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Oficina del Secretario de Prensa
6 de septiembre de 2006

Declaraciones Del Presidente Sobre La Guerra Mundial Contra El Terrorismo
The East Room

 

 

1:45 P.M. EDT

EL PRESIDENTE: Gracias. Gracias por la cálida bienvenida. Bienvenidos a la Casa Blanca. Señor Vicepresidente, secretaria Rice, fiscal general Gonzáles, embajador Negroponte, general Hayden, miembros del Congreso de Estados Unidos, familias que perdieron seres queridos en los ataques terroristas contra nuestra nación y conciudadanos: Gracias por asistir.

La mañana del 11 de septiembre de 2001, nuestra nación se despertó con un ataque de pesadilla. Diecinueve hombres, armados con navajas, tomaron control de aviones y los convirtieron en misiles. Los usaron para matar a casi 3,000 personas inocentes. Observamos el colapso de las Torres Gemelas ante nuestros ojos. y, en ese instante, fue evidente que habíamos pasado a ser parte de un nuevo mundo, y una guerra nueva y peligrosa.

Los ataques del 11 de septiembre horrorizaron a nuestra nación. Y en medio del dolor surgieron temores nuevos y preguntas urgentes: ¿Quiénes nos habían atacado? ¿Qué querían? ¿Qué más estaban planeando? Los estadounidenses vieron la destrucción que los terroristas habían causado en Nueva York y Washington y Pensilvania, y se preguntaron si había otras células terroristas entre nosotros listas para atacar; se preguntaron si aún faltaba una segunda ola de ataques.

Mientras las Torres Gemelas y el Pentágono aún ardían, con un país conmocionado y una ráfaga de datos de inteligencia sobre nuevos ataques potenciales, mi gobierno enfrentó desafíos inmediatos: Teníamos que responder al ataque contra nuestro país. Debíamos librar una guerra sin precedente contra un enemigo distinto a cualquier otro que habíamos combatido antes. Teníamos que encontrar a los terroristas que se escondían en Estados Unidos y en todo el mundo antes de que pudieran volver a atacar nuestro país. Por lo tanto, los primeros días y semanas después del 11 de septiembre, di instrucciones a los funcionarios principales de seguridad nacional de nuestro gobierno para que hicieran cuanto estuviera en su poder, dentro de la ley, para evitar otro ataque.

Han transcurrido casi cinco años desde estos. esos días iniciales de conmoción y tristeza, y estamos agradecidos de que los terroristas no hayan podido iniciar otro ataque en nuestro territorio. Esto no se debe a falta de voluntad o determinación de parte del enemigo. Como lo demuestra el plan recientemente frustrado en Londres, los terroristas aún están activos, y aún están tratando de atacar Estados Unidos, aún están tratando de matar a nuestra gente. Una razón por la que los terroristas no han tenido éxito es debido al arduo trabajo de miles de hombres y mujeres dedicados en nuestro gobierno, que han trabajado día y noche, junto con nuestros aliados, para evitar que el enemigo ejecute sus planes. Y se lo agradecemos a estos esforzados conciudadanos.

Otra razón por la cual los terroristas no han tenido éxito es porque nuestro gobierno ha cambiado su política. y otorgado a nuestro personal militar, funcionarios de inteligencia y agentes de la ley las herramientas que necesitan para luchar contra este enemigo, proteger a nuestra gente y preservar nuestras libertades.

Los terroristas que declararon la guerra contra Estados Unidos no representan a nación alguna, no defienden territorio alguno y no llevan uniforme alguno. No mantienen ejércitos en fronteras ni flotas de guerra en alta mar. Operan a la sombra de la sociedad; envían pequeños equipos de agentes para que se infiltren en naciones libres; viven silenciosamente entre sus víctimas; conspiran en secreto y luego atacan sin previo aviso. En esta nueva guerra, la fuente más importante de información sobre el lugar en que se esconden los terroristas y lo que planean son los mismos terroristas. Los terroristas capturados tienen un conocimiento único sobre la manera en que operan las redes terroristas. Saben dónde están destacados sus agentes y saben qué conspiraciones están en vías de ejecución. Estos datos de inteligencia. estos son datos que no se pueden encontrar en ninguna otra parte. Y nuestra seguridad depende de que obtengamos este tipo de información. Para ganar la guerra contra el terrorismo, debemos poder detener, interrogar y, cuando sea apropiado, procesar a terroristas capturados aquí en Estados Unidos y en los campos de batalla alrededor del mundo.

Tras los ataques del 11 de septiembre, nuestra coalición inició operaciones alrededor del mundo para eliminar refugios de terroristas y capturar o eliminar agentes y líderes terroristas. Trabajando con nuestros aliados, hemos capturado y detenido a miles de terroristas y combatientes enemigos en Afganistán, en Iraq y otros frentes de esta guerra contra el terrorismo. Estos enemigos. estos son combatientes enemigos, que están librando una guerra contra nuestra nación. Conforme a las leyes y usos de guerra, tenemos el derecho, y tenemos la obligación con el pueblo estadounidense de detener a estos enemigos y evitar que se reincorporen a la batalla.

La mayoría de los combatientes enemigos que capturamos son detenidos en Afganistán o en Iraq, donde son interrogados por nuestro personal militar. Muchos son puestos en libertad tras ser interrogados o entregados a las autoridades locales. si a nuestro juicio ya no representan una amenaza continua y ya no tienen valor significativo en términos de inteligencia. Otros permanecen bajo custodia estadounidense cerca del campo de batalla, para asegurar que no vuelvan a la lucha.

En algunos casos, decidimos que los individuos que hemos capturado son una amenaza significativa o pueden tener información que nosotros y nuestros aliados necesitamos para evitar nuevos ataques. Muchos son agentes de al Qaida o combatientes del Talibán que tratan de disfrazar su identidad y ocultar información que podría salvar vidas estadounidenses. En estos casos, ha sido necesario trasladar a estos individuos a un entorno donde pueden ser detenidos en secreto[sic], interrogados por expertos y, de ser pertinente, procesados por actos terroristas.

Algunos de esos individuos son llevados a la Base Naval de Estados Unidos en la bahía de Guantánamo, Cuba. Es importante que los estadounidenses y otros alrededor del mundo entiendan el tipo de gente que está en Guantánamo. Éstos no son delincuentes comunes o transeúntes recogidos accidentalmente en el campo de batalla. Tenemos en vigor un proceso riguroso para asegurarnos de que aquéllos detenidos en la bahía de Guantánamo pertenecen en Guantánamo. Entre los detenidos en Guantánamo están presuntos fabricantes de bombas, encargados del entrenamiento de terroristas, agentes de reclutamiento, cómplices y terroristas suicidas potenciales. Están bajo nuestra custodia para que no puedan asesinar a nuestra gente. Un detenido en Guantánamo le dijo al interrogador que lo entrevistaba. dijo lo siguiente: "Nunca olvidaré tu rostro. Te mataré y mataré a tus hermanos, tu madre y hermanas".

Además de los terroristas detenidos en Guantánamo, un número pequeño de presuntos líderes y agentes terroristas capturados durante la guerra han sido detenidos e interrogados fuera de Estados Unidos, en un programa separado operado por la Agencia Central de Inteligencia (Central Intelligence Agency). Este grupo incluye a personas que se cree fueron arquitectos importantes de los ataques del 11 de septiembre y los ataques contra el USS Cole, un agente involucrado en los ataques contra nuestras embajadas en Kenia y Tanzania, e individuos involucrados en otros ataques que han causado la muerte de civiles inocentes alrededor del mundo. Éstos son hombres peligrosos con conocimientos sin par acerca de las redes terroristas y sus planes para nuevos ataques. La seguridad de nuestra nación y las vidas de nuestros ciudadanos dependen de nuestra capacidad de averiguar lo que saben estos terroristas.

Muchos detalles sobre este programa, incluidos el lugar donde estuvieron detenidos y los detalles sobre su confinamiento no pueden divulgarse. Hacerlo proporcionaría a nuestros enemigos información que podrían usar para vengarse contra nuestros aliados y hacerle daño a nuestro país. Puedo decirles que interrogar a los detenidos en este programa nos ha dado información que ha salvado vidas inocentes al ayudarnos a evitar nuevos ataques. aquí en Estados Unidos y alrededor del mundo. Ahora, compartir con ustedes algunos de los ejemplos proporcionados por nuestra comunidad de inteligencia sobre cómo este programa ha salvado vidas; por qué sigue siendo vital para la seguridad de Estados Unidos, y la de nuestros amigos y aliados, y por qué merece el respaldo del Congreso de Estados Unidos y el pueblo estadounidense.

A pocos meses del 11 de septiembre de 2001, capturamos a un hombre conocido como Abu Zubaydah. Creemos que Zubaydah era uno de los principales líderes terroristas y un socio de confianza de Osama bin Laden. Nuestra comunidad de inteligencia cree que operaba un campamento terrorista en Afganistán donde algunos de los secuestradores del 11 de septiembre recibieron entrenamiento, y que ayudó a sacar a líderes de al Qaida de Afganistán clandestinamente después de que las fuerzas de la coalición llegaron para liberar el país. Zubaydah fue herido gravemente durante la lucha que resultó en su captura, y sobrevivió solamente debido a la atención médica proporcionada por la CIA.

Tras su recuperación, Zubaydah se mostró desafiante y evasivo. Declaró su odio por Estados Unidos. Durante su interrogatorio, inicialmente divulgó lo que consideraba que era información nominal. y luego dejó de cooperar del todo. Bueno, el hecho es que la información "nominal" que nos dio resultó ser bastante importante. Por ejemplo, Zubaydah divulgó que Khalid Sheikh Mohammed --o KSM-- fue el cerebro de los ataques del 11 de septiembre, y usó el alias "Muktar". Ésta fue una pieza vital del enigma que ayudó a nuestra comunidad de inteligencia a seguir a KSM. Abu Zubaydah también proporcionó información que ayudó a detener un ataque terrorista que se planeaba ejecutar en Estados Unidos, un ataque sobre el cual no teníamos información previa. Zubaydah nos dijo que los agentes de al Qaida estaban planeando lanzar un ataque en Estados Unidos, y proporcionó descripciones físicas de los agentes e información sobre su ubicación general. En base a la información que proporcionó, los agentes fueron detenidos, uno mientras viajaba a Estados Unidos.

Sabíamos que Zubaydah tenía más información que podía salvar vidas inocentes, pero dejó de hablar. Al proceder su interrogatorio, fue evidente que había recibido capacitación sobre cómo resistir interrogatorios. Y entonces, la CIA usó un sistema alternativo de procedimientos. Estos procedimientos estaban concebidos de manera que fueran seguros, acataran nuestras leyes, nuestra Constitución y obligaciones acordes con nuestros tratados. El Departamento de Justicia examinó extensamente los métodos autorizados y determinó que eran legales. No puedo describir los métodos específicos utilizados --creo que entienden por qué-- si lo hiciera, ayudaría a los terroristas a aprender cómo resistir los interrogatorios y privarnos de información que necesitamos para evitar nuevos ataques contra nuestro país. Pero puedo decir que los procedimientos eran duros, pero seguros, legales y necesarios.

Zubaydah fue interrogado utilizando estos procedimientos y pronto comenzó a proporcionar información sobre agentes clave de al Qaida, incluida información que nos ayudó a encontrar y capturar a más de los responsables por los ataques del 11 de septiembre. Por ejemplo, Zubaydah identificó a uno de los cómplices de KSM en los ataques del 11 de septiembre. un terrorista llamado Ramzi bin al Shibh. La información que Zubaydah proporcionó contribuyó a la captura de bin al Shibh. Y juntos, estos dos terroristas proporcionaron información que ayudó a planear y ejecutar la operación en la que se capturó a Khalid Sheikh Mohammed.

Ya bajo nuestra custodia, KSM fue interrogado por la CIA utilizando estos procedimientos y pronto proporcionó información que nos ayudó a detener otro ataque planeado contra Estados Unidos. Durante el interrogatorio, KSM nos informó sobre otro agente de al Qaida que sabía que estaba bajo custodia de la CIA, un terrorista llamado Majid Khan. KSM divulgó que Khan había recibido la orden de entregar $50,000 a individuos que trabajaban para un presunto líder terrorista llamado Hambali, el líder de la organización terrorista afiliada a al Qaida en el sudeste de Asia, conocida como "J-I". Oficiales de la CIA confrontaron a Khan con esta información. Khan confirmó que el dinero había sido entregado a un agente llamado Zubair y proporcionó tanto una descripción física como un número para contactar a este agente.

En base a esta información, Zubair fue capturado en junio de 2003 y pronto proporcionó información que contribuyó a la captura de Hambali. Tras el arresto de Hambali, KSM fue interrogado nuevamente. Identificó al hermano de Hambali como el líder de una célula del "J-I y el intermediario de Hambali con al Qaida. El hermano de Hambali fue capturado poco después en Pakistán, y a su vez, nos llevó a una célula de 17 agentes del "J-I" en el sudeste de Asia. Cuando los confrontamos con la noticia de que su célula terrorista había sido desbaratada, Hambali admitió que se estaba preparando a los agentes a solicitud de KSM para ataques dentro de Estados Unidos. probablemente [sic] utilizando aviones.

Durante el interrogatorio, KSM también proporcionó muchos detalles de otras conspiraciones para matar a estadounidenses inocentes. Por ejemplo, describió ataques planeados contra edificios dentro de Estados Unidos, y cómo debían llevarlos a cabo los agentes. Nos dijo que se les había dado instrucciones de que se aseguraran de que los explosivos detonaran en un lugar suficientemente alto para evitar que la gente atrapada por encima del lugar de la explosión escapara por las ventanas.

KSM también proporcionó información vital sobre los esfuerzos de al Qaida para obtener armas biológicas. Durante el interrogatorio, KSM admitió que había conocido a tres individuos involucrados en los esfuerzos de al Qaida para producir carbunco (ántrax), un agente biológico mortífero, e identificó a uno de los individuos como un terrorista llamado Yazid. KSM aparentemente creía que ya teníamos esta información, porque Yazid había sido capturado y puesto bajo custodia extranjera antes del arresto de KSM. En realidad, no sabíamos sobre el papel de Yazid en el programa de carbunco de al Qaida. La información de Yazid luego contribuyó a la captura de dos de sus principales asistentes en el programa de carbunco. Sin la información proporcionada por KSM y Yazid, cabe la posibilidad de que no hubiéramos descubierto este programa de armas biológicas de al Qaida o evitado que esta célula de al Qaida desarrollase carbunco para ataques contra Estados Unidos.

Éstas son algunas de las conspiraciones que han sido desbaratadas debido a la información obtenida por medio de este importante programa. Los terroristas bajo custodia de la CIA también han proporcionado información que ayudó a detener un ataque planeado contra los Infantes de Marina de Estados Unidos en Camp Lemonier en Yibuti: iban a llenar de explosivos un camión tanque, normalmente usado para acarrear agua. Ayudaron a evitar un ataque planeado contra el consulado de Estados Unidos en Karachi utilizando coches bomba y motocicletas bomba, y ayudaron a desbaratar un plan para secuestrar aviones de pasajeros y estrellarlos contra Heathrow o Canary Wharf en Londres.

Estamos recibiendo información vital, necesaria para cumplir con nuestra labor, y para proteger al pueblo estadounidense y a nuestros aliados.

La información proveniente de terroristas en este programa nos ha ayudado a identificar a los individuos que al Qaida consideraba apropiados para operaciones en el Occidente, de muchos de los cuales no habíamos escuchado anteriormente. Incluyen terroristas que estaban preparados a atacar objetivos dentro de Estados Unidos, incluidos edificios financieros en ciudades importantes de la costa este. La información proveniente de los terroristas bajo custodia de la CIA ha desempeñado una función en la captura o interrogatorio de casi todos los miembros o asociados de al Qaida de alto rango detenidos por Estados Unidos y sus aliados desde el inicio de este programa. Este programa nos ha ayudado a sacar a asesinos mortales potenciales de las calles antes de que pudieran matar, gracias a toda la información obtenida, desde pistas iniciales hasta identificaciones de fotos y ubicaciones precisas de lugares donde se escondían terroristas.

Este programa también ha desempeñado una función crucial al ayudarnos a comprender al enemigo que enfrentamos en esta guerra. Los terroristas en este programa han descrito la estructura y financiamiento, comunicaciones y logística de al Qaida. Identificaron las rutas de viaje y refugios de al Qaida, y explicaron la manera en que los líderes principales de al Qaida se comunican con sus agentes en lugares como Iraq. Proporcionaron información que nos permite. que nos ha permitido entender documentos y archivos de computadora confiscados en redadas de terroristas. Han identificado voces en grabaciones de llamadas interceptadas y nos han ayudado a comprender el significado de comunicaciones entre terroristas potencialmente significativas.

La información que recibimos de estos detenidos es corroborada por datos de inteligencia, y hemos recibido. que hemos recibido de otras fuentes. y juntos, estos datos nos han ayudado a llegar a las debidas conclusiones y detener ataques antes de que sucedan. La información de los terroristas interrogados bajo este programa ayudó a desbaratar planes y células terroristas en Europa y en otros lugares. Ha ayudado a nuestros aliados a proteger a su gente de enemigos mortales. Este programa ha sido y sigue siendo una de las herramientas más vitales en nuestra guerra contra los terroristas. Es invaluable para Estados Unidos y nuestros aliados. Si no fuera por este programa, nuestra comunidad de inteligencia cree que al Qaida y sus aliados habrían logrado lanzar otro ataque contra el territorio nacional de Estados Unidos. Este programa ha salvado vidas inocentes por medio de la información obtenida acerca de los planes terroristas, y que no habríamos podido conseguir de otro modo.

Este programa ha sido motivo de múltiples análisis legales por el Departamento de Justicia y los abogados de la CIA; han concluido que cumplen con nuestras leyes. Este programa ha estado bajo la supervisión estricta del inspector general de la CIA. Un número reducido de líderes importantes de ambos partidos políticos en el Capitolio han sido informados sobre este programa. Todos aquéllos involucrados en el interrogatorio de los terroristas han sido seleccionados detenidamente y son escogidos entre un grupo de agentes experimentados de la CIA. Aquéllos seleccionados para realizar los interrogatorios más confidenciales tuvieron que recibir más de 250 horas adicionales de capacitación especializada antes de que se les permitiera entrar en contacto con alguno de los terroristas capturados.

Deseo ser absolutamente claro con nuestra gente y el mundo: Estados Unidos no tortura. Va en contra de nuestras leyes y va en contra de nuestros valores. No lo he autorizado. ni lo autorizaré. El año pasado, mi gobierno trabajó con el senador John McCain, y promulgué la Ley para el Tratamiento de Detenidos (Detainee Treatment Act), que estableció el estándar legal para el tratamiento de detenidos, dondequiera que estuvieran presos. Yo apoyo esta ley. Y al poner en vigor esta ley, nuestro gobierno continuará utilizando todos los métodos legales para obtener información que pueda proteger a personas inocentes y evitar otro ataque como el que experimentamos el 11 de septiembre de 2001.

En todo momento, el programa de la CIA tuvo detenido sólo a un número limitado de terroristas.y una vez que se estableció que los terroristas en custodia de la CIA tenían poca o ninguna información de inteligencia adicional, muchos de ellos fueron devueltos a sus países de origen para ser procesados judicialmente o detenidos por sus gobiernos. Otros han sido acusados de crímenes terribles contra el pueblo estadounidense, y es nuestro deber llevar a aquéllos responsables por estos crímenes ante la justicia. De modo que es nuestra intención procesar judicialmente a estas personas por sus crímenes, de la manera apropiada.

Poco después de que la Guerra contra el Terrorismo empezó, autoricé un sistema de comisiones militares para procesar judicialmente a terroristas extranjeros acusados de crímenes de guerra. Varios presidentes, desde George Washington a Franklin Roosevelt han usado comisiones militares para procesar judicialmente a criminales de guerra, porque las reglas para los juicios de combatientes enemigos en tiempo de guerra deben ser diferentes de aquéllas para los juicios de criminales comunes o miembros de nuestras fuerzas armadas. Uno de los primeros presuntos terroristas en ser procesados por una comisión militar fue uno de los guardaespaldas de Osama bin Laden, de nombre Hamdan. Sus abogados cuestionaron la legalidad del sistema de comisión militar. Tomó más de dos años para que este caso siguiera su curso en los tribunales. La Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia ratificó las comisiones militares que habíamos creado, pero en junio pasado, la Corte Suprema revocó esa decisión. La Corte Suprema dictaminó que las comisiones militares son un medio apropiado para enjuiciar a terroristas, pero que deben ser autorizadas explícitamente por el Congreso de Estados Unidos.

Por eso hoy, estoy remitiendo un proyecto de ley al Congreso para que autorice específicamente la creación de comisiones militares para procesar judicialmente a terroristas por crímenes de guerra. Mi gobierno ha venido trabajando con ambos partidos en la Cámara y el Senado con respecto a esta legislación. Hemos redactado un proyecto de ley que asegura que estas comisiones sean establecidas de manera que se proteja la seguridad de nuestra nación, y los acusados reciban un juicio cabal y justo. Los procedimientos en el proyecto de ley que estoy remitiendo hoy al Congreso reflejan la realidad de que somos una nación en guerra, y que es esencial que usemos toda evidencia fidedigna para llevar a esta gente ante la justicia.

Se aproxima el quinto aniversario de los ataques del 11 de septiembre, y las familias de quienes murieron ese día han esperado pacientemente que se haga justicia. Algunas de las familias están hoy con nosotros. no se les debería hacer esperar más. De modo que les anuncio hoy que Khalid Sheikh Mohammed, Abu Zubaydah, Ramzi bin al-Shibh y otros 11 terroristas en custodia de la CIA han sido transferidos a la Base Naval de los Estados Unidos en la bahía de Guantánamo. (Aplausos.) Están bajo la custodia del Departamento de Defensa. Apenas el Congreso autorice las comisiones militares que propongo, los individuos que, según nuestros funcionarios de inteligencia, planearon la muerte de 3,000 estadounidenses el 11 de septiembre de 2001, serán llevados ante la justicia. (Aplausos.)

También procuramos procesar judicialmente a aquéllos que creemos son responsables por el ataque al USS Cole, y a un agente que presuntamente participó en los ataques a las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania. Con estos juicios enviaremos un mensaje claro a quienes asesinan estadounidenses: Nunca más. no importa el tiempo que tome, los encontraremos y los llevaremos ante la justicia. (Aplausos.)

Estos prisioneros estarán en instalaciones de alta seguridad en Guantánamo. El Comité Internacional de la Cruz Roja será notificado de su detención y tendrá la oportunidad de reunirse con ellos. Los que sean acusados de crímenes tendrán acceso a abogados que los ayudarán a preparar su defensa. y la presunción de inocencia regirá para ellos. Mientras estén en Guantánamo, tendrán acceso a la misma comida, ropa, cuidados médicos y oportunidades de practicar su religión que los otros detenidos. Serán interrogados de acuerdo al Manual de Campo del Ejército de los Estados Unidos, que el Departamento de Defensa está dando a conocer hoy. Y seguirán siendo tratados con la humanidad que les negaron a otros.

A medida que avancemos en los juicios, seguiremos exhortando a varias naciones en todo el mundo para que reciban a sus ciudadanos detenidos en Guantánamo que no van a ser procesados por nuestras comisiones militares. Estados Unidos no tiene interés en ser el carcelero del mundo. Pero una de las razones por las cuales no hemos podido cerrar Guantánamo es que muchos países se han negado a recibir a sus ciudadanos detenidos allí. Otros países no proporcionaron garantías adecuadas de que sus ciudadanos no iban a ser maltratados, o de que no iban a regresar al campo de batalla, como lo han hecho más de una docena de gente liberada de Guantánamo. Seguiremos trabajando para transferir a los individuos detenidos en Guantánamo y les pediremos a otros países que colaboren con nosotros en este proceso. Y nos acercaremos al día en que finalmente podremos cerrar las instalaciones de detención en la Bahía de Guantánamo.

Sé que los estadounidenses han estado escuchando información contradictoria sobre Guantánamo. Permítanme darles algunos datos. De los miles de terroristas capturados en todo el mundo, sólo 770 fueron enviados a Guantánamo. De éstos, hasta ahora 315 han sido devueltos a sus países y aproximadamente 455 siguen detenidos. Se les da la misma calidad de cuidados médicos que a los miembros de nuestras fuerzas armadas que los custodian. El Comité Internacional de la Cruz Roja ha tenido la oportunidad de reunirse en privado con todos los que están detenidos allí. Las instalaciones han sido visitadas por funcionarios de los gobiernos de más de 30 países y también delegaciones de organismos internacionales. Después de visitar Guantánamo, uno de los miembros de la delegación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa la llamó "una prisión modelo" donde la gente recibe mejor trato que en las prisiones de su propio país. Nuestras tropas pueden estar orgullosas del trabajo que realizan en la bahía de Guantánamo, y también el pueblo estadounidense.

En cuanto llevemos a juicio a los presuntos líderes y agentes terroristas que han sido transferidos a Guantánamo, seguiremos buscando a aquéllos que los reemplazaron en sus puestos. Esta nación va a continuar a la ofensiva para proteger al pueblo estadounidense. Seguiremos llevando a los terroristas más peligrosos del mundo ante la justicia y continuaremos recopilando la información vital de inteligencia que necesitamos para proteger nuestro país. Las actuales transferencias significan que ya no quedan terroristas en el programa de la CIA. Pero a medida que se capture a más terroristas de alto rango, la necesidad de obtener información de inteligencia seguirá siendo crucial, y un programa de la CIA para interrogar terroristas seguirá siendo crucial para obtener información que salve vidas.

Algunos se deben estar preguntando: ¿Por qué reconoce usted ahora la existencia de este programa? Hay dos razones por las que estoy haciendo estas revelaciones parciales. Primero, ya hemos terminado los interrogatorios de estos prisioneros, y para empezar el proceso de llevarlos ante la justicia, primero debemos informar de su existencia. Segundo, la reciente decisión de la Corte Suprema ha reducido nuestra capacidad de procesar judicialmente por medio de comisiones militares y ha puesto en duda el futuro del programa de la CIA. En su dictamen sobre comisiones militares, la Corte decidió que una disposición de la Convención de Ginebra llamada "el artículo 3 común" se aplica a nuestra guerra con al Qaida. Este artículo incluye disposiciones que prohíben "atentados contra la dignidad personal" y "los tratos humillantes y degradantes". El problema es que éstas y otras disposiciones del artículo 3 común son vagas y carentes de definición, y cada una podría ser interpretada de diferentes maneras por jueces estadounidenses o extranjeros. Y algunos creen que el personal militar y de inteligencia que participó en la captura e interrogatorio de terroristas podría correr el riesgo de ser procesados por la Ley de Crímenes de Guerra, simplemente por hacer su trabajo de manera meticulosa y profesional.

Esto es inaceptable. Todos los días, nuestro personal militar y de inteligencia se enfrenta cara a cara con los hombres más peligrosos de todo el mundo. Arriesgan su vida para capturar a algunos de los terroristas más brutales en la tierra. Y trabajan día y noche para averiguar lo que saben los terroristas para que podamos evitar nuevos ataques. Estados Unidos tiene una deuda con estos valientes hombres y mujeres. Les tenemos una deuda de gratitud por salvar vidas y defender la seguridad de Estados Unidos. Y les debemos reglas claras para que puedan seguir haciendo su trabajo y protegiendo a nuestra gente.

De modo que hoy solicito que el Congreso apruebe el proyecto de ley que aclare las reglas para nuestro personal que lucha en la guerra contra el terrorismo. Primero, le pido al Congreso que enumere las ofensas específicas y reconocibles que serán consideradas crímenes dentro de la Ley de Crímenes de Guerra, para que nuestro personal sepa claramente lo que está prohibido en el manejo de terroristas enemigos. Segundo, le pido al Congreso que diga explícitamente que, si nuestro personal actúa conforme a la Ley de Tratamiento de Detenidos, está cumpliendo con las obligaciones de Estados Unidos dispuestas en el artículo 3 común del Convenio de Ginebra. Tercero, le pido al Congreso que diga claramente que los terroristas capturados no pueden usar el Convenio de Ginebra como base para enjuiciar a nuestro personal en. en tribunales de Estados Unidos. Los hombres y mujeres que nos protegen no deben tener que temer ser enjuiciados por terroristas por hacer su trabajo.

Esta ley es urgente. Necesitamos asegurarnos de que aquéllos que interrogan terroristas pueden seguir haciendo todo dentro de los límites de la ley para obtener información que pueda salvar vidas estadounidenses. Mi gobierno continuará trabajando con el Congreso para conseguir que esta ley entre en vigor, pero la prontitud es esencial. El Congreso estará en sesión por sólo unas cuantas semanas más, y aprobar esta ley debe ser su prioridad. (Aplausos.)

Mientras trabajamos con el Congreso para que apruebe una buena ley, también consultaremos con líderes del Congreso sobre cómo asegurarnos de que el programa de la CIA proceda de manera acorde con la ley, que se adecúe a las necesidades de nuestro país respecto a seguridad nacional y proteja a los valientes hombres y mujeres a quienes les pedimos que obtengan información para salvar vidas inocentes. Por el bien de nuestra seguridad, el Congreso debe actuar y actualizar nuestras leyes para adecuarse a las amenazas de esta nueva era. Y sé que lo hará.

Estamos participando en una lucha mundial, y el resultado le atañe a todo el mundo civilizado. Estados Unidos es un estado de derecho. Mientras trabajo con el Congreso para fortalecer y aclarar nuestras leyes aquí en nuestro país, seguiré colaborando con miembros de la comunidad internacional que son nuestros aliados en esta lucha. He hablado con líderes de gobiernos extranjeros y he trabajado con ellos para abordar sus inquietudes sobre Guantánamo y nuestra política de detención. Seguir trabajando con la comunidad internacional para sentar bases comunes para defender nuestros países y nuestras libertades.

Las naciones libres se han enfrentado a nuevos enemigos y nuevas amenazas antes. y hemos vencido. Al igual que las luchas del siglo pasado, la actual guerra contra el terrorismo es, por sobre todas las cosas, una lucha por la libertad. Los adversarios son diferentes, pero lo que está en juego en esta guerra es lo mismo: Estamos luchando por nuestra forma de vida, nuestra capacidad de vivir en libertad. Estamos luchando por la causa de la humanidad, contra aquéllos que buscan imponer la sombra de la tiranía y el terror en todo el mundo. Y estamos luchando por un futuro en paz para nuestros hijos y nietos.

Que Dios los bendiga. (Aplausos.)

FIN 2:22 P.M. EDT

 


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