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Revitalización de la Defensa Nacional
Garantizar la defensa general es el deber bajo juramento y la primera responsabilidad de todos los Presidentes. El Presidente considera que unas fuerzas armadas poderosas son esenciales para defender los intereses estadounidenses y extender aquella paz más segura que resultó de la conclusión de la Guerra Fría. Sin embargo, a medida que se receden las amenazas antiguas, surgen nuevas. Aunque haya terminado la Guerra Fría, un enfoque de la Guerra Fría continúa definiendo a nuestras Fuerzas Armadas en términos de doctrina, estructura y estrategia. La amenaza de un ataque nuclear masivo lanzado por la Unión Soviética ha sido reemplazada por un mundo en el cual las amenazas provienen de estados viles inclinados a adquirir armas de destrucción masiva y terrorismo, amenazas que son tan no convencionales como impredecibles. Las fuerzas armadas de los Estados Unidos son más que capaces de defender nuestra seguridad nacional en dicho mundo, siempre que adaptemos nuestra estrategia y estructura de defensa de acuerdo a las circunstancias. El Presidente asumió el cargo con tres metas en mente: la renovación de los lazos de confianza entre el Comandante en Jefe y las fuerzas armadas de los Estados Unidos; la protección al pueblo de los Estados Unidos de ataques con misiles y amenazas de terror; y como punto central de estas metas, empezar a forjar unas fuerzas armadas capaces de combatir las amenazas de un nuevo siglo. Renovación de la Moral de las Fuerzas Armadas La renovación de la moral también significa renovar un claro sentido de la misión. Con este fin, el Presidente ha apuntado al modelo de los amplios despliegues que han caracterizado al período posterior a la Guerra Fría y ha dicho claramente que los futuros despliegues deben reflejar las metas estadounidenses claras, un enfoque más preciso de la misión y un fin a la práctica de los compromisos difusos, no delineados. Para comunicar a nuestros hombres y mujeres en el servicio nuestro renovado respeto, el Presidente propone:
Dar Forma a la Estructura de la Fuerza del Siglo XXI El Presidente se ha comprometido a alistar al poder de la tecnología de los Estados Unidos al servicio de la seguridad nacional. Tanto la Investigación y el Desarrollo (R&D por sus siglas en inglés) como en las adquisiciones, pondrá énfasis en programas que ofrezcan a nuestras Fuerzas Armadas superioridad informativa, seguridad por medio de la cautela y la victoria lograda con menos poder de masas y mayor velocidad, agilidad y movilidad para atacar. En resumen, el Presidente pretende equipar a las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos con los sistemas y la estrategia que nos permitan redefinir la guerra, bajo nuestros términos. Con tal fin, el Presidente reta a la comunidad tecnológica de la defensa a usar el presente paréntesis de paz relativa no sólo para modernizar las fuerzas, sino para ir más allá de las mejoras en aumento de los sistemas de defensa ya desplegados y desarrollar las fuerzas militares que la nación necesitará durante el Siglo XXI. El Presidente propone:
Salvaguardar de la Seguridad Nuclear Desplegar la Defensa con Misiles En un mundo donde más de una docena de naciones poseen tecnología balística con misiles y un número de naciones se encuentran en una carrera por adquirir armas de destrucción masiva, el reto más apremiante para la seguridad nacional de los Estados Unidos es reducir nuestra actual vulnerabilidad de nuestras fuerzas desplegadas y las de nuestros aliados y amigos al adquirir defensas contra ataques con misiles. Los anticuados tratados de limitación de armamentos no deben comprometer la seguridad de los Estados Unidos; como el Presidente ha dicho, su "obligación solemne (es) proteger al pueblo de los Estados Unidos y a nuestros aliados, no proteger los acuerdos de limitación de armamentos suscritos hace casi 30 años." Estados Unidos debe construir defensas antimisiles efectivas, basadas en la mejor tecnología disponible y desplegadas lo más antes posible. Estas defensas deben ser diseñadas para proteger a nuestras fuerzas desplegadas en el extranjero, a todos los 50 estados y a nuestros aliados y amigos del extranjero. |
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