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Oficina del Secretario de Prensa
19 de septiembre de 2006

Declaraciones del Presidente a la Asamblea General de las Naciones Unidas
Naciones Unidas
Nueva York, Nueva York

12:15 P.M. EDT

EL PRESIDENTE: Señor Secretario General, señora Presidenta, distinguidos delegados y damas y caballeros: Deseo agradecerles por el privilegio de dirigirme a esta Asamblea General.

La semana pasada, Estados Unidos y el mundo recordaron el quinto aniversario de los ataques que llenaron de muerte y sufrimiento una mañana de septiembre como ésta. Ese terrible día, extremistas mataron a casi 3,000 personas inocentes, incluidos ciudadanos de decenas de naciones representadas aquí mismo en este recinto. Desde entonces, los enemigos de la humanidad han continuado su campaña de asesinato. Al Qaida y aquéllos inspirados por su ideología extremista han atacado a más de dos docenas de países. Y recientemente, un grupo diferente de extremistas provocó deliberadamente un conflicto terrible en el Líbano. Al iniciarse el siglo XXI, está claro que el mundo está inmerso en una gran lucha ideológica, entre extremistas que usan el terrorismo como arma para generar temor y gente moderada que trabaja por la paz.

Hace cinco años, desde este podio, hice un llamado a la comunidad de naciones para que defendiera la civilización y forje un futuro más promisorio. Éste es aún el gran desafío de nuestra época; es el llamado de nuestra generación. Esta mañana, deseo hablar sobre un mundo más promisorio que está a nuestro alcance, un mundo que deje atrás el terrorismo, un mundo donde los hombres y mujeres comunes tengan la libertad de decidir su propio destino, donde las voces de la moderación se escuchen con fuerza, donde los extremistas sean marginados por la mayoría que busca la paz. Este mundo puede ser nuestro si nos lo proponemos y trabajamos conjuntamente.

Los principios de este mundo que deje atrás el terrorismo se pueden encontrar en la primera frase del preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este documento afirma que "la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana". Uno de los autores de este documento fue un diplomático libanés llamado Charles Malik, que llegaría a ser presidente de esta asamblea. El señor Malik insistió en que estos principios se aplicaban por igual a todas las personas, de todas las regiones, todas las religiones, incluidos los hombres y mujeres del mundo árabe de donde provenía.

En las casi seis décadas desde la aprobación de ese documento, hemos visto que las fuerzas de la libertad y la moderación transforman continentes enteros. Sesenta años después de una guerra terrible, Europa está ahora unida, libre, y en paz, y Asia ha visto que la libertad ha progresado y que se ha sacado de la pobreza extrema a cientos de millones de personas. Las palabras de la Declaración Universal son tan ciertas hoy como cuando fueron escritas. A medida que la libertad avanza, aumentan en las naciones la tolerancia, esperanza y paz. Y estamos viendo que ese futuro brillante comienza a echar raíces en el gran Oriente Medio.

Algunos de los cambios ocurridos en el Oriente Medio han sido drásticos y vemos los resultados en este recinto. Hace cinco años, Afganistán era gobernado por el brutal régimen talibán, y su escaño en esta organización fue cuestionado. Ahora este escaño lo ocupa el gobierno libremente electo de Afganistán, representado hoy por el Presidente Karzai. Hace cinco años, el escaño de Iraq en esta organización lo ocupaba un dictador que mataba a sus ciudadanos, invadía a sus vecinos y mostraba su desdén por el mundo al desafiar más de una docena de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Ahora, el escaño de Iraq lo ocupa un gobierno democrático que encarna las aspiraciones del pueblo iraquí, representado hoy por el Presidente Talabani. Con estos cambios, se ha dado a más de 50 millones de personas voz en este recinto por primera vez en décadas.

Algunos de los cambios en el Oriente Medio están ocurriendo gradualmente, pero estos cambios son reales. Argelia ha celebrado sus primeras elecciones presidenciales con oposición, y los militares se han mantenido neutrales. Los Emiratos Árabes Unidos anunciaron recientemente que la mitad de los escaños de su Consejo Federal Nacional serán asignados por un proceso electoral. Kuwait llevó a cabo elecciones en las que, por primera vez, se permitió que las mujeres votaran y fueran candidatas a puestos gubernamentales. En Arabia Saudita, los ciudadanos votaron en elecciones municipales, en Jordania y Bahrein hubo elecciones parlamentarias, y en Yemen y Egipto, elecciones presidenciales multipartidarias.

Éstos son pasos importantes, y los gobiernos deben continuar adelante con otras reformas que muestren la confianza en su pueblo. Cada nación que recorre el camino hacia la libertad lo hace a un paso distinto, y las democracias que forjen reflejarán su propia cultura y tradiciones. Pero el destino siempre es el mismo: Una sociedad libre donde las personas vivan en paz, unas con las otras, y estén en paz con el mundo.

Hay quienes sostienen que estos cambios democráticos que estamos viendo en el Oriente Medio están desestabilizando la región. Este argumento se basa en una premisa falsa, que el Oriente Medio era estable para comenzar. El hecho es que la estabilidad que pensábamos que existía en el Oriente Medio era un espejismo. Por décadas, millones de hombres y mujeres en esta región han vivido atrapados en la opresión y la desesperanza. Y estas condiciones crearon una generación sin ilusiones e hicieron de la región un caldo de cultivo para el extremismo.

Imagínense lo que es ser un joven que vive en un país que no está avanzando hacia la reforma. Tienes 21 años, y mientras que jóvenes como t en otras partes del mundo emiten votos por primera vez, tú no tienes poder alguno para cambiar el curso de tu gobierno. Mientras jóvenes como tú en otras partes del mundo han recibido una educación para prepararlos para las oportunidades de una economía mundial, a ti se te ha alimentado con propaganda y teorías de conspiración que les echan la culpa a otros por las deficiencias de tu país. Y dondequiera que vayas, oyes a extremistas que te dicen que puedes escapar de tu miseria y recobrar tu dignidad por medio de la violencia, el terrorismo y el martirio. Para muchos en el gran Oriente Medio, éstas son las trágicas opciones que se les presentan todos los días.

Toda nación civilizada, incluidas aquéllas en el mundo musulmán, deben apoyar a aquéllos en la región que están ofreciendo una alternativa más promisoria. Sabemos que cuando las personas tienen una voz en su futuro, es menos probable que se ofrezcan a morir despedazados en ataques suicidas. Sabemos que cuando los líderes deben rendir cuentas por sus actos, es más probable que busquen la grandeza nacional en el éxito de sus ciudadanos, en vez del terrorismo y la conquista. Por lo tanto, debemos apoyar a los líderes democráticos y reformistas moderados en el gran Oriente Medio. Debemos darles voz a las esperanzas de hombres y mujeres decentes que quieren para sus hijos lo mismo que nosotros queremos para los nuestros. Debemos procurar la estabilidad por medio de un Oriente Medio libre y justo donde los extremistas son marginados por millones de ciudadanos que controlan su propio destino.

Hoy, me gustaría dirigirme directamente a las personas en todo el gran Oriente Medio: Mi país desea la paz. Los extremistas que viven entre ustedes diseminan su propaganda al sostener que el Oeste libra una guerra contra el islamismo. Esta propaganda es falsa, y su propósito es confundirlos y justificar los actos terroristas. Respetamos el islamismo, pero protegeremos a nuestro pueblo de aquéllos que distorsionan el islamismo para sembrar la muerte y la destrucción. Nuestro objetivo es ayudarlos a forjar una sociedad más tolerante y promisoria que respete a personas de todos los credos y promueva la paz.

Al pueblo de Iraq: Casi 12 millones de ustedes corrieron el riesgo de coches bomba y asesinatos en diciembre pasado para votar en las elecciones libres. El mundo los vio alzar los dedos manchados de tinta púrpura, y su valentía nos llenó de admiración. Se mantuvieron firmes en su lucha por forjar una nación libre. Estados Unidos y nuestros aliados en la coalición continuaremos respaldando al gobierno democrático que eligieron. Continuaremos ayudándolos a consolidar la asistencia internacional e inversiones necesarias para crear puestos de trabajo y oportunidades. Continuaremos trabajando con las Naciones Unidas y por medio del Pacto Internacional con Iraq ratificado ayer aquí en Nueva York. Continuaremos entrenando a aquéllos de ustedes que se han ofrecido para luchar contra los enemigos de la libertad. No cederemos el futuro de su país a terroristas y extremistas. A cambio, sus líderes deben ponerse a la altura de los desafíos que enfrenta su país y tomar las decisiones difíciles que logren la seguridad y prosperidad. Trabajando juntos, contribuiremos al éxito de su democracia, para que pueda convertirse en un modelo de esperanza para millones en el mundo musulmán.

Al pueblo de Afganistán: Juntos derrocamos al régimen del Talibán que les trajo penas y miserias y refugió a terroristas que causaron la muerte de ciudadanos de muchas naciones. Desde entonces, los hemos visto escoger a sus líderes en elecciones libres y forjar un gobierno democrático. Pueden estar orgullosos de estos logros. Respetamos su valentía y su determinación para vivir en paz y libertad. Continuaremos respaldándolos en la defensa de sus logros democráticos. Hoy en día, soldados de más de 40 países -incluidos miembros de la OTAN- están luchando valientemente, lado a lado con el pueblo de Afganistán contra los extremistas que quieren destruir el gobierno libre que ustedes establecieron. Los ayudaremos a derrotar a esos enemigos y a construir un Afganistán libre que nunca más sea opresor de su gente, ni un escondite para los terroristas.

Al pueblo del Líbano: El año pasado, ustedes fueron una inspiración para el mundo cuando salieron a las calles exigiendo su independencia del dominio sirio. Ustedes obligaron a las fuerzas sirias a retirarse de su territorio y reestablecieron la democracia. Desde entonces, los ha puesto a prueba la lucha que empezó con los ataques sin provocación del Jezbolá contra Israel. Muchos de ustedes vieron sus hogares y comunidades atrapados en el fuego cruzado. Vemos su sufrimiento, y el mundo está ayudándolos a reconstruir su país y a lidiar con los extremistas armados que socavan su democracia al actuar como un estado dentro de un estado. Naciones Unidas aprobó una buena resolución que autorizó una fuerza internacional liderada por Francia e Italia, para ayudar a restaurar la soberanía libanesa en suelo libanés. Por muchos años, el Líbano fue un modelo de democracia, pluralismo y apertura en la región; y volverá a serlo.

Al pueblo de Irán: Estados Unidos los respeta a ustedes y a su país. Admiramos su rica historia y cultura, y sus muchas contribuciones a la civilización. Merecen la oportunidad de decidir su propio destino, una economía que premie su inteligencia y talento, y una sociedad que les permita desplegar su tremendo potencial. El mayor obstáculo hacia un futuro mejor para Irán es que sus gobernantes han escogido negarle la libertad al pueblo de Irán y usar los recursos de su nación para financiar terroristas, alimentar el extremismo y procurarse armas nucleares. Naciones Unidas ha aprobado una clara resolución que requiere que el régimen en Teherán cumpla con sus obligaciones internacionales. Irán debe abandonar su ambición de tener armas nucleares. Aunque su régimen les diga lo contrario, no objetamos que Irán obtenga un programa de energía nuclear verdaderamente pacífico. Estamos trabajando hacia una solución diplomática de esta crisis. Y mientras lo hacemos, esperamos que pronto llegue el día en que el pueblo de Irán pueda vivir en libertad, y que Estados Unidos e Irán puedan ser buenos amigos y aliados en la causa de la paz.

Al pueblo de Siria: Su territorio es el hogar de un gran pueblo, orgulloso de su tradición cultural y comercial. Hoy en día, sus gobernantes han permitido que su país se convierta en paso obligado de terroristas. Entre ustedes están Hamas y Jezbolá, que buscan desestabilizar a la región, y su gobierno ha convertido a su país en un instrumento de Irán. Esto ha hecho que su país se aísle más del mundo. Su gobierno debe escoger una mejor manera de progresar, dejando de respaldar el terrorismo, viviendo en paz con sus vecinos y abriendo el camino hacia una vida mejor para ustedes y su familia.

Al pueblo de Darfur: Han sufrido violencia indescriptible, y mi nación ha llamado a estas atrocidades por su nombre: genocidio. En los dos últimos años, Estados Unidos se ha unido a la comunidad internacional para proporcionar asistencia de emergencia en alimentos y apoyo para la fuerza de paz de la Unión Africana. Sin embargo, su sufrimiento continúa. El mundo debe hacerse presente para proporcionar asistencia humanitaria adicional, y debemos fortalecer las tropas de la Unión Africana que han hecho un buen trabajo, pero que no son lo suficientemente fuertes para protegerlos. El Consejo de Seguridad ha aprobado una resolución que transformaría las tropas de la Unión Africana en una fuerza de cascos azules más grande y de mayor poderío. Para incrementar su potencia y eficacia, las naciones de la OTAN deben proporcionar apoyo logístico y de otro tipo. El régimen de Jartum ha paralizado el despliegue de esta fuerza. Si el gobierno sudanés no aprueba esta fuerza de paz prontamente, Naciones Unidas debe actuar. La vida de mucha gente y la credibilidad de Naciones Unidas están en juego. Así que hoy les anuncio que voy a nombrar un enviado presidencial especial -al ex administrador de USAID Andrew Natsios- para encabezar los esfuerzos de Estados Unidos para resolver las disputas existentes y ayudar a llevar paz a su territorio.

El mundo debe pronunciarse por la paz en Tierra Santa. Estoy comprometido a que dos estados democráticos -Israel y Palestina-vivan lado a lado en paz y seguridad. Estoy comprometido con un estado palestino que tenga integridad territorial y viva en paz con el estado judío de Israel. Ésta es la visión que el plan propone, y uno de los grandes objetivos de mi presidencia es ayudar a que las partes alcancen esta meta. El pueblo palestino ha sufrido décadas de corrupción y violencia, y la humillación diaria de la ocupación. Los ciudadanos israelíes han soportado brutales actos de terrorismo y el temor constante de un ataque desde su nacimiento como país. Muchos hombres y mujeres valientes están comprometidos con la paz. Sin embargo, los extremistas en la región fomentan el odio y tratan de impedir que las voces de la moderación prevalezcan.

Esta lucha está teniendo lugar en los territorios palestinos. A principios de este año, el pueblo palestino votó en elecciones libres. Los líderes de Hamas hicieron campaña con un programa político que ofrecía terminar con la corrupción y mejorar la calidad de vida del pueblo palestino, y ganaron. El mundo está observando si el gobierno de Hamas cumple sus promesas o si opta por un programa extremista. Y el mundo les ha enviado un claro mensaje a los líderes de Hamas: Tengan en mente los intereses del pueblo palestino. Abandonen el terrorismo, reconozcan el derecho de Israel a existir, honren sus acuerdos y trabajen por la paz.

El Presidente Abbas está comprometido con la paz y las aspiraciones de su pueblo de un estado propio. El Primer Ministro Olmert también está comprometido con la paz y ha dicho que desea reunirse con el Presidente Abbas para alcanzar verdaderos logros en las cuestiones pendientes entre ellos. Considero que se puede lograr la paz y que un estado palestino democrático es posible. Algunos líderes en la región desean ayudar. Le he dado instrucciones a la secretaria de Estado Rice para encabezar un esfuerzo diplomático en el que participen los líderes moderados de toda la región, que ayude a los palestinos a reformar sus servicios de seguridad y que apoye a los líderes israelíes y palestinos en sus esfuerzos para llegar a un acuerdo y resolver sus diferencias. El Primer Ministro Blair ha indicado que su país trabajará con sus aliados en Europa para fortalecer las instituciones del gobierno palestino. Le agradecemos su iniciativa. Países como Arabia Saudita, Jordania y Egipto han dejado en claro que están dispuestos a contribuir con la asistencia diplomática y financiera necesarias para lograr que estos esfuerzos tengan éxito. Soy optimista, y si respaldamos a las fuerzas de la democracia y la moderación, podemos ayudar a israelíes y palestinos a construir un futuro más promisorio y lograr la paz en Tierra Santa que todos queremos.

La libertad, por naturaleza, no puede ser una imposición; debe ser una opción. Desde Beirut hasta Bagdad, el pueblo está optando por la libertad. Y las naciones reunidas en este recinto también deben tomar una decisión: ¿Apoyaremos a los moderados y a los reformistas que trabajan por el cambio en todo el Oriente Medio, o permitiremos que los terroristas y extremistas se apoderen del futuro? Estados Unidos ya ha tomado una decisión: Respaldaremos a los moderados y a los reformistas.

Recientemente un valiente grupo de intelectuales árabes y musulmanes me escribió una carta. En ella decían: "Las costas de la reforma son las únicas en las que hay luces, pero la travesía exige valor, paciencia y perseverancia". La Organización de Naciones Unidas fue creada para hacer que esa travesía fuera posible. Juntos debemos apoyar los sueños de la gente buena y decente que trabaja para transformar una región en conflicto, y al hacerlo, llevaremos adelante los altos ideales que son las bases sobre las que se fundó la Organización de Naciones Unidas.

Gracias por su tiempo. Que Dios los bendiga.

END 12:35 P.M. EDT


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