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Oficina del Secretario de Prensa
9 de septiembre de 2008

Declaraciones del Presidente Programa de Conferencias Distinguidas de la Universidad de Defensa Nacional
Eisenhower Hall
Fort Lesley J. McNair - Universidad de Defensa Nacional
Washington, D.C.

9:57 A.M. EDT

EL PRESIDENTE: Gracias, general, por su amable y breve presentación. (Risas.) Me complace estar nuevamente en la Universidad de Defensa Nacional (National Defense University o NDU). Resulta que ésta es mi quinta visita como presidente a su institución. Cada vez que vengo, salgo muy animado e inspirado por los valerosos hombres y mujeres que estudian y trabajan aquí. Y quiero agradecerles sinceramente por su amable recibimiento. En todo el mundo, los estudiantes y profesores de la NDU han prestado servicios valientemente en la guerra contra los extremistas y asesinos. Aquí en este campus, están ayudando a capacitar a la próxima generación de líderes militares y civiles que defienden nuestra nación contra las reales y tangibles amenazas del siglo XXI. Ustedes han creado novedosos sistemas para que nuestro personal militar y civil colabore para hacerles frente a los nuevos desafíos que enfrentamos. Les agradezco por su patriotismo, les agradezco por su trabajo arduo y les agradezco por su dedicación a la protección del pueblo estadounidense. (Aplausos.)

President George W. Bush delivers remarks Tuesday, Sept. 9, 2008, to the National Defense University's Distinguished Lecture Program. Said the President, "On this campus you're helping train the next generation of military and civilian leaders who will defend our nation against the real and true threats of the 21st century. I thank you for your patriotism; I thank you for your hard work; and I thank you for your devotion to protecting the American people."  White House photo by Eric Draper Y quiero agradecerles a los miembros del Congreso que nos acompañan, el congresista Randy Forbes de Virginia y el congresista Trent Franks de Arizona. Gracias por venir. (Aplausos.) Voy a hablar un poco sobre la recomendación que me han hecho llegar los Jefes del Comando Conjunto. Y me complace que el vicepresidente del Comando Conjunto, el general Cartwright, esté con nosotros hoy. Gracias por venir, Hoss. (Aplausos.) Gracias a los líderes de la NDU. Gracias por invitarme de nuevo. Y le agradezco al personal civil, a los civiles del gobierno de Estados Unidos que estudian aquí. Y les agradezco a los que visten de uniforme. ¿Saben? Una de los mejores aspectos de ser Comandante en Jefe es ser Comandante en Jefe de gente que se ha ofrecido voluntariamente a servir a nuestro país en momentos de peligro. Estoy sumamente impresionado por nuestros militares y agradecido con las familias militares.

¿Saben? La semana pasada, tuvo lugar un evento de gran trascendencia en Iraq. En una ceremonia en la ciudad de Ramadi, se transfirió la responsabilidad de la seguridad en la provincia de Anbar a autoridades civiles iraquíes. Las fuerzas de Iraq ahora están dirigiendo los operativos de seguridad en todo Anbar, y las tropas estadounidenses desempeñan una función de "supervisión". Con esta transferencia de responsabilidad, los pobladores de Anbar se hicieron cargo de su propia seguridad y su propio destino. Es un momento de orgullo para todos los iraquíes, y un momento de éxito en la guerra contra el terrorismo.

Hace dos años, un momento así era inimaginable para la mayoría. Anbar era una de las provincias más peligrosas en Iraq. Al Qaida estaba en control de casi todos los principales centros de población. En gran medida, habían logrado convertir la región en un refugio y estaban más cerca de uno de sus objetivos: tener un lugar desde donde lanzar nuevos ataques contra Estados Unidos, nuestros aliados y nuestros intereses en la región. En el 2006, un informe de inteligencia militar concluyó que la provincia estaba perdida, y se usaba a Anbar como prueba del fracaso de Estados Unidos en Iraq.

Sin embargo, algo importante estaba sucediendo. Las tribus de Anbar se estaban cansando de la crueldad de Al Qaida. Querían una vida normal. Y esto nos dio la oportunidad de vencer a Al Qaida en Anbar. Como parte del aumento de tropas, enviamos a 4,000 infantes de Marina adicionales a Anbar el año pasado. El aumento de tropas mostró el compromiso de Estados Unidos con la seguridad, mostró que estábamos comprometidos a ayudar a que el ciudadano promedio de Anbar tuviera una vida normal. Y ayudó a renovar la confianza de los líderes locales, los jeques de las tribus, quienes entonces encabezaron una insurrección para recuperar Anbar de los terroristas. Y juntas, las tribus locales, las tropas iraquíes y las estadounidenses sistemáticamente acabaron con el control de Al Qaida en toda la provincia.

Hoy en día, Anbar es una provincia transformada. Los ataques en la provincia han disminuido más de 90 por ciento. El número de bajas es considerablemente menor. Prácticamente cada ciudad y aldea en Anbar tiene ahora un alcalde y concejo municipal en funciones. Los equipos de reconstrucción provincial están ayudando a los líderes locales a generar empleo y oportunidades económicas. Y a medida que la seguridad mejora, avanza la reconciliación en toda la provincia. Hoy en día, Anbar ya no está perdida en manos de Al Qaida; el pueblo iraquí la ha recuperado.

Estamos viendo logros similares en otras regiones de Iraq. Este año, el gobierno de Iraq inició un exitoso operativo militar contra grupos extremistas chiítas en lugares como Basora, y Bagdad y al-Amarah. Y las fuerzas iraquíes están permaneciendo a la ofensiva. Están aprovechando su posición de ventaja para derrotar a quienes sólo desean perjudicar y poner en peligro a sus ciudadanos. Están realizando operaciones en la ciudad norteña de Mosul y sus alrededores, donde los terroristas de Al Qaida buscan refugio. El Ejército de Iraq recientemente inició una nueva ofensiva contra Al Qaida en la provincia de Diyala. Todas estas operaciones están dirigidas por los iraquíes, y las tropas estadounidenses desempeñan una función de apoyo.

Como resultado de éstos y otros operativos en Iraq, la violencia ha disminuido a su nivel más bajo desde la primavera del 2004. Las muertes de civiles han disminuido, los asesinatos sectarios han disminuido, los atentados suicidas han disminuido, y la vida está volviendo a la normalidad en las comunidades en todo el país. La reconciliación provincial está avanzando. El gobierno iraquí ha aprobado presupuestos y leyes importantes. Nuestros diplomáticos informan que los mercados que alguna vez cerraron debido a la violencia terrorista ahora están abiertos. Ayer, el embajador Crocker y el general Petraeus me informaron vía el sistema seguro de teleconferencia por video (STVS) que acababan de regresar de un mercado y que habían visto transacciones comerciales y demás actividades. El Ministerio de Salud de Iraq emitió un interesante comunicado informando que cientos de médicos que habían huido debido a la lucha ahora han regresado a atender a la gente de su país.

La reducción en el nivel de violencia en Iraq se ha mantenido por varios meses. Aunque el progreso en Iraq aún es frágil y reversible, el general Petraeus y el embajador Crocker informan que parece haber ahora "un grado de durabilidad" en los logros que hemos alcanzado.

En resumen: Aunque el enemigo en Iraq aún es peligroso, hemos tomado la ofensiva. Las fuerzas iraquíes cada vez son más capaces de dirigir y ganar la lucha. Como resultado, hemos podido poner en vigor una política de "retorno tras éxitos", con reducciones en las fuerzas estadounidenses de combate en Iraq a medida que las condiciones en el terreno continúan mejorando.

Ahora hemos traído de regreso a todas las cinco brigadas de combate del Ejército, la Unidad Expedicionaria de la Infantería de Marina, dos batallones de infantería que fueron enviados a Iraq como parte del aumento de tropas. Tuve el orgullo de visitar a algunos de esos soldados en Fort Bragg este año. Están entre los ciudadanos más valiosos de nuestra nación y se han ganado la gratitud y respeto del pueblo estadounidense. (Aplausos.)

Otro aspecto de nuestra política de "retorno tras éxitos" en Iraq es la reducción de los periodos de combate en Iraq. El mes pasado, se comenzó a movilizar tropas por periodos de 12 meses en vez de periodos de 15 meses. Este cambio aliviará la carga que recae en nuestras tropas y, lo que es más importante, a mi parecer, les facilitará la vida a las familias militares. (Aplausos.)

Me complace anunciar el próximo paso de nuestra política de "retorno tras éxitos". El general Petraeus acaba de concluir un análisis de la situación en Iraq, y él y los miembros del Comando Conjunto recomiendan que prosigamos con reducciones adicionales de tropas, y estoy de acuerdo con esa recomendación. Durante los próximos meses, traeremos de regreso a aproximadamente 3,400 soldados de las tropas de apoyo para operativos de combate, entre ellos personal de aviación, equipos de explosivos, ingenieros de combate y construcción, policía militar y equipos de respaldo logístico.

Para noviembre, traeremos de regreso a un batallón de la Infantería de Marina que ahora opera en la provincia de Anbar. Y en febrero del 2009, otra brigada de combate del Ejército regresará a casa. Esto asciende a aproximadamente 8,000 soldados estadounidenses adicionales que regresarán sin ser reemplazados. Y si el progreso en Iraq continúa, el general Petraeus y nuestros líderes militares creen que reducciones adicionales son posibles durante la primera mitad del 2009.

El progreso en Iraq se debe al valor de los soldados y civiles estadounidenses, al valor de las fuerzas iraquíes y al valor de nuestros aliados de la coalición. Y les agradezco a los ciudadanos de otras naciones que nos acompañan, y les agradezco por trabajar con nuestras tropas. (Aplausos.) Les doy la bienvenida a Estados Unidos. Y les doy las gracias por trabajar estrechamente con quienes visten de uniforme.

Desde el inicio de la Operación Libertad Iraquí -y quiero que nuestros conciudadanos escuchen esto- más de 140,000 soldados de 41 países han servido como parte de nuestra coalición en Iraq. Hijos e hijas de Australia, Azerbaiyán, el Reino Unido, Bulgaria, la República Checa, Dinamarca, El Salvador, Estonia, Georgia, Hungría, Italia, Kazajstán, Latvia, Holanda, Polonia, Rumania, Eslovaquia, Corea del Sur, España, Tailandia y Ucrania han dado la vida en la lucha contra los extremistas. (Aplausos.) Los ciudadanos de estos países se sacrificaron por la causa de la libertad en Iraq. Para Estados Unidos ha sido un orgullo servir junto a aliados tan valientes.

Felicito a nuestros aliados de la coalición por sus históricos logros en Iraq, y por mantener su determinación en momentos funestos. Gracias a su trabajo decidido y la capacidad cada vez mayor de las fuerzas iraquíes, muchos de nuestros aliados en Iraq ahora también están en una posición de "retornar tras éxitos". Australia ha retirado su grupo de batalla, el contingente polaco tiene programada una movilización dentro de poco, y muchos más países miembros de la coalición podrán poner fin a sus operativos en Iraq este año, gracias a las aptitudes de sus soldados y el éxito de sus misiones. (Aplausos.)

En el periodo que tenemos por delante, la tarea más importante será trabajar para llegar a un acuerdo estratégico marco y un acuerdo sobre el estatuto de las tropas entre Estados Unidos e Iraq. Estos acuerdos servirán de base para el apoyo continuo de Estados Unidos a Iraq en materia de la seguridad, una vez que se venza el 31 de diciembre de este año la resolución de las Naciones Unidas autorizando las fuerzas multinacionales. [Dichos acuerdos] nos permitirán establecer una relación bilateral entre Estados Unidos e Iraq como las que tenemos con decenas de otros países alrededor del mundo.

A inicios de esta lucha, dejé en claro que el objetivo de Estados Unidos en Iraq era ayudar al pueblo iraquí a forjar una nación democrática que pueda gobernarse, sostenerse y defenderse. Y gracias al éxito del aumento de tropas, Iraq está avanzando con firmeza hacia ese objetivo. (Aplausos.) Las medidas que he descrito aquí en la NDU nos ayudarán a aprovechar este éxito y seguir avanzando. Fijarán un curso firme y constante para la participación de Estados Unidos en Iraq, y permitirán que nuestras tropas regresen victoriosas. (Aplausos.)

Los líderes de Al Qaida han declarado repetidamente que Iraq es el frente central de su guerra contra Estados Unidos, pero no es el único frente. A medida que Al Qaida siente el aumento de la presión en Iraq, los terroristas redoblan sus esfuerzos en el frente donde la lucha se inició: el país de Afganistán.

Después del 11 de septiembre de 2001, las fuerzas de la coalición derrocaron el régimen del Talibán. Expulsamos a Al Qaida del santuario afgano desde el cual habían tramado y planeado atentados sin precedente contra nuestro país. Ayudamos a los afganos a reconstruir una nueva democracia. De lado de nuestros militares, expertos civiles estadounidenses ayudaron al pueblo afgano a desarrollar su economía y prestar servicios básicos y aumentar la atención de salud, además de abrir escuelas para niñas y niños afganos.

Éstos son éxitos importantes. Sin embargo, los enemigos de un Afganistán libre se rehúsan a abandonar la lucha. Procuraron menoscabar el gobierno democrático para poder recuperar el dominio que tenían sobre Afganistán antes del 11 de septiembre. Gracias a su refugio en Pakistán, atacaron despiadadamente a afganos inocentes en todo el país.

A medida que la situación de seguridad cambió, Estados Unidos y nuestros aliados de la coalición respondieron con aumentos de tropas. En la cumbre de la OTAN en abril, que tuvo lugar en Bucarest, les dije a nuestros aliados que Estados Unidos estaba movilizando 3,500 infantes de Marina adicionales a Afganistán, y que pondríamos soldados adicionales a disposición en el 2009. También insté a los aliados a aumentar el nivel de sus tropas. Y durante el año pasado, el Reino Unido, Francia, Polonia, Bulgaria, Rumania, Australia, Alemania, Dinamarca, la República Checa y otros han enviado soldados adicionales para respaldar la misión de la OTAN en Afganistán.

Estos incrementos de fuerzas representan un "aumento de tropas silencioso" en Afganistán. En total, el número de soldados estadounidenses en el país aumentó de menos de 21,000 hace dos años a casi 31,000 hoy. El número de soldados de la coalición -incluidos los soldados de la OTAN- aumentó de aproximadamente 20,000 a aproximadamente 31,000. Y el número de miembros capacitados del Ejército de Afganistán y las fuerzas policiales aumentó de menos de 67,000 a casi 144,000.

Estos aumentos de tropas han tenido un impacto, pero quedan desafíos enormes en Afganistán. Se trata de un país extenso. Y a diferencia de Iraq, tiene pocos recursos naturales y una infraestructura poco desarrollada. Sus instituciones democráticas son frágiles. Sus enemigos son algunos de los terroristas y extremistas más despiadados del mundo. Con brutales atentados, el Talibán y los terroristas han alcanzado ciertos logros haciendo que la confianza del pueblo afgano flaquee. Y naturalmente, ante todos estos desafíos, el pueblo afgano se está preguntando qué les depara el futuro.

El éxito de Afganistán es crucial para la seguridad de Estados Unidos y nuestros aliados en el mundo libre. Y a pesar de todo el buen trabajo que hemos hecho en ese país, está claro que debemos hacer incluso más. En Iraq aprendimos que la mejor manera de devolverle la confianza al pueblo es restablecer la seguridad básica, y eso requiere más tropas. Hoy, estoy anunciando la movilización adicional de soldados estadounidenses a Afganistán. En noviembre, un batallón de la Infantería de Marina, que se tenía programado movilizar a Iraq, irá en vez a Afganistán. Y en enero lo seguirá una brigada de combate del Ejército.

La misión de dichas tropas será trabajar con las tropas de Afganistán para proporcionarle seguridad al pueblo afgano, proteger la infraestructura e instituciones democráticas de Afganistán, y ayudar a asegurar el acceso a servicios como educación y atención de salud. Les mostrarán a los ciudadanos de Afganistán que el gobierno y sus aliados están de su lado en la batalla contra el Talibán y los extremistas. Ayudarán a hacer más marcada una diferencia en Afganistán: Mientras que los terroristas y extremistas deliberadamente escogen como objetivo a inocentes y los asesinan, las tropas de la coalición y Afganistán arriesgan la vida para proteger a los inocentes.

Desafortunadamente, habrá momentos en que nuestra persecución del enemigo resultará en muertes accidentales de civiles. Ése ha sido el caso durante toda la historia de conflictos bélicos. Nuestra nación lamenta la pérdida de cada vida inocente. El pueblo estadounidense se conduele con cada familia de luto. Y le he dado mi palabra al Presidente Karzai de que Estados Unidos trabajará estrechamente con el gobierno de Afganistán para asegurar que se protejan vidas inocentes mientras se procura la seguridad del pueblo afgano.

Al movilizar estos refuerzos, Estados Unidos tomará nuevas medidas para ayudar al gobierno de Afganistán a movilizar más de sus propias tropas. Los combatientes afganos son buenos. Si hablan ustedes con gente que ha estado en Afganistán, les dirán que los soldados afganos son valientes; simplemente necesitan un poco de ayuda. Junto con el gobierno de Afganistán, Estados Unidos y nuestros aliados ahora están lanzando un nuevo programa para aumentar al doble las dimensiones del Ejército Nacional de Afganistán durante los próximos cinco años. También nos dedicaremos a aumentar la participación de las tribus afganas. Las tropas locales afganas fueron la clave de nuestros éxitos en el 2001 y 2002, cuando combinamos la capacidad del siglo XXI de los militares estadounidenses con la valentía de los combatientes afganos a caballo. En el periodo que tenemos por delante, volveremos a alentar a las fuerzas de seguridad y a las tribus de Afganistán a desempeñar un papel principal en el desarrollo de un Afganistán democrático. No se permitirá que el Talibán y Al Qaida vuelvan al poder. Los terroristas sufrirán el mismo destino en Afganistán que el que están sufriendo ahora en Iraq: serán derrotados. (Aplausos).

Además de estas nuevas medidas militares, también estamos aumentando los esfuerzos del lado civil. Estamos incrementando nuestra presencia civil con nuevo personal de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), y la Agencia para el Control de Drogas (Drug Enforcement Agency), como también el Servicio Extranjero (Foreign Service). Estamos utilizando equipos de reconstrucción provincial con expertos militares y civiles para ayudar a las comunidades locales a combatir la corrupción, mejorar el gobierno y poner en marcha sus economías. Estamos usando equipos de desarrollo agrícola para ayudar a los agricultores afganos a alimentar a su pueblo y hacerse más autosuficientes. Estamos respaldando la estrategia nacional para el desarrollo en Afganistán, que ayuda al gobierno democrático en Kabul a ofrecer mayor respaldo a las provincias en campos como salud e infraestructura.

Estamos trabajando con las autoridades de Afganistán para que se preparen para elecciones en el 2009 y 2010. Recientemente, en un congreso internacional en París, Estados Unidos prometió $10,000 millones durante los próximos dos años para apoyar el desarrollo de Afganistán. De todas estas maneras, nos esforzamos por asegurarnos de que nuestro progreso militar esté acompañado por logros políticos y económicos que son cruciales para el éxito de un Afganistán libre.

Al dar estos nuevos pasos en Afganistán, también debemos ayudar al gobierno de Pakistán a vencer a los combatientes del Talibán y Al Qaida que se esconden en regiones fronterizas remotas de su país. Cada vez más, estos extremistas usan Pakistán como base desde donde desestabilizar la joven democracia de Afganistán. Durante el año pasado, el Talibán, Al Qaida y otros grupos extremistas que operan en estas regiones remotas, han incrementado sus ataques contra el gobierno de Pakistán, con la esperanza de detener también el progreso democrático de ese país.

Esta mañana llamé al líder recién elegido de Pakistán, el Presidente Zardari. Le prometí a Pakistán el pleno respaldo del gobierno de Estados Unidos en su lucha contra los terroristas y extremistas en las regiones fronterizas.

La derrota de estos terroristas y extremistas le conviene a Pakistán: representan una amenaza mortal para el futuro de Pakistán como nación libre y democrática. Vencer a estos terroristas y extremistas también es responsabilidad de Pakistán, porque cada nación tiene la obligación de gobernar su propio territorio y asegurarse de que no se convierta en un refugio para el terrorismo. Estados Unidos y nuestros aliados de la OTAN continuarán ayudando a Pakistán en sus esfuerzos por vencer a los extremistas. Los mismos terroristas que asesinaron a civiles inocentes en Karachi e Islamabad están tramando nuevos atentados contra Estados Unidos y Europa.

Cada uno de estos lugares que he mencionado hoy -Iraq, Afganistán y regiones de Pakistán- representan desafíos únicos para nuestro país. Sin embargo, todos son teatros de la misma lucha global. En los tres lugares, los extremistas están usando la violencia y el terrorismo en un intento de imponer su ideología a poblaciones enteras. Asesinan para imponer su visión macabra del mundo. En todos los tres lugares, Estados Unidos permanece firme de lado de los valientes líderes electos y reformistas decididos y millones de ciudadanos promedio que buscan un futuro de libertad y justicia y tolerancia.

La derrota de nuestros enemigos requiere del éxito en el frente militar. Con nuestros aliados, hemos alcanzado logros considerables en el desmantelamiento de redes terroristas, y no descansaremos hasta que sean destruidas. La derrota de nuestros enemigos también requiere del éxito en la batalla ideológica. Debemos mostrarle al pueblo del gran Oriente Medio una alternativa mejor a una vida de violencia y desesperanza, y esa alternativa se basa en la libertad. La historia prueba que a la gente que se le da la opción entre la libertad y la tiranía opta por la libertad. Y la historia prueba que la libertad producirá la paz que todos anhelamos.

Habrá momentos difíciles en la labor que tenemos por delante, pero estamos seguros de los resultados. Con fe en el poder de la libertad, transformaremos naciones que alguna vez protegieron a nuestros enemigos, en aliados firmes y capaces en la guerra contra el terrorismo. Con fe en el poder de la libertad, probaremos que el futuro del Oriente Medio no le pertenece al terrorismo, sino a la libertad. Y con fe en el poder de la libertad, construiremos un mundo más seguro y pacífico para nuestros hijos y nietos. (Aplausos.)

Les agradezco por preservar la seguridad de Estados Unidos. Les agradezco por prestar servicios a la causa de la libertad. Que Dios los bendiga, que bendiga a sus familias y a nuestro país. (Aplausos.)

END 10:22 A.M. EDT

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