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Oficina del Secretario de Prensa
4 de abril de 2007

Declaraciones Del Presidente a Las Tropas
En Fort Irwin, California

1:19 P.M. PDT

EL PRESIDENTE: Gracias a todos. (Aplausos.) He estado esperando todo el día para decir, ¡Hoo-ah!

EL PÚBLICO: ¡Hoo-ah!

EL PRESIDENTE: Gracias por recibirme. General Cone, gracias. Agradezco su servicio a nuestro país y gracias por ser el líder de estos hombres y mujeres. También es un honor para mí estar con Jill. Gracias por acompañarnos hoy en el almuerzo. El sargento Kim Boyink ha sido un anfitrión generoso. Sargento, aprecio haber estado con usted. Gracias por sus servicios. Gracias por sentar un ejemplo tan bueno para los reclutas.

President George W. Bush talks with U.S. Army Captain Pat Armstrong during his visit to the U.S. Army National Training Center Wednesday, April 4, 2007, at Fort Irwin, Calif.  White House photo by Eric Draper A menudo le digo a la gente que la columna vertebral del Ejército es el sargento.

EL PÚBLICO: ¡Hoo-ah!

EL PRESIDENTE: Y les agradezco a los sargentos que están presentes hoy aqu y les doy las gracias por sus servicios.

Quiero darles las gracias a dos miembros del Congreso de Estados Unidos que han viajado hoy conmigo, hombres que tienen preocupaciones sobre Fort Irwin y han reflejado dichas preocupaciones en diversas propuestas legislativas sobre asignaciones en el Congreso de Estados Unidos. En otras palabras, comprenden la importancia de esta misión y comprenden la importancia de asegurar que las personas acuarteladas aquí tengan la mejor vivienda y alimentos posibles. podrían trabajar un poquito en ello, pero. (Risas.)

Pero quiero presentarles a los congresistas de este distrito, el congresista Buck McKeon. ¿Dónde está, Buck? Allá está. Gracias, Buck. (Aplausos.) Y el congresista Jerry Lewis, miembro de mayor antigüedad del partido minoritario en el Comité de Gastos. (Aplausos.)

Me enorgullece estar aquí con el alcalde Dale, de la ciudad de Barstow. Agradezco que haya venido, señor alcalde. (Aplausos.) Es muy amable de su parte. Gracias por estar aquí.

Les agradezco no sólo a las personas en uniforme que están presentes hoy, sino que deseo darles las gracias también a las familias por asistir. Significa mucho para mí estar con nuestras familias militares. Diré algo sobre nuestras familias militares dentro de un minuto.

Les quiero a agradecer a los que acaban de regresar de Afganistán, la 699na Compañía de Mantenimiento.

EL PÚBLICO: Hoo-ah. (Aplausos.)

EL PRESIDENTE: Creo que las mejores palabras que puedo decir son, bienvenidos. Digo, gracias y bienvenidos. Nos alegra que estén aquí.

Les agradezco a aquéllos de ustedes que están a punto de ser movilizados a un importante teatro en esta guerra contra radicales y extremistas, esta guerra contra el terrorismo, los "diablos rojos" de la 58va de Ingenieros, los "renegados" de la 557ma Compañía de Mantenimiento, los "Super HETT" de la 2da Compañía de Transporte. Agradezco su. (Aplausos.)

El nuestro es un país maravilloso en el que las personas se ofrecen voluntariamente para servir al país en tiempos de guerra. Lo asombroso de nuestros militares estadounidenses es que miles se han enrolado con plena consciencia de que somos una nación en guerra. El gobierno no dijo, tienen que hacer esto; ustedes mismos decidieron hacerlo. De muchas maneras, decidieron poner a su país por encima de ustedes mismos. Estoy orgulloso de ser el Comandante en Jefe de gente tan decente, gente tan honorable y gente tan noble. Estoy orgulloso de estar en su presencia hoy.

President George W. Bush watches as a soldier operates technical field equipment, joined by U.S. Army Captain Pat Armstrong, right, during President Bush’s visit to the U.S. Army National Training Center Wednesday, April 4, 2007, at Fort Irwin, Calif.  White House photo by Eric Draper También quiero agradecerles a las familias. Comprendo cuán difícil es esta guerra para las familias militares de Estados Unidos. Comprendo que las rotaciones son difíciles para las mamás y esposos, hijos e hijas. Comprendo que cuando un ser querido es movilizado, crea ansiedad. También comprendo que nuestras familias militares apoyan firmemente a los que llevan el uniforme. Y, entonces, en nombre de una nación agradecida, les doy las gracias a las familias que están aquí y en todo Estados Unidos de Norteamérica. Ustedes son un aspecto integral de asegurar que este Ejército voluntario tenga el éxito que tiene ahora.

La vida cambió en este país el 11 de septiembre de 2001, y mi actitud sobre el mundo también cambió ese día. Decidí que yo. que nuestra labor más importante en Washington era protegerlos, proteger al pueblo estadounidense. Y decidí usar todos los recursos a nuestra disposición para hacerlo. Como a muchos estadounidenses, nos cuesta comprender lo que significó este ataque. Pero si se ponen a pensar sobre los antecedentes del ataque, les viene a la mente el ataque terrorista contra el World Trade Center en 1993, o el ataque por extremistas contra nuestras tropas en el Líbano o las embajadas en África, las torres Khobar en Arabia Saudita, o el USS Cole.

En otras palabras, el ataque del 11 de septiembre no fue el primer operativo de los extremistas. Es más, realizaron sus actos asesinos creyendo que no habría represalias. Estaban convencidos de que las naciones libres eran débiles. Y se volvieron más audaces, creyendo que la historia estaba de su parte.

Después de los ataques del 11 de septiembre, le prometí al país que no flaquearíamos, que usaríamos lo que fuera necesario para protegernos. Y, entonces, cambiamos nuestra estrategia. La estrategia es vencer al enemigo en el extranjero para que no tengamos que enfrentarlo aquí dentro del país. La estrategia es encontrar a los que desean matar a estadounidenses y llevarlos ante la justicia. O sea que para aquéllos de ustedes en. que han estado en Afganistán, están ayudando a esta joven democracia a recuperarse de un periodo en el que extremistas brutales proporcionaron refugio a un enemigo que atacó a Estados Unidos. Parte de nuestra doctrina es que si albergan a un terrorista, son tan culpables como los terroristas.

President George W. Bush greets military personnel during lunch at Fort Irwin, Calif., where President Bush addressed the troops and their family members at the U.S. Army’s National Training Center. White House photo by Eric Draper Otra parte de la doctrina es que si vemos una amenaza, debemos tomar las amenazas en serio, antes de que vengan a hacernos daño. ¿Ven? Lo que cambió el 11 de septiembre es que los océanos ya no pueden proteger del peligro al pueblo de Estados Unidos. Vi una amenaza en Sadam Husein. El mundo está mejor sin Sadam Husein en el poder. Y también lo están los ciudadanos de Iraq.

A largo plazo, debemos recordar que la libertad es universal, y la mejor manera de vencer una ideología -y que no les quepa la menor duda, estos extremistas tienen creencias- por ejemplo, no creen que uno es libre de practicar su religión; no creen que uno deba expresar sus opiniones; no creen en la disensión; no creen en los derechos humanos. Nosotros creemos en el derecho de la gente de practicar su religión. Creemos en la dignidad de cada ser humano. Nuestra ideología se basa en la universalidad de la libertad. Su ideología tenebrosa se basa en el odio. Y la manera de vencer. de vencer a fin de cuentas a aquéllos que quieren hacerle daño a Estados Unidos es darle a la gente la oportunidad de vivir en una sociedad libre.

Y ésa es la labor que estamos realizando, ya sea en Afganistán o en Iraq. Y deseo darles las gracias por su sacrificio y servicios.

Iraq, obviamente, capta la atención de Estados Unidos, como debe ser. Es una guerra difícil. El pueblo estadounidense está cansado de esta guerra. Se preguntan si podemos tener éxito o no. Les horrorizan los atentados suicidas que ven. Analicé toda la situación aquí en el otoño. escuché los consejos de los militares, escuché los consejos de los políticos. todo a manera de reacción al hecho de que al Qaida y los extremistas atacaron un lugar sagrado, que causó que la violencia sectaria se propagara con furia. Y parecía que si no se tomaba acción, la capital de esta joven democracia caería en el caos.

Y tuve que tomar una decisión, entre retirarnos con la esperanza de que el caos no se diseminara, o hacer algo sobre la violencia sectaria que estaba teniendo lugar y ayudar a los iraquíes a poner orden en su capital para darles un respiro, tiempo para conciliar las diferencias después de haber vivido bajo la opresión de un tirano durante muchos años.

Al sopesar las opciones, pensé sobre las consecuencias de un país que podría mantenerse y defenderse y ser un aliado en la guerra contra el terrorismo. Y esas consecuencias tendrán un impacto profundo durante los próximos años, durante décadas, saber que en el corazón del Oriente Medio pueden florecer sociedades libres, sociedades donde las personas pueden vivir juntas, sociedades donde las personas pueden expresar sus opiniones, sociedades donde las personas pueden vivir en libertad.

President George W. Bush delivers his remarks to military personnel and their families during a luncheon Wednesday, April 4, 2007, at Fort Irwin, Calif. White House photo by Eric Draper Eso es importante porque la historia nos prueba, nos ha demostrado que las sociedades libres no tienen guerras entre ellas. Pero también es importante tener aliados en esta guerra contra los extremistas que desean hacernos daño.

También he pensado sobre las consecuencias del fracaso y lo que significaría para el pueblo estadounidense. Si el caos reinara en la capital de ese país, podría diseminarse por el resto del país; podría diseminarse por la región, donde habría extremistas religiosos peleándose entre ellos, con un enemigo común, Estados Unidos de Norteamérica, o un aliado nuestro, por ejemplo, como Israel.

El enemigo que nos hizo daño se envalentonaría. Habrían visto al poderoso Estados Unidos de Norteamérica retirarse antes de concluir la labor, lo que les permitiría reclutar mejor. Han dejado en claro --ellos, gente como Osama bin Laden o Zawahiri-- han dejado en claro que quieren echarnos de Iraq para establecer un refugio para lanzar nuevos ataques. En mi opinión, la derrota. partir antes de concluir la labor, lo que yo llamaría una derrota. pondría a Estados Unidos de Norteamérica en peligro de sufrir más ataques.

En otras palabras, ésta es una guerra en la que, si partiésemos antes de que concluyera la labor, el enemigo nos seguiría aquí. Ésa es la lección del 11 de septiembre. Es un aspecto integral de mi opinión sobre cómo proteger este país. de cumplir con la más importante labor que debe realizar el gobierno, que es la de proteger al pueblo estadounidense.

Entonces, tomé una decisión, en consulta con nuestros comandantes militares, personas de buen criterio militar; personas que han dedicado su carrera a poner en práctica estrategias para lograr victorias militares. Y la nueva estrategia que desarrollamos fue, en vez de retirarnos, enviar refuerzos; en vez de retroceder, enviar tropas adicionales para ayudar a esta joven democracia a cumplir con la labor que le encomendaron los 12 millones de personas que votaron en elecciones libres, que es proporcionar seguridad, para que una madre pueda criar a su hijo de la manera en que nosotros queremos que nuestras madres puedan criar a nuestros niños; proporcionar seguridad para que la necesaria reconciliación política pueda proseguir en un entorno más seguro.

President George W. Bush poses for a photo with military personnel and their families before departing Fort Irwin, Calif., Wednesday, April 4, 2007. White House photo by Eric Draper Cuando tomé la decisión de enviar más tropas, también tomé la decisión de enviar a un nuevo comandante, el general David Petraeus. Es un experto en contrainsurgencia. Ahora mismo, aproximadamente la mitad de los refuerzos que se tiene previsto que vayan a Bagdad han llegado. Sin embargo, las tropas estadounidenses e iraquíes están en constante movimiento. Están realizando redadas de extremistas tanto chiítas como suníes; están realizando redadas de gente que quiere hacerle daño a personas inocentes.

Estamos en pos de al Qaida. Al fin y al cabo, al Qaida quiere que fracasemos porque no toleran la idea de una sociedad libre entre ellos. Estamos destruyendo fábricas de coches bomba, eliminando y capturando a cientos de insurgentes. Y se están recuperando vecindarios. Se está progresando, pero el enemigo ve ese progreso y responde de una manera brutal.

Me dejó atónito el caso de los extremistas que metieron a dos niños en un automóvil para poder entrar a una zona concurrida. luego salieron del auto e hicieron estallar el auto con los niños dentro. Eso sólo aumenta mi determinación de ayudar a librar a los iraquíes de una sociedad en la que la gente puede hacerle eso a un niño, y me permite conocer la naturaleza del enemigo que enfrentamos, lo que aumenta mi resolución de proteger al pueblo estadounidense. La gente que hace eso no es gente. ¿Saben? No es una guerra civil; es maldad pura. Y considero que tenemos la obligación de protegernos de la maldad. Entonces, aunque estamos alcanzando logros, también es difícil. Y, entonces, la manera de lidiar con ello es permanecer a la ofensiva, es ayudar a estos iraquíes.

Tuve una reunión, una SVTS. lo que denominan una SVTS; es una conferencia por video en tiempo real. con el Primer Ministro Maliki. Le pedí, por supuesto, que continuara tomando las medidas necesarias para que haya una reconciliación en su sociedad: aprobar una ley sobre el petróleo, una ley de desbazificación. Es interesante observar el surgimiento de un gobierno. Es interesante observar a esta joven democracia comenzar a asumir responsabilidades. Y lo están haciendo. Dijeron que asignarían tropas adicionales a Bagdad; lo han hecho. Dijeron que nombrarían a un comandante para la ciudad de Bagdad; lo hicieron. Dijeron que asignarían personal a puntos de inspección; lo están haciendo. Dijeron que gastarían una cantidad significativa de su propio dinero en su reconstrucción; lo han hecho. han asignado 10,000 millones.

Y queda más trabajo por hacer. Y se lo recordé al Primer Ministro. Y le recordé que nuestra paciencia no es ilimitada. Y también le recordé que queremos que tenga éxito, que a Estados Unidos le conviene que esta joven democracia tenga éxito. Nos conviene tener un nuevo aliado en la guerra contra el terrorismo, en medio de una región del mundo que produjo a los 19 muchachos que vinieron y mataron a 3,000 de nuestros ciudadanos.

President George W. Bush visits U.S. Army soldiers following a training demonstration at Fort Irwin, Calif., Wednesday, April 4, 2007. White House photo by Eric Draper Justo cuando la estrategia está comenzando a tener efecto, una pequeña mayoría en el Congreso aprobó legislación que desde un comienzo sabían que yo no aceptaría. Los proyectos de ley imponen un plazo artificial para la retirada de Iraq. Sus proyectos de ley reemplazan el criterio de nuestros comandantes militares por el criterio de los políticos de Washington. Sus proyectos de ley agregan miles de millones de dólares en gastos en proyectos locales que permiten el oportunismo político (pork barrel), gastos que no están relacionados con la guerra que estamos librando. Luego, en vez de remitir un proyecto de ley aceptable a mi despacho, salieron de receso de primavera.

Mientras tanto, transcurre el tiempo para nuestros militares. El secretario de Defensa, el jefe del Comando Conjunto y el jefe de Estado Mayor del Ejército advirtieron que si el Congreso retrasa los fondos más allá de mediados de abril, habrá consecuencias significativas para nuestras Fuerzas Armadas. El jefe de Estado Mayor del Ejército dice lo siguiente: "Sin la aprobación de fondos suplementarios en abril, nos veremos forzados a tomar medidas cada vez más draconianas, que tendrán un impacto en la preparación del Ejército e impondrán sacrificios sobre nuestros soldados y sus familias".

Por ejemplo, el Ejército dice que sin estos fondos, se verán forzados a recortar el entrenamiento de unidades de la Guardia y la Reserva, y hasta el entrenamiento de personal en servicio activo. La gente en Fort Irwin bien sabe cuán importante es el entrenamiento. Washington tiene la responsabilidad de garantizar que cuenten con los recursos que necesitan para continuar con el entrenamiento.

Pronto el Congreso regresará de su receso. Los insto a que trabajen en legislación para financiar a nuestras tropas, pero que no les diga a nuestros militares cómo llevar la guerra ni fije un cronograma artificial para la retirada del enemigo. El enemigo no evalúa el conflicto en Iraq en términos de cronogramas. Planean luchar contra nosotros, y nosotros debemos luchar contra ellos, de lado de los iraquíes. Una estrategia que alienta a este enemigo a esperar [a que nos retiremos] es peligrosa. es peligrosa para nuestras tropas, es peligrosa para la seguridad de nuestro país. Y no pasará a ser ley.

Hay gente buena, buena debatiendo este asunto en Washington, D.C. Son patriotas. Son gente que tiene opiniones apasionadas sobre esta guerra. Y lo comprendo. Sin embargo, no podemos permitir que discrepancias francas en Washington perjudiquen a nuestras tropas en batalla o a sus familias aqu en el país. Los miembros del Congreso han enviado su mensaje; ahora deben remitirme una medida de gastos de guerra que pueda promulgar, para que podamos proporcionarles a nuestras tropas y sus familias los fondos y el apoyo que merecen y necesitan.

Pasé un tiempo con los soldados en el campo, y deseo compartir con ustedes lo que les dije. El trabajo que ustedes se han ofrecido a hacer tendrá un impacto perdurable en el mundo en que vivimos. Cuando tengamos éxito en ayudar a este gobierno de Iraq a convertirse en un país que pueda mantenerse, defenderse, gobernarse y ser un aliado en la guerra contra el terrorismo, le habremos dado un golpe significativo a los que tienen intenciones de hacerle daño al pueblo estadounidense, porque no pueden tolerar la idea de sociedades libres entre ellos. No pueden tolerar la idea de que la gente sea capaz de tener un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. Es lo opuesto a lo que ellos hacen.

Pero hemos realizado este tipo de labor antes. Estados Unidos de Norteamérica ha hecho el tipo de labor que propaga la libertad en regiones del mundo donde la gente nunca se imaginó que la libertad podría echar raíces. Por ejemplo, después de la Segunda Guerra Mundial, después de una guerra brutal con los japoneses y la Alemania nazi, nuestras tropas permanecieron allá y ayudaron a esas sociedades a recuperarse y crecer y prosperar. Y ahora estamos gozando de los beneficios de ayudar a nuestros antiguos enemigos a gozar de los frutos de la libertad. Europa es libre y está en paz.

¿Saben? Después de la Guerra en Corea, si le hubieran preguntado a alguien, si [alguien hubiera dicho que] se podía imaginar que un Presidente estadounidense iba pararse ante los soldados y decir que el Lejano Oriente es pacífico --una región del mundo donde perdimos a miles de nuestros soldados en la Segunda Guerra Mundial, y Corea es ahora una región relativamente pacífica del mundo-- habrían dicho que era un iluso. Y sin embargo, se lo puedo reportar a ustedes. Y pienso que se debe a que nuestras tropas no sólo ayudaron en Corea y ayudaron a reconstruir Japón, sino que creo que se debe a que la presencia de Estados Unidos les dio la oportunidad de que la gente gozara de los frutos de la libertad.

Considero que la libertad es universal. No creo que es sólo para Estados Unidos de Norteamérica. Creo que hay un Ser Todopoderoso, y creo que el don del Todopoderoso a la gente en todo el mundo es el anhelo de la libertad. Y creo que, si se les da la oportunidad, las personas aprovechan ese momento. Y ésa es la labor que ustedes están realizando.

Y, entonces, es por eso que les reporto a nuestros ciudadanos que la ardua labor que estamos realizando hoy está sentando las bases de la paz de las generaciones futuras. Y me hace sentir mucha confianza saber que del lado del Presidente de Estados Unidos hay militares fabulosos, bien entrenados, valientes y dedicados a proteger a este país.

Es un orgullo para mí ser su Comandante en Jefe. Que Dios los bendiga a todos. (Aplausos.)

END 1:44 P.M. PDT