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Para su publicación inmediata
Oficina del Secretario de Prensa
6 de noviembre de 2005

El Presidente Bush Se Reúne con el Presidente Lula de Brasil
Granja do Torto
Brasilia, Brasil

      In English

1:22 P.M. (Local)

PRESIDENTE LULA: (Traducción) Su excelencia, George Bush, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, y señora Laura Bush; mi querida esposa, Marisa Leticia Lula da Silva; damas y caballeros; miembros de las delegaciones de Estados Unidos y Brasil; periodistas de Brasil y periodistas de los Estados Unidos y periodistas de otros países que también están presentes: La presencia del Presidente Bush aquí con nosotros expresa en un grado muy alto la intensificación de los diálogos entre nuestros gobiernos.

En diciembre del 2002, cuando asumí el mando, el Presidente Bush tuvo la bondad de recibirme en la Casa Blanca. En junio del 2003, estuve con él nuevamente en una importante reunión de trabajo en Washington. Tuvimos varias reuniones también en congresos internacionales durante los casi tres años que he estado en el gobierno. Hemos intercambiado cartas y hablamos varias veces por teléfono. La visita de hoy es una oportunidad privilegiada de que tratemos muchos asuntos en nuestras relaciones bilaterales, como también asuntos regionales y mundiales en los cuales podemos colaborar.

Deseo expresar públicamente unas cuantas consideraciones sobre las relaciones entre Estados Unidos y Brasil en el marco más general de nuestra política exterior. He dicho a menudo que nuestra política exterior no es solamente una manera de proyectar a Brasil al resto del mundo; también es un elemento fundamental del proyecto de desarrollo de nuestra nación.

Durante estos 34 meses de mi gobierno, hemos trabajado muy arduamente para acercarnos más a nuestros hermanos sudamericanos. Hemos intensificado las relaciones bilaterales con todos los países en la región. Hemos ampliado y reforzado el MERCOSUR. Hemos creado la Comunidad Sudamericana de Naciones. Hemos mantenido relaciones excelentes con los países del Caribe, como también de Centroamérica y Norteamérica. Hemos promovido políticas muy activas en África, un continente que he visitado varias veces, y he ido a 14 países. Nuestro país tiene la segunda población negra del mundo, y tenemos una deuda histórica con el continente africano.

Brasil también ha hecho una apertura hacia el mundo árabe, el resultado principal de la cual ha sido la cumbre entre los países sudamericanos y árabes. Afianzamos nuestras relaciones con importantes países emergentes, como China, India, Rusia, Corea y Sudáfrica.

No hemos dejado de abrir fronteras nuevas. Los resultados de esa apertura han sido un aumento sin precedente de nuestro comercio exterior, la atracción de inversiones nuevas y la internacionalización de nuestras propias empresas. Pero la búsqueda de nuevos horizontes no ha perjudicado nuestras relaciones con importantes países desarrollados, como la Unión Europea, Japón, y obviamente, Estados Unidos de Norteamérica.

Cuando se me eligió Presidente, había quienes preveían la deterioración de las relaciones entre Brasil y Estados Unidos. Estaban muy equivocados. Al contrario; nuestras relaciones ahora pasan por uno de sus mejores momentos de la historia. Las relaciones económicas y comerciales han crecido mucho, y nuestro diálogo político ha mejorado muchísimo de calidad. Nosotros, Estados Unidos y Brasil, comprendemos nuestra importancia económica y política, como también las responsabilidades que implican. Defendemos nuestros intereses nacionales y nuestros valores políticos generales. Nuestro respeto por nosotros mismos fortalece nuestro respeto mutuo. Cuando cada país valora su propia soberanía, también podemos respetar la soberanía de los otros países.

Las discrepancias comprensibles y los puntos de vista sobre asuntos de los planes de trabajo, tanto regionales como mundiales, se han tratado con franqueza, sin sorpresas ni confrontaciones. Deseo reconocer la manera en que el Presidente Bush, su secretaria de Estado y otros funcionarios de alto rango del gobierno de los Estados Unidos han contribuido a hacer este ambiente de relaciones cordiales aun mejor.

Señor Presidente, nuestros pueblos comparten perspectivas compartidas en asuntos absolutamente fundamentales, tales como la defensa de la democracia, la propagación de la libertad y el respeto de los derechos humanos. Hemos dialogado sobre temas cruciales para dos naciones que están comprometidas a los desafíos de la paz y la globalización. La seguridad internacional, la ayuda para el desarrollo, el equilibrio de las normas comerciales y la reforma del sistema multilateral en las Naciones Unidas, en particular, han estado al centro de nuestras conversaciones. Hemos sabido cómo destacar nuestras afinidades. Somos dos grandes democracias multiétnicas, con el deseo de cooperar para promover la ciudadanía plena y combatir todo tipo de discriminación.

La presencia de una gran comunidad brasilera en los Estados Unidos enriquece la tradición de contacto mutuo y la admiración entre nuestras sociedades. El diálogo fructífero entre nuestras autoridades inmigratorias será fundamental para garantizar el tratamiento justo y equitativo de aquéllos que son los verdaderos puentes entre nuestros países.

También hablamos muchísimo sobre lo que podíamos hacer para promover el progreso y el bienestar de otros países. Estamos trabajando arduamente a favor del desarrollo, particularmente en África. En Haití, donde Brasil dirige la misión de estabilización de la ONU, hemos colaborado en programas de emergencia en los campos de la salud y la salubridad básica. Estamos involucrados en lograr el éxito pleno de las elecciones nacionales que llevarán a la normalidad, en términos políticos, y el retorno del desarrollo económico y social de Haití. También es importante que la ayuda económica que se le ha prometido a Haití llegue rápidamente.

El Presidente Bush y yo tenemos la misma visión optimista sobre nuestras relaciones bilaterales. Ha habido muchos avances tras nuestra primera reunión en el 2003. Los grupos de trabajo que creamos sobre el crecimiento, la agricultura y energía han producido resultados significativos. Y ahora hemos decidido avanzar en otros campos estratégicos. Comenzaremos la cooperación de alto nivel en las ciencias y la tecnología, e intensificaremos nuestras alianzas educativas en campos tales como la biodiversidad y agricultura. En el campo de la salud, abriremos nuevos frentes para la cooperación para combatir las enfermedades tales como la malaria, tuberculosis, SIDA y las amenazas como la pandemia de la fiebre aviar.

Nuestra sociedad se fundamenta en una base económica sólida. Estados Unidos es el mayor socio individual de Brasil como el mayor mercado para nuestras exportaciones y nuestra principal fuente de inversión extranjera directa. Nuestro intercambio ha aumentado a un ritmo de 7 por ciento al año. En tan solo el 2004, recibimos $4,000 millones en inversiones de los Estados Unidos.

Participamos en conversaciones calmadas y maduras sobre asuntos específicos que siempre surgen como parte de cualquier sociedad de esta escala, es una escala como esta. Estamos dedicados a negociar la eliminación de barreras injustificadas a nuestro comercio bilateral, y estamos trabajando con el mismo espíritu para lograr discusiones multilaterales sobre la economía y el comercio.

La conclusión exitosa de la Rueda de Doha para fines del 2006 es una prioridad para los Estados Unidos, en la misma medida que lo es para Brasil. Concordamos que la reducción, con vistas a la eliminación, de subsidios agrícolas será una clave para el equilibrio en esa rueda. Le agradezco al Presidente Bush por sus palabras de apoyo a la determinación de Brasil de contribuir al desarrollo y la estabilidad en nuestra región.

Es por todos estos motivos que nos complace mucho ver la voluntad de los Estados Unidos de incluir a Brasil entre los países con quien Estados Unidos tiene un diálogo estratégico y privilegiado. Presidente Bush, lo que dejamos para la historia es más que nuestras decisiones inmediatas. Lo que realmente importa son estas iniciativas que toman en cuenta a las generaciones futuras, como también la necesidad de que les hagamos frente y superemos los principales desafíos de nuestros tiempos. La política exterior de Brasil transciende a los gobiernos.

A la vez que defendemos nuestros intereses nacionales, vamos en pos valores democráticos importantes en el entorno internacional. En ese sentido, insisto una vez más que las relaciones entre los Estados Unidos y Brasil son fundamentales, y su mejora es un legado que debemos dejar para los que vienen detrás de nosotros.

Muchísimas gracias. (Aplausos.)

PRESIDENTE BUSH: Señor Presidente, muchísimas gracias. A Laura y a mí nos complace estar aquí en nuestra primera visita a Brasil. Mi único pesar es no haber podido viajar por todo su país y ver la gran belleza de Brasil. Es una región espectacular del mundo y deseo agradecerle por su invitación para venir aquí. El Presidente me prometió llevarme de pesca. por supuesto, me dijo, después de ser Presidente. El séquito es un poco grande para ir de pesca mientras sea Presidente.

Pero, señor Presidente, Laura y yo agradecemos la hospitalidad que usted y la señora Marisa me han mostrado. También estamos entusiasmados por una parrillada brasilera tradicional. Me hará acordar de casa.

Permítanme comenzar diciendo que el Presidente está en lo correcto, las relaciones entre Brasil y los Estados Unidos son esenciales y son fuertes. Hemos tenido muchas discusiones constructivas. Recuerdo la primera vez que vino a la Oficina Oval, y estuve muy impresionado por su firme compromiso a su programa para eliminar el hambre del todo. Me pareció no sólo sincero, sino que refleja su profunda compasión por la gente. Y desde entonces, hemos tenido la posibilidad de sentarnos a conversar acerca de asuntos que son importantes no sólo para nuestros respectivos países, sino para el mundo. Y deseo darles las gracias por la relación franca y sincera.

Brasil y Estados Unidos son lugares interesantes, obviamente, pero algo que tenemos en común es que somos un país. dos países que son capaces de tratar nuestra diversidad de tal manera que fortalezca nuestra nación. Brasil es un país muy diverso, como lo es Estados Unidos, y son esos valores comunes que los dos tenemos lo que hacen que sea posible que personas de antecedentes diferentes vivan en paz y armonía. Y hablamos sobre esos valores, el Presidente y yo. Es un hombre que cree firmemente en la democracia, como yo, y el estado de derecho y el derecho a la libre expresión y el derecho a una prensa libre y el libre culto. Y deseo darle las gracias por ser un creyente firme y su voluntad de aferrarse firmemente a esos principios.

Somos las dos democracias más grandes del mundo [sic]*. Por lo tanto, tenemos la obligación de trabajar juntos para promover la paz y prosperidad. Comenzamos lo que se llama el Grupo para el Crecimiento, para encontrar maneras de crear posibilidades económicas y potencial en nuestros países respectivos. Debo decir, señor Presidente, estoy impresionado por las reformas económicas que ha puesto en vigor, por los logros que ha alcanzado por medio de la buena política pública para fomentar el crecimiento, no sólo aquí en el país, sino para fomentar las exportaciones.

Nos alienta el aumento de comercio bilateral entre nuestros países. Conoc a algunos empresarios anteriormente hoy, y estaban hablando sobre cuán importantes son nuestros mercados uno para el otro, y que el comercio es una manera importante de que la gente pueda encontrar trabajo en nuestros países. Y el buen comercio es comercio en que la gente se beneficia en ambos lados del asunto; que debe ser equitativo, debe ser justo, y estoy convencido de que esa es la relación comercial que tenemos de manera bilateral.

Sé que está preocupado por generar empleo, y su país ha hecho una labor magnífica y a la vez mantenido la inflación baja. Y agradezco su entendimiento de que el libre comercio y el comercio equitativo son la manera de ayudar a los ciudadanos de su país. Podemos tener comercio libre y bajo condiciones equitativas sin perder la identidad nacional. Podemos tener comercio libre o equitativo sin penalizar a las pequeñas empresas y empresarios. Y el Presidente trabaja arduamente para asegurar que las oportunidades comerciales a disposición de los ciudadanos de Brasil se hagan de tal manera que exista un espíritu de. exista un espíritu equitativo. Y quiero darle las gracias por su liderazgo al respecto.

Tenemos varias oportunidades para continuar expandiendo el comercio. Creo firmemente que si uno quiere eliminar la pobreza en todo el mundo, la mejor manera de hacerlo es promover la Rueda de Doha de la Organización Mundial de Comercio. Ahora, el Presidente ha dicho muy claramente que es difícil poner la Rueda de Doha en marcha mientras haya países que rehúsan ceder en cuestiones agrícolas. Y lo escuché muy claramente. Y, entonces, hice una declaración recientemente o una serie de declaraciones que decían que Estados Unidos reducirá los subsidios y los aranceles siempre que recibamos el mismo tratamiento de socios comerciales como Europa. En otras palabras, simplemente. si reducimos los subsidios, nos gustaría muchísimo poder decirles a nuestros agricultores lo mismo que el Presidente quiere decirles a sus agricultores, que hay acceso a los mercados. Y, entonces, hicimos una declaración enérgica sobre hacer que la Rueda de Doha avance, la OMC. Declaramos nuestra intención, y le dije al Presidente que hablaba muy en serio en esa declaración.

Y acordamos colaborar para hacer que la rueda avance. A Brasil le conviene que la OMC avance. Este es un país extenso con grandes recursos y una fuerza laboral que es muy trabajadora, y mientras más productos puedan fabricar los brasileros y vender en el extranjero, mejor. mayores las probabilidades de que su gente pueda encontrar trabajo. Y, entonces, una de las cosas interesantes que ha salido de esta reunión es un compromiso renovado a trabajar juntos para eliminar la pobreza creando oportunidades por medio del comercio internacional que sean justas. que sean justas para el pueblo de Brasil, y justas para el pueblo de los Estados Unidos.

Y en esos términos, continuamos nuestras discusiones que estaban teniendo lugar en Argentina. Existe una oportunidad de promover el comercio, y acordamos hablar sobre eso y sobre la mejor manera de colaborar, por ejemplo, para poder competir con países como China o India. Nos conviene colaborar en el plan comercial. lo llamo el Free Trade Agreement of the Americas; ustedes se refieren a él como ALCA. El Presidente dijo, mire, trabajemos juntos en Doha y veamos cómo va eso, y continuaremos trabajando en el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas.

Es importante que la gente de Brasil comprenda que tal acuerdo no se logrará si el Presidente piensa que no le conviene al pueblo. Yo debo. él debe estar convencido, así como los estadounidenses deben estar convencidos, de que un acuerdo comercial en nuestro hemisferio es bueno para el empleo, es bueno para la calidad de vida. Y, entonces, espero con interés continuar trabajando en asuntos internacionales y asuntos regionales, como también asuntos bilaterales, señor Presidente.

Deseo darle las gracias por su liderazgo en todo el mundo y en el hemisferio. Deseo darle muchísimas gracias por su compromiso a Haití. Se aproximan las elecciones y la presencia de Brasil allá ha hecho que sea más probable que esas elecciones prosigan de manera libre e imparcial. Han aceptado una posición responsable, y espero que su país se enorgullezca del hecho que ha aprovechado este momento.

Deseo darle las gracias, también, por trabajar en el VIH/SIDA con los Estados Unidos. Como usted, comparto un firme compromiso a ayudar a aquéllos que sufren en esta pandemia. Y como usted, hacemos más que hablar; actuamos. Y como resultado de nuestros esfuerzos combinados, cientos de miles de personas están recibiendo drogas antirretrovirales, y eso es importante y quiero agradecerle por ello.

Una de las cosas que agradezco sobre el Presidente es que entiende plenamente que el narcotráfico y el terrorismo pueden alterar la forma de vida democrática. Y Brasil ha sido fuerte.fuerte al trabajar con otros países para evitar que unos cuantos delincuentes o matones alteren nuestra forma de vida, y lo ha hecho teniendo en mente las garantías constitucionales. Siempre mantenemos los derechos humanos a la delantera de nuestra política. Pero también sabemos que debemos trabajar juntos para evitar que aquéllos que matarían a los inocentes o aquéllos que contaminarían los cuerpos de nuestros jóvenes puedan hacerlo. Y deseo agradecerle nuevamente por su liderazgo al respecto.

Este ha sido un viaje constructivo. constructivo porque, señor Presidente, disfruto trabajar con usted; constructivo porque es franco en nuestras discusiones, y constructivo porque juntos podemos hacer algo de bien no sólo a favor de nuestros propios pueblos, sino el mundo. Muchísimas gracias, señor. (Aplausos.)

END 1:44 P.M. (Local)

* Mundo occidental


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