo o elecciones. Pero recuerden, también hay una reconciliación política paralela, y es la que está sucediendo a nivel de base. Mike Hayden también habló de eso.
P Pero, ¿piensa usted que ha sido realista sobre la estrategia y lo que es posible?
EL PRESIDENTE: Bueno. gracias por la repregunta. No ha cambiado nada en la nueva sala. De todos modos. sí. Como les dije en noviembre, aproximadamente en este momento, yo estaba entre el grupo de estadounidenses que no aprobaba lo que estaba sucediendo en Iraq porque parecía que todo el esfuerzo que habíamos hecho hasta ese punto estaba por fracasar. En otras palabras, la violencia sectaria realmente era encarnizada. Y yo tuve que tomar una decisión, y era ya sea retirarnos, como algunos sugerían, y esperar que el caos y la violencia que podían ocurrir en la capital no se propagaran fuera del país, o enviar más tropas para evitar que se desatara el caos y la violencia para comenzar. y ésa es la decisión que tomé. Entonces, fue una evaluación realista de mi parte.
Lo que es realista, también, es comprender las consecuencias de lo que sucederá si fracasamos en Iraq. En otras palabras, la gente no se va a contentar con simplemente echar a Estados Unidos de Iraq. Al Qaida quiere hacernos daño aquí. Ése es su objetivo. Eso es lo que quieren hacer. Tienen una ideología y creen que el mundo debe regirse por ella y que la única manera de ayudar a propagar esa ideología es perjudicar al pueblo estadounidense, perjudicar los intereses estadounidenses. Las mismas personas que atacan con bombas a personas inocentes en Iraq fueron las que nos atacaron el 11 de septiembre en Estados Unidos, y es por eso que lo que sucede en Iraq es importante para la seguridad aquí dentro del país.
Entonces, he sido realista sobre las consecuencias del fracaso. He sido realista sobre lo que es necesario que suceda en el terreno para que tengamos éxito. Y ha sido una labor difícil, y el pueblo estadounidense ve esta labor difícil. Y una de las razones por las que es una labor difícil es porque en las pantallas de nuestros televisores salen estos asesinatos violentos, perpetrados repetidamente por personas que nos han hecho daño en el pasado. Y ésa debe ser una lección para el pueblo estadounidense, comprender que lo que sucede en Iraq y el extranjero es importante para la seguridad de Estados Unidos de Norteamérica.
Sí, señora.
Pero, señor, sobre ese punto, ¿qué pruebas puede presentarle usted al pueblo estadounidense de que la gente que atacó Estados Unidos el 11 de septiembre es, de hecho, la misma gente responsable por los ataques que están teniendo lugar en Iraq? ¿Qué pruebas puede presentar usted? Y además, ¿está usted diciendo, señor, que Al Qaida en Iraq es la misma organización dirigida por el propio Osama bin Laden?
EL PRESIDENTE: Al Qaida en Iraq le ha jurado lealtad a Osama bin Laden. Y las personas que perpetraron los atentados contra Estados Unidos. obviamente, las personas en el avión están muertas, y los comandantes, muchos de ésos están ya sea muertos o presos, como Khalid Sheikh Mohammed. Pero la gente en Iraq, Al Qaida en Iraq, le ha jurado lealtad a Osama bin Laden. Y debemos tomar en serio a Al Qaida en Iraq, así como debemos tomar en serio a Al Qaida en cualquier parte del mundo.
Veamos aquí. Estoy dando la vuelta. Sheryl.
P Señor Presidente, en Jordania en noviembre, usted, con el Primer Ministro Maliki a su lado, dijo que es el hombre correcto para Iraq. Dadas las calificaciones de hoy y dada la falta de reconciliación política de arriba abajo, ¿le puede usted decir al pueblo estadounidense que aún cree que es el hombre correcto para Iraq?
EL PRESIDENTE: Considero que él comprende que es necesario que haya una verdadera reconciliación, la necesidad de que se apruebe legislación; lo creo firmemente. He tenido una serie de conferencias telefónicas con el Primer Ministro, como también con el consejo presidencial. En el consejo presidencial, tienen al Presidente Talabani, tienen a los dos vicepresidentes, al-Mahdi y Hashimi, como también al Primer Ministro. Y los he instado a que trabajen juntos para lograr la aprobación de una ley. No es fácil lograr la aprobación de una ley en ciertas legislaturas, como la suya. Hay mucho trabajo por hacer. Y continuaré instándolos, pero.
P ¿Confía en ellos?
EL PRESIDENTE: Casi he terminado con la primera; luego abordaré la segunda.
Y, entonces, continuaré instando a los iraquíes a que nos demuestren que son capaces de aprobar legislación. Pero no sólo somos nosotros; es el pueblo de Iraq. Y lo que realmente importa es si la vida está mejorando o no para el pueblo iraquí en el terreno.
Y, sí, tengo confianza en ellos, pero también comprendo cuán difícil es. No estoy ofreciendo excusas, pero es difícil. Es una labor difícil para ellos hacer que se apruebe una ley. Y a veces es una labor difícil para la gente aquí hacer que se apruebe una ley. Pero eso no quiere decir que no debemos continuar esforzándonos por lograr un objetivo, que es un gobierno que sea capaz de proporcionarle seguridad a su pueblo y ofrecer servicios básicos, e igualmente importante, servir de aliado contra estos extremistas y radicales.
Sí, señor.
P Gracias, señor Presidente.
EL PRESIDENTE: No, usted no. Michael.
P Oh.
EL PRESIDENTE: Okay, ¿eso fue brusco?
P Sí.
EL PRESIDENTE: Como el nuevo salón, ¿debí ser más gentil? (Risas.) ¿Alguna vez usamos "más bondadoso y gentil "? No.
Adelante, Michael. Y luego usted.
P Si puedo cambiar de tema por un segundo a otra importante decisión que usted tomó recientemente, que fue en el caso de Scooter Libby.
EL PRESIDENTE: Sí.
P Usted habló muy sobria y seriamente en sus declaraciones sobre cómo contempló las diversas cuestiones legales al llegar a su decisión sobre esa conmutación. Pero un asunto que usted no abordó fue el asunto de la moralidad de sus asesores principales que divulgaron el nombre de una agente secreta de inteligencia. Ahora que ha concluido el caso. alguna vez usted habló de algo. ¿Puede decir si está decepcionado de alguna manera con la conducta de esos asesores principales? Y, ¿les ha comunicado usted esa decepción de alguna manera?
EL PRESIDENTE: Michael, yo. En primer lugar, la decisión con respecto a Scooter Libby fue, me pareció, una decisión justa y equilibrada. En segundo lugar, no le he dedicado mucho tiempo a hablar sobre el testimonio que la gente de todo mi equipo fue forzada a prestar como resultado del fiscal especializado. No les pregunté entonces y no les he preguntado desde entonces.
Tengo en cuenta el hecho de que quizá alguien en el poder ejecutivo divulgó el nombre de esa persona, y a menudo me pregunto lo que habría pasado si esa persona se hubiera presentado y dicho, fui yo. ¿Habríamos invertido este, digo, tantas largas horas de investigación y un tanto dinero en este asunto? Pero ha sido un asunto difícil para mucha gente aquí en la Casa Blanca y ha seguido su curso, y ahora vamos a dejarlo atrás.
Wendell.
P Señor Presidente, usted ha hablado fervorosamente.
EL PRESIDENTE: Ah, lo siento.
P ¿Me la está quitando?
EL PRESIDENTE: Estoy.
P Después de "justa y equilibrada", me la va a quitar. (Risas.)
P Ah. (Risas.)
P ¿Va a tomar la mía, señor?
EL PRESIDENTE: Usted tiene el micró. un asunto de posesión, ¿Me entiende? (Risas.)
P Gracias, señor. Usted ha hablado fervorosamente sobre las consecuencias del fracaso en Iraq. Sus críticos dicen que usted no envió suficientes tropas allá para comenzar, no evitó que Al Qaida ocupara el vacío creado por el colapso del ejército de Sadam, no ejerció suficiente presión en el gobierno de Iraq para hacer que se diera la reconciliación política necesaria para evitar la violencia sectaria que el país padece ahora. Entonces, ¿por qué ha de pensar el pueblo estadounidense que usted tiene la visión necesaria para la victoria en Iraq, señor?
EL PRESIDENTE: Todas ésas son preguntas legítimas que estoy seguro que los historiadores analizarán. Me explico, una de las preguntas es, ¿debimos haber enviado más al comienzo? Bueno, yo le hice al general Tommy Franks esa pregunta, ¿necesita más? en la primera fase de esta operación, cuando el general Franks estaba obviamente a cargo, y durante nuestras conversaciones previas a la decisión de derrocar a Sadam Husein después de que hiciera caso omiso de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Mi principal pregunta para el general Franks fue, ¿tiene lo necesario para el éxito? Y, ¿tiene lo necesario para tener éxito después de lograr el derrocamiento de Sadam Husein? Y su respuesta fue, sí.
Ahora, la historia hará una retrospectiva para determinar si se pudo tomar una decisión diferente o no. Pero en ese momento, lo único que le puedo decir, Wendell, es que confié en que nuestro comandante militar tomara la decisión acertada sobre el tamaño de nuestro contingente militar. Y puedo recordar una reunión con los comandantes de Estado Mayor, que dijeron, hemos analizado el plan. Me acuerdo. y parecían satisfechos con él. Recuerdo que estaba sentado en el PEOC, o en la Sala de Situación, acá abajo en la Casa Blanca, y fui de comandante en comandante, todos los responsables de los diferentes aspectos del operativo para derrocar a Sadam. Le dije a cada uno de ellos, ¿tiene lo necesario? ¿Está satisfecho con la estrategia? Y la respuesta fue, sí.
Nos hemos esforzado muchísimo para hacer que este país se reconcilie. Al fin y al cabo, tienen una constitución moderna, que de cierto modo es el marco para la reconciliación. Y al fin y al cabo, hubo una cantidad significativa de votos en que se le dio a la gente la oportunidad de expresar su deseo de vivir en una sociedad libre. De hecho, 12 millones de iraquíes acudieron a las urnas.
Lo que sucedió entonces, por supuesto, es que el enemigo, Al Qaida, atacó la Mezquita de Samarra, lo que, por supuesto, suscitó ansiedad e ira entre los chiítas. Y luego, de buenas a primeras, la violencia sectaria comenzó a aumentar exponencialmente. La reconciliación no se había afianzado lo suficiente en la sociedad para evitar que esta violencia se apoderara del país. Y, entonces, tengo. ¿Saben? Tengo que decidir si está bien o no que esa violencia continúe o si tiene sentido o no que tratemos de enviar más tropas para sofocar la violencia, para darle al proceso de reconciliación más tiempo para avanzar.
Mi preocupación es que como resultado de la violencia y asesinatos, podría haber caos. Pues, ésa es la situación que los rufianes como Al Qaida necesitan para sobrevivir. Les gusta el caos. Es más, les gusta crear caos para crear condiciones de temor y ansiedad y duda. Y ese caos podría generar. podría resultar en una mayor escalada de violencia en el Oriente Medio. Y es importante que el pueblo estadounidense comprenda lo siguiente: Esa violencia y ese caos envalentonarían a los grupos extremistas, ya sean chiítas o suníes, y luego entrarían en competencia unos con los otros.
Tal caos y violencia enviarían una señal contradictoria a los iraníes, que han dicho que creen que Israel debe ser borrado del mapa. La gente comenzaría a poner en duda la determinación de Estados Unidos. De hecho, Al Qaida estaría en mejor posición para recaudar dinero y reclutar. Y lo que hace a este escenario doblemente peligroso es que han probado que pueden atacarnos y matar a casi 3,000 de nuestros ciudadanos. Y les gustaría volver a hacerlo.
Y, por lo tanto, la estrategia debe ser ayudar a este gobierno a convertirse en un aliado contra esta gente. Lo que sucede en Iraq. y comprendo cuán difícil ha sido. ha sido duro. Sin embargo, me ha inspirado muchísimo reunirme con nuestros soldados, que comprenden lo que está en juego en esta lucha, y reunirme con sus familias. Y les debemos a nuestros soldados respaldar a nuestros comandantes. gente inteligente, capaz, que está desarrollando una estrategia que nos permitirá tener éxito y evitar que sucedan las condiciones de las que acabo de hablar.
Ed. no, John. Una broma.
P Gracias, señor Presidente. Su gobierno ha citado a líderes de Al Qaida como Zawahiri diciendo que si salimos prematuramente, será una victoria gloriosa para Al Qaida. Pero la razón por la que no podemos partir o no hemos podido partir no es porque estamos siendo derrotados de manera alguna en términos militares; es porque los iraquíes no han logrado organizarse. Entonces, ¿por qué no podemos neutralizar esos mensajes y obviamente no retirarnos precipitadamente, sino comenzar algún tipo de retirada gradual que permita que nuestros militares salgan pero que también evite la depuración étnica?
EL PRESIDENTE: Bueno, hay mucha discusión sobre un escenario en que la posición de nuestras tropas sería proteger la integridad territorial de Iraq, de anexarse a las fuerzas de seguridad de Iraq, entrenarlas y ayudarlas a lidiar con los elementos violentos en su sociedad, como también mantener suficientes Fuerzas Especiales allá para perseguir a Al Qaida. Es más, eso es algo de lo que he hablado en público, he dicho que es una posición en la que me gustaría vernos.
Sin embargo, pensaba que necesitábamos enviar más tropas para hacer que la situación se calmara lo suficiente para poder terminar en esa posición.
Y en términos de mi propia toma de decisiones, como mencioné anteriormente, definitivamente debo realizar consultas y lo haré con el general David Petraeus, quien pidió las tropas adicionales para comenzar. tropas que han estado en posición, plenamente en posición, aproximadamente tres semanas.
Y, entonces, les pido a los miembros del Congreso que le den al general la oportunidad de regresar y ofrecernos una evaluación cabal de si estamos teniendo éxito o no. Y será entonces que consultaré con los miembros del Congreso y tomaré una decisión sobre el camino a seguir. todo con el propósito de asegurar que Al Qaida y otros extremistas no se beneficien de la decisión que tenga que tomar.
Mark.
P Sí, señor, señor Presidente.
EL PRESIDENTE: Sí, señor. Mark. (Risas.)
P Gracias. Gracias, señor. ¿Cuán cómodo está. señor, cuán cómodo está con que su secretario de Seguridad Nacional haya dicho, a falta de datos fidedignos de inteligencia sobre una amenaza inminente contra Estados Unidos, que su instinto le decía que se avecina un ataque este verano? Y, señor, ¿qué le dice su instinto?
EL PRESIDENTE: Mi instinto me dice que. lo que también me dice la cabeza. que cuando encontremos una amenaza verosímil, la compartiré con la gente, para asegurarnos de proteger el territorio nacional. La cabeza también me dice que Al Qaida es una amenaza seria para nuestra patria, y debemos continuar asegurándonos de tener buena información de inteligencia, buenos mecanismos de respuesta disponibles, que tenemos que asegurarnos de no envalentonarlos con. al fracasar en ciertos teatros de la guerra en los que nos están atacando, que debemos continuar ejerciendo presión en ellos. Necesitamos perseguirlos y llevarlos ante la justicia antes de que vengan al país y vuelvan a hacernos daño.
Y, entonces, es un. éste es un asunto serio que va a extenderse más allá de mi presidencia. Como digo, éstas son las etapas iniciales de lo que considero que es un conflicto ideológico que. donde diferentes visiones compiten sobre lo que debe ser el mundo. Lo que hace que esto sea más difícil que conflictos previos es que ha habido un uso asimétrico de poder. en otras palabras, explosivos improvisados y terroristas suicidas son el principal componente táctico que estos rufianes están usando para tratar de lograr objetivos estratégicos.
Su objetivo es imponerle su visión al mundo. Su objetivo es echar a Estados Unidos de algunas regiones del mundo. Quieren un refugio. Les encantan las sociedades donde las mujeres no tengan derechos, como la sociedad que se esforzaron por imponerles a las mujeres de Afganistán con el Talibán. Ésa es su visión. Y nos conviene defendernos permaneciendo a la ofensiva contra ellos. Y nos conviene propagar una ideología alternativa.
Hemos hecho esto anteriormente en la historia de nuestra nación. Hemos ayudado a gente a alcanzar los frutos de la libertad, incluso si han sido nuestros enemigos. Y la libertad tiene una manera asombrosa de ayudar a sentar las bases de la paz. Y es realmente importante, al emprender esta lucha ideológica del siglo XXI, que no olvidemos que la libertad puede transformar sociedades.
Ahora, un debate interesante es si una nación como Iraq puede gobernarse a sí misma o no; si a esta gente siquiera le importa la libertad. Como posiblemente me hayan escuchado decir antes, creo que. creo firmemente. que la libertad es un valor universal; que la libertad no es sólo para estadounidenses o metodistas, que la libertad es universal en su aplicación. Y, entonces, cuando votaron en el 2005, no me sorprendió. me complació que los números fueran tan altos como lo fueron, desafiando tantas amenazas y coches bomba, pero no me sorprendió.
Y éste es el verdadero desafío que enfrentamos. Iraq es apenas un aspecto de una guerra más extensa contra estos yijadistas y extremistas, Mark. Es un. Lidiaremos con este asunto por un tiempo, así como lidiamos con otras ideologías por un tiempo. A las ideologías les toma tiempo echar raíces.
Creo firmemente que verán que el movimiento democrático continuará avanzando por todo el Oriente Medio si Estados Unidos no se vuelve aislacionista. Es por eso que les he dicho que me estoy asegurando de que continuemos participando diplomáticamente en la región. Condi Rice y Bob Gates viajarán allá a comienzos de agosto, para continuar recordándoles a nuestros amigos y aliados que somos. que en primer lugar, los consideramos socios estratégicos y, en segundo lugar, que queremos que se esfuercen por ser sociedades más libres y que ayuden a este gobierno de Iraq a sobrevivir. Es de interés para ellos que Iraq se convierta en un aliado estable.
Y considero que podemos lograr ese objetivo. Y no sólo creo que lo podemos lograr, sino que sé que tenemos que lograr el objetivo para cumplir con nuestro deber. Es trabajo arduo. Y una de las cosas de las que habl durante los comentarios iniciales fue, ¿lo hacemos ahora o básicamente nos retiramos, dejamos que una encuesta de Gallup o cualquier encuesta por all dicte el destino del país? Y mi opinión es, es que si eso sucediese, entonces tendríamos que regresar con un contingente mayor para protegernos, porque la realidad de los hechos en el siglo XXI es que lo que sucede en el extranjero es importante para la seguridad de nuestro país.
Ed.
P Buenos días, señor Presidente. Dados los sucesos en el terreno en Iraq y la política aquí en el país, ¿la movilización militar de Estados Unidos a Iraq ha llegado al tope o permitiría usted una mayor movilización militar?
EL PRESIDENTE: Está usted tratando de hacer lo que Martha trató muy hábilmente de forzarme a hacer, y fue.
P ¿Puedo hacer una repregunta?
EL PRESIDENTE: Sí puede, porque está por darse cuenta de que no voy a contestar su pregunta. (risas). excepto con esto: Habrá mucha tentación de. no "tentación", no se quedará en tentación, usted de hecho me pedirá que especule sobre lo que nos dirá David Petraeus cuando regrese al país. Y simplemente le pido al pueblo estadounidense que comprenda que el Comandante en Jefe debe guiarse por la sabiduría y el criterio de los analistas y planificadores militares. Es muy importante para mí tener un sólido vínculo de confianza con las personas que están en el terreno asumiendo riesgos enormes.
Y, entonces, Ed, voy a esperar a ver lo que David tiene que decir. No voy a anticipar un juicio acerca de lo que podría decir. Confío en David Petraeus, en su criterio. Es un hombre honrado. Aquellos de ustedes que lo han entrevistado saben que es una persona de fiar, que piensa de manera innovadora. Los miembros de los CODEL me presentaron informes a su regreso que decían que les parecía que nuestros soldados tienen un gran respeto por nuestros comandantes en Bagdad, y yo también.
Ahora, ¿tiene usted una segunda pregunta, quizá sobre otro tema, otro campo otro.?
P El mismo tema.
EL PRESIDENTE: ¿La misma pregunta?
P Estrategia diferente.
EL PRESIDENTE: Es una estrategia diferente; sí, qué bien. (Risas.)
P ¿Cuán difícil es para usted llevar la guerra sin respaldo popular? ¿A usted, personalmente. se le hace difícil a veces encontrar el equilibrio entre lo que usted piensa que es lo correcto y seguir la voluntad de la mayoría del público, que realmente es la esencia de la democracia?
EL PRESIDENTE: Sí, lo es. Y, en primer lugar, puedo entender plenamente por qué la gente está cansada de la guerra. La pregunta que tienen es, ¿por qu no podemos ganarla? Y por supuesto que me preocupa si el pueblo estadounidense es parte de esta lucha o no. Sin embargo, considero que, cuando realmente piensan sobre las consecuencias de una retirada precipitada, comienzan a decirse a sí mismos, quizá debiéramos ganar esto, quizá debiéramos tener un Iraq estable.
Su pregunta, según me parece, es ¿podemos tener éxito? Y ésa es una pregunta muy importante, legítima para cualquiera. Considero que muchas personas comprenden que debemos tener éxito y creo que muchas personas comprenden que debemos esperar a que los generales tomen estas decisiones militares. Sospecho. Lo sé, Ed, que si nuestros soldados sospechasen que estoy realizando una encuesta para decidir cómo llevar esta guerra, estarían muy preocupados por la misión. En otras palabras, si nuestros soldados dijesen, bueno, aquí estamos en combate, y tenemos un Comandante en Jefe que está dirigiendo un grupo de opinión. en otras palabras, la política es más importante para él que nuestra seguridad o nuestra estrategia. eso desalentaría a nuestras tropas.
Y hay muchas partes interesadas en esta lucha. claramente el pueblo estadounidense, que está pagando por esto, es el mayor interesado. Y le repito, Ed, comprendo que hay. esta violencia los ha afectado. Y mucha gente no cree que podemos ganar. Hay mucha gente en el Congreso que tampoco cree que podemos ganar, y por lo tanto su actitud es, salgan.
Lo que me preocupa de esa estrategia, algo que Mike Hayden también mencionó, es que salir quizá suene simple y quizá afecte las encuestas, pero tendrá serias consecuencias de seguridad a largo plazo para Estados Unidos. Y, entonces, Ed, a veces uno simplemente tiene que tomar decisiones en base a lo que piensa que es lo correcto. Mi labor más importante es ayudar a proteger a este país, y por lo tanto, las decisiones en Iraq están todas dirigidas a ayudarlos a cumplir con esa labor. Y lo creo firmemente.
Una segunda parte interesada son las fuerzas armadas. Y le repito, estoy muy seguro de que nuestros militares no quieren que su Comandante en Jefe tome decisiones políticas con respecto a su futuro.
Una tercera parte interesada que es importante para mí son las familias militares. Son personas buenas que están haciendo enormes sacrificios y respaldan a sus seres queridos. Y no creo que quieran que su Comandante en Jefe tome decisiones basadas en popularidad.
Otra parte interesada con la que es importante que hable son los iraquíes. Obviamente, deseo que el gobierno de Iraq comprenda que esperamos que haya una reconciliación de arriba a abajo; que queremos ver la aprobación de leyes. Creo que escucharon ese mensaje. Saben bien que el gobierno estadounidense y el pueblo estadounidense esperan ver pruebas tangibles de colaboración; ése es el propósito de los parámetros.
Pero también deben saber que estoy tomando decisiones en base a nuestros intereses de seguridad, por supuesto, pero también ayudándolos a tener éxito, y que una encuesta no determinará el curso de acción de Estados Unidos. Lo que determinará el curso de acción es, ¿las decisiones que hemos tomado ayudarán a proteger a nuestro país a largo plazo?
Y finalmente, otra parte interesada es el enemigo, que se pregunta si Estados Unidos tiene el temple y la determinación para seguir tras ellos o no. Y, entonces, eso es lo que pienso, Ed.
¿Saben? Supongo que soy como cualquier otra figura política. Todos queremos que nos quieran, pero a veces las decisiones que uno toma y sus consecuencias no hacen posible que nos quieran. Y, entonces, Ed, cuando de esto sólo quede el recuerdo, si usted alguna vez va a visitarme cuando est viejo y decrépito allá en Crawford, podré decirle que me miré al espejo y tomé decisiones basadas en principios, no basadas en política. Y eso es importante para mí.
Gracias a todos por su tiempo. Me encantó estar aquí en este nuevo edificio. Gracias.
P ¿Podría simplemente preguntarle acerca del informe de inteligencia sobre Al Qaida, por favor?
EL PRESIDENTE: ¿Qué fue? Esto es asombroso.
P Lo sé, lo sé.
EL PRESIDENTE: El nuevo yo.
El informe de inteligencia sobre Al Qaida.
P Los analistas de inteligencia están diciendo que Al Qaida se ha reconstituido en algunas regiones de Pakistán, dicen que la amenaza para Occidente ahora es mayor que nunca, igual al 2001. Lo que.
EL PRESIDENTE: Bueno.
P Bueno, díganos qué.
EL PRESIDENTE: Me complace que me lo pregunte, gracias. Gracias, agradezco la oportunidad.
P Gracias por regresar, señor.
EL PRESIDENTE: Con gusto. Éste no es el nuevo yo. Digo, ésta es sólo una aberración. En otras palabras.
P .no volverá a suceder.
EL PRESIDENTE: .No voy a irme y regresar porque alguien me grita algo.
P Como en China.
EL PRESIDENTE: Sí, exactamente. (Risas.) Gracias, David. Se lo agradezco. Exactamente.
Hay una percepción en la cobertura de que Al Qaida quizá sea tan fuerte hoy como lo era antes del 11 de septiembre. Ése simplemente no es el caso. Creo que el informe dirá desde el 2001, no antes del 11 de septiembre de 2001.
En segundo lugar, que debido a las medidas que hemos tomado, Al Qaida es más débil hoy de lo que jamás habría sido. Aún son una amenaza. Aún son peligrosos. Y es por eso que es importante que tengamos éxito en Afganistán e Iraq y en cualquier otro sitio donde se encuentren. Ésa es nuestra estrategia, permanecer a la ofensiva contra Al Qaida.
Elaine hizo la pregunta, ¿se trata de Al Qaida en Iraq? Sí, se trata de Al Qaida, así como se trata de Al Qaida en partes de Pakistán. Y estoy trabajando con el Presidente Musharraf para poder. Él no los quiere en su país; no quiere combatientes extranjeros en bases dentro de su país. Y, entonces, estamos esforzándonos por asegurarnos de que continuemos ejerciendo presión sobre Al Qaida.
Pero no hay duda de que Al Qaida es peligroso para el pueblo estadounidense, y es por eso. como también para otros pueblos amantes de la libertad. y es por eso que estamos trabajando arduamente con aliados y amigos para mejorar nuestra información de inteligencia. Es por eso que necesitamos programas de vigilancia de terroristas. Es por eso que es importante que mantengamos . ya saben, mantengamos la esperanza de que el Congreso modernice esa ley. Y es por eso que nos mantenemos a la ofensiva.
En última instancia, la manera de derrotar a estos radicales y extremistas es ofrecer otra alternativa de vida para que sean incapaces de reclutar; que puedan usar. les gusta usar la frustración y desesperanza. Las sociedades que no ofrezcan esperanza se convertirán en sociedades donde Al Qaida tendrá la capacidad de convencer a un joven para que se suicide haciendo estallar una bomba. Lo que debemos hacer es ayudar a los gobiernos a ofrecer a su gente futuros más promisorios para que no sean susceptibles a ser reclutados.
Y la pregunta fundamental que enfrenta el mundo al respecto es si tiene sentido o no tratar de promover una ideología alternativa. Soy de los que piensa que sí. Dicen, es un idealista. Sí, soy idealista, pero también soy realista al comprender que si no se presenta una ideología alternativa, estos rufianes podrán continuar reclutando. Usarán la desesperanza para poder reclutar. Y, entonces, es. gracias por hacer esa pregunta.
Gracias a todos.
END 11:30 A.M. EST