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Oficina del Secretario de Prensa
15 de febrero de 2007

Declaraciones del Presidente sobre la Guerra Mundial Contra el Terrorismo
The Mayflower Hotel
Washington, D.C.

10:05 A.M. EST

EL PRESIDENTE: Gracias, señor presidente. (Risas.) Ese título suena bien. (Risas.) Chris, gracias por invitarme. Les agradezco la oportunidad de venir a departir con los hombres y mujeres del Instituto para la Empresa Estadounidense. (American Enterprise Institute o AEI). Admiro mucho al AEI, y seguro que lo saben. Después de todo, con frecuencia me han prestado a su mejor gente. Más de 20 funcionarios del AEI han trabajado en mi gobierno. Unos cuantos han vuelto al redil y tendrán que esperar otros dos años para que otro vuelva al redil. Dick Cheney está ocupado. (Risas.) Les envía sus saludos.

President George W. Bush talks about the current situation in Afghanistan during an address to the American Enterprise Institute in Washington, D.C., Thursday, Feb. 15, 2007. "Under the Taliban, there were about 900,000 children in school," said the President as he listed several improvements made on the past five years. "Today, more than five million children are in school -- about 1.8 million of them are girls." White House photo by David Bohrer Aprecio lo que el AEI representa. Este instituto ha sido un vocero incansable de los principios de libertad individual, la libre empresa, un gobierno reducido y una fuerte defensa nacional. Y nadie encarnó mejor esos principios que la ex embajadora Jeane Kirkpatrick. (Aplausos.) Fue catedrática, escritora, diplomática, asesora presidencial y una arquitecta clave de nuestra victoria en la Guerra Fría.

En el 2003 tuve el honor de pedirle que encabece la delegación de Estados Unidos ante la Comisión de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra. Me gustaría compartir con ustedes lo que le dijo a la comisión. Dijo: "La política nacional [de Estados Unidos] es aseverar que todos los seres humanos nacen libres. Todos los seres humanos tienen los mismos derechos inherentes y la misma dignidad humana". Ésa también es la política de mi gobierno. Creo en la universalidad de la libertad y creo que este país, este nuestro gran país, tiene la obligación de ayudar a que la gente haga realidad las bendiciones de la libertad. Y aprecio muchísimo que Jeane Kirkpatrick haya sido una voz tan elocuente de esa verdad fundamental. Me enorgullece unirme a ustedes para rendir homenaje a la vida y el legado de una gran estadista estadounidense.

Le agradezco a la junta directiva del AEI por invitarme a usar este foro. Gracias también por tratar de permanecer a la vanguardia del pensamiento. Es realmente importante que las ideas se conciban, circulen y se asimilen. Quisiera agradecerles a los miembros del Congreso que nos acompañan hoy. Allí están. Bueno, sí. (Risas.) Todos son amigos: Pete King de Nueva York, Trent Franks de Arizona, Mario Díaz-Balart de Florida, y mi paisano tejano Mike McCaul. Gracias por venir. Les agradezco su presencia. (Aplausos.) Les agradezco a los miembros del cuerpo diplomático que nos acompañan; me enorgullece su presencia. Gracias por darse tiempo para venir a escuchar este discurso. Les agradezco a los miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que nos acompañan. Gracias a los dignatarios y amigos del AEI, y a los miembros de mi gobierno que nos acompañan. No se queden mucho tiempo. (Risas.) Vuelvan al trabajo, pero gracias por venir. (Risas.) Eso sí, espero que se queden despiertos durante todo el discurso.

President George W. Bush discusses America's commitment in Iraq during a meeting with the American Enterprise Institute in Washington, D.C., Thursday, Feb. 15, 2007. "If we were to leave this young democracy before the job is done, there would be chaos, and out of chaos would become vacuums, and into those power vacuums would flow extremists who would be emboldened; extremists who want to find safe haven," said President Bush. White House photo by David Bohrer Como académicos y pensadores, están contribuyendo al debate nacional sobre el curso de la guerra contra el terrorismo. Un debate vigoroso es saludable para nuestro país, realmente lo es, y le doy la bienvenida a ese debate. Es una de las características de una sociedad verdaderamente libre, donde la gente puede levantarse y expresar sus creencias en un foro abierto. Pero después de cinco años de guerra, hay un principio en el que deben estar de acuerdo todos los miembros de cada partido. Es decir, después de todo el debate, debemos de estar de acuerdo todos en algo: Debemos luchar contra los terroristas en el extranjero, para no tener que enfrentarlos nuevamente en nuestro territorio.

Actuamos conforme a ese principio. Desde los ataques del 11 de septiembre, hemos estado a la ofensiva. Creo que la mejor manera de cumplir con nuestro deber de proteger nuestra patria es permanecer a la ofensiva. Y no estamos solos. Eso es lo que nuestros conciudadanos deben comprender. No estamos solos en esta lucha contra extremistas y asesinos.

Recientemente en las Filipinas, unidades especiales de ese país realizaron operativos en los que murieron dos altos líderes de una organización terrorista afiliada a Al Qaida, un grupo que se cree fue el responsable del secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses y la muerte de dos de ellos. En Túnez, las autoridades recientemente desbarataron una célula terrorista que planeaba atacar la embajada de Estados Unidos y la de Gran Bretaña. En España, la policía capturó a varios fugitivos buscados por ayudar a que escapen los terroristas responsables de las bombas en los trenes de Madrid. Y el año pasado, se han desbaratado células terroristas en varios países, como Dinamarca, Italia, Francia, Indonesia, Jordania, Malasia, Turquía, Canadá y Gran Bretaña. El enemigo está activo, pero también lo estamos nosotros, los que amamos la libertad. Dentro de los intereses de Estados Unidos está alentar a otras naciones a no cejar, no ceder, sino mantener la presión sobre quienes desean asesinar a inocentes. Y eso es exactamente lo que seguiremos haciendo.

President George W. Bush greets audience members after addressing the American Enterprise Institute in Washington, D.C., Thursday, Feb. 15, 2007. "I recently announced a new strategy for Iraq -- it's a plan that demands more from the Iraqi government," said President Bush in his speech. "Not only do we demand more from the Iraqi government, but so do the Iraqi people demand more from the Iraqi government. They want to live in peace."  White House photo by David Bohrer Esta guerra contra los terroristas, esta guerra para protegernos, tiene lugar en muchos frentes. Uno de esos frentes es Iraq. Estamos en la ofensiva en Iraq, como debe ser, contra extremistas y asesinos. Recientemente anunciamos una nueva estrategia en Iraq. Es un plan que exige más del gobierno iraquí. No sólo exigimos más del gobierno iraquí, sino que los iraquíes exigen más del gobierno iraquí. Quieren vivir en paz. Es importante que nuestros conciudadanos comprendan que una madre en el centro de Bagdad quiere que su hijo sea capaz de caminar por las calles sin peligro, al igual que las madres aquí en Estados Unidos quieren que sus hijos puedan jugar o ir a un parque sin peligro.

He hecho de Bagdad nuestra máxima prioridad de seguridad. Es decir, es importante, para lograr nuestro objetivo, que la capital de este gran país tenga seguridad. Y envié refuerzos para nuestras tropas para que puedan cumplir con esa misión. Pasé mucho tiempo con miembros de mi gobierno pensando sobre el curso a seguir en Iraq. Y escuchamos muchas opiniones y muchas ideas diferentes. Al final, escogimos este curso de acción porque nos da la mejor oportunidad de tener éxito.

Y la razón por la cual hablo de éxito es que es importante que tengamos éxito. Es importante que ayudemos a esta joven democracia a luchar contra los extremistas para que prevalezca la moderación. Es importante que respaldemos a esta joven democracia que vive. que trata de construir una sociedad al amparo de la constitución más moderna en el Oriente Medio, una constitución aprobada por millones de sus ciudadanos.

Una de las cosas interesantes que he encontrado aquí en Washington es que hay un fuerte desacuerdo en lo que debemos hacer para tener éxito, pero hay un fuerte consenso en que no debemos fallar. La gente comprende las consecuencias del fracaso. Si abandonáramos a esta joven democracia antes de cumplir nuestra misión, habría caos, y en ese caos habrá vacíos, y en esos vacíos entrarían extremistas envalentonados, extremistas que quieren encontrar un refugio desde donde operar impunemente.

Al pensar en este importante frente en la guerra contra los extremistas y los terroristas, es importante que nuestros conciudadanos reconozcan esta verdad: Si abandonásemos Iraq antes de cumplir nuestra misión, el enemigo nos seguiría a nuestra patria.

President George W. Bush addresses the American Enterprise Institute in Washington, D.C., Thursday, Feb. 15, 2007. "Our goal in Afghanistan is to help the people of that country to defeat the terrorists and establish a stable, moderate, and democratic state that respects the rights of its citizens, governs its territory effectively, and is a reliable ally in this war against extremists and terrorists," said President Bush. White House photo by David Bohrer Nuestro nuevo comandante en Iraq, el general David Petraeus, está ahora en el terreno en Bagdad. Ayer tuvimos una teleconferencia. Me informa que las tropas de la coalición están llegando según lo programado. Dice que el gobierno iraquí está cumpliendo con su compromiso de enviar tres brigadas adicionales del ejército a la capital. El Primer Ministro Maliki ha dicho que parte de nuestra estrategia es poner a más iraquíes a luchar en la capital para lograr nuestro objetivo, y lo está haciendo. Hasta ahora, la coordinación entre las tropas iraquíes y de la coalición ha sido buena; están iniciando operaciones conjuntas para asegurar Bagdad en las cuales persiguen a terroristas, insurgentes, criminales y a los escuadrones de la muerte que rondan la ciudad. Le están dando al pueblo iraquí lo que desea en Bagdad: poder vivir en paz.

Las señales iniciales de progreso son alentadoras. Sin embargo, es importante que reconozcamos que éste es el inicio de lo que va a ser un operativo difícil en la capital de Iraq. Nuestras tropas están arriesgando la vida. Mientras ponen en práctica la nueva estrategia, necesitan nuestra paciencia, y necesitan nuestro apoyo. (Aplausos.) Hace tres semanas, cuando el Senado de Estados Unidos consideraba el nombramiento del general Petraeus, los senadores votaron unánimemente para confirmarlo en su nuevo cargo, y aprecio esa aprobación, ese espaldarazo para este buen general.

Ahora la Cámara está debatiendo una resolución que desaprueba nuestra nueva estrategia. Esta sería la primera vez en la historia que el Congreso de Estados Unidos vote por enviar a un nuevo comandante a la batalla y luego vote para oponerse a su plan, que es necesario para tener éxito en esa batalla.

Los miembros del Congreso tienen todo el derecho de expresar su opinión, y espero que lo hagan. La resolución que están debatiendo no es obligatoria. Pronto el Congreso va a votar sobre legislación que sí es obligatoria, un proyecto de ley que proporcione fondos de emergencia para nuestras tropas. Nuestros hombres y mujeres de uniforme están contando con que sus líderes electos les den el apoyo que necesitan para cumplir con su misión. Tenemos la responsabilidad, los republicanos y los demócratas tenemos la responsabilidad de darles a nuestras tropas los recursos necesarios para hacer su trabajo y la flexibilidad que necesitan para prevalecer. (Aplausos.)

A medida que implementamos una nueva estrategia en Iraq, también damos pasos para derrotar a los terroristas y extremistas en Afganistán. Mi gobierno acaba de terminar un análisis minucioso de nuestra estrategia en ese país, y hoy quiero hablarles del progreso hecho en Afganistán, los desafíos que enfrentamos en Afganistán y la estrategia que estamos aplicando para derrotar a los enemigos de la libertad en Afganistán.

No hace mucho tiempo que aprendimos las lecciones de cómo operan los terroristas. Puede parecer que ocurrió hace mucho tiempo. Cinco años es mucho tiempo en esta era de ciclos noticiosos instantáneos, pero realmente no fue hace mucho, si piensan en la marcha de la historia. En Afganistán vimos cómo los terroristas y extremistas pueden usar esos refugios donde actúan impunemente, refugios en estados que han fracasado, para llevar muerte y destrucción a nuestra gente aquí en nuestra patria.

Si lo piensan, realmente fue un momento decisivo sin precedente en la historia de nuestro país. Fue un momento que definió el siglo XXI. Piensen en lo que acabo de decir. que en los rincones más remotos de nuestro planeta, porque había un gobierno fracasado, había asesinos que pudieron complotar, planear y ejecutar un ataque letal que mató a casi 3,000 de nuestros ciudadanos. Es una lección que debemos recordar. Y una de las lecciones de ese 11 de septiembre es que no podemos permitir que los terroristas tengan un santuario en ningún lugar, y no debemos permitirles que reestablezcan el refugio que perdieron en Afganistán.

Nuestra meta en Afganistán es ayudar al pueblo de ese país a derrotar a los terroristas y establecer un estado democrático, moderado y estable que respeta los derechos de sus ciudadanos, gobierna su territorio eficazmente y es un aliado de confianza en esta guerra contra extremistas y terroristas.

Ah, a algunos les parece una tarea imposible. Pero no es imposible si creemos en lo que dijo Jeane Kirkpatrick, que la libertad es universal; si creemos que todos los seres humanos deben vivir en paz y libertad.

En los últimos cinco años, nuestro progreso ha sido real hacia el logro de esta meta que acabo de describir. En el 2001, Afganistán era una pesadilla totalitaria, un país donde las niñas no podían ir a la escuela, donde la policía religiosa rondaba las calles, donde se azotaba públicamente a las mujeres, había ejecuciones sumarias en el estadio de fútbol de Kabul, y los terroristas operaban libremente: Tenían campamentos donde planeaban y entrenaban para los horrendos ataques que nos afectaron a nosotros y a otras naciones.

Hoy, después de sólo cinco años, el Talibán ha sido desalojado del poder, Al Qaida se ha visto forzada a abandonar sus campamentos. Y Afganistán es libre. Por eso digo que hemos alcanzado logros impresionantes. Afganistán tiene un presidente que fue elegido democráticamente y se llama Hamid Karzai. Lo respeto. Aprecio su valentía. Afganistán tiene una Asamblea Nacional que fue elegida por el pueblo afgano en elecciones libres.

Bajo el Talibán, las mujeres tenían prohibido ocupar cargos públicos. Hoy, el parlamento de Afganistán incluye a 91 mujeres, y el Presidente Karzai ha nombrado a la primera mujer que ocupará el cargo de gobernadora provincial.

Bajo el Talibán se reprimió la libre empresa. Hoy, la economía afgana ha crecido al doble desde su liberación. Afganistán ha atraído $800 millones de inversión extranjera durante este periodo.

Bajo el Talibán, 900,000 niños asistían a la escuela. Hoy, más de 5 millones de niños asisten a la escuela. De ellos, 1.8 millones son niñas.

Bajo el Talibán, aproximadamente 8 por ciento de los afganos tenían acceso a la atención básica de salud. Hoy, Estados Unidos ha construido o renovado 681 clínicas en todo el país y ahora más de 80 por ciento de los afganos tiene acceso a seguro básico de salud. atención médica.

Bajo el Talibán, los afganos huyeron en gran número de su país, buscando seguridad en el extranjero. Hoy, más de 4.6 millones de refugiados afganos han regresado a casa, uno de los mayores movimientos de retorno en la historia.

En el Afganistán de hoy, la gente puede expresarse libremente, son libres de comenzar a hacer realidad sus sueños. En el Afganistán de hoy la alianza de la OTAN toma la delantera para ayudar a brindar seguridad al pueblo de Afganistán. En el Afganistán de hoy, los terroristas que alguna vez oprimían al pueblo afgano y amenazaban a nuestro país están siendo capturados y eliminados por las tropas de la OTAN, y los soldados y la policía de un Afganistán libre. Los tiempos han cambiado. Nuestra labor está propiciando la libertad. Un Afganistán libre contribuye a que este país sea más seguro.

Nos enfrentamos a un enemigo calculador. Nos enfrentamos a un enemigo recio: observan nuestros actos, modifican sus tácticas. Y en el 2006, este enemigo se reagrupó y atacó vigorosamente. Cuando la libertad comenzó a propagarse, un enemigo que no puede tolerar la idea de una sociedad libre trató de hacer algo al respecto, trató de detener el avance de esta joven democracia. No es el único lugar del mundo donde el enemigo contraatacó en el 2006. Contraatacaron en Iraq. Atacaron en el Líbano. Ésta es una lección que nuestros conciudadanos deben entender: Donde este grupo de gente encuentra libertad, está dispuesto a recurrir a tácticas brutales.

Es un enemigo interesante, ¿verdad? Un enemigo que no puede tolerar la idea de que alguien pueda llevar una vida de paz, una vida de esperanza, una vida de optimismo. Y es un enemigo que debemos tomar en serio.

El año pasado, en todo Afganistán, el número de ataques con bombas al borde del camino aumentó casi al doble, los ataques de fuego directo contra las tropas internacionales casi se triplicaron y los ataques suicidas se quintuplicaron. Esta escalada de ataques fue parte de la ofensiva del Talibán que hizo que el 2006 fuera el año más violento en Afganistán desde la liberación del país.

Y, entonces, la pregunta fundamental es, ¿cómo debemos reaccionar? ¿Respondemos diciendo que quizá es demasiado difícil? ¿Simplemente dejemos que esta joven democracia se marchite y desaparezca? ¿Olvidamos las lecciones del 11 de septiembre? Y la respuesta es un no rotundo.

Y, entonces, la ofensiva que lanzó el Talibán fue sofocada por la extraordinaria valentía de los soldados afganos y por las tropas de la OTAN que permanecieron firmes. ¿Ven? Creo que el Talibán pensó que podían explotar alguna debilidad. Creo que se dijeron a sí mismos, si podemos. pondremos a prueba a la OTAN y haremos que los líderes de la OTAN le den la espalda a esta joven democracia.

Tras las feroces batallas durante todo el año 2006, el Talibán había fracasado en su objetivo de tomar y aferrarse a territorio nuevo.

En meses recientes, la intensidad de la lucha ha disminuido. Es natural. Sucede todos los años cuando llega la nieve y el hielo allá en Afganistán. Pero incluso durante estos meses de invierno, permanecimos a la ofensiva contra el Talibán y Al Qaida. En enero, las unidades de reconocimiento de la OTAN observaron una importante incursión del Talibán desde Pakistán. con aproximadamente 150 combatientes del Talibán que cruzaron la frontera en la provincia de Paktika. Entonces, la OTAN y las tropas afganas lanzaron un ataque aéreo y ataque terrestre coordinado, y los combatientes destruimos las tropas del Talibán fueron desbandados. Murió un gran número de combatientes enemigos; se les forzó a batirse en retirada, para luego ser alcanzados por tropas paquistaníes.

Hace apenas dos semanas, la OTAN lanzó un ataque aéreo contra los combatientes del Talibán que habían ocupado el pueblo de Musa Qala en la provincia de Helmand. un comandante clave del Talibán fue llevado ante la justicia.

La nieve se derretirá en las montañas del Hindu Kush, y cuando eso suceda, podemos contar con que la lucha feroz continúe. El Talibán y Al Qaida se están preparando para lanzar nuevos ataques. Nuestra estrategia es no estar a la defensiva, sino estar a la ofensiva. En la primavera habrá una nueva ofensiva en Afganistán, y será una ofensiva de la OTAN. Y ésa es parte de nuestra estrategia: ejercer presión incesante. No cederemos ante asesinos y extremistas.

Y estamos concentrados en cinco objetivos clave que quiero compartir con ustedes. En primer lugar, Estados Unidos y nuestros aliados ayudarán al Presidente Karzai a aumentar el personal y la capacidad de las fuerzas de seguridad de Afganistán. Al fin y al cabo, para que esta joven democracia sobreviva a largo plazo, deberá tener sus propias fuerzas de seguridad, que sean capaces y estén entrenadas. No es necesario que les enseñemos valentía. Esta gente entiende lo que es la valentía. Están dispuestos a luchar por su país. Están dispuestos a defender esta joven democracia. Y, entonces, a nosotros y a los países de la OTAN nos conviene proporcionarles entrenamiento para que tengan más combatientes con mayor poderío. por lo que aumentaremos el personal de la policía nacional de 61,000 a 82,000 para fines del 2008. Y los ayudaremos a desarrollar nuevas especialidades: nuevas brigadas para velar por el orden civil, combatir el narcotráfico y vigilar la frontera.

Aumentaremos el personal del Ejército de Afganistán. Hoy, cuenta con 32,000 --eso no es suficiente para cumplir con la labor en este extenso país-- a 70,000 para fines del 2008. Una cosa es entrenarlos y otra conseguirles uniformes, pero también deberán tener medios para desplazarse dentro del país. Por eso, añadiremos batallones de mando, una unidad de helicópteros y unidades de apoyo en combate. Es decir, ayudaremos a esta joven democracia a tener una fuerza de seguridad totalmente integrada que responda a las órdenes de los funcionarios públicos electos.

Las tropas capaces necesitan datos de inteligencia. Ésta es una guerra que requiere de buena información de inteligencia en todos los frentes. Por lo tanto, Estados Unidos y nuestros aliados también trabajarán con los líderes de Afganistán para mejorar las redes de inteligencia humana, particularmente en zonas que están amenazadas por el Talibán. Junto con el gobierno de Afganistán y la OTAN, creamos un nuevo Centro de Operaciones Conjuntas de Inteligencia en Kabul, para que todos los sectores que luchan contra los terroristas en Afganistán compartan información sobre el enemigo. Eso quizá suene simple para aquéllos de nosotros que nos hemos acostumbrado a sistemas sofisticados para protegernos. Pero es una innovación importante en Afganistán.

Estados Unidos y nuestros aliados respaldarán a esta gente. Ése es el mensaje que deseo enviarle hoy al pueblo de Afganistán. Los debates libres son importantes. Pero nuestro compromiso es sólido: Los entrenaremos, los ayudaremos y los apoyaremos mientras defienden su nueva democracia. (Aplausos.)

La segunda parte de nuestra estrategia es trabajar con nuestros aliados para robustecer las tropas de la OTAN en Afganistán. Hoy, Afganistán es la operación militar más importante de la OTAN. ¿No es interesante que la OTAN esté ahora en Afganistán? Sospecho que hace 20 años, si un Presidente hubiese dicho ante el AEI: vaticino que la OTAN enviará tropas para defender la libertad y la paz fuera de Europa. probablemente nunca habrían vuelto a invitar a esa persona. (Risas.) Hoy, la OTAN está en Afganistán. Y les agradezco a los líderes de los países de la OTAN por reconocer la importancia de Afganistán para nuestra propia seguridad y para aumentar la seguridad de nuestros propios países.

Para que la OTAN tenga éxito, los países miembros deben proporcionarles a los comandantes en el terreno las tropas y el equipo que necesitan para cumplir con su labor. Muchos aliados se han comprometido a proporcionar apoyo y tropas adicionales. y les agradezco esos compromisos, casi tanto como el pueblo de Afganistán se los agradecen. Noruega, Lituania y la República Checa han acordado enviar unidades de operaciones especiales a Afganistán. Gran Bretaña, Polonia, Turquía y Bulgaria han acordado enviar tropas adicionales. Italia ha acordado enviar aviones. Rumania contribuirá a la misión policial de la UE. Dinamarca, Grecia, Noruega y Eslovaquia proporcionarán fondos para las fuerzas de seguridad de Afganistán. Islandia proporcionará transporte aéreo. El pueblo de Afganistán debe saber que tiene muchísimos amigos en el mundo que quieren que tenga éxito.

Para que la OTAN cumpla su misión con éxito, los aliados debemos asegurarnos de eliminar las brechas de seguridad. En otras palabras, cuando existe una necesidad, cuando nuestros comandantes en el terreno les dicen a nuestros respectivos países, necesitamos ayuda adicional, los países de la OTAN deben proporcionarla para que puedan cumplir su misión.

Además, los aliados deben levantar las restricciones impuestas a sus tropas para que los comandantes de la OTAN tengan la flexibilidad que necesitan para vencer al enemigo dondequiera que el enemigo pueda establecer posiciones. La alianza se fundó con este principio: Un ataque contra uno es un ataque contra todos. Ese principio vale si el ataque es en el territorio nacional de una nación de la OTAN o contra las tropas aliadas movilizadas por la OTAN para una misión en el extranjero. Al mantenerse unidas en Afganistán, las tropas de la OTAN protegen a nuestro propio pueblo, y deben contar con la flexibilidad y las reglas de enfrentamiento necesarias para poder realizar su labor.

Tercero, Estados Unidos y nuestros aliados ayudarán al Presidente Karzai a mejorar los gobiernos provinciales y desarrollar. desarrollar la economía rural de Afganistán. Muchos afganos en regiones remotas se unen al Talibán simplemente porque no hay otros trabajos disponibles. La mejor manera de crear escasez de reclutas para el Talibán es ayudar al gobierno de Afganistán a crear puestos y oportunidades. Por lo que la OTAN tiene 25 equipos de reconstrucción en provincias de todo el país. Estos equipos están compuestos por expertos civiles y militares. Están ayudando al gobierno de Afganistán a extender su alcance a regiones distantes, están reforzando la seguridad y están haciendo llegar ayuda para la reconstrucción. Es decir, acabo de describir las operaciones militares que son necesarias, pero para que estas jóvenes democracias sobrevivan, no sólo debe haber fuerzas armadas. Debe haber desarrollo político y pruebas tangibles de que un gobierno puede proporcionar oportunidades y esperanza. Y estos equipos de reconstrucción en las provincias hacen precisamente eso.

Estos equipos ayudarán a construir sistemas de irrigación, mejorarán la producción de energía y otorgarán acceso a micropréstamos. La idea es fomentar el espíritu empresarial, la generación de empleo, las empresas. Estos equipos emprenderán nuevos esfuerzos para capacitar a líderes provinciales y locales. Nosotros damos por sentado la existencia de la democracia. Pero las raíces de la democracia no son muy profundas que digamos en la historia de Afganistán. Toma tiempo que la gente comprenda cómo debe desempeñar su labor un funcionario público. Toma tiempo que la gente comprenda la obligación de responder ante el pueblo; y estos equipos cambiarán a los líderes provinciales y locales.

Otro elemento clave para darle estabilidad a Afganistán es construir carreteras. El Teniente General Eikenberry, que sirvió con distinción en Afganistán, y acaba de concluir su periodo de servicio --era el comandante de más alto rango allá-- dijo algo realmente interesante que me llamó la atención. Dijo, "En Afganistán, donde las carreteras terminan, el Talibán comienza". Entonces, para contribuir a la seguridad de este país, la comunidad internacional ha acelerado su campaña de construcción de carreteras en todo Afganistán. Hasta ahora, Estados Unidos y otros países han concluido la construcción de más de 4,000 millas de carreteras. Suena como un montón, y lo es. También estamos hablando sobre un país grande.

Gran parte de la carretera de circunvalación -la llamamos la carretera de circunvalación- que conecta las capitales de las provincias clave con Kabul, está prácticamente completa. Y eso es importante, porque, en primer lugar, la construcción de carreteras les da trabajo a jóvenes que de lo contrario podrían ser reclutados para el Talibán. Pero las carreteras también permiten que la gente lleve sus productos a los centros de comercio. En otras palabras, las carreteras promueven la iniciativa empresarial. Las empresas promueven la esperanza. La esperanza es lo que vence a esta ideología del terror. Y, entonces, vamos a construir 1,000 carreteras [sic] adicionales en el 2007. Es un esfuerzo importante, y nuestros aliados deben cumplir con sus compromisos de ayudar a que esta joven democracia tenga un sistema de carreteras que le permita florecer y sobrevivir.

Cuarto, Estados Unidos y nuestros aliados ayudarán al Presidente Karzai a revertir el aumento de cultivo de amapolas que está ayudando al Talibán. Tras una disminución en el 2005, Afganistán presenció un aumento marcado en el cultivo de amapolas el año pasado. Ésta es una amenaza directa contra el futuro libre de Afganistán. Le he expresado mis inquietudes al Presidente Karzai bastante claramente -no bastante claramente, muy claramente- y que para que él se gane la confianza de su pueblo y la confianza del mundo, debe hacer algo al respecto, con nuestra ayuda.

El Talibán usa el dinero de las drogas para comprar armas -se benefician del cultivo- y les pagan a los afganos para que tomen las armas contra el gobierno. Y, entonces, estamos ayudando al Presidente a lidiar con el problema de una variedad de maneras. Primero, ha creado lo que se llama el Tribunal Central de Narcóticos en Kabul. Una manera de lidiar con el problema de las drogas es repeler a los narcotraficantes, y una manera de repeler a los narcotraficantes es condenarlos y mandarlos a la cárcel. Ha mejorado la Fuerza Afgana de Erradicación, que son unidades móviles que se pueden movilizar en todo el país para ayudar a los gobernadores en sus esfuerzos de erradicación.

Estamos apoyándolo. Estamos apoyándolo por medio de ayuda directa con esas unidades móviles, y estamos apoyándolo para ampliar los programas de sustento alternativo. Quienes cultivan amapolas están tratando de ganarse la vida. Y la idea es otorgarles a estos agricultores crédito, semillas, fertilizante, y asistencia para que lleven sus productos al mercado. Entonces, la estrategia para eliminar las amapolas es alentar a que el gobierno las erradique y otorgar medios alternativos de subsistencia, y ayudarlos a tener caminos de manera que cuando alguien cultiva algo que alguien más quiere comprar en Kabul, haya un camino para poder llevar el producto a los mercados.

Es importante, y seguiremos concentrándonos en el asunto de las amapolas. Y cuando el Presidente y su gobierno puedan alcanzar logros al respecto, realmente inspirará a los países que quieren ayudar a hacer más.

Finalmente, ayudaremos al Presidente Karzai a combatir la corrupción. Y donde necesita ayuda es en el sistema judicial. No hay nada más desalentador que la injusticia. Y con demasiada frecuencia, los afganos ven que sus tribunales están a cargo de jueces corruptos. Es importante contar con la confianza del pueblo en una sociedad libre. Los jueces corruptos dificultan poder ganarse esa confianza.

El Presidente Karzai, dicho sea a su favor, ha creado un Grupo de Trabajo sobre Justicia Penal que se dedica a combatir la corrupción de funcionarios públicos. Este grupo de trabajo tiene 400 fiscales [sic] y hay investigaciones en curso. Estados Unidos, Gran Bretaña y Noruega están proporcionando fiscales, jueces, policías y abogados defensores que se desempeñan como asesores a tiempo completo de sus colegas afganos, y agradezco que nuestros propios ciudadanos vayan allá. Debe ser genial, realmente -supongo que "genial" no es una palabra sofisticada, pero debe ser inspirador ayudar a esta joven democracia a desarrollar un sistema judicial que valga la pena. Y no tengo palabras para agradecerles a nuestros ciudadanos por darse tiempo para ir.

Estados Unidos ha construido o renovado 40 oficinas judiciales; hemos distribuido más de 11,000 copias de la constitución de Afganistán; hemos capacitado a más de 750 jueces, abogados y fiscales afganos. La comunidad internacional está ayudando a este nuevo gobierno a desarrollar un sistema de justicia para que puedan reemplazar el imperio del Talibán por el imperio de la ley.

Ahora, existe otro aspecto en nuestra estrategia que deseo compartir con ustedes, que es ayudar al Presidente Musharraf a derrotar a los terroristas y extremistas que operan dentro de Pakistán. Vamos a trabajar con Pakistán y Afganistán para aumentar la cooperación a fin de que derroten lo que yo denominaría un enemigo común. Los combatientes del Talibán y Al Qaida que se esconden en las regiones remotas de Pakistán.éste es un país agreste; es más agreste que el Lejano Oeste. Y esta gente se esconde y recluta y lanza ataques.

El Presidente comprende nuestro deseo de trabajar con él para eliminar este tipo de acción. La gente dice, bueno, ¿cree que el Presidente Musharraf realmente comprende la amenaza de los extremistas entre ellos? Dije, sí, pienso que sí. ¿Saben cómo lo sé? Lo han tratado de matar. Al Qaida realizó ataques contra el Presidente de su país. Lo comprende. También comprende que los extremistas pueden desestabilizar a los países fronterizos o desestabilizar a los países desde los cuales lanza sus ataques. Y, entonces, ha lanzado lo que llaman una estrategia de frontera, que consiste en encontrar y eliminar a los extremistas, y ofrecer mejor gobierno y oportunidades económicas.

Estamos ayudándolo en estos esfuerzos. Nos conviene ayudarlo. Le proporcionamos. estamos ayudando a equipar a sus fuerzas de seguridad que patrullan las regiones de la frontera con Afganistán. Estamos financiando la construcción de más de 100 puestos fronterizos que proporcionarán a sus tropas mejor acceso a regiones remotas de esta parte del país. Le hemos dado equipo de alta tecnología para ayudar a las tropas de Pakistán a localizar a los terroristas que tratan de cruzar la frontera. Estamos financiando una rama de aviación con helicópteros y aeronaves de ala fija, para darle a Pakistán más seguridad, mejor respuesta rápida y mejor vigilancia.

Ahora el Presidente Musharraf podrá lidiar mejor con este problema. Bob Gates fue a visitarlo recientemente y tuvo una buena respuesta. Es un aliado en esta guerra contra el terrorismo y nos conviene apoyarlo en la lucha contra los extremistas.

También tuve una reunión interesante en la Casa Blanca el septiembre pasado. esto es, ofrecí una cena privada para el Presidente Musharraf y el Presidente Karzai, en lo que se denomina el Comedor Familiar. Fue una discusión fascinante. Claramente, hay historias diferentes, preocupaciones diferentes sobre el camino a seguir. Sin embargo, sí llegamos a ciertos acuerdos, por ejemplo, que a todos nos conviene colaborar para mejorar el intercambio de información de inteligencia. Nos conviene ampliar el comercio entre estos dos países. En otras palabras, por un lado nos conviene trabajar estrechamente en la seguridad, las operaciones de seguridad, pero también a todos nos conviene -a los tres nos conviene- proporcionar diversas alternativas de las cuales pueda escoger la gente.

Recuerden que dije anteriormente que a menudo las personas apoyan al Talibán o a veces apoyan al Talibán en Afganistán porque es el único trabajo que pueden encontrar. Si ése es el caso -y creo que es verdad- necesitamos ayudar a esta gente a construir una economía que ofrezca esperanza. Y, entonces, una manera en que podemos hacerlo es lo que llamamos las Zonas de Oportunidad para la Reconstrucción que existen en ambos lados de la frontera entre Pakistán y Afganistán. Estas zonas les darán a los residentes la oportunidad de exportar productos hechos localmente a los Estados Unidos, libres de impuestos. Ésa es nuestra contribución. Tenemos un mercado extenso, un país rico con muchísimos consumidores, y no tomará mucho darles esperanza si podemos hacer que se constituyan pequeñas empresas de manufactura, empresarios locales para fabricar productos y venderlos aquí en nuestros países. Es una pequeñísima contribución de nuestra parte y una gran contribución al proporcionar las condiciones necesarias para la estabilidad.

Continuaré trabajando con ambos líderes. Es una función útil que el Presidente de Estados Unidos esté en contacto constante con ambos Presidentes, para recordarles acerca de las grandes obligaciones que tenemos, como luchar contra los extremistas y ayudar a la gente a hacer realidad sus sueños.

Entonces, nuestra estrategia en este país es sólida e importante. Se le presta mucha atención aquí en Estados Unidos a Iraq. Un motivo por el cual he venido a hablarles es que deseo que la gente también le preste atención a Afganistán. Le estoy solicitando al Congreso $11,800 millones durante los próximos dos años para ayudar a que esta joven democracia sobreviva. He ordenado un aumento en las tropas de Estados Unidos en Afganistán. Hemos extendido cuatro meses la permanencia de 3,200 soldados que se encuentran ahora en el país, y movilizaremos tropas de reemplazo que mantendrán ese aumento en el futuro inmediato.

Estas fuerzas y fondos ayudarán al Presidente Karzai a vencer a enemigos comunes. El éxito en Afganistán es importante para nuestra seguridad. Libramos una larga lucha ideológica entre las fuerzas de la moderación y la libertad contra las fuerzas de la destrucción y el extremismo. Y una victoria para las fuerzas de la libertad en Afganistán será una derrota rotunda en esta lucha ideológica. A nuestra nación le conviene que tengamos éxito, que el Presidente Karzai y el pueblo de Afganistán tengan éxito. Y confío. confío que con persistencia y paciencia y determinación, tendremos éxito.

Y la mayor fuente de éxito es el pueblo mismo de Afganistán. Quieren libertad. La libertad es universal. Jeane Kirkpatrick estaba en lo correcto: La gente en todo el mundo, independientemente de su religión, su origen o su género, quiere ser libre. (Aplausos.) Hay pruebas tangibles en Afganistán: 8 millones de personas acudieron a las urnas para elegir a su Presidente en una elección libre. Es un hecho. Ocho millones dijeron que querían ser libres. Imagínense cuánto ha avanzado esa sociedad desde los días del Talibán. Existe valentía en ese país. La gente está mostrando fe y libertad y valentía para defender esa libertad.

Deseo contarles algo interesante sobre una oficina de seguridad afgana en Camp Phoenix cerca de Kabul. Hay un empleado que trabaja en esta base hace cuatro años. casi cuatro años. Su trabajo era proteger el portón principal y examinar los autos antes de que se les permitiera acercarse al punto de inspección militar de Estados Unidos. Es muy popular con nuestros soldados. a los que han llegado a conocerlo les cae muy bien. Aprecian su valentía y su personalidad, y lo llaman "Rambo." (Risas.) Debe haber significado mucho para un ciudadano afgano que lo llamen "Rambo", que es como lo llaman.

Un día que Rambo estaba de guardia, un auto cargado de explosivos trató de atravesar el portón principal. Estaban tratando de atacar a nuestros soldados. Este hombre no vaciló, se metió de un salto al auto y evitó que los terroristas hicieran detonar el dispositivo. Vio que alguien estaba por causarles daño a nuestros ciudadanos, nuestros soldados. Entonces saltó al auto y detuvo el ataque. Luego un sargento del Ejército de Estados Unidos respondió y ayudó a sacar al hombre del auto.

Uno de nuestros soldados de Estados Unidos que estaba allí dijo lo siguiente, dijo, "Nos salvó la vida. Le prometí que le daría su nombre a mi primogénito". Tiene la esperanza de tener un varón. (Risas.)

Es un relato humano. Es un relato que dice mucho sobre valentía y amistad, respeto por la vida. Para mí, es un relato que dice que el pueblo de Afganistán quiere hacer lo que es necesario para sobrevivir y prosperar, y nos conviene ayudarlos.

Estoy realmente orgulloso de que nuestro país ayudó a liberar a 25 millones de personas de ese país. (Aplausos.) Deberíamos estar orgullosos de apoyar al pueblo de Afganistán, del Afganistán recientemente liberado. Y sé que todos estamos orgullosos de los hombres y mujeres que han ayudado a liberar a ese país, los hombres y mujeres que llevan nuestro uniforme, que ayudaron a liberar a ese país y continúan haciendo los sacrificios necesarios. (Aplausos.)

Les agradezco que me hayan dado la oportunidad de venir a hablar sobre una estrategia para el éxito, una estrategia que es parte de nuestros esfuerzos por asegurarnos de que cuando la próxima generación de estadounidenses, la generación que nos sigue, mire hacia atrás, diga que cumplimos con nuestro deber de proteger el territorio nacional y, que como resultado, ellos pueden vivir en paz.

Que Dios los bendiga. (Aplausos.)

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