Para su publicación inmediata
Oficina del Secretario de Prensa
5 de marzo de 2007
Declaraciones del Presidente sobre la Política para el Hemisferio Occidental
Ronald Reagan Building and
International Trade Center
Washington, D.C.
1:13 P.M. EST
Viaje Del Presidente a América Latina
EL PRESIDENTE: Gracias a todos. (Aplausos.) Por favor, tomen asiento.
siéntese. Buenas tardes. Gracias por la bienvenida. Para los que no son de
Texas, eso significa buenas tardes. (Risas.) Y gracias por la bienvenida.
Es un honor volver a visitar a los hombres y mujeres de la Cámara Hispana.
Les agradezco su hospitalidad.
Me complace informarles que la economía de Estados Unidos es sólida, y una de las razones es porque el espíritu empresarial de Estados Unidos es sólido. (Aplausos.)
Le agradezco a la Cámara por su rol en esto. Aprecio enormemente el trabajo que realiza con los bancos para ayudar a mover el capital. Aprecio enormemente el hecho de que les da su reconocimiento a las empresarias latinas sobresalientes por medio del Fondo Anna María Arias. Aprecio el hecho de que dicen en voz alta y clara: El Sueño Americano es para todos.
Creo firmemente que el papel del gobierno es dejar en claro que Estados Unidos es la tierra de las oportunidades. Creo que la mejor manera de hacer eso es incentivar la formación de empresas, incentivar la propiedad, decir: Si uno trabaja arduamente y sueña en grande, es posible hacer los sueños realidad en Estados Unidos. También creo que es esencial asegurarnos de que cuando las personas asumen riesgos, sean capaces de retener más de sus propios impuestos. El Congreso debe hacer que los recortes tributarios que aprobamos sean un aspecto permanente del código tributario. (Aplausos.)
Sé que para asegurarnos de que el Sueño Americano es para todos, debe haber un sistema educativo que imponga estándares altos para todos los niños, exija responsabilidad en nuestras escuelas, para que podamos decir con certeza que los niños de todos los extractos sociales pueden leer y escribir, sumar y restar. Por eso creo que es esencial que el Congreso reautorice La Ley para que Ningún Niño se Quede Atrás (No Child Left Behind Act).
Considero que es muy importante que continuemos aumentando las oportunidades de contratos federales con las pequeñas empresas y asegurarnos de que Estados Unidos sea un lugar promisorio. Es importante y esencial que el Congreso apruebe una reforma integral de la inmigración para que yo pueda promulgarla. (Aplausos.)
Quisiera hablarles de otra importante prioridad para nuestro país, que es ayudar a nuestros vecinos del sur a forjar una vida mejor y más productiva. El jueves, Laura y yo emprenderemos un viaje que nos llevará a Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y, por fin, México. Son países que son parte de una región que ha avanzado mucho hacia la libertad y prosperidad. Han desarrollado nuevas democracias. Han mejorado su política fiscal y adoptado medidas estabilizadoras.
Sin embargo, a pesar de estos logros, decenas de millones en nuestro hemisferio continúan viviendo en la pobreza, sin acceso a las promesas de este nuevo siglo. Mi mensaje a esos trabajadores y campesinos es: Tienen un amigo en los Estados Unidos de Norteamérica. Queremos ayudarlos a salir de la pobreza. (Aplausos.)
David, muchas gracias por ser el presidente de esta importante organización y por la invitación. Quiero agradecerle a Michael Barrera, presidente y director de la Cámara Hispana. Le agradezco a mi amigo y paisano tejano, Massey Villarreal, por acompañarnos hoy. Massey, qué bueno es volver a verte. Tienes la barba crecida. (Risas.) Pero se te ve bien, hombre.
Le agradezco a Frank López, presidente y director de la Chamber Foundation. Quisiera agradecerles a los miembros de mi gabinete que se encuentran presentes. Creo que es una buena señal que. este gobierno reconoce la importancia de tener un entorno floreciente y pacífico. que tantos miembros del gabinete nos acompañen hoy. Quiero agradecerle a Carlos Gutiérrez. (Aplausos.) A la secretaria de Trabajo Elaine Chao.. Señora secretaria. (Aplausos.) Al secretario de Salud y Servicios Humanos Michael Leavitt. (Aplausos.) A la secretaria de Educación Margaret Spellings. Señora secretaria. Gracias a todos por venir.
Tom Shannon, en representación del Departamento de Estado. El embajador Randy Tobias, que dirige la USAID y quien, dicho sea de paso, antes de asumir este cargo, dirigió uno de los programas más importantes de mi gobierno que ha ayudado a la lucha contra la pandemia del VIH/SIDA. Le agradezco por sus servicios entonces, y le agradezco por sus servicios en el USAID, Randy.
Quisiera agradecerle a John Veroneau, que nos acompaña hoy y que es el vicerepresentante de Comercio de Estados Unidos. Hoy tenemos con nosotros a miembros del Congreso de Estados Unidos, miembros de mucha influencia en el Senado y la Cámara de Representantes. Les estoy muy agradecido por su presencia, comenzando por el Senador Dick Lugar del gran estado de Indiana.
Le agradezco su presencia. (Aplausos.) Norm Coleman de Minnesota. Senador,
Gracias por estar presente. (Aplausos.) Un buen amigo mío, Jerry Weller, el congresista Weller de Illinois. Me enorgullece su presencia. Gracias por venir. (Aplausos.)
Los embajadores que están aquí. a los embajadores les agradezco su presencia. Veo a algunos de los embajadores de los países que estar visitando. Estoy seguro de que todos están aquí y les agradezco su presencia. Gracias por darse el tiempo.
Hoy pronunciaré un discurso importante para mí. Es un discurso que fija el curso de este país con respecto a nuestro vecindario. Un ex Presidente pronunció un discurso similar un mes de marzo hace 46 años. El Presidente John Kennedy les habló a los embajadores del continente americano, entonces desde el East Room de la Casa Blanca. Empezó por mencionar los primeros movimientos independentistas en las repúblicas latinoamericanas. Invocó el sueño de un hemisferio que pudiera crecer en libertad y prosperidad. Eso fue lo que dijo hace 46 años. Propuso una nueva y audaz Alianza para el Progreso, para ayudar a los países del hemisferio a cubrir las necesidades básicas de su pueblo, casas seguras, empleos decentes, buenas escuelas y acceso a atención de salud.
En los años desde que el Presidente Kennedy pronunció su discurso, hemos sido testigos de grandes logros a favor de la libertad en este vecindario. Hace tan sólo una generación, esta región estaba plagada de dictaduras militares y consumida por conflictos civiles. Hoy, 34 miembros de la OEA tienen constituciones democráticas. Y sólo un país miembro tiene un líder que no fue elegido por su pueblo.
De Nueva York a Río de Janeiro, a Buenos Aires y Montreal, hablamos diferentes idiomas, pero todas nuestras democracias derivan su legitimidad de la misma fuente: el consentimiento de los gobernados. La expansión de la libertad ha acercado muchísimo a nuestras sociedades. Hoy los lazos más importantes entre Norteamérica y Sudamérica no son de gobierno a gobierno, sino de pueblo a pueblo. Y esos lazos se están multiplicando. Estos lazos se multiplican gracias a nuestras iglesias e instituciones basadas en la fe, que comprenden que el llamado a amar al prójimo como a nosotros mismos no se limita a nuestras fronteras.
Estos lazos se multiplican gracias a nuestras empresas, que invierten miles de millones y comercian con los otros países. Estos lazos se multiplican gracias a la labor de nuestras universidades, las cuales atraen a miles de estudiantes y maestros de intercambio a sus recintos universitarios. Estos lazos se multiplican gracias a aproximadamente $45,000 millones de dólares en giros que los trabajadores en Estados Unidos envían a sus familias en América Latina y el Caribe todos los años, uno de los programas privados de mayor envergadura en el mundo.
De todas estas maneras, nuestros dos continentes se están convirtiendo en algo más que vecinos unidos por un accidente geográfico. Nos estamos convirtiendo en una comunidad unida por valores comunes y los intereses que compartimos en los fuertes vínculos de la familia y la amistad. Estos lazos que se multiplican han contribuido al avance de la libertad y la prosperidad en ambos continentes. Sin embargo, en medio de estos logros, también vemos terribles carencias. Casi una de cada cuatro personas en América Latina vive con menos de $2 al día. Muchos niños nunca terminan la primaria, muchas madres nunca consultan a un doctor. En una era de prosperidad y abundancia crecientes, esto es un escándalo. y es un reto. El hecho es que decenas de millones de nuestros hermanos y hermanas del sur han visto pocas mejoras en su vida diaria. Y esto les ha llevado a algunos a cuestionar el valor de la democracia.
Los trabajadores pobres de América Latina necesitan un cambio, y Estados Unidos se ha comprometido a lograr ese cambio. Ayudar a los pueblos en las democracias de nuestra región a triunfar es de interés nacional, está dentro de los intereses de Estados Unidos. Cuando nuestros vecinos tienen prosperidad y paz, significa que tienen más oportunidades y seguridad para su propia gente. Cuando hay empleos en nuestro vecindario, la gente puede encontrar trabajo en su país y no tiene que emigrar a nuestro país. Cuando millones dejan de vivir en la pobreza, las sociedades tienen mayor fortaleza y esperanza.
Así que estamos ayudando a aumentar las oportunidades mediante la condonación de deudas y abriendo el intercambio comercial; incentivando las reformas y proporcionando ayuda a los pobres y marginados. Y la trayectoria de este gobierno en la promoción de la justicia social es sólida, algo muy importante. La justicia social comienza con la formación de instituciones gubernamentales equitativas, eficaces y libres de corrupción.
En demasiados lugares del continente americano, se piensa que un funcionario del gobierno es alguien que trabaja para sí mismo, a expensas del bien público, o sirve sólo a los ricos y a la gente bien relacionada. Ninguna sociedad libre puede funcionar de este modo. La justicia social empieza con la confianza social. Así que estamos trabajando con nuestros aliados para cambiar los patrones antiguos y asegurarnos de que el gobierno esté al servicio de todos sus ciudadanos.
Uno de los cambios más importantes que estamos haciendo es la manera en que prestamos ayuda. Iniciamos un nuevo programa llamado la Cuenta del Desafío del Milenio (Millennium Challenge Account), que presta más ayuda económica a países en desarrollo que gobiernan con justicia, invierten en la educación y salud de su pueblo y fomentan la libertad económica. Hasta ahora, hemos firmado pactos del Millennium Challenge con tres países de América Latina. También hemos firmado un acuerdo con un cuarto país que se esfuerza por cumplir con los estándares necesarios para un pacto propio. En los próximos años, estos acuerdos otorgarán ayuda nueva por un total de $885, siempre y cuando estos países continúen cumpliendo con los estándares del programa Millennium Challenge. Enviaremos más a medida que lleguemos a más acuerdos con otros países.
Por cierto, esta ayuda es adicional a la asistencia bilateral estándar que proporcionamos. Cuando asumí el mando, Estados Unidos estaba enviando a América Latina y el Caribe aproximadamente $860 millones al año en ayuda exterior. El año pasado, prácticamente doblamos esa cantidad, a un total de $1,600 millones. En conjunto, gracias a la buena labor de miembros del Congreso de Estados Unidos, hemos enviado un total de $8,500 millones a la región, con particular atención a ayudar a los pobres.
Permítanme compartir con ustedes un ejemplo de cómo está funcionando nuestra ayuda a favor de la gente en la región. Es un ejemplo simple, pero tuvo un impacto profundo. Hace unos años, financiamos un proyecto para ayudar a un pueblo en Paraguay. Creamos un sitio de Internet que hace públicas todas las transacciones del gobierno local, desde el presupuesto hasta los salarios de los empleados. El propósito era ayudar a los pobladores de Villarrica a mejorar su gobierno local por medio de mayor transparencia. Fue algo pequeño inicialmente. Pero cuando le dieron mayor transparencia a su gobierno, descubrieron que algunos empleados del gobierno habían utilizado recibos falsos para apropiarse ilícitamente de miles de dólares del gobierno municipal. El alcalde le informó al público, y los empleados que habían robado el dinero fueron procesados y condenados, y devolvieron el dinero. Para el pueblo de Paraguay, éste fue un logro histórico. El gobierno local había hecho que sus propios funcionarios públicos rindieran cuentas en un juicio público y transparente.
Estados Unidos puede ayudar a generar confianza en los gobiernos de la región al inculcar la transparencia. No hubo necesidad de mucho, pero tuvo un impacto profundo.
Nos esforzamos por obtener resultados similares en otros países. En El Salvador, abrimos una de nuestras academias policiales internacionales. La nueva academia está ayudando a los gobiernos de la región a desarrollar sistemas penales eficaces, al capacitar a agentes de la ley para que combatan a terroristas, a los líderes de las bandas de narcotraficantes, pandillas de delincuentes y traficantes de personas. Nuestros esfuerzos por cimentar estas instituciones de la sociedad civil son respaldadas no sólo por el gobierno, sino también por programas privados dirigidos por facultades de derecho, asociaciones profesionales y organizaciones voluntarias en Estados Unidos.
En los próximos meses, este gobierno convocará la Conferencia de la Casa Blanca sobre el Hemisferio Occidental (White House Conference On The Western Hemisphere) que congregará a representantes del sector privado, organizaciones no gubernamentales, grupos religiosos y asociaciones voluntarias. El propósito es intercambiar experiencias y dialogar sobre maneras eficaces de prestar ayuda y cimentar las instituciones de la sociedad civil. ¿Nos conviene hacerlo? Por supuesto que nos conviene. Una región transparente dará lugar a una región pacífica, y eso les conviene a todos los ciudadanos de nuestro país.
Justicia social significa atender necesidades básicas. El recurso más valioso de todo país es su gente, y en el continente americano, tenemos la dicha de tener una abundancia de ciudadanos talentosos y esforzados. gente decente, honesta, que trabaja duro para mantener a su familia. Si no se cubren las necesidades básicas de educación, salud y vivienda, es imposible que la gente alcance su pleno potencial, el potencial que Dios les dio.
Ayudar a la gente a alcanzar su potencial comienza con una buena educación. Es por eso que está presente la secretaria de Educación. Muchas personas en todo el continente americano, o no tienen acceso a educación para sus hijos o no la pueden costear. Si los niños no aprenden a leer, escribir y a sumar y restar, no tendrán acceso a los puestos del siglo XXI. Estarán condenados a una vida marginal, y eso no es aceptable.
Estados Unidos trabaja por un continente americano en el que todos los niños tienen acceso a una escuela decente. Es un gran objetivo, pero es un objetivo necesario, en lo que a nosotros respecta. Cuando la gente en nuestra región alcanza su pleno potencial, eso beneficia al pueblo de Estados Unidos.
En los últimos tres años, hemos otorgado más de $150 millones -en tres años-
hemos gastado $150 millones para programas educativos en toda la región, con particular atención a las zonas rurales e indígenas. Hoy les anuncio una nueva alianza a favor de la juventud latinoamericana que dará un paso adelante en esos esfuerzos. Esta alianza dedicará $75 millones adicionales durante los próximos años. tres años para ayudar a miles de jóvenes más a mejorar su inglés y a tener la oportunidad de estudiar aquí en Estados Unidos. Considero que es una buena política cuando la gente de nuestra región viene a nuestro país a estudiar. (Aplausos.)
Espero que cuando les cuente esta historia, llegue al corazón de nuestros conciudadanos. En las montañas de Guatemala, creamos un proyecto que ayudó a aumentar de 51 por ciento a 71 por ciento el número de niños que terminan el primer grado. En Perú, ayudamos a crear el Programa Puertas Abiertas (Opening Doors Program) para ayudar a que las niñas acaben la primaria. Ese programa está teniendo éxito y es autónomo. En toda América Latina y el Caribe nuestros centros de excelencia para la capacitación pedagógica. creamos estos centros y hemos capacitado a 15,000 maestros; se han beneficiado casi 15,000 personas. ¿Tiene importancia? Por supuesto que tiene importancia. Cuando se entrena a un maestro, en realidad se está ayudando a alfabetizar a un niño.
Estos maestros han ayudado a mejorar la capacidad de leer y escribir de casi 425,000 estudiantes pobres y desfavorecidos. Es importante que nuestros conciudadanos y los pobladores de nuestra región comprendan que Estados Unidos de Norteamérica está comprometido a ayudar a que la gente salga de la pobreza, alcance su pleno potencial, y eso comienza con una buena educación. Esperamos que para el 2009 hayamos capacitado a un total de 20,000 maestros por medio de estos centros y beneficiado a 650,000 estudiantes.
Una de las personas que se benefició es una niñita en la Republica Dominicana llamada Lorenny. Para cuando tenía 10, ya había cursado el primer grado tres veces y nunca había pasado. Cuando su mamá la volvió a matricular en el colegio, Lorenny dijo, "Maestra, enséñeme a leer porque tengo problemas para aprender". Con paciencia y mucho trabajo, esta buena mujer le enseñó a Lorenny a leer y escribir. La maestra dice que ha visto a Lorenny alcanzar grandes logros y que nunca podría haber ayudado a esta niña sin los conocimientos adquiridos por medio de nuestro programa de capacitación de maestros.
Las sociedades pueden cambiar un corazón a la vez. He aquí un ejemplo de la buena labor del pueblo estadounidense que está teniendo lugar en nuestra región. Otra persona que sintió los beneficios de la asistencia educativa por parte de Estados Unidos es un mexicano de 25 años llamado Víctor López Ruiz. La familia de Víctor vive en Chiapas, donde las oportunidades escasean y la gente tiende a hablar sólo las lenguas de las comunidades locales. La familia de Víctor vendió su único bien -su ganado- para permitirle aprender español y terminar la secundaria.
En el 2004, Víctor se ganó una beca de la USAID, que usó para aprender inglés y estudiar negocios y comercio internacional en Scott Community College en Bettendorf, Iowa. Debe haber sido una gran experiencia para este nativo de Chiapas ir al centro de este país. Pero lo hizo con la ayuda de los contribuyentes de Estados Unidos. por este motivo: Regresa a Chiapas. Está sacando su licenciatura en contabilidad, y luego abrirá una panadería para mantener a su familia. Aunque el futuro de este hombre alguna vez parecía sombrío, la educación le ha abierto una nueva puerta. Y como dijo Víctor, "Me cambió la vida".
Hay innumerables personas como Víctor y Lorenny en todo nuestro hemisferio, jóvenes llenos de talento, con muchos sueños, que sólo necesitan la oportunidad de estudiar para alcanzar su pleno potencial. Ayudar a la gente a alcanzar su potencial incluye proporcionar acceso a atención médica decente.
En muchas de las mismas zonas donde las familias no tienen escuelas, no tienen acceso a la atención de salud. Desde que asumí el mando, hemos gastado casi $1,000 millones en programas de atención de salud en la región, todos dirigidos a enviar un mensaje a la gente de América Latina: Ustedes nos importan. Los corazones de las personas aquí en América son grandes. Nos conviene hacerles llegar buena atención médica a los ciudadanos de nuestra región.
Hoy, les anuncio un nuevo programa llamado el Centro de Capacitación Profesional en la Atención de Salud (Healthcare Professional Training Center) en Panamá que prestará servicios a todo Centroamérica. Recuerdo cuando el secretario Leavitt me presentó un informe sobre este importante programa. El centro les enseñará a sus estudiantes a ser buenos enfermeros, y técnicos y trabajadores de salud. También capacitará a personas para que puedan regresar a su país de origen y enseñarles a otros las mismas aptitudes.
En todos estos esfuerzos, es importante que comprendan la función que desempeñan las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. En junio, enviaré a uno de los buques de la Marina que presta servicios médicos, el Comfort, a la región. El Comfort hará escalas en Belice y Guatemala, y Panamá, Nicaragua, y El Salvador, y Perú, y Ecuador, Colombia, Haití, y Trinidad y Tobago, Guyana y Surinam. Tendrá mucha actividad. En total, los enfermeros y profesionales de salud del Comfort esperan brindar tratamiento a 85,000 pacientes y realizar hasta 1,500 intervenciones quirúrgicas. Ésta es gente que necesita ayuda. Ésta es gente que de otra manera no recibiría la atención médica básica que necesita para hacer realidad un futuro mejor.
El Comfort también se va a asociar con el Departamento de Salud y Servicios Humanos en un nuevo programa para prestar atención bucal a los pobres de la región. Dentistas y técnicos de higiene bucal curarán caries, tratarán infecciones y les brindarán tratamiento a los niños.
A la vez, equipos médicos militares operarán en el interior de los países, dedicándose a darles tratamiento y atención a otras comunidades. Estos equipos harán de todo, desde vacunar a la gente para evitar enfermedades hasta construir nuevas clínicas. Las fuerzas armadas de Estados Unidos son un símbolo de la fortaleza de este país. También son un símbolo de la gran compasión del pueblo estadounidense y nuestro deseo de ayudar a los que necesitan ayuda en nuestra región.
Con la presencia del Comfort y el trabajo de los equipos militares estamos dejándole muy en claro a la gente que queremos lo mejor para ellos. Un buen ejemplo es una zona de Nicaragua. Santa Teresa es una zona rural donde 250 aviadores, soldados e infantes de Marina trabajan actualmente con 30 miembros del Ejército de Nicaragua para construir una clínica. Todas las familias de la zona viven en casas construidas con madera descartada y con piso de tierra y entradas sin puertas. Para la mayoría de ellos, los médicos están demasiado lejos o son demasiados caros. Dice un poblador de Santa Teresa, "El impacto de esta clínica será tremendo".
Deseo que oigan las palabras de un nicaragüense. Dijo, "Estamos tan contentos de que estén aquí. Las personas por acá se están dando cuenta que Estados Unidos está haciendo algo por ellas". Y mi mensaje para él es, nos enorgullece hacerlo y lo hacemos porque creemos en la paz y en la dignidad de todos los seres humanos en la faz de la Tierra. (Aplausos.)
Ayudar a la gente a alcanzar su pleno potencial requiere el compromiso de mejorar la vivienda. Un sólido sector de vivienda puede ser un motor de crecimiento económico y estabilidad social y reducción de la pobreza. Los precios altos y las altas tasas de interés de la mayoría de las capitales de América Latina hacen que sea difícil comprar una buena vivienda. Por lo tanto, Estados Unidos está lanzando un nuevo programa para ayudar a desarrollar un mercado de viviendas económicas. Por medio de la Corporación de Inversión Privada en el Extranjero (Overseas Private Investment Corporation), hemos proporcionado más de $100 millones que se están usando para ayudar a garantizar hipotecas otorgadas a familias trabajadoras en México y Brasil y Chile y los países de Centroamérica. Ahora proporcionaremos $385 millones adicionales para ampliar estos programas y ayudar a que el sueño de la casa propia esté al alcance de miles de personas más en nuestra región.
En estos tres asuntos sociales de vital importancia -educación, salud y vivienda- estamos teniendo un impacto en todo el continente americano. ¿Ven? Al invertir en programas y darle participación a la gente, ayudaremos a las familias trabajadoras de nuestro hemisferio a forjar un futuro más brillante para sí mismas.
Finalmente, la justicia social requiere que las economías permitan que los trabajadores atiendan las necesidades de sus familias y se superen. Por demasiado tiempo y en demasiados lugares, las oportunidades en América Latina las decidía el accidente del nacimiento, mas no el talento y la iniciativa. En sus muchos escritos, el Papa Juan Pablo II habló elocuentemente sobre crear sistemas que respeten la dignidad del trabajo y el derecho a la iniciativa privada. América Latina necesita el capitalismo para el campesino, un verdadero capitalismo que permita que la gente que comienza de la nada llegue tan lejos como lo permitan su talento y su trabajo arduo. Entonces, Estados Unidos está ayudando a estos países a desarrollar economías que crecen abiertas al mundo, economías que pueden proporcionarle oportunidades a su pueblo.
Una de las maneras más importantes es ayudar a aliviar la carga de la deuda. En el pasado, muchos países en esta región acumularon una deuda que simplemente no podían pagar. Todos los años, sus gobiernos gastan una inmensa cantidad de dinero solamente para pagar los intereses de la deuda. Por lo tanto, durante mi gobierno, hemos trabajado con el Grupo de los Ocho Países Industrializados para reducir la deuda de los países de América Latina y el Caribe en $4,800 millones. Los miembros del Banco Interamericano de Desarrollo están por llegar a un acuerdo con respecto a otro programa de condonación de la deuda, y estamos deseosos de ayudarlos a lograrlo. Este acuerdo cancelará $3,400 millones que deben algunos de los países más pobres en nuestro hemisferio: Bolivia y Guyana y Haití y Honduras y Nicaragua. Eso viene a ser aproximadamente $110 por cada hombre, mujer y niño en esos países, dinero que sus gobiernos deben usar para invertir en la educación y salud de sus ciudadanos.
Las personas de esta región tienen el talento y el empuje que necesitan para triunfar. Son personas muy trabajadoras. Solía recordarle a la gente en Texas, que los valores familiares no se acaban en el Río Grande. Hay muchas madres y padres en nuestra región que se preocupan muchísimo de que sus hijos puedan crecer en una sociedad promisoria. Para poder hacer realidad esa esperanza, lo que necesitan es mejor acceso al capital. El espíritu empresarial es fuerte, es fuerte en esta sala y es fuerte en toda la región. Pero lo que necesitamos es capital.
Por lo tanto, en los últimos cinco años, Estados Unidos ha dedicado más de $250 millones a ayudar a que el espíritu empresarial florezca en nuestra región. Este dinero incluye préstamos por cantidades pequeñas para que la gente monte pequeñas empresas. Y estos préstamos han tenido mucho éxito, y le agradezco al Congreso por asignar el dinero para estos micropréstamos.
También les estoy dando instrucciones a la secretaria Rice y el secretario Paulson para que desarrollen un nuevo programa que ayude a bancos locales y en Estados Unidos a mejorar su capacidad de otorgar buenos préstamos a pequeñas empresas. Nos conviene que las empresas prosperen en nuestra región. Las empresas que prosperan otorgan empleo a la gente del país. Generan compradores de productos estadounidenses.
Al ayudar a los empresarios locales a obtener el capital que necesitan, también vamos a crear nuevas oportunidades por medio del comercio y la inversión. Si es un agricultor rural que apenas subsiste, ¿le gustaría poder vender sus productos en nuevos mercados extranjeros? Creo que sí. Si está tratando de ganarse la vida y el mercado está cerrado, me parece razonable que quiera poder venderle a un universo mayor.
Si fuesen trabajadores buscando empleo, ¿querrían que hubiera más empleadores para recibir más ofertas de trabajo? Mientras más empleadores hay en la región, mayores las posibilidades de encontrar un mejor puesto. Ésa no es matemática ni economía realmente sofisticada; simplemente es la verdad. la verdad.
Cuando asumí el mando, Estados Unidos tenía acuerdos comerciales con sólo dos países en nuestro hemisferio. Hasta ahora hemos negociado acuerdos con 10 más. Estamos trabajando en un acuerdo sólido en la rueda de conversaciones de Doha sobre el comercio mundial, que creará condiciones equitativas para los agricultores y trabajadores y pequeñas empresas en todo el hemisferio.
Los empresarios están aprovechando los mercados que hemos ayudado a abrir. He aquí un caso que les interesará. Mariano Canú era un agricultor indígena en Guatemala cuyas tierras rendían apenas suficiente maíz y frijoles para alimentar a su familia. Salía adelante a duras penas. Nadie en su familia había ido a la universidad. La mayoría de la gente en su aldea nunca estudió más allá del sexto grado. Mariano comenzó a cultivar tierras a los siete años de edad. Vivía en la miseria absoluta, y parecía que sus hijos tendrían el mismo destino.
El intercambio comercial lo ayudó muchísimo, de la siguiente manera. Para aprovechar oportunidades nuevas, organizó una asociación de pequeños agricultores llamada Labradores Mayas. Estos agricultores comenzaron a cultivar vegetales que podían vender en el extranjero, cultivos de alto valor como lechuga y zanahoria y apio. Obtuvieron un préstamo. El capital es importante. Es importante tener capital disponible si queremos que nuestros vecinos puedan tener un futuro mejor. Y construyeron un sistema de irrigación con ese préstamo. Y pronto estaban vendiendo sus cosechas a grandes empresas como Wal-Mart Central America. Con el dinero que Mariano ha ganado, ha podido mandar a su hijo a la universidad. Hoy Labradores es un negocio próspero que apoya más de mil puestos en producción y transporte y comercialización de vegetales vendidos internacionalmente.
Una de las escalas de mi viaje será para ir a ver a Mariano. No veo las horas de felicitarlo por no perder la esperanza y la fe. También estoy deseoso de ver una empresa próspera que comenzó con un sueño. Y a Estados Unidos le conviene promover esos sueños. Las personas como Mariano están demostrando lo que la gente de esta región puede lograr cuando se le da una oportunidad. Al ayudar a nuestros vecinos a desarrollar economías sólidas y dinámicas, elevamos el estándar de vida de todos nosotros.
¿Saben? No lejos de la Casa Blanca hay una estatua del gran libertador, Simón Bolívar. A menudo se le compara con George Washington. Jorge W. (Risas.) Como Washington, fue un general que luchó por el derecho de su pueblo de ser autónomo. Como Washington, logró vencer un poder colonial mucho más fuerte, y como Washington, nos pertenece a todos nosotros que amamos la libertad. Un diplomático latinoamericano lo puso de la siguiente manera: "Ni Washington ni Bolívar estuvieron destinados a tener hijos propios, de manera que nosotros los americanos nos pudiéramos llamar sus hijos".
Somos los hijos y las hijas de esta lucha, y nuestra misión es concluir la revolución que comenzaron en nuestros dos continentes. Las millones de personas en todo nuestro hemisferio que sufren todos los días la degradación de la pobreza y el hambre tienen el derecho de sentir impaciencia. Y les haré esta promesa: El objetivo de este gran país, el objetivo de un país lleno de gente generosa, es un continente americano donde la dignidad de toda persona es respetada, donde todos encuentran un lugar ante la mesa y donde las oportunidades llegan a cada aldea y cada casa. Al extender los frutos de la libertad a los más humildes entre nosotros, haremos realidad el destino de este nuevo mundo y sentaremos un ejemplo inspirador para los demás.
Que Dios les bendiga.
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