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Oficina del Secretario de Prensa
13 de marzo de 2006

Declaraciones del Presidente sobre la Guerra Mundial Contra el Terrorismo
Dorothy Betts Marvin Theater
George Washington University
Washington, D.C.

1:16 P.M. EST

EL PRESIDENTE: Gracias por la cálida bienvenida. Cliff, Gracias por la presentación. Es un placer estar en la Fundación para la Defensa de las Democracias (Foundation for the Defense of Democracies). Esta organización se formó a raíz de los ataques del 11 de septiembre para combatir las ideologías que respaldan el terrorismo. Ustedes reconocieron inmediatamente que la guerra contra el terrorismo es una lucha entre la libertad y la tiranía. y el camino a una seguridad duradera es derrotar, usando la esperanza de la libertad y democracia, la visión de odio que diseminan los terroristas.

President George W. Bush addresses his remarks on the global war on terror, Monday, March 13, 2006 , before members and guests of the Foundation for the Defense of Democracies at the Dorothy Betts Marvin Theatre at George Washington University in Washington.  White House photo by Paul Morse La fundación está realizando una importante labor en todo el mundo y agradezco el impacto que está teniendo. Han instruido a mujeres iraquíes y estudiantes iraníes sobre los principios y prácticas de la democracia, han traducido "textos democráticos" al árabe para su distribución por todo Oriente Medio, han ayudado a activistas en toda la región a organizar movimientos políticos eficaces. para que puedan contribuir a producir cambios democráticos y asegurar la supervivencia de la libertad en las nuevas democracias. Al promover los ideales democráticos y entrenar a una nueva generación de líderes democráticos en el Oriente Medio, están ayudándonos a ganar la guerra contra el terrorismo. y les agradezco por su trabajo arduo a favor de la causa de la libertad.

También quiero agradecerles a los miembros de la junta directiva de la Foundation for the Defense of the Democracies. Quiero agradecerle a Steve Trachtenberg, el rector de la George Washington University, y a su esposa Fran, por acompañarnos hoy. Gracias por permitirme venir a su campus. Es un honor estar aquí. (Risas.) Y mi madre va a recibir un título honorario. (Risas.) Qué hombre tan listo. (Risas y aplausos.) Señor secretario, gracias por acompañarnos. Es un orgullo que el secretario Rumsfeld esté con nosotros.

Quiero agradecerle al senador Dick Lugar por acompañarnos hoy. Señor presidente, es un orgullo que esté aquí. Gracias por venir. Quisiera agradecerles a los miembros del Congreso de los Estados Unidos que nos acompañan. El congresista Lungren, Adam Schiff, Joe Wilson, Tom Cole y Dan Boren. Aprecio que se hayan dado tiempo para estar aquí hoy. Significa mucho para mí. Quiero agradecerles a los embajadores que nos acompañan. Con toda certeza veo a dos, uno de Jordania y otro de Israel. Es un orgullo que ambos estén aquí. Si hay otros embajadores aquí, me disculpo por no presentarlos hoy, pero no tienen tan buenos asientos como estos dos. (Risas.)

La misión de la fundación es derrotar el terrorismo promoviendo la democracia -y ésa es la misión de mi gobierno. Nuestra estrategia para proteger a los Estados Unidos se basa en una premisa clara: la seguridad de nuestra nación depende del avance de la libertad en otras naciones. El 11 de septiembre de 2001, vimos que los problemas originados en un estado ineficaz y opresivo a 7,000 millas de distancia podían traer muerte y destrucción a nuestro país. Vimos que las dictaduras eran el refugio de terroristas, alimentaban el resentimiento y el radicalismo, y amenazaban la seguridad de las naciones libres. Las democracias reemplazan el resentimiento con la esperanza; las democracias respetan los derechos de sus ciudadanos y sus vecinos, las democracias se unen a la lucha contra el terrorismo. Y así Estados Unidos se ha comprometido a una meta histórica, de largo plazo: Para asegurar la paz mundial, buscamos el fin de la tiranía en nuestro mundo.

Estamos progresando en la marcha por la libertad. y parte del progreso más importante ha tenido lugar en la región que no conocía las bendiciones de la libertad: el Oriente Medio. Hace dos semanas, tuve la oportunidad de visitar Afganistán y ver personalmente la transformación que ha ocurrido en ese país. Antes del 11 de septiembre de 2001, Afganistán era gobernado por un régimen cruel que oprimía al pueblo, abusaba de las mujeres y era refugio para los terroristas que atacaron a Estados Unidos.

Hoy en día, los campamentos terroristas han cerrado, las mujeres trabajan, niños y niñas van a la escuela, los afganos han votado en elecciones libres. 25 millones de personas han probado el sabor de la democracia. Los remanentes del Talibán y al Qaeda continúan luchando contra el progreso democrático de Afganistán. En las últimas semanas han lanzado nuevos ataques causando la muerte de civiles afganos y fuerzas de la coalición. Estados Unidos y sus aliados continuarán la lucha contra los terroristas y entrenaremos a soldados y policías afganos para que puedan defender a su país. El pueblo afgano está construyendo una democracia joven y enérgica que es una aliada en la lucha contra el terrorismo. y Estados Unidos está orgulloso de tener un aliado tan decidido en la causa de la libertad. (Aplausos.)

La próxima semana será el tercer aniversario del inicio de la Operación Libertad Iraquí. En menos de tres años, el pueblo iraquí ha pasado de vivir pisoteado por un tirano brutal, a la liberación, a la soberanía, a elecciones libres, a un referéndum constitucional y, en diciembre pasado, a elecciones para un gobierno completamente constitucional. En las elecciones de diciembre, más de 11 millones de iraquíes -más de 75 por ciento de la población iraquí en edad de votar- desafiaron a los terroristas al emitir su voto.

Las imágenes de iraquíes trayendo a sus parientes ancianos a las urnas, mostrando sus dedos manchados de tinta morada, bailando en las calles y celebrando su libertad, fueron una inspiración para los estadounidenses. Con su valentía, el pueblo iraquí se ha pronunciado y hecho claras sus intenciones: quieren vivir en una democracia. y están resueltos a decidir su propio destino.

En las últimas semanas, el mundo ha visto imágenes diferentes de Iraq: imágenes de violencia, ira y desesperación. Hemos visto un gran templo -la Mezquita Dorada de Samarra- en ruinas después de un brutal ataque terrorista. Hemos visto protestas masivas en respuesta a la provocación. Hemos visto ataques de milicias armadas a mezquitas suníes como represalia. y violencia indiscriminada que causó la muerte de cientos de ciudadanos iraquíes.

Los terroristas atacaron la Mezquita Dorada por una razón: saben que carecen de la fortaleza militar para desafiar directamente a las fuerzas iraquíes y de la coalición. entonces su única esperanza es tratar de provocar una guerra civil. Así que atacaron uno de los lugares más sagrados para los musulmanes chiítas, esperando incitar la violencia que separaría a los iraquíes y detendría el progreso hacia una sociedad libre.

Inmediatamente después del ataque, dije que Iraq enfrentaba un momento decisivo. y en los días posteriores, los iraquíes tomaron una decisión. Miraron hacia el abismo y no les gustó lo que vieron. Después del bombardeo, la mayoría de iraquíes vio lo que los perpetuadores [sic] de este ataque intentaban hacer: El enemigo no pudo detener las elecciones de enero de 2005, no pudo detener el referéndum constitucional, no pudo detener las elecciones de diciembre de 2005 y ahora está tratando de detener la formación de un gobierno de unidad. Con su respuesta de las últimas dos semanas, los iraquíes le han demostrado al mundo que quieren un futuro de libertad y paz. y se opondrán a la minoría violenta que busca robarles ese futuro y dividir a su país.

La situación en Iraq todavía es tensa, y aún estamos viendo actos de violencia y represalias sectarias. Sin embargo, en esta crisis también se ve un futuro esperanzador. Vimos que el pueblo iraquí se contenía al verse enfrentado por una provocación masiva. La mayoría de los iraquíes no se volcó a la violencia, y muchos optaron por demostrar su solidaridad uniéndose en sesiones conjuntas de oración para suníes y chiítas. Vimos el liderazgo de los clérigos suníes y chiítas que se unieron para denunciar el atentado y hacer un llamado a la calma. El ayatolá Sistani emitió un enérgico comunicado denunciando lo que llamaba "sedición sectaria" e instó a todos los iraquíes -en sus palabras- "a no dejarse arrastrar para cometer actos que sólo complacerían a los enemigos". Vimos la capacidad de las fuerzas de seguridad de Iraq, que se desplegaron para proteger lugares religiosos, hacer cumplir el toque de queda y restaurar el orden civil. Vimos la decisión de muchos líderes de Iraq que se pusieron a la altura del momento, se unieron y actuaron decididamente para disipar la crisis.

Los líderes iraquíes saben que no será la última vez que tendrán que ponerse de pie y enfrentar juntos un irracional ataque terrorista. Los líderes iraquíes saben que deben poner de lado sus diferencias, crear vínculos más allá de las divisiones políticas, religiosas y sectarias, y formar un gobierno de unidad que se gane la confianza de los iraquíes. Ahora los iraquíes tienen la oportunidad de demostrarle al mundo que han aprendido la lección de Samarra: un país que se divide en facciones y revive viejas disputas corre el riesgo de volver a caer en la tiranía. El único camino hacia un futuro de paz es el sendero de la unidad.

Pronto el nuevo parlamento iniciará sus sesiones en Bagdad, y éste será el inicio del proceso de formación de un gobierno. Formar un nuevo gobierno requiere negociación y concesiones de los iraquíes; requiere de paciencia de los Estados Unidos y nuestros aliados de la coalición.

En las semanas por delante, los estadounidenses seguramente verán muchas maniobras políticas en Iraq. a medida que las diferentes facciones y líderes presenten planes de gobierno para competir por una porción del poder político. De este proceso surgirá un gobierno libre que represente la voluntad del pueblo iraquí. en lugar de la voluntad de un dictador cruel.

El trabajo que queda en Iraq es duro. y habrá más momentos difíciles. El ataque de Samarra fue un intento claro de desatar una guerra civil. Y sabemos que el enemigo lo intentará otra vez. y continuarán sembrando violencia y destrucción con el objeto de detener el surgimiento de un Iraq libre y democrático.

Los enemigos de un Iraq libre están decididos. pero también lo está el pueblo iraquí. También lo están Estados Unidos y sus aliados en la coalición. No vamos a perder la calma. Ayudaremos a que triunfe el pueblo iraquí. Nuestro objetivo en Iraq es la victoria. y se logrará la victoria cuando los terroristas y sadamistas ya no sean una amenaza para la democracia de Iraq, cuando las fuerzas de seguridad iraquíes puedan encargarse de la seguridad de sus propios ciudadanos y cuando Iraq no sea un refugio donde los terroristas planeen nuevos ataques en contra de nuestra nación.

Tenemos una estrategia global para la victoria en Iraq. una estrategia que expliqué en una serie de discursos el año pasado. Nuestra estrategia tiene tres elementos: en el aspecto político estamos ayudando a que los iraquíes construyan una democracia fuerte, para que se borren antiguas rencillas y se margine la insurgencia. En el aspecto económico, estamos continuando los esfuerzos de reconstrucción y ayudando a los iraquíes a construir una economía moderna que les dé participación en un Iraq libre y pacífico a todos sus ciudadanos. Y en el aspecto de la seguridad, estamos atacando objetivos terroristas y entrenando a las fuerzas de seguridad iraquíes. las cuales están tomando mayor responsabilidad en mayor territorio iraquí y aumentando gradualmente su capacidad de derrotar al enemigo.

En las semanas por delante, pondré al día al pueblo estadounidense sobre nuestra estrategia. los logros que estamos alcanzando, las lecciones que hemos aprendido de nuestra experiencia y la manera en que estamos arreglando lo que no ha funcionado. Hoy, trataré el tercer elemento de nuestra estrategia: el progreso de nuestros esfuerzos para derrotar a los terroristas y entrenar a las fuerzas de seguridad iraquíes, para que puedan estar a la vanguardia de la defensa de su propia democracia.

A fines del año pasado, describí con detalle muchos de los cambios que hicimos para mejorar el entrenamiento de las fuerzas de seguridad iraquíes. y vimos los frutos de esos cambios en días recientes en Iraq. Después del atentado de Samarra, fueron las fuerzas de seguridad iraquíes -no las fuerzas de la coalición- las que reestablecieron el orden. En las horas posteriores al ataque, los líderes iraquíes pusieron a las fuerzas de seguridad iraquíes en alerta. cancelando los permisos y reforzando la seguridad alrededor de las mezquitas y lugares críticos. Usando los planes de seguridad desarrollados para las elecciones de diciembre, desplegaron fuerzas iraquíes en Bagdad y otros puntos problemáticos.

La policía iraquí se encargó de los puestos de control, aumentó las patrullas y se aseguró de que los manifestantes pacíficos estuvieran protegidos. pero aquéllos que recurrieran a la violencia fueran arrestados. A las zonas donde se reportaba violencia enviaron brigadas de orden público como fuerzas de reacción rápida. La Novena División Mecanizada del Ejército de Iraq, que estaba a la mitad de un importante evento de entrenamiento, se reagrupó y entró en la ciudad de Bagdad. tomando posiciones asignadas en toda la ciudad, con T-72 y vehículos blindados de infantería. Durante las dos semanas pasadas, las fuerzas de seguridad iraquíes llevaron a cabo más de 200 operaciones independientes. cada una de ellas con planeamiento iraquí, control iraquí y mando iraquí.

Tener fuerzas iraquíes al mando ha sido crítico para evitar que la violencia se desate sin control. Por ejemplo, el día del atentado de Samarra, la policía nacional iraquí respondió a una manifestación armada en la zona inmediatamente adyacente a Ciudad Sadr. donde una iracunda multitud chiíta había rodeado la mezquita sunita Al Quds. El comandante de brigada iraquí emplazó sus tropas -de mayoría chiíta- entre la multitud y la mezquita, y le habló a la multitud usando megáfonos, llamando a la calma e instándolos a dispersarse. Después de una resistencia de dos horas, la multitud finalmente se retiró sin incidente. y la policía nacional se mantuvo en posición durante toda la noche resguardando la mezquita hasta que la amenaza se disipó. El hecho de que los iraquíes estuvieran al mando y negociando con sus propios compatriotas ayudó a resolver una confrontación potencial. y evitó una escalada de violencia.

En otro barrio de Bagdad se desató una situación similar: un grupo de milicianos armados había entrado y ocupado la mezquita Al Nida. Una brigada del Ejército de Iraq rápidamente llegó a la escena. y el Comandante de Brigada negoció con el grupo y les aseguró una retirada pacífica. Una vez más, como las fuerzas iraquíes hablaban su idioma y entendían su cultura, fueron capaces de convencer a la milicia iraquí que se retirara pacíficamente.

No todas las unidades iraquíes se desempeñaron tan bien como las otras. hubo informes de unidades al este de Bagdad que permitieron que los milicianos cruzaran los puestos de control. Pero los comandantes estadounidenses observan de cerca la situación y reportan que estos incidentes, parecen ser la excepción, no la regla. En las semanas posteriores al atentado, las fuerzas de seguridad iraquíes tuvieron un sólido desempeño. Desde el comienzo, las fuerzas iraquíes comprendieron que si fracasaban en su apoyo a la unidad nacional, el país caería en la anarquía. De modo que se mantuvieron en sus puestos y defendieron su democracia, y permitieron que su nación superara uno de los momentos más difíciles desde su liberación.

El general Marty Dempsey, nuestro comandante en jefe responsable por el entrenamiento de las fuerzas de seguridad de Iraq, dijo sobre su desempeño: "Sabían lo que hacían, se les veía resueltos, firmes y profesionales. Lograron el apoyo de líderes tribales, políticos y religiosos. Con paciencia y deliberación se enfrentaron a los grupos armados para demostrarles que tenían control de la situación". Continuó diciendo, "Estoy seguro de que encontraremos casos en que pudieron haber tenido un mejor desempeño, pero ante inmensa presión, se desempeñaron muy, muy bien". Como resultado de su desempeño, las fuerzas de seguridad iraquíes se están ganando la confianza del pueblo iraquí. Y a medida que las fuerzas de seguridad iraquíes progresan contra el enemigo, la moral continúa subiendo.

Cuando informé sobre el progreso de las fuerzas de seguridad iraquíes el año pasado, les dije que había 120 batallones de combate [sic] y de policía de Iraq en la lucha contra el enemigo. y 40 de ellos estaban a la vanguardia de la lucha. Hoy en día, el número de batallones en la lucha ha aumentado a más de 130. con más de 60 a la vanguardia. A medida que más batallones iraquíes entran en funcionamiento, estas fuerzas iraquíes asumen responsabilidad por más territorio. Hoy, las unidades iraquíes tienen la responsabilidad primordial en más de 30,000 millas cuadradas de Iraq. un aumento de aproximadamente 20,000 millas cuadradas desde principios del año. Y las fuerzas iraquíes están realizando más operaciones independientes a todo lo largo del país que las fuerzas de la coalición.

Éste es progreso real, pero hay más trabajo por hacer este año. Nuestros comandantes me dicen que la policía de Iraq todavía está rezagada con respecto al Ejército en entrenamiento y capacidades. así que uno de nuestros principales objetivos para 2006 es acelerar el entrenamiento de la policía iraquí. Un problema es que algunas unidades de la Policía Nacional son desproporcionadamente chiítas. y hay informes de infiltración de milicias chiítas en la policía nacional. Entonces estamos dando pasos para corregir este problema:

Primero, hemos empezado a implementar un programa que ha dado resultado con el Ejército de Iraq: establecer asociaciones entre batallones estadounidenses y batallones de la policía nacional iraquí. Estas fuerzas estadounidenses están trabajando con sus contrapartes iraquíes. dándoles entrenamiento táctico para que puedan derrotar al enemigo. Y también les están enseñando sobre el rol de una fuerza policial profesional en un sistema democrático, para que puedan servir a todos los iraquíes sin discriminación.

Segundo, estamos trabajando con los líderes para encontrar y separar a cualquier líder de la policía nacional que muestre lealtad a la milicia. Por ejemplo, el año pasado hubo informes de que la Segunda Brigada para el Orden Público tenía miembros de una milicia ilegal que estaba cometiendo abusos. Así, el pasado diciembre, el jefe del Ministerio del Interior separó al Comandante de la Segunda Brigada y lo reemplazó con un nuevo comandante. quien luego despidió a más de cien hombres bajo sospecha de vínculos con la milicia. Hoy, esta brigada policial ha sido transformada en una unidad capaz y profesional. y durante la reciente crisis a raíz del bombardeo de Samarra, se desempeñaron con valor y distinción.

Finalmente, con el reclutamiento de más árabes suníes, estamos trabajando con los iraquíes para que haya diversidad en las fuerzas de la policía nacional. Por ejemplo, menos de 1 por ciento de suníes conformaba la clase de entrenamiento básico para las fuerzas de la Policía Nacional para el Orden Público que se graduó en octubre pasado. La clase que se gradúa en abril incluirá muchos, muchos más suníes. Al asegurarnos que las fuerzas del Orden Público reflejen a la población en general, los iraquíes están haciendo de la Policía Nacional una institución verdaderamente nacional. que es capaz de servir, proteger y defender a todo el pueblo iraquí.

A medida que más policías y soldados iraquíes capaces entren en función, van a asumir responsabilidad de mayor territorio. con el objetivo de que los iraquíes tengan mayor control de más territorio que la coalición para fines de 2006. Y a medida que los iraquíes asumen más territorio, esto libera a las fuerzas estadounidenses y de la coalición para que se concentren en entrenar y perseguir objetivos de alto valor como el terrorista Zarqawi y sus cómplices. A medida que los iraquíes avancen, Estados Unidos y nuestra coalición se retirarán. Y mis decisiones con respecto al número de tropas se tomarán según las condiciones en el terreno y las recomendaciones de nuestros comandantes militares. no cronogramas artificiales establecidos por políticos aquí en Washington, D.C.

Estos terroristas saben que no nos pueden derrotar militarmente. de modo que han recurrido al arma del miedo. Y una de sus armas más brutales a su disposición son los dispositivos explosivos improvisados (IED por sus siglas en inglés).

Los IED son bombas hechas de balas de artillería, explosivos y otras municiones que pueden ser escondidas y detonadas a distancia. Después de que los terroristas fueron derrotados en batallas en Faluya y Tal Afar, vieron que no podían confrontar a las fuerzas de Estados Unidos ni Iraq en batallas convencionales y sobrevivir. Entonces recurrieron a los IED. un arma que les permite atacarnos a una distancia segura, sin tener que enfrentar a nuestras fuerzas en batalla.

Las principales víctimas de los ataques con IED son iraquíes inocentes. Los terroristas e insurgentes han usado los IED para matar niños iraquíes que jugaban en las calles, personas que compraban en centros comerciales iraquíes e iraquíes que hacían cola en estaciones de reclutamiento de la policía y el ejército. Usan los IED para llenar de terror los corazones de los iraquíes, en un intento de quebrantar su confianza en el futuro libre de su país.

El enemigo también está usando los IED en su campaña contra las fuerzas estadounidenses y la coalición en Iraq. y estamos utilizando todos los recursos disponibles para lidiar con esta amenaza. Mi gobierno ha establecido una nueva organización de alto nivel en el Departamento de Defensa, al mando del General retirado de cuatro estrellas, Montgomery Meigs. El sábado, el general Meigs, junto con el secretario de Defensa, me informó en la Casa Blanca sobre nuestro plan para derrotar la amenaza de los IED. Nuestro plan tiene tres elementos: blancos de ataque, entrenamiento y tecnología.

La primera parte de nuestro plan es encontrar y eliminar a los terroristas y los fabricantes de bombas. En todo Iraq, estamos a la caza del enemigo. capturando y matando a los terroristas antes de que ataquen, descubriendo y desarmando las bombas antes de que exploten, y sacando de raíz y destruyendo células de fabricantes de bombas para que no puedan producir más armas.

Como el pueblo iraquí es el objetivo, los principales blancos de ataque de los fabricantes de bombas, los iraquíes están proporcionando datos cruciales para ayudarnos a encontrar a los fabricantes de bombas y detener nuevos ataques. El número de informes confidenciales de los iraquíes ha aumentado de 400 en marzo pasado a más de 4,000 en diciembre. Por ejemplo, hace sólo 3 semanas, siguiendo informes confidenciales de ciudadanos locales, las fuerzas de la coalición descubrieron un arsenal masivo de IED, escondido en una localidad al noroeste de Bagdad. Encontraron y confiscaron más de 3,000 piezas de municiones. en uno de los más grandes escondites de armas descubiertos en esa región a la fecha. Hace sólo dos semanas, siguiendo datos de iraquíes, las fuerzas de la coalición descubrieron una instalación para la fabricación de bombas al noreste de Faluya. Capturaron a 61 terroristas en la fábrica y confiscaron grandes cantidades de armas.

En total, en los últimos seis meses, las fuerzas iraquíes y de la coalición han encontrado y desarmado 4,000 IED, descubierto más de 1,800 escondites de armamento y fábricas de bombas, y matado o detenido a cientos de terroristas y fabricantes de bombas. Estamos a la caza del enemigo. y no vamos a descansar hasta que hayan sido derrotados.

La segunda parte de nuestro plan es darles a nuestras tropas entrenamiento especializado para identificar y desarmar los IED antes de que exploten. Antes de llegar a Iraq y Afganistán, nuestras unidades de combate reciben entrenamiento sobre cómo contrarrestar la amenaza de los IED. Para mejorar nuestro entrenamiento, el mes pasado establecimos un nuevo Centro Conjunto de Excelencia sobre IED con cuarteles en Fort Irwin, California. donde tomamos las lecciones aprendidas sobre la lucha con IED en Iraq y las compartimos con nuestras tropas en el campo y aquéllos que se preparan para el desplazamiento. Este nuevo programa asegurará que todas las unidades de combate del Ejército y los Infantes de Marina con destino a Afganistán e Iraq estén preparadas para los desafíos que los IED traen al campo de batalla.

Antes de desplazarse, nuestros soldados se entrenarán con el equipo que usarán en la lucha con IED, estudiarán tácticas del enemigo y experimentarán entrenamiento de tiro de combate que se asemeje estrechamente a lo que verán cuando lleguen a la zona de combate. El objetivo de nuestro entrenamiento es asegurarnos de que cuando nuestras fuerzas se encuentren con el enemigo, estén preparadas.

La tercera parte de nuestro plan es desarrollar nueva tecnología para la defensa contra los IED. Estamos poniendo a trabajar en este esfuerzo a las mejores mentes de Estados Unidos. El Departamento de Defensa recientemente reunió a aproximadamente. reunió a 600 líderes de industrias y universidades, laboratorios nacionales, la Academia Nacional de Ciencias, todas las ramas de las fuerzas armadas y todas las agencias gubernamentales pertinentes, para discutir las soluciones tecnológicas contra la amenaza de IED. Ahora tenemos casi cien proyectos en los que se está trabajando. Por razones de seguridad no puedo darles detalles de la tecnología que estamos desarrollando. La razón pura y simple es que el enemigo puede usar incluso los detalles más pequeños para vencer nuestras defensas.

A principios de este año, un periódico publicó detalles de nueva tecnología anti-IED que se estaba desarrollando. A cinco días de la publicación- usando detalles de ese artículo- el enemigo publicó instrucciones en la Internet para contrarrestar esta nueva tecnología. No podemos permitir que el enemigo sepa lo que hacemos para derrotarlo. Pero les puedo asegurar que el pueblo estadounidense y mi gobierno se dedican a poner la mejor tecnología en las manos de nuestros hombres y mujeres en el frente. y estamos movilizando recursos contra la amenaza de los IED.

Le aseguré al General Meigs que tendrá los fondos y el personal que necesita para tener éxito. En 2004, el gobierno gastó 150 millones de dólares en la lucha contra la amenaza de los IED. Este año estamos proporcionando 3.3 mil millones de dólares para apoyar los esfuerzos contra los IED. Estas inversiones están teniendo un impacto. Hoy en día, se encuentra y se desarma antes de que exploten casi la mitad de los IED en Iraq. En los últimos 18 meses, se ha reducido a la mitad el número de bajas por ataques de IED. Queda trabajo por hacer. Sin embargo, teniendo a los fabricantes de bombas como objetivos y entrenando a nuestras fuerzas, y usando nuevas tecnologías, nos mantendremos delante del enemigo y salvaremos vidas iraquíes y estadounidenses.

Algunos de los IED más potentes que vemos hoy en Iraq incluyen componentes que vienen de Irán. Nuestro director nacional de inteligencia, John Negroponte, le dijo al Congreso, "Teherán es responsable de por lo menos una parte del aumento en la letalidad de los ataques contra la coalición, porque proporciona a la milicia chiíta la capacidad de construir dispositivos explosivos improvisados" en Iraq. Las fuerzas de la coalición han confiscado IED y componentes que claramente fueron producidos en Irán. Tales acciones -aunadas al apoyo de Irán al terrorismo y su carrera por armas nucleares- están aislando gradualmente a Irán, y Estados Unidos continuará convocando al mundo para enfrentar estas amenazas. (Aplausos.)

Todavía tenemos trabajo difícil por hacer en Iraq. Me gustaría poder decirles que la violencia está disminuyendo y que el camino que queda será más fácil. No lo será. Habrá más combates cruentos y más días de lucha. y veremos más imágenes de caos y matanza en los días y meses venideros. Los terroristas están perdiendo en el campo de batalla, por lo que luchan esta guerra por medio de las imágenes que vemos diariamente en la televisión y los periódicos. Esperan debilitar nuestra voluntad y forzarnos a la retirada. No lo van a lograr. (Aplausos.)

Las líneas de batalla en Iraq están claramente trazadas para que el mundo las vea, y no hay terreno medio. El enemigo saldrá de Iraq de dos maneras: envalentonado o derrotado. Hay mucho en juego en Iraq. Si ayudamos a los iraquíes a construir una democracia, les negaremos a los terroristas un refugio desde donde planear ataques contra Estados Unidos. Si ayudamos a los iraquíes a construir una democracia, ganaremos un aliado en la guerra contra el terrorismo. Si ayudamos a los iraquíes a construir una democracia, inspiraremos a reformistas en todo el Oriente Medio. Y si ayudamos a los iraquíes a construir una democracia, traeremos esperanza a una región aquejada de problemas, y esto hará que Estados Unidos sea más seguro a largo plazo.

Desde la mañana del 11 de septiembre hemos sabido que la lucha contra el terrorismo requeriría grandes sacrificios. y en esta guerra hemos perdido a varios hombres y mujeres muy buenos. Uno de estos valerosos estadounidenses era el sargento William Scott Kinzer, hijo, a quien los terroristas mataron mientras resguardaba lugares de votación para las elecciones iraquíes. Su mamá, Debbie, me escribió una carta. Dijo: "Estas palabras vienen directamente del corazón de una madre, destrozado pero en vías de consolarse. Mi hijo tomó la decisión de enlistarse en el Ejército. Creía que lo que estaba haciendo finalmente cambiaría a Iraq y que esos cambios aparecerían en los libros de historia del futuro. En su última visita a casa. le pregunté lo que debía hacer si algo le sucedía en Iraq. Me sonrió. sus ojos le brillaban cuando me dijo, "Mamá, me encanta mi trabajo. Si muero, moriré feliz. ¿Hay algo mejor en la vida que esto?" Su mamá continuó: Por favor, no permita que las voces más altas cambien lo que usted y Scott empezaron en Iraq. Por favor. no permita que su muerte haya sido en vano. . No permita que mi hijo haya dado todo por un trabajo inconcluso. Por favor. complete la misión".

Les prometo esto a Debbie y a todas las familias de los héroes caídos: No vamos a permitir que sus seres queridos hayan muerto en vano. Terminaremos lo que empezamos en Iraq. Completaremos la misión. Les dejaremos una democracia que se puede gobernar a sí misma, sostener a sí misma, defender a sí misma. (Aplausos.) Y un Iraq libre, en el corazón del Oriente Medio, hará que el pueblo estadounidense esté más seguro por generaciones.

Que Dios bendiga a las familias de los caídos. Que Dios bendiga a nuestras tropas en la lucha. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de Norteamérica.

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