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Office of the Press Secretary
30 de junio de 2005

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE SOBRE LA CUMBRE DEL G8
Meyer Auditorium en Freer Gallery
Washington, D.C.

9:40 A.M. EDT

EL PRESIDENTE: Gracias a todos. Muchas gracias. Sírvanse tomar asiento. Gracias por la cálida bienvenida. Es un placer para Laura y para mí estar con ustedes aquí en el Smithsonian, donde se preserva el patrimonio de los Estados Unidos y donde se celebran los logros de todas las culturas.

President George W. Bush stands at the podium after being introduced at the Freer Gallery in Washington D.C., Thursday, June 30, 2005, by Walter Stern, Chairman of the Board of Trustees, the Hudson Institute. The President spoke about his participation in the upcoming G8 Summit in Scotland, highlighting new initiatives to improve the quality of life of sub-Saharan Africans. White House photo by Paul Morse Le agradezco a Wally Stern por su bondadosa presentación y por su liderazgo del Hudson Institute. Aprecio a todos los miembros presentes del Hudson Institute. Gracias por su servicio a nuestro país. Quiero darles las gracias a los miembros del cuerpo diplomático que nos acompañan. Aprecio que hayan venido.

Deseo agradecerles en particular a los embajadores aquí presentes de las naciones de África. Visité su bello y prometedor continente, y el mes entrante, Laura viajará a Sudáfrica, Tanzania y Ruanda para llamar la atención a la alianza que estamos forjando a favor de la educación, el fortalecimiento de la mujer y la lucha contra el VIH/SIDA. Es una excelente embajadora de nuestro país. (Aplausos.)

Deseo.agradecerle a nuestra secretaria de Estado, que nos acompaña hoy. Condoleezza Rice, es un orgullo que esté aquí. Gracias por acompañarnos. Está realizando una labor fabulosa, por cierto. (Aplausos.)

Está con nosotros el embajador Rob Portman, el representante comercial de los Estados Unidos. Embajador, gracias por acompañarnos. (Aplausos.) Andrew Natsios, el administrador de USAID, está con nosotros. Es un gusto verlo, Andrew. Gracias por asistir. (Aplausos.) Randy Tobias, coordinador mundial de SIDA de los Estados Unidos. embajador Randy Tobias. por acompañarnos, señor embajador. (Aplausos.) Aprecio su noble labor.

Quiero darles las gracias al senador Sam Brownback y al congresista Jim Kolbe y a la congresista Nita Lowey por estar presentes. Es un honor para nosotros que estén aquí. Gracias por asistir. (Aplausos.)

La secretaria Ann Veneman, directora ejecutiva de UNICEF, está con nosotros. Es un gusto verla, Ann. Gracias por estar aquí. Quiero darle las gracias a Larry Small, secretario del Smithsonian Institute. Deseo agradecerle a Dr. Julian Raby, director de Freer and Sackler Galleries of Art. Les agradezco a Herb London, presidente, Ken Weinstein, ejecutivo, del Hudson Institute. Les agradecemos a todos por estar aquí. (Aplausos.)

La próxima semana, iré a la cumbre del G8 en Escocia. Allá me reunir con los líderes de los países industrializados. Como en reuniones pasadas, trataremos los muchos logros políticos y económicos alcanzados en África, y los próximos pasos que podemos dar con los líderes de África para desarrollar esos logros. Todo el mundo se beneficiará de la prosperidad y estabilidad del continente africano. Y los pueblos de África merecen la paz y libertad y oportunidad, que son derechos naturales de toda la humanidad.

Anhelamos el progreso en África y en todo el mundo en desarrollo porque nuestros intereses están directamente en juego. El 11 de septiembre de 2001, los estadounidenses descubrieron que la inestabilidad y el desorden en un país distante pueden representar peligros en el nuestro. En este nuevo siglo, nos amenazan menos las flotas y los ejércitos que las pequeñas células de hombres que operan en las tinieblas y explotan la debilidad y la desesperación. La respuesta fundamental a esas amenazas es fomentar sociedades prósperas, democráticas y legítimas que se nos unan a derrotar las fuerzas del terrorismo. aliados que estamos encontrando en todo el continente africano. Libramos la guerra contra el terrorismo con nuestro poder; ganaremos la guerra contra el terrorismo con la libertad y justicia y esperanza. (Aplausos.)

Procuramos el progreso en África y en todo el mundo en desarrollo porque la conciencia humana lo exige. Los estadounidenses creen que los derechos humanos y el valor de la vida humana no los determinan la raza ni la nacionalidad, ni que son disminuidos por la distancia. Creemos que cada vida tiene valor y que cada persona cuenta. Y, entonces, nos conmueve cuando miles de vidas jóvenes llegan a su fin todos los días debido a la malaria, una enfermedad que se puede tratar. Nos conmueve cuando los niños ven a sus padres morir lentamente del SIDA, dejando a niños y niñas traumatizados, asustados y solos. Los pueblos de África enfrentan estos desafíos con valentía y determinación, y estamos de su lado.

Sin embargo, el continente de África es mucho más que la suma de sus problemas. Después de años of colonización y marxismo y racismo, África está en el umbral de grandes adelantos. El crecimiento económico es el más alto en ocho años. Han surgido líderes en Sudáfrica, Nigeria y Kenya para negociar el final de antiguos conflictos. Tan solo el año pasado, cinco naciones al sur del Sahara celebraron elecciones democráticas. Todos los que viven en África pueden tener la certeza, al aprovechar este momento de oportunidad, de que Estados Unidos es su aliado y su amigo.

En un mundo en desarrollo, tenemos una oportunidad sin precedente de ayudar a otras naciones a lograr victorias históricas en la lucha contra la miseria con políticas y estrategias comprobadas. Estas victorias requerirán recursos nuevos. Estados Unidos ha triplicado la ayuda exterior para el desarrollo a África durante mi presidencia. Y estamos haciendo un compromiso firme para el futuro. Propuse duplicar la ayuda a África nuevamente entre 2004 y 2010, particularmente para asistir a los países que implementan reformas.

Sin embargo, no basta con nuevos recursos. Necesitamos nuevas filosofías en todas las naciones. Nuestro mayor desafío es ir más allá del simbolismo vacío y las políticas desacreditadas, y convertir nuestras buenas intenciones en buenos resultados.

En primer lugar, superar la miseria requiere colaboración, no paternalismo. El desarrollo económico no es algo que hacemos a favor de los países; es algo que logran con nosotros. (Aplausos.) Sus líderes, por definición, deben desempeñar el papel principal como agentes de reforma y progreso, en vez de beneficiarios pasivos de dinero.

Con el transcurso de los decenios, hemos aprendido que sin libertad económica y social, sin un estado eficaz de derecho, un gobierno honrado, la ayuda internacional tiene poco impacto o valor. Pero cuando hay libertad y un estado de derecho, cada dólar de ayuda, comercio, donaciones benéficas e inversión extranjera y nacional puede mejorar la vida de la gente rápidamente. (Aplausos.)

La ayuda económica por la que se espera poco logra poco. La ayuda económica que espera mucho puede ayudar a cambiar al mundo. Por medio de la Millennium Challenge Corporation, creada hace año y medio, Estados Unidos ha comenzado a otorgar ayuda económica valiosa a los países que combaten la corrupción, acogen la gobernación democrática, fomentan los libres mercados e invierten en la salud y educación de sus pueblos.

Ocho naciones de África ahora están a punto de recibir subsidios. En abril, Madagascar se hizo el primer país que firmó un pacto que comienza a proporcionar ayuda a proyectos vitales de desarrollo. En las últimas seis semanas, la junta de MCC ha aprobado tres pactos, uno de ellos con una nación africana, y espero que MCC actúe rápidamente en el futuro. Los gobiernos que toman decisiones difíciles merecen nuestro firme apoyo. Insto al Congreso de los Estados Unidos a que apoye plenamente esta iniciativa de nueva esperanza y progreso en todo el mundo en desarrollo. (Aplausos.)

En segundo lugar, superar la miseria sucede a la par con las mejoras ambientales. Las economías estancadas son una de las mayores amenazas ambientales en el mundo. No se puede esperar que las personas que carecen de comida y albergue y saneamiento conserven el medio ambiente a costa de su propia supervivencia. Las sociedades pobres no pueden darse el lujo de invertir en tecnologías menos contaminantes y más eficientes. Indira Gandhi dijo que la pobreza y la necesidad son los mayores contaminantes. La respuesta a largo plazo para los desafíos ambientales es el progreso económico rápido y sostenido de las naciones pobres. (Aplausos.)

La mejor manera de ayudar a las naciones a desarrollarse mientras se limita la contaminación y de mejorar la salud pública es promover tecnologías para generar energía que sean inocuas, económicas y seguras. Ciertas personas sugirieron que la mejor solución para los desafíos ambientales y los cambios climatológicos es oponerse al desarrollo y hacer que el mundo haga una dieta de energía. Pero en este momento, aproximadamente 2 mil millones de personas no tienen acceso a ningún tipo de energía moderna. Bloquear el acceso los condenaría a la pobreza, enfermedad, alta mortalidad infantil, agua contaminada y aire contaminado permanentemente.

Seguimos una estrategia mejor. En los últimos tres años, Estados Unidos ha iniciado una serie de programas para ayudar a los países en desarrollo a adoptar nuevas fuentes de energía, desde el uso menos contaminante del carbón hasta los vehículos de hidrógeno; desde la energía solar y eólica hasta la producción de metano de combustión limpia y las plantas energéticas menos contaminantes. Y continuamos buscando más oportunidades para reforzar nuestras alianzas con las naciones en desarrollo. Todo el mundo se beneficia cuando las naciones en desarrollo cuentan con la mejor y más reciente tecnología de energía.

En tercer lugar, superar la miseria requerirá eliminar la carga de las deudas que sabemos que las naciones pobres no pueden pagar. Los pagos de deudas sin fin hacen que los gobiernos tengan menos recursos que gastar en las necesidades de sus pueblos e imposibilitan que se incorporen a la economía mundial como participantes plenos. Zambia, por ejemplo, gasta más en pagos de deudas que todo el presupuesto del gobierno para salud y educación. El año pasado, las naciones pobres debían a sus acreedores pagos de deudas que ascendían a $7,000 millones. Esta carga perjudica a gente desesperadamente necesitada y esta carga debe eliminarse.

En 2001, desafié al Banco Mundial a que otorgase 50 por ciento de su ayuda a los países pobres en donaciones en vez de préstamos. Y el banco se dirige con paso firme hacia ese objetivo. Con el liderazgo de Gran Bretaña y los Estados Unidos, los países del G8 instan la cancelación de deudas por $40,000 millones debidas por las naciones más pobres del mundo, entre ellas, 14 naciones en África. (Aplausos.) Veinte países adicionales pueden cumplir con los requisitos para este tipo de condonación de deudas en el futuro con gobiernos buenos y políticas económicas sensatas. Estamos decididos no sólo a liberarlos de las deudas, sino a condonarlas del todo para que las naciones necesitadas puedan enfrentar el futuro con un nuevo comienzo. (Aplausos.)

En cuarto lugar, superar la miseria requerirá más intercambio comercial. Aunque la ayuda y la reducción de las deudas pueden crear condiciones mejores para el desarrollo, es el comercio el que proporciona el motor del desarrollo. (Aplausos.) Hace solo 30 años, el PIB per cápita de Corea del Sur era equivalente al de muchos países de África. Gracias a un crecimiento impulsado por las exportaciones, Corea del Sur es igualmente rica que muchos países de Europa. Este ejemplo puede repetirse en todo el mundo y sacar a muchísimas personas de la pobreza.

El mundo en desarrollo está en posición de ser el más beneficiado por un sistema de libre comercio. Las naciones en desarrollo que permiten el comercio históricamente crecen con una tasa mucho más alta que los países que protegen. que practican el proteccionismo. Los pobres del mundo no experimentan el comercio a manera de globalización. Experimentan el comercio como agua corriente y energía eléctrica y vivienda decente, educación más diseminada y mejor atención médica para sus familias. (Aplausos.)

Demasiadas naciones no han sido partícipes del progreso económico de nuestros tiempos, y debemos ampliar el círculo del comercio para incluirlas. Con la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África (African Growth and Opportunity Act), que ha reducido los obstáculos comerciales, las exportaciones de los Estados Unidos a la región de África al sur del Sahara aumentaron 25 por ciento el año pasado. Y las importaciones a los Estados Unidos de los países incluidos en la ley aumentaron 88 por ciento. Ahora debemos dar el siguiente paso: ampliar todo el sistema mundial de comercio por medio de las negociaciones de Doha. El Banco Mundial proyecta que concluir estas negociaciones podría resultar en un aumento de $350,000 millones en los ingresos de los países en desarrollo y sacar a 140 millones de personas de la pobreza. Las negociaciones de Doha son el programa más práctico e importante contra la pobreza del mundo, y debemos hacer que concluyan pronto y exitosamente. (Aplausos.)

El quinto lugar, superar la miseria requerirá un ambiente de paz, logrado en algunos casos por fuerzas armadas activas y eficaces que pueden acabar con conflictos terribles. Las guerras recientes. la historia reciente demuestra que las guerras y los conflictos internos pueden acabar con el desarrollo de naciones enteras. Pero estamos alcanzando logros. Decenas de miles de refugiados que huyeron de la guerra regresan a casa en lugares como Liberia y Sierra Leona y Burundi. Podemos aumentar ese progreso. En los próximos cinco años, Estados Unidos capacitará a más de 40,000 encargados africanos de mantener el orden como parte de una iniciativa más extensa de los países del G8. Ayudaremos a las fuerzas africanas a mantener la justicia y el orden en el continente africano.

Estamos firmemente comprometidos a la paz para todos los pueblos de Sudán. La mediación estadounidense fue crítica para llevar a su fin la guerra civil de 20 años entre el norte y el sur, y nos dedicamos a implementar plenamente el acuerdo integral de paz suscrito en enero. Sin embargo, la violencia en la región de Darfur claramente es genocidio. El precio humano no puede calcularse. A corto plazo, son necesarias más tropas para proteger a los inocentes, y las naciones de la Unión Africana están ofreciendo proporcionarlas. Para septiembre, el personal de la misión de la Unión Africana en Sudán aumentará de 2,700 a 7,700 efectivos. En una operación de OTAN el mes entrante, las fuerzas armadas de Estados Unidos transportarán más de 1,000 tropas de Ruanda. Apoyaremos la construcción de 16 campamentos adicionales durante los próximos dos meses y proporcionaremos comunicaciones y mantenimiento de vehículos a toda la fuerza.

A largo plazo, la tragedia en Sudan occidental requiere que el gobierno y los rebeldes lleguen a un acuerdo. Y nuestro mensaje es claro: Todas las partes deben controlar sus fuerzas, suspender la matanza y negociar la paz de un país afligido. (Aplausos.)

Finalmente, superar la miseria requerirá ayuda humanitaria que se concentre en los resultados, mas no sólo las aportaciones y otras medidas fallidas de compasión. La verdadera compasión se mide con las mejoras reales en las vidas de los hombres, las mujeres y los niños. Y ese es el objetivo y ese es el punto central de la política estadounidense.

La ayuda de los Estados Unidos contribuirá a evitar la hambruna este año en el Cuerno de África. Con todo, casi 60 por ciento de la ayuda mundial de alimentos al continente de África proviene de los Estados Unidos, y los estadounidenses se enorgullecen de proporcionar esa ayuda. (Aplausos.)

Y desde 2003, nuestro país ha emprendido el mayor programa contra el VIH/SIDA, el mayor programa de salud de la historia para combatir una enfermedad específica. En todo África, trabajamos con los funcionarios locales de salud para ampliar las instalaciones para las pruebas de SIDA, para capacitar y apoyar a los médicos y enfermeros y asesores, para mejorar las clínicas y hospitales, para atender los niños que son huérfanos como resultado del SIDA y para apoyar a los ministros y sacerdotes y otros que enseñan a los jóvenes los valores del respeto y responsabilidad y prevención. Posibilitamos tratamientos que salvan vidas para más de 230,000 adultos y niños en África. Estamos decididos a alcanzar nuestro objetivo de cinco años de tratar a dos millones. (Aplausos.)

Este esfuerzo está teniendo éxito porque Estados Unidos aporta recursos y los africanos aportan liderazgo. Los funcionarios locales de salud dictaron la estrategia y los estamos respaldando. También respetamos los valores y las tradiciones de África. Uganda y otras naciones utilizan la estrategia de prevención de abstinencia, lealtad en el matrimonio y preservativos. Ésta es equilibrada, eficaz y refleja las enseñanzas morales de las culturas africanas. Y a nadie ayuda que personas de fuera traten de imponer un estándar más bajo de responsabilidad. (Aplausos.)

Hoy, en África, Estados Unidos es más activo que nunca. Vemos muchos logros y grandes necesidades persisten. Por lo tanto, esta mañana anunci tres programas adicionales para ayudar a los africanos a afrontar estos desafíos urgentes. En todo el continente, existe una gran necesidad de que las mujeres tengan más poder, y eso comienza con la educación. Las jóvenes educadas tienen tasas más bajas de VIH/SIDA, familias más saludables y tasas más altas de educación entre sus propios hijos. Sin embargo, sólo la mitad de los niños terminan la educación primaria en África.

De lado de los líderes de África, debemos trabajar por la educación de cada niño africano. Y para acercarnos a ese objetivo, hoy propuse el doble de fondos para la Iniciativa de Educación Africana (African Education Initiative) de los Estados Unidos. (Aplausos.) En los próximos cuatro años, debemos otorgar $400 millones para capacitar a medio millón de maestros y otorgar becas a 300,000 jóvenes, mayormente niñas. (Aplausos.) Esperamos que otras naciones se nos unan. Debemos darles a más niños en África una verdadera oportunidad de evitar la explotación y de determinar su propio futuro.

Otro aspecto importante de aumentar el poder y de combatir el SIDA es la protección legal de las mujeres y las niñas contra la violencia sexual y el abuso. (Aplausos.) Muchas naciones africanas ya han tomado medidas para mejorar los derechos legales de las mujeres. Sudáfrica, por ejemplo, tiene un modelo innovador para combatir las violaciones y la violencia doméstica: unidades especiales en los hospitales en que las víctimas pueden denunciar el delito y recibir asesoramiento y atención, jueces, fiscales y unidades policíacas especiales para garantizar que los delincuentes sean castigados.

Hoy, anuncio un nuevo programa para propagar esta estrategia más extensamente en el continente. Le pido al Congreso que aporte $55 millones durante los próximos tres años para promover la justicia y el poder de las mujeres en cuatro naciones africanas, naciones que pueden ser un ejemplo de reforma para las demás. Instaré a las otras naciones del G8 a que se nos unan para proteger las vidas y los derechos de las mujeres de África.

Los funcionarios de la salud de África también nos han hablado sobre su batalla continua contra la malaria, que en algunos países puede causar más muertes que el SIDA. Aproximadamente 1 millón de personas murieron tan solo el año pasado en el continente africano debido a la malaria. Y en la gran mayoría de los casos, las víctimas tienen menos de cinco años y sus vidas llegan a su fin repentinamente debido a simplemente una picadura de mosquito. Los estragos de la malaria son incluso más trágicos porque la enfermedad, en sí, se puede curar y prevenir. Sin embargo, ésta también es nuestra oportunidad, porque sabemos que medidas de gran escala pueden vencer esta enfermedad en regiones enteras. Y el mundo debe tomar medidas. (Aplausos.)

La próxima semana en la reunión de los G8, instaré a los países desarrollados y a fundaciones privadas a que se unan a una campaña enérgica y de gran envergadura para reducir en mitad la tasa de mortalidad de la malaria en toda África. Y nuestra nación está lista para estar en la delantera. (Aplausos.) El próximo año, tomaremos medidas globales en tres países, Tanzania, Uganda y Angola, para proporcionar fumigación interior, redes tratadas con insecticidas de larga duración y combinaciones nuevas y eficaces para tratar la malaria. Además, la Gates Foundation de Seattle está patrocinando un programa importante para controlar la malaria en Zambia. Tenemos una larga trayectoria de acción pública y privada. Estoy agradecido por tener un aliado tan poderoso en esta buena causa.

Estados Unidos llevará este programa contra la malaria a por lo menos cuatro países adicionales de África altamente endémicos en el 2007, y por lo menos cinco más en 2008. En los próximos cinco años, con la aprobación del Congreso, gastaremos más de $1,200 millones en esta campaña. (Aplausos.)

Un programa de esta escala debe ser implementado en fases para evitar un déficit de provisiones. Sin embargo, nos proponemos que este programa a fin de cuentas abarque a más de 175 millones de personas en 15 naciones o más. Queremos reducir en mitad la mortalidad de la malaria en países designados, y salvar a cientos de miles de vidas.

Insto a las otras naciones y fundaciones acaudaladas a que participen y extiendan esta iniciativa a países adicionales donde la necesidad es apremiante. Juntos podemos vivir esta amenaza y vencer este temor en todo el continente africano.

Durante los próximos cuatro años, Estados Unidos ha estado firmemente de lado de los reformistas en África que favorecen la prosperidad y el progreso. Hemos triplicado nuestra ayuda a África; planeamos doblarla nuevamente. Pero más que nada, estamos de lado del buen gobierno y el desarrollo energético y alivio de la carga de la deuda y mayor comercio, todo lo cual ayudará a los pueblos africanos a llevar vidas mejores y superar la necesidad de ayuda últimamente.

Estados Unidos está actuando porque compartimos con los propios africanos una visión de lo que puede pasar a ser el continente: un modelo de reforma, un lugar de democracias prósperas y un tributo al espíritu fuerte de los pueblos africanos. Esta visión es necesaria, realista y ya está camino al éxito.

Al respaldar las esperanzas de África, Estados Unidos también muestra el tipo de país que queremos ser. Este fin de semana, conmemoramos el aniversario de nuestra fundación. Celebramos nuestra Declaración de Independencia y el llamado universal a la libertad que proclama. Celebramos a nuestros hombres y mujeres que llevan el uniforme, que protegen y defienden nuestra libertad en misiones lejos de casa. Y los estadounidenses este Cuatro de Julio también pueden celebrar una gran tradición de generosidad, una tradición de ayuda después de la Primera Guerra Mundial, el Plan Marshall y el Peace Corps, una tradición que es obvia en nuestra propia era.

Hace dos años, nació una niñita en Namibia de una madre y un padre que tenían el VIH; ella también tenía la enfermedad. El nombre que sus padres le dieron quiere decir la siguiente frase, "No hay bondad en el mundo". Hace varios meses, la niña estaba muy enferma y estaba perdiendo peso y a punto de morir. Pero hoy, ella y toda su familia reciben medicamentos que salvan vidas. Ahora es una niña de seis años bella, tímida, a la que le va bien, con una vida por delante, y existe un poquito más de bondad en el mundo.

En toda África, personas que se preparaban para morir ahora se preparan para vivir. (Aplausos.) Y Estados Unidos desempeña un papel en tantos de esos milagros. Somos una nación que retribuye las bendiciones con la generosidad hacia los demás. Cuando trabajamos con los africanos para llevar alimentos a regiones que pasan hambre y tratamientos de malaria a aldeas remotas y medicamentos milagrosos que les devuelven la fuerza a los moribundos, todo eso es parte de nuestro llamado en el mundo. (Aplausos.) Y al responder a ese llamado, nos enorgullece ser estadounidenses.

Gracias por asistir. Que Dios los bendiga. Gracias a todos. (Aplausos.)

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