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Oficina del Secretario de Prensa
11 de septiembre de 2006

El Quinto Aniversario del 11 de Septiembre de 2001

Hoy, el Presidente Bush recordó a los inocentes que perdieron la vida y rindió tributo a los valientes héroes que dieron la vida para que otros pudieran vivir.

El Presidente también habló sobre el carácter de la amenaza aún ante nosotros, lo que estamos haciendo para proteger a nuestra nación y la creación de un Oriente Medio más prometedor que sea la clave para la paz en Estados Unidos y el mundo. En este aniversario solemne, volvemos a dedicarnos a la causa de la libertad.

*   Hace cinco años, el 11 de septiembre quedó grabado en la memoria de Estados Unidos cuando diecinueve hombres nos atacaron con una crueldad sin par en nuestra historia. Asesinaron a personas de todas las razas, credos y nacionalidades, y le declararon la guerra a todo el mundo libre.

*   Desde ese día, Estados Unidos y sus aliados han tomado la ofensiva en una guerra diferente a cualquiera que hemos librado antes. En la actualidad, estamos más seguros, pero aún no lo estamos del todo.

Lo que vimos el 11 de septiembre de 2001

El 11 de septiembre, nuestra nación vio el rostro de la maldad. Sin embargo, también presenciamos algo inconfundiblemente estadounidense: ciudadanos comunes y corrientes se pusieron a la altura de la ocasión y respondieron con actos de extraordinaria valentía. Vimos valentía en los oficinistas atrapados en los pisos altos de los rascacielos que ardían, en los pasajeros a bordo del Vuelo 93 y en el personal del Pentágono que salió de las llamas y el humo, para luego volver corriendo para responder a los llamados de ayuda.

Desde el 11 de septiembre, hemos aprendido mucho sobre el enemigo

La guerra contra este enemigo es más que un conflicto militar. Es la lucha ideológica decisiva del siglo XXI y el llamado de nuestra generación. Hemos aprendido que nuestros enemigos son malvados y matan sin misericordia, mas no sin un propósito. Constituyen una red mundial de extremistas a quienes los incita una visión perversa del islamismo, y su objetivo es establecer un imperio islámico radical.

Nuestra nación está a prueba de una manera que no experimentamos desde el inicio de la Guerra Fría. Enfrentamos a un enemigo resuelto a llevar muerte y sufrimiento a nuestros hogares. Pero la Guerra contra el Terrorismo no ha concluido ni concluirá hasta que alguien venza, ya sea nosotros o los extremistas. Si no vencemos a estos enemigos ahora, serán nuestros hijos los que se enfrentarán un Oriente Medio dominado por estados terroristas y dictadores radicales con armas nucleares. Somos parte de una guerra que determinará el curso de este siglo.

El 11 de septiembre, decidimos que tomaríamos la ofensiva contra nuestros enemigos

El 11 de septiembre, decidimos que no haríamos distinción alguna entre los terroristas y aquéllos que los protegen o respaldan. Ayudamos a derrocar al Talibán en Afganistán. Hicimos que al Qaida se batiera en retirada y eliminamos o capturamos a la mayoría de aquéllos que planearon los ataques del 11 de septiembre, incluido el hombre que se cree que fue el cerebro, Khalid Sheik Mohammed. Él y otros presuntos terroristas han proporcionado información valiosa que ha ayudado a evitar ataques en Estados Unidos y en todo el mundo. Ahora estos hombres han sido transferidos a la Bahía de Guantánamo, para que puedan rendir cuenta de sus actos.

*   Osama bin Laden y otros terroristas aún se esconden, y nuestro mensaje para ellos es claro: No importa cuánto tarde; Estados Unidos los encontrará y los llevaremos ante la justicia.

El 11 de septiembre, aprendimos que Estados Unidos debe hacerles frente a las amenazas antes de que lleguen a nuestras costas, ya sea que vengan de redes terroristas o de estados terroristas. Sadam Husein no fue responsable por los ataques del 11 de septiembre, pero su régimen era una amenaza clara. El poder ejecutivo, el Congreso y las Naciones Unidas vieron la amenaza, y después del 11 de septiembre, el régimen de Sadam representaba un peligro que el mundo no podía dejar que continuara. El mundo es más seguro porque Sadam Husein ya no está en el poder, y ahora el desafío es ayudar al pueblo de Iraq a desarrollar una democracia que haga realidad los sueños de casi 12 millones de iraquíes que votaron el pasado diciembre.

Hay mucho en juego en Iraq

Al Qaida y otros extremistas de todo el mundo han ido a Iraq para evitar que surja una sociedad libre en el centro del Oriente Medio. Se han unido a los partidarios que quedaban del régimen de Sadam y otros grupos armados para fomentar la violencia sectaria y hacer que partamos. Nuestros enemigos en Iraq son recios y dedicados, pero también lo son los iraquíes y las fuerzas de la coalición. Nos estamos adaptando para adelantarnos al enemigo, y estamos poniendo en práctica un plan claro para asegurar el éxito de un Iraq democrático.

Estamos entrenando a tropas iraquíes para que puedan defender a su nación y estamos ayudando al gobierno de unidad de Iraq para que sea más fuerte y trabaje por su pueblo, y no partiremos hasta que esta labor haya concluido. Sean cuales sean los errores que hemos cometido en Iraq, el peor error sería pensar que si nos retiramos, los terroristas nos dejarán en paz. La seguridad de Estados Unidos depende del resultado de la batalla en las calles de Bagdad.

*   Osama Bin Laden llama a esta lucha "la Tercera Guerra Mundial", y dice que la victoria para los terroristas significará "la derrota y desgracia" de Estados Unidos "para siempre". Si cedemos Iraq a hombres como Bin Laden, nuestros enemigos se envalentonarán, obtendrán un nuevo refugio y utilizarán los recursos de Iraq para promover su movimiento extremista. No permitiremos que esto suceda.

Podemos confiar en el éxito de nuestra coalición, porque el pueblo de Iraq ha sido firme ante violencia abominable, y debido a la capacidad y determinación de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Desde los ataques del 11 de septiembre, más de 1.6 millones de estadounidenses se han ofrecido para ponerse el uniforme de la nación. Algunos han sufrido lesiones terribles, y casi 3,000 han dado la vida. Estados Unidos honra su recuerdo, ora por sus familias, y nunca retrocederá en la labor que iniciaron.

Cinco años después del 11 de septiembre, Estados Unidos está más seguro, pero aún no lo está del todo.

Honramos a aquéllos que trabajan día y noche para mantener nuestro territorio nacional seguro, y les damos las herramientas que necesitan para proteger a nuestro pueblo. Gracias a la ardua labor de nuestros profesionales de la ley y de inteligencia, hemos desbaratado células terroristas entre nosotros y salvado vidas estadounidenses. Desde el 11 de septiembre, hemos:

*   Creado el Departamento de Seguridad Nacional;

*   Derrumbado el muro que evitaba que agentes de la ley y de inteligencia intercambiaran información;

*   Reforzado la seguridad en nuestros aeropuertos, puertos marítimos y fronteras, y

*   Creado programas nuevos para vigilar las transacciones bancarias y las llamadas telefónicas del enemigo.

Nuestros enemigos no han logrado lanzar otro ataque contra nuestro territorio, pero no han perdido el tiempo. Al Qaida y aquéllos inspirados por su ideología de odio han efectuado ataques terroristas en más de dos docenas de naciones, y apenas el mes pasado, estaban enfrascados en un plan para volar en pedazos aviones de pasajeros camino a Estados Unidos.

Participamos en una lucha por la civilización

Luchamos para mantener la forma de vida de la que gozan las naciones libres, y una de las armas más poderosas en nuestro arsenal es el poder de la libertad. Si se le da la opción, la gente escogerá la libertad por encima de su ideología extremista. Por lo tanto, su respuesta de los terroristas es negarle a la gente esta opción luchando contra las fuerzas de la libertad y moderación. Luchamos por la posibilidad de que las personas buenas y decentes en todo el Oriente Medio puedan desarrollar sociedades que se basen en la libertad, tolerancia y dignidad personal.

Los años abocados a promover la estabilidad en el Oriente Medio para promover la paz nos dejaron sin uno u otro

Durante 60 años, dudas sobre si la gente del Oriente Medio quería la libertad y si las fuerzas de la moderación prevalecerían guiaron nuestra política en el Oriente Medio. Luego, el 11 de septiembre, fue evidente que la "estabilidad" que vimos en el Oriente Medio era sólo un espejismo que no ofrecía protección alguna de los terroristas. Cambiamos nuestra política y comprometimos la influencia de Estados Unidos en el mundo para fomentar la libertad y la democracia como las grandes alternativas a la represión y el radicalismo.

Con nuestra ayuda, la gente del Oriente Medio está reclamando su libertad. Desde Kabul hasta Bagdad y Beirut, hay valientes hombres y mujeres que arriesgan la vida todos los días por gozar de las mismas libertades de las que nosotros disfrutamos. Al respaldar a líderes democráticos y reformistas, y al darle una voz a las esperanzas de los hombres y mujeres decentes, ofrecemos un camino opuesto al radicalismo y estamos reclutando la fuerza más poderosa a favor de la paz y moderación en el Oriente Medio: El anhelo de millones de ser libres.

La fuente de la fuerza de Estados Unidos es el espíritu de nuestro pueblo

La intención detrás de los ataques del 11 de septiembre era hacer que nos pusiéramos de rodillas, y lo hicieron, pero no de la manera en que los terroristas se lo proponían. Los estadounidenses se unieron en oración, acudieron a la ayuda de sus vecinos necesitados y decidieron que nuestros enemigos no tendrían la última palabra. Seguimos adelante con confianza en ese espíritu y en nuestro propósito, y fe en un Dios afectuoso que nos creó para que fuéramos libres.

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