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Office of the Press Secretary
16 de marzo de 2003

DECLARACIONES DE LA CUMBRE DEL ATLÁNTICO: UNA VISIÓN PARA IRAQ Y EL PUEBLO IRAQUÍ

     El talentoso pueblo, la gran cultura y el tremendo potencial de Iraq han sido secuestrados por Saddam Hussein.  Su régimen brutal ha rebajado a un país con una trayectoria larga y orgullosa a un paria internacional que oprime a sus ciudadanos, iniciado dos guerras de agresión contra sus vecinos y aún posa una amenaza grave para la seguridad de su región y el mundo.

President George W. Bush speaks during a news conference with, from left, Prime Minister of Great Britain Tony Blair, President of Spain Jose Maria Aznar and Prime Minister of Portugal Jose Manuel Durao Barroso in The Azores, Portugal, Sunday, March 16, 2003.   White House photo by Eric Draper      El desafío de Saddam de las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que exigen el desarme de su capacidad de misiles nucleares, químicos, biológicos y de gran alcance ha llevado a sanciones contra Iraq y ha menoscabado la autoridad de la ONU. Durante 12 años, la comunidad internacional ha tratado de persuadirlo de que deponga las armas y evite, de esa manera, un conflicto militar; en los casos más recientes, por medio de la adopción de la resolución 1441 y resoluciones previas.

     En estas circunstancias, asumimos una obligación solemne de ayudar al pueblo iraquí a forjar un Iraq nuevo, en paz consigo mismo y sus vecinos. El pueblo iraquí merece ser sacado de la inseguridad y tiranía, y liberado para que determine por sí mismo el futuro de su país. Visualizamos un Iraq unificado con pleno respeto hacia su integridad territorial.  Todo el pueblo iraquí - su gran mezcla de árabes suní y chiítas, los curdos, turcomanos, asirios, chaldeos y todos los demás - deberían disfrutar de la libertad, prosperidad e igualdad en un país unido.  Apoyaremos las aspiraciones del pueblo iraquí a un gobierno representativo que defienda los derechos humanos y el imperio de la ley como piedras angulares de la democracia.

     Nos dedicaremos a prevenir y reparar los daños por el régimen de Saddam Hussein a los recursos naturales de Iraq y prometemos protegerlos como patrimonio nacional del pueblo iraquí y para él.  Todos los iraquíes deberían compartir la riqueza generada por su economía nacional. Procuraremos un final rápido de las sanciones internacionales y apoyaremos un programa de reconstrucción internacional para ayudar a Iraq a lograr la verdadera prosperidad y a reintegrarse a la comunidad mundial.

     Combatiremos el terrorismo de todo tipo.  Iraq nunca jamás debe ser un refugio de terroristas de ningún tipo.

     Al lograr esta visión, planeamos colaborar estrechamente con las instituciones internacionales, incluso las Naciones Unidas; nuestros aliados y socios; y los donantes bilaterales.  Si ocurre un conflicto, planeamos procurar la adopción de resoluciones nuevas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que afirmarían la integridad territorial de Iraq, garantizarían la entrega rápida de ayuda humanitaria y respaldarían un gobierno apropiado para Iraq después del conflicto. También propondremos que se confiera la autoridad temporal al Secretario General de asegurarse de que se continúen satisfaciendo las necesidades del pueblo iraquí por medio del programa de Petróleo por Alimentos.

     Cualquier presencia militar, de ser necesaria, sería temporal y tendría como propósito promover la seguridad y la eliminación de las armas de destrucción en masa; la entrega de ayuda humanitaria; y las condiciones para la reconstrucción de Iraq. Nuestro compromiso a ayudar al pueblo de Iraq será a largo plazo.

     Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que nos acompañe en ayudar a hacer realidad un futuro mejor para el pueblo iraquí.

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