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Office of the Press Secretary
6 de septiembre de 2003
DISCURSO RADIAL DEL PRESIDENTE A LA NACIÓN
Buenos Días
Este mes, mientras estudiantes en todo el país comienzan un nuevo año escolar, padres, maestros y directores de escuela están comenzando a notar una diferencia en las escuelas estadounidenses. La Ley "Que Ningún Niño se Quede Atrás" que yo sancioné el año pasado está elevando las normas para los logros estudiantiles, dándo a los padres más información y más opciones, exigiendo de las escuelas más responsabilidad por el rendimiento de los estudiantes, y financiando la educación a niveles récord.
La premisa de la ley "Que Ningún Niño se Quede Atrás" es sencilla: todos los niños pueden aprender, y la única manera de asegurar que nuestros niños aprendan es midiendo su progreso a través de pruebas. De modo que la ley "Que Ningún Niño se Quede Atrás" exige pruebas regulares en lectura y matemáticas básicas para cada niño en cada escuela, comenzando en el tercer grado. Y la ley fija una meta clara para la educación en Estados Unidos: Cada niño, en cada escuela, debe rendir conforme al nivel de su grado en lectura y matemáticas, que son la clave para toda la educación.
Para cumplir esta meta, todos los 50 estados y el Distrito de Columbia y Puerto Rico han diseñado programas de responsabilidad por el rendimiento de los estudiantes, los cuales han sido aprobados por el Departamento de Educación y están siendo implementados en las escuelas estadounidenses. Los distritos escolares en Estados Unidos ahora están proporcionando a los padres listas de maestros particulares fuera de las escuelas que pueden dar ayuda extra sin costo a niños de bajos ingresos que asistan a escuelas de bajo rendimiento.
Esos padres también tienen la opción de transferir a su hijo o hija de una escuela que no esté rindiendo a una escuela pública mejor o a una escuela chárter. Y pronto cada comunidad en Estados Unidos tendrá una tarjeta de calificaciones para cada escuela pública local, para que los ciudadanos puedan medir el progreso y pedir reformas.
Al mismo tiempo que exigimos excelencia de las escuelas, también les estamos dando recursos adicionales para que puedan lograrla. Desde que esta nueva ley entró en vigor, 40 estados han recibido un total de cerca de 1.3 mil millones de dólares en donativos para apoyar la enseñanza de la lectura basada en la ciencia desde el kindergarten hasta el tercer grado. Mi presupuesto para el año entrante incluye 1.2 mil millones de dólares para programas efectivos de lectura - cuatro veces la cantidad que estábamos gastando en esos programas cuando yo asumí la presidencia. Y el gasto federal global para la educación primaria y secundaria es el más alto que jamás se haya visto: mi presupuesto para el año entrante eleva los fondos para la educación a 53.1 mil millones de dólares, un aumento de casi 11 mil millones de dólares desde que asumí mi cargo.
Las escuelas están recibiendo recursos federales y la ayuda que necesitan para mejorar, y los padres están recibiendo la información y las opciones que ellos necesitan para apoyar las reformas. Y estamos apenas empezando. Este nuevo año escolar será un año de desafíos y de trabajo duro, y de grandes progresos. Y en medio de todo tendremos en mente el objetivo principal de todos nuestros esfuerzos - nuestros hijos, que merecen una educación digna de esta gran Nación. Juntos podemos asegurarnos que todo niño aprenda y que ningún niño se quede atrás.
Gracias por escuchar.
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