Para su publicación inmediata
Oficina del Secretario de Prensa
8 de noviembre de 2006
THE WHITE HOUSE
Office of the Press Secretary
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Para publicación inmediata 8 de noviembre de 2006
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE
DURANTE EL NOMBRAMIENTO DEL DOCTOR ROBERT M. GATES
COMO SECRETARIO DE DEFENSA
The Oval Office
3:30 P.M. EST
EL PRESIDENTE: Buenas tardes y bienvenidos a la Casa Blanca. Hoy anunci mi intención de nombrar a Robert Gates como el próximo secretario de Defensa. Y ahora me complace presentárselo al pueblo estadounidense. También deseo rendirle homenaje a su antecesor en el cargo.
Estados Unidos sigue siendo una nación en guerra. Nos enfrentamos a enemigos brutales que aborrecen nuestra libertad y quieren destruir nuestra forma de vida. Estos enemigos atacaron nuestro país el 11 de septiembre de 2001; luchan contra nosotros en Afganistán e Iraq, y siguen decididos a atacar a nuestro país nuevamente. Contra tales enemigos, sólo hay una manera de proteger al pueblo estadounidense: Debemos permanecer a la ofensiva y llevar a nuestros enemigos ante la justicia antes de que nos vuelvan a hacer daño.
En tiempos de guerra, el Presidente depende en el secretario de Defensa para que ofrezca asesoría militar y dirija a las Fuerzas Armadas de nuestra nación mientras luchan contra nuestros enemigos en todo el mundo. El secretario de Defensa debe ser un hombre de visión que pueda ver las amenazas que aún no se vislumbran y preparar a nuestra nación para hacerles frente. Bob Gates es el hombre correcto para asumir estos dos cruciales desafíos.
Bob es uno de los funcionarios públicos más competentes de nuestro país. Se incorporó a la CIA en 1966, cuenta con casi 27 años de experiencia en seguridad nacional y ha trabajado para seis Presidentes de ambos partidos políticos. Durante casi nueve años prestó servicios en el Consejo de Seguridad Nacional. Y en la CIA, pasó de ser un empleado del primer escalafón a director de Inteligencia Central. Y su experiencia hace que esté bien preparado para este nuevo cargo.
Bob comprende los desafíos que enfrentamos en Afganistán. En su calidad de subdirector de Inteligencia Central del Presidente Reagan, ayudó a dirigir los esfuerzos de Estados Unidos para expulsar a las fuerzas soviéticas de Afganistán. El éxito de estos esfuerzos debilitó al régimen soviético y contribuyó a acelerar la victoria de la libertad en la Guerra Fría.
Bob comprende los desafíos que enfrenta nuestra nación en Iraq. Fue asesor adjunto de Seguridad Nacional del primer Presidente Bush durante la Operación Tormenta del Desierto cuando las tropas estadounidenses repelieron la agresión de Iraq y expulsaron a las fuerzas de Sadam Husein de Kuwait. Más recientemente, fue miembro del Grupo de Estudio sobre Iraq, un distinguido panel independiente de republicanos y demócratas dirigidos por el ex secretario de Estado Jim Baker y el ex congresista Lee Hamilton. Como parte de esta comisión, viajó a Iraq y se reunió con los líderes del país y nuestros comandantes militares en el terreno. Aportará al departamento una perspectiva fresca e ideas nuevas sobre cómo Estados Unidos puede lograr nuestros objetivos en Iraq.
Bob comprende cómo dirigir instituciones grandes y complejas, y transformarlas para hacerles frente a nuevos desafíos. Como director de Inteligencia Central, tras el colapso de la Unión Soviética, estuvo a cargo de dirigir todas las agencias de inteligencia fuera de Estados Unidos. Y ha aportado ese mismo liderazgo y capacidad a su trabajo como rector de la sexta universidad más grande del país, Texas A&M. Cuando el consejo de directores de A&M lo entrevistó para el puesto, se describió como un agente de cambio. Como rector, cumplió con esa promesa, iniciando reformas de gran envergadura en casi todos los aspectos de la vida universitaria. Aportará ese mismo espíritu de transformación a su trabajo en el Departamento de Defensa.
Bob Gates es un patriota cuyo amor por su país fue cultivado en la comunidad de Kansas en la que creció. Ha llevado el uniforme de la nación. Es alguien que piensa estratégicamente, que fue educado en tres de las mejores universidades de Estados Unidos: Recibió su licenciatura de William & Mary, una maestría en historia de Indiana University y un doctorado en historia rusa y soviética de Georgetown.
Es un líder de la comunidad empresarial que ha sido miembro del directorio de varias corporaciones importantes. Es un hombre íntegro, franco y de buen criterio. Sabe que el desafío de proteger a nuestro país está por encima de cualquier afiliación política y tiene una buena trayectoria de trabajar con líderes de ambos partidos para reforzar nuestra seguridad nacional. Cuenta con toda mi confianza y será un sobresaliente secretario de Defensa.
Bob es el sucesor de uno de los líderes de seguridad más hábiles y capaces de los Estados Unidos, Donald Rumsfeld. Don es el miembro de mi Gabinete con más años de servicio, y el próximo mes será otro momento memorable cuando pase a ser el secretario de Defensa con la más larga gestión en la historia de nuestra nación. Agradezco que esté dispuesto a seguir cumpliendo con la labor hasta que su sucesor asuma el cargo, porque en tiempos de guerra, a nuestra nación no le debe faltar una mano fuerte y firme a cargo de nuestro Departamento de Defensa.
Don ha prestado sus servicios en momentos sumamente importantes para nuestra nación. Pocos olvidarán la imagen de Don Rumsfeld ayudando a los socorristas a cargar a las víctimas de los escombros del Pentágono el 11 de septiembre de 2001. Durante las siguientes semanas, dirigió las actividades para planear la respuesta militar de nuestra nación a ese ataque sin precedente contra nuestro territorio. Con su liderazgo, las fuerzas de Estados Unidos y la coalición lanzaron una de las campañas militares más innovadoras en la historia militar moderna, derrocando al Talibán y sus aliados de al Qaida en cuestión de semanas.
En 2003, bajo mis órdenes, dirigió la planificación y ejecución de otra campaña militar histórica, la Operación Libertad Iraquí, que derrocó a Sadam Husein y ayudó al pueblo de Iraq a establecer una democracia constitucional en el corazón del Oriente Medio. La gestión de Don Rumsfeld pasará a la historia porque, bajo su dirección, los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas depusieron a dos regímenes terroristas, liberaron a unos 50 millones de personas, llevaron ante la justicia al terrorista Zarqawi y decenas de agentes de alto rango de al Qaida, y ayudaron a evitar nuevos atentados terroristas contra nuestro pueblo.
Estados Unidos está más seguro y el mundo está más protegido debido al servicio y liderazgo de Donald Rumsfeld. Mientras dirigía el Pentágono en una guerra sin precedente, Don nunca apartó la vista de otra responsabilidad vital: preparar a Estados Unidos para las amenazas que se pudieran presentar en este nuevo siglo. Desarrolló una nueva estrategia de defensa. Creó un nuevo Comando del Norte para proteger el territorio nacional, un nuevo Comando Conjunto para que se concentrara en la transformación, un nuevo Comando Estratégico para defendernos de un ataque de largo alcance, y transformó el Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos para adaptarlo a la guerra contra el terrorismo.
Dirigió nuestros esfuerzos para crear una nueva Fuerza de Respuesta de la OTAN que permita que la OTAN pueda ser movilizada rápidamente a cualquier parte del mundo. Emprendió la transformación más global del posicionamiento de fuerzas de Estados Unidos en el mundo desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Revitalizó los esfuerzos de Estados Unidos para desarrollar y emplazar defensas contra misiles balísticos, y dirigió un análisis cabal de las fuerzas nucleares de Estados Unidos que nos permitió realizar recortes considerables de armas nucleares de ataque.
La labor de Don en estos campos no siempre fue motivo de titulares. Pero las reformas que ha puesto en marcha son históricas y aumentarán la seguridad del pueblo estadounidense durante muchas décadas.
Durante los últimos seis años, he contado con la orientación y asesoría de Don Rumsfeld. He llegado a conocer su carácter y su integridad. Como secretario de Defensa, se entregó a su misión, fue fiel a su Presidente y se dedicó por completo a los valientes hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas.
Don dijo genialmente una vez, "Hay conocidos conocidos; hay conocidos desconocidos, y hay desconocidos desconocidos". Bueno, señor secretario, he aquí un conocido conocido: Sus servicios han hecho que Estados Unidos sea más fuerte y que Estados Unidos sea una nación más segura. Se le extrañará, y les deseo a usted y a Joyce lo mejor en los próximos años.
Don Rumsfeld es un hombre difícil de superar. Es por eso que escogí a alguien del calibre de Bob Gates para que le siga los pasos. Cuando sea confirmado por el Senado, Bob aportará talento, energía e innovación al Departamento de Defensa. Se esforzará todos los días para mantener seguro al pueblo estadounidense y para hacer que nuestra nación esté más protegida. Y realizará una magnífica labor como el próximo secretario de Defensa de Estados Unidos.
Bob, le agradezco que acepte volver a servir a nuestra nación, y felicitaciones.
DOCTOR GATES: Gracias, señor. Señor Presidente, gracias por este gran honor y por su confianza. Y permítanme darle también las gracias al secretario Rumsfeld por sus servicios.
En agosto cumplí 40 años de servicio público. El Presidente Bush será el séptimo Presidente para el que trabajo. No había previsto volver a trabajar para el gobierno y nunca he disfrutado de un cargo más que como rector de Texas A&M University. Sin embargo, Estados Unidos está en guerra, en Iraq y Afganistán. Luchamos contra el terrorismo en todo el mundo. Y enfrentamos serios desafíos a la paz y nuestra seguridad. Considero que el desenlace de estos conflictos forjará nuestro mundo durante varias décadas. Debido a que nuestros intereses estratégicos a largo plazo y que nuestra seguridad nacional y territorial están en peligro, debido a que tantos hijos e hijas de Estados Unidos en nuestras Fuerzas Armadas están en peligro, no vacil cuando el Presidente me pidió que regresara, porque lo consideré un deber.
Si me confirma el Senado, me entregaré en cuerpo y alma a la tarea, y con gratitud hacia el Presidente por darme la oportunidad de hacerlo.
SECRETARIO RUMSFELD: Bob Gates, lo felicito por este nombramiento. Mis mejores deseos. Estoy deseoso de trabajar con usted en la transición.
Señor Presidente, gracias por sus amables palabras y la oportunidad totalmente inesperada que me dio de servir en el Departamento de Defensa nuevamente durante los últimos años. seis años. ¡Qué tiempos! Me viene a la mente la frase de Winston Churchill, algo como, "Me he beneficiado muchísimo de las críticas, y en ningún momento me han faltado". (Risas.)
Tengo un gran respeto por su liderazgo, señor Presidente, en esta guerra poco comprendida y conocida, la primera guerra del siglo XXI. No muy conocida, no muy comprendida, demasiado compleja para que la gente la comprenda. Y tengo la certeza de que con el tiempo, las contribuciones que usted ha hecho pasarán a la historia.
Deseo recalcar que ha sido el mayor honor de mi vida trabajar con los hábiles hombres y mujeres del Departamento de Defensa, los estupendos hombres y mujeres. jóvenes de ambos sexos que llevan el uniforme. Es un privilegio. Y su patriotismo, su profesionalismo, su dedicación realmente son una fuente de inspiración. Cuentan con mi respeto; siempre estarán en mis oraciones.
Gracias.
END 3:42 P.M. EST