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Office of the Press Secretary
6 de noviembre de 2005
El Presidente Bush Habla sobre la Democracia en el Hemisferio Occidental
Blue Tree Park Hotel
Brasilia, Brasil
4:23 P.M. (Local)
EL PRESIDENTE: Gracias. Boa tarde. Gracias por asistir. Este es mi primer viaje al Brasil, y Laura y yo estamos realmente contentos de estar aquí. Hemos tenido una estupenda estancia, una estupenda visita con el Presidente Lula. Ésta es una visita importante porque Brasil y Estados Unidos son buenos amigos. Y así debe ser. Además, el Presidente y la Primera Dama nos sirvieron una increíblemente sabrosa parrillada. (Risas.) Yo también felicito al Presidente por su compromiso para mejorar las vidas de la gente aquí en el Brasil.
Nuestras dos naciones tienen muchas cosas en común. Ambas somos producto del Nuevo Mundo, fundadas como imperio y llevadas a su plenitud con nuestra independencia. Estamos unidas por la historia y la geografía. Compartimos la convicción de que el futuro de nuestro hemisferio debe ser un futuro de justicia y libertad.
Hace solamente una generación, éste era un continente que estaba plagado de dictaduras militares y de guerra civil. A pesar de ello, los pueblos de este continente retaron a los dictadores y reclamaron su libertad. Nosotros vimos la prueba dramática de este hecho en la Cumbre de las Américas a la que acabamos de asistir el Presidente Lula y yo. Todos los delegados que representaron a los 34 países venían en representación de gobiernos democráticos.
La libertad es el regalo que nos brinda el Todopoderoso a cada hombre y mujer de este mundo. y hoy esta visión se deriva del libre consenso de una América libre. Esta es una visión que se redactó como parte del documento de fundación de la Organización de Estados Americanos, el cual apela a este hemisferio. apela a este hemisferio a que "le ofrezca al hombre una tierra de libertad, y un ambiente favorable para lograr la ... realización de sus justas aspiraciones". Es la visión que asienta las pautas para una dirección clara en la Carta Democrática Interamericana, que declara que "los pueblos de América tienen el derecho a la democracia, y sus gobiernos tienen la obligación de promover y defenderla". Y es esta visión que nos acerca para poder asir aquello que una vez fuera nada más que un sueño distante: unos países americanos plenamente libres y democráticos, y en paz con nosotros mismos y con nuestros vecinos.
Brasil es un líder, en su calidad de la más grande democracia de Sudamérica. y hoy Brasil está ejerciendo ese liderazgo por todo el planeta. En África, el Brasil trabaja para derrotar al flagelo del VIH/SIDA. por medio de una asociación con los Estados Unidos que busca mejorar los tratamientos y el cuidado y la prevención en las naciones de habla portuguesa como Mozambique. En este hemisferio, Brasil lidera la coalición de las fuerzas que defienden la paz de las Naciones Unidas, las cuales están ayudando a restablecer la paz y la estabilidad en Haití. Y aquí en su país, Brasil aspira a sentar un ejemplo dentro del continente, al construir un orden social justo, donde cada ciudadano de esta gran nación pueda aprovechar las bendiciones de la libertad.
Para asegurar que exista la justicia social en América se necesita elegir entre dos visiones competitivas. Una ofrece una visión de esperanza. está fundada en los gobiernos representativos, la integración dentro de la comunidad mundial, y una fe en el poder de transformación de la libertad en las vidas individuales. La otra, busca que el proceso de la democracia retroceda a hace dos décadas por medio de un deseo de agitar el temor, de incitar a vecino contra vecina. y de echarle la culpa a otros por sus carencias y fracasos al no cuidar de los suyos. Las opciones que elijamos determinarán cual será la visión que definirá la América que nuestros niños habrán de heredar. y tenemos que tomar ahora decisiones difíciles para asegurar un mañana mejor.
Mientras ustedes luchan por un mañana mejor, en Brasil se debe pensar que ustedes tienen un aliado firme en los Estados Unidos. Como ustedes, nosotros tenemos la aspiración de un hemisferio donde se respete la dignidad de cada ser humano. Como ustedes, nosotros creemos que los pobres y desposeídos deben recibir nuestra atención especial, por derecho. Y como ustedes, nosotros sabemos que debemos cumplir con las promesas de la democracia. En América del siglo XXI, la libertad es la puerta a la justicia social. y las democracias antiguas y nuevas tienen que trabajar juntas para construir un hemisferio que le dé esperanza y oportunidades a cada ciudadano.
La autonomía es el inicio de nuestro ideal común de la justicia social. La promesa de la democracia comienza con el orgullo nacional y la independencia y las elecciones. Pero no termina allí. Un país que se divida en facciones y se dilate en antiguas querellas no se puede andar hacia adelante y arriesga deslizarse en retroceso hacia la tiranía. Un país que une a toda su gente bajo ideales comunes multiplicará su fortaleza y su seguridad en sí mismo. Las democracias que logren el éxito en el siglo XXI no se definirán con la sangre y la tierra. Se definirá a las democracias exitosas con un ideal más amplio de la ciudadanía. basado en principios compartidos y responsabilidades compartidas, y respeto hacia todos.
En el caso de mi propio país, el proceso de convertirse en una democracia madura, multiétnica, fue largo. La trayectoria de mi país de la independencia nacional a la justicia equitativa para todos significó vencer la esclavitud de millones de personas y conllevó una guerra civil que duró cuatro años. Aun cuando la esclavitud terminó, fue necesario que pasara un siglo antes de que fuera realidad la garantía de la igualdad de derechos por ley. Mi país casi fue destruido por la división racial. y los ciudadanos de los Estados Unidos aprendieron que la falsa doctrina que conocían de "separados pero iguales" no era la base para conseguir un Estados Unidos poderoso y unido. La única manera en que mi país encontró que podía sobrellevar las injusticias de nuestra historia era al rechazar a la segregación, avanzar más allá de una mera tolerancia y afirmar la hermandad de todas las personas de nuestra tierra.
Cada democracia tiene su propio carácter y cultura que reflejan tradiciones e historias únicas. Sin embargo, todos los países libres y exitosos comparten características comunes: la libertad de culto, libertad de prensa, libertad de expresión, libertad económica, justicia conforme a la ley, y ciudadanía equitativa para todos. y la limitación de los poderes del Estado por medio del sistema de equilibrio. En muchas partes de nuestro hemisferio, estas instituciones de una sociedad libre aún son incipientes y son frágiles. y debemos garantizar que sean fuertes para la labor por delante. Para ofrecer justicia, el pueblo debe tener confianza en sus instituciones. y debemos reemplazar el imperio del hombre por el imperio de la ley.
Hay quienes sugieren actualmente que la democracia ha dejado de ser útil. Han interpretado la historia incorrectamente. América ha declarado que la democracia es "indispensable" para el ejercicio de los derechos humanos. Es la única región del mundo que impone una obligación de defender la democracia. A pesar de todos los problemas inherentes al crecimiento, es un milagro de la historia que en este siglo incipiente nos encontremos hablando sobre la consolidación de la libertad en todo nuestro hemisferio. Demos continuar nuestra labor para ayudar a fortalecer las instituciones de la libertad. porque sabemos que la libertad es la única manera de garantizar que nuestros ciudadanos puedan llevar vidas que tengan sentido y dignidad. Y sin la democracia no puede haber justicia social. porque solamente la democracia ofrece un lugar ante la mesa para todo miembro de la sociedad.
Nuestro ideal común de justicia social debe incluir una vida mejor para todos nuestros ciudadanos. En la medida que las elecciones y las democracias se diseminan por todo nuestro hemisferio, vemos una revolución de expectativas. En las sociedades libres, los ciudadanos insisten con todo derecho que la gente no debe pasar hambre, que cada niño merece la oportunidad de una educación decente, y que el trabajo arduo y la iniciativa deben ser recompensados. Y con cada nueva generación que crece con libertad y democracia, estas expectativas aumentan.y las demandas de responsabilidad aumentan. Las democracias ya sea cumplirán con estas demandas legítimas o les cederán el futuro a los enemigos de la libertad.
Las naciones de este hemisferio tienen una obligación moral de ayudar a otras. Tienen una educación moral de educar a sus niños y de proporcionar atención médica decente. Tenemos un deber moral de asegurar que nuestros actos sean eficaces. En Monterrey en el 2002, el mundo acordó en una nueva visión de la manera en que combatimos la pobreza y frenamos la corrupción y ofrecemos ayuda en este nuevo milenio. Los países en desarrollo han acordado aceptar la responsabilidad por su propio progreso económico por medio de la buena gestión y las políticas sensatas y el estado de derecho. y los países desarrollados acordaron respaldar dichos esfuerzos.
Mi país ha tratado de implementar el consenso de Monterrey al cambiar la manera en que prestamos ayuda. Hemos creado una nueva Cuenta del Desafío del Milenio que aumenta la ayuda a las naciones que gobiernan justamente, que invierten en la educación y salud de sus pueblos, y promueven la libertad económica. Recientemente firmamos pactos para proporcionar ayuda.ayuda conforme al Desafío del Milenio a Honduras y Nicaragua. Esta nueva ayuda asistirá a dichos países a mejorar sus carreteras y diversificar sus cosechas y afianzar los derechos a la propiedad y hacer que sus empresas rurales sean más competitivas. Y en los años por delante, con el liderazgo del embajador Danilovich esperamos que más países sigan su ejemplo.
Mi país también se ha ofrecido para atender los desafíos humanitarios que enfrentan nuestra región y el mundo al proporcionar millones de dólares bilateralmente, especialmente para la educación de los niños. Comprendemos que no se puede lograr la prosperidad económica y la justicia social sin educar a los niños de un país. También respaldamos el Fondo Mundial del VIH/SIDA, para ofrecer atención y prevención, y apoyar a aquéllos que sufren de la pandemia. En la Cumbre Extraordinaria del 2004 en México, los líderes de nuestro hemisferio, entre ellos, el Presidente Lula y yo, nos comprometimos a proporcionar tratamientos que salvan vidas a por lo menos 600,000 personas para la próxima Cumbre de las Américas. Trabajamos juntos. Hemos mostrado que nuestras palabras no son promesas vanas. Hemos ayudado a brindar tratamiento a más de 670,000 personas en este hemisferio. lo que supera nuestro objetivo de ayudar a aquéllos con VIH/SIDA. Y queda más trabajo por hacer.
Al aumentar y mejorar la ayuda, también nos esforzamos por mejorar el Banco Interamericano de Desarrollo. Desde su fundación, el banco ha desempeñado una función importante en el desarrollo de América Latina y el Caribe. Pero en la medida que las economías de América se desarrollen más, el banco tiene que cambiar con ellas. El inicio del periodo del Presidente Moreno nos da una gran oportunidad de modernizar el banco al aprovechar mejor los mercados mundiales de capital.y al adaptar los programas del banco según las necesidades reales de las economías en crecimiento en este continente. El sector privado es el motor del crecimiento y la generación de empleo en esta región. El banco debe fortalecer muchísimo su función en la inversión por el sector privado, especialmente en las pequeñas empresas, que son el pilar de una economía saludable y en crecimiento. Le he pedido al secretario de Hacienda de los Estados Unidos, John Snow, que trabaje con sus homólogos en el hemisferio y en el banco para implementar reformas que garanticen que el banco pueda abordar mejor las necesidades del crecimiento económico y la generación de empleos. También tratarán una serie de opciones, entre ellas dar subvenciones y aliviar la carga de la deuda de los países más pobres.
Aumentar la ayuda y aliviar la carga de la deuda son aspectos importantes de nuestros esfuerzos por aliviar la carga de la pobreza en lugares que se sufre. sin embargo, no es suficiente. Nuestro objetivo es promover las oportunidades para los pobladores de América, vivan ya sea en Minnesota o Brasil. Y la mejor manera de hacerlo es aumentar el comercio libre y equitativo.
Estados Unidos, México y Canadá dieron el primer paso con lo que se llama el NAFTA. Y el comercio entre nuestros países se ha triplicado en un periodo de 10 años. Nuestro hemisferio ha procurado usar este ejemplo al comprometernos al Tratado de Libre Comercio de las Américas que eliminaría las barreras en todo el hemisferio. y agradezco la conversación del Presidente Lula conmigo hoy sobre dedicarnos a ver si no podemos hacerlo realidad. Estados Unidos también ha alcanzado logros considerables hacia el objetivo del libre comercio hemisférico por medio de acuerdos comerciales bilaterales con socios como Chile. Y hace tres meses, aprobamos por medio de nuestro Congreso un acuerdo comercial con naciones de Centroamérica y la República Dominicana que otorga a la gente de esa región puestos y oportunidades que provienen del comercio más libre y la mayor inversión. Y en este momento, trabajamos arduamente para lograr el avance de las negociaciones con los países andinos y Panamá. Al trabajar por el comercio libre, y repito, equitativo en todo este hemisferio, incluiremos a nuestros pueblos en el círculo en expansión del desarrollo.facilitaremos que aquéllos de nosotros que viven en este hemisferio compitan con países como China e India. pero más importante aún, el comercio significa puestos de trabajo para la gente.
La mejor oportunidad de ofrecer los aspectos favorables del comercio a cada ciudadano en este hemisferio es la Rueda de Doha de negociaciones en la Organización Mundial de Comercio. Una exitosa Rueda de Doha abrirá mercados para productos agrícolas y servicios y productos industriales en este hemisferio y en todo el mundo. Con Doha, cada nación ganará.y el mundo en desarrollo tiene las mayores posibilidades de beneficiarse. El Banco Mundial calcula que si se aprueba la Rueda de Doha, 300 millones de personas serán sacadas de la pobreza. Sabemos gracias a la historia que las naciones en desarrollo que se abren al mercado crecen con una tasa varias veces más alta que la tasa de los países proteccionistas. Y hay mucho, realmente muchísimo en juego. Las vidas y los futuros de personas pobres en todo el mundo dependen de ello. por lo que debemos llevar las conversaciones sobre el comercio de Doha a una conclusión exitosa.
Los mayores obstáculos a una exitosa Rueda de Doha son los países que permanecen firmes en el camino de eliminar los aranceles y las barreras y los subsidios que distorsionan el comercio que aíslan a los pobres de este continente de las grandes oportunidades del siglo XXI. Solamente un programa ambicioso de reformas en la agricultura y los productos manufacturados y servicios puede garantizar que los beneficios del comercio libre y equitativo sean disfrutados por todos los pueblos en todos los países.
Acordamos con Brasil que las negociaciones sobre la agricultura desencadenarán el pleno potencial de la Rueda de Doha. Su Presidente ha criticado los subsidios agrícolas que el mundo desarrollado le paga a los agricultores. subsidios que distorsionan el comercio y resultan en precios más bajos que los de los agricultores honrados del mundo en desarrollo. Estoy de acuerdo con el Presidente Lula. Y Estados Unidos está dirigiendo el camino para abordar este problema.
Mi gobierno ha ofrecido una propuesta audaz para Doha que reduciría considerablemente los aranceles agrícolas y los subsidios que distorsionan el comercio en una primera etapa. y durante un periodo de quince años, los eliminaría del todo. Los líderes que están preocupados acerca de los efectos nocivos de los aranceles altos y los subsidios agrícolas deben hacer que la Rueda de Doha avance. Y los líderes que quieren alcanzar logros con respecto a los subsidios agrícolas deben usar su influencia para ayudar a la OMC a alcanzar logros en todos los aspectos de la Rueda de Doha. Al concluir Doha, ayudaremos a forjar una América que viva con libertad, comercie con libertad y sea más próspera.
Finalmente, nuestro ideal común de justicia social requiere de la seguridad para todos nuestros ciudadanos. En muchas regiones de este hemisferio, los barones de las drogas y los terroristas y las pandillas de delincuentes corrompen las sociedades democráticas. Cuando estos grupos son más poderosos que el Estado, no puede haber justicia social. Entonces, Estados Unidos está trabajando con los países afectados para reestablecer el estado de derecho y garantizar la seguridad de los ciudadanos comunes y corrientes. Estamos trabajando con el gobierno de México para detener a los contrabandistas que trafican con todo, desde armas hasta seres humanos. Estamos ayudando al Presidente Uribe y al pueblo colombiano a vencer a los carteles de cocaína y a los narcoterroristas. Estamos proporcionando dinero para ayudar a los agricultores honrados a que cultiven cosechas legítimas. Estamos trabajando con nuestros aliados en esta región para evitar que las organizaciones terroristas usen este hemisferio como base para lavar dinero y prestar apoyo a sus operaciones en todo el mundo.
Al proteger a los pueblos de América de aquéllos que operan al margen de la ley, fortalecemos la democracia, promovemos la justicia social y hacemos que la prosperidad sea más probable. Los ciudadanos que viven con temor por sus vidas debido a los barones de las drogas y terroristas y pandillas de criminales no son ciudadanos libres. Entonces, debemos continuar trabajando por el día en que todos los ciudadanos puedan contar con sus gobiernos para protegerlos de los criminales. y promover la paz y estabilidad que sólo provienen de la libertad.
Durante el último medio siglo, las naciones de América han superado enormes desafíos: el colonialismo y el comunismo y las dictaduras militares. El progreso que han alcanzado es el resultado de tremendos sacrificios y liderazgo. Un tal líder fue el hombre que construyó esta bella capital como símbolo de la democracia brasilera. El Presidente Kubitschek fue forzado a vivir en el exilio cuando fuerzas antidemocráticas tomaron el control de Brasil. Su sueño, dijo, era vivir y morir en un país libre. Al inicio de este siglo nuevo y prometedor, el sueño de este orgulloso patriota inspira a los ciudadanos no sólo en este país, sino en todo el continente.
Los ciudadanos de América cuentan con nosotros, los líderes electos, para que hagamos su sueño realidad. y para que lideremos con nuestro ejemplo. Los gobiernos en todo este hemisferio deben ser fuertes, deben escuchar al pueblo y no deben despilfarrar su dinero. Los gobiernos en todo este hemisferio deben estar libres de corrupción. Los gobiernos en todo este hemisferio deben rendir cuentas por sus actos. y debemos vivir conforme a las mismas normas que dictamos para los demás. Al hacer que las bendiciones de la libertad sean reales en nuestro hemisferio, promoveremos la causa de la justicia social y sentaremos un ejemplo magnífico para el resto del mundo.
Gracias por permitirme venir y dirigirme a ustedes. Que Dios bendiga a Brasil. Que Dios continúe bendiciendo a nuestra nación, Estados Unidos. Gracias. (Aplausos.)
END 4:46 P.M. (Local)