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Oficina del Secretario de Prensa
20 de septiembre de 2006
Declaraciones de la Primera Dama Ante la Reunión Anual del Programa Mundial Clinton
Sheraton New York
Nueva York, Nueva York
10:13 A.M. EDT
SEÑORA BUSH: Gracias, Presidente Clinton, por su amable presentación. Estoy encantada de ser parte del Programa Mundial Clinton (Clinton Global Initiative) de este año. Gracias por invitarme y gracias por el estupendo trabajo de desarrollo que están realizando por medio de su fundación.
Esta semana, líderes de todo el mundo se reunieron en Nueva York para avanzar hacia el logro de las metas que comparten los pueblos de todos los países: desarrollo económico, educación y salud.
El ansia de los niños por aprender, la aspiración de las personas de poder mantenerse y mantener a su familia, y el anhelo de las madres de que sus hijos crezcan fuertes y sanos, son deseos universales. Sin embargo, la falta de educación y las enfermedades pandémicas han impedido que millones en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo, logren esas aspiraciones fundamentales.
Pero gracias a la iniciativa de gobiernos y los pueblos en los países en desarrollo, hombres y mujeres de muchas naciones están llegando a soluciones sostenibles a la pobreza, falta de educación y enfermedades pandémicas. El pueblo estadounidense se siente orgulloso de apoyarlos.
Presidente Clinton, creo que el público presente estará interesado en escuchar sobre algunas de las cosas que el pueblo estadounidense está realizando por medio del gobierno para apoyar el desarrollo internacional. Gracias a alianzas entre países desarrollados y naciones en desarrollo, hay en la actualidad un gran optimismo de que las ventajas que muchos tienen en el mundo desarrollado puedan existir para los pueblos de todo el mundo.
Estas alianzas abordan el problema de la pobreza. Desde 2001, el apoyo de Estados Unidos para el desarrollo internacional ha aumentado al doble, y el apoyo para África se ha triplicado. El año pasado, en la reunión del Grupo de los Ocho, en Gleneagles, Estados Unidos y otras naciones lograron asegurar la condonación de la deuda de $60,000 millones de los países más pobres. Estados Unidos se ha comprometido a aumentar al doble la ayuda a África al sur del Sahara para el año 2010.
Incluso de mayor importancia es la creación de economías de libre mercado, que producen prosperidad a largo plazo. En 2002, nuestro país inició la Cuenta del Desafío del Milenio (Millennium Challenge Account), un programa de $5,000 millones que fomenta que los gobiernos sean transparentes en su desempeño, inviertan en el pueblo y promuevan la libertad económica.
Por medio de alianzas entre Estados Unidos y los países en desarrollo, estamos abordando el problema de la educación. Sólo este año, el pueblo estadounidense ha proporcionado más de $500 millones de dólares para respaldar programas en el extranjero que apoyan la educación.
Estamos apoyando programas como el Instituto de Capacitación de Maestras en Kabul, que fue establecido por medio de una alianza entre el gobierno de Afganistán y la USAID. En el instituto, las mujeres que vienen de provincias tienen dormitorios seguros donde quedarse mientras reciben capacitación como maestras. Luego pueden regresar a su pueblo y capacitar a más maestras, lo que tiene un efecto multiplicador, con el propósito de conseguir personal para abrir tantas escuelas como sea posible.
Y en Ghana, visité el Instituto de Capacitación de Maestras de Acra, que participa en el Programa de Textos y Materiales de Enseñanza (Textbooks and Learning Materials Program). Como parte del programa, seis universidades estadounidenses se han aliado con seis países africanos para producir y distribuir 15 millones de textos escolares del nivel primario para los alumnos africanos. El programa es parte del Programa de Educación Africana (African Education Initiative) de nuestro país, que ha ofrecido $600 millones y ya ha capacitado a más de 400,000 maestros en África al sur del Sahara.
Por medio de alianzas entre Estados Unidos y los países en desarrollo, estamos abordando el problema de las enfermedades pandémicas. Los desafíos que plantean enfermedades como la malaria, tuberculosis y VIH/SIDA son significativos. En África, la malaria causa la muerte de 3,000 niños por día, y esta enfermedad mayormente prevenible provoca la muerte de 1.2 millones de personas por año. Pero el año pasado, nuestro país inició el Programa Presidencial contra la Malaria, un programa de otorga $1,200 millones en cinco años y forma una alianza entre los gobiernos y el sector privado para combatir la malaria en 15 de los países más afectados.
Para fines de este mes, por medio de alianzas con los primeros tres países objetivo, la asistencia proveniente del pueblo estadounidense habrá llegado a unos seis millones de africanos. Y en diciembre, el Presidente y yo vamos a ser los anfitriones de la Cumbre de la Casa Blanca sobre la Malaria (White House Summit on Malaria) para aprovechar y continuar el éxito del Programa Presidencial contra la Malaria.
El VIH/SIDA es uno de los más grandes desafíos humanitarios de nuestro tiempo. En todo el mundo, casi 40 millones de personas están infectadas. Hace sólo unos pocos años, muchos creían que la crisis del SIDA nunca podría ser superada. En 2003, nuestro país inició el Plan Presidencial de Emergencia para el Mitigación del SIDA (PEPFAR por sus siglas en inglés), un programa de $15,000 millones en cinco años para combatir el SIDA en 120 países del mundo.
El Plan de Emergencia es una alianza que trabaja con los países más afectados, y esa alianza está salvando vidas. Cuando Estados Unidos inició el PEPFAR, se creía que sólo 50,000 personas en África al sur del Sahara estaban recibiendo tratamiento antirretroviral. Ahora, en las 15 naciones objetivo del PEPFAR, nuestro país ha ayudado a que más de un millón de personas tengan acceso a tratamiento. Estas personas están aprendiendo a vivir con el VIH, en lugar de sólo esperar la muerte.
En África meridional, visité el Programa de Madres a Madres (Mothers-to- Mothers Program), fundado con capital inicial del PEPFAR. En los centros de madres, mujeres embarazadas infectadas con el VIH reciben información y apoyo para mantener al bebé en su vientre libre del VIH.
Estos centros de madres educan a las mujeres para que ellas y sus hijos se mantengan sanos. Las madres que lograron dar a luz bebés con VIH negativo, son las consejeras de otras madres. Este programa incentiva a las madres a asistir a la escuela. Y los centros de madres ayudan a que las mujeres descubran sus talentos artísticos por medio del trabajo con cuentas y otras artesanías, y que usen sus habilidades para mantenerse y mantener a sus hijos.
A principios de este año, los centros de madres se aliaron con el Consejo de Artes de Venecia (Venice Arts Council) para darles a las mujeres lecciones de fotografía y equipo fotográfico, y alentar a que las mujeres cuenten la historia de su supervivencia por medio del arte. Las fotos están hoy en una exposición en el Venice Art Walk de Los Ángeles, y habrá exposiciones en Stanford, Harvard y Naciones Unidas. Una de las mujeres, Caroline, está planeando un libro de fotos para documentar su vida como madre con VIH en un barrio pobre de Sudáfrica.
Antes de llegar al programa de Mothers-to-Mothers, Carolina apenas se las arreglaba viviendo sola con sus hijos en una choza. Hoy, el hijo de Caroline está sano y ella es una artista con exposiciones internacionales, que confía en el futuro.
Por medio de programas como Mothers-to-Mothers, las personas con VIH positivo encuentran esperanza y un nuevo sentido a la vida. El fundador del Programa de Madres, el doctor Mitch Besser, dice que este sentimiento de esperanza tiene mucho impacto. Cuando las personas se enteran de que el VIH no es una sentencia de muerte, es más probable que se sometan a exámenes y tratamiento. Los enfermos comparten su condición con los miembros de su familia, lo que ayuda a romper el estigma del VIH. "El sello de nuestro programa", dice el Dr. Besser, "es vivir positivamente".
En los países en desarrollo, millones están viviendo positivamente. Hoy me complace anunciar una alianza entre el gobierno de Estados Unidos, la Fundación Case, la Fundación MCJ y otras organizaciones cuyo objetivo es abordar una de las más graves crisis de salud que hay en África en la actualidad: la falta de agua potable.
En todo el mundo, más de mil millones de personas no tienen agua potable, ni agua para asearse y mantener la limpieza de sus casas. Cada 15 segundos, muere un niño de enfermedades causadas por agua contaminada. Sin agua potable, la gente que sufre de VIH y SIDA no puede tomar sus medicinas antirretrovirales de modo fácil y seguro, y su debilitado sistema inmunitario está expuesto a peligrosas enfermedades provocadas por agua contaminada.
El agua contaminada también es un obstáculo para la educación. Las enfermedades causadas por agua contaminada impiden que los niños vayan a la escuela, y les impiden aprender mientras están en la escuela. La principal tarea cotidiana de mujeres y niñas en muchas partes de África es encontrar agua potable, una tarea que mantiene a las niñas fuera de las aulas.
La alianza entre el sector público y privado que hoy anuncio se llamará la Alianza de las Pozas de Juego (PlayPumps Alliance). Las pozas de juego son carruseles para niños adosados a una poza de agua con un sistema de bombeo. Cuando el carrusel gira, el sistema de bombeo extrae agua. Estas pozas de juego tienen una fuente inagotable de energía: niños en juego.
Los invitamos a ser parte de esta alianza que instalará 4,000 pozas en escuelas y comunidades, y proporcionará agua potable a casi 10 millones de africanos al sur del Sahara para el año 2010. (Aplausos.)
El gobierno estadounidense, por medio de la USAID y PEPFAR, se ha comprometido a entregar $10 millones de los $60 millones que se tiene como meta. Les agradezco a Steve y Jean Case por su generosidad y por su trabajo para recaudar contribuciones adicionales.
Nthabiseng Lamona, una de las mujeres que participó en el proyecto de fotografía Mothers-to-Mothers, resumió las metas que tiene en la vida de la siguiente manera: "Quiero que mis hijos tengan un lugar abrigado para vivir, un brillante porvenir, una buena educación -- y que mi familia me acepte. Quiero tener casa propia, ser independiente y tener un buen trabajo para poder criar a mis hijos".
Estos son los deseos grabados en el alma de todo ser humano, de todas las razas, religiones, niveles económicos y nacionalidades. Y por medio de la generosidad de los gobiernos y contribuciones del sector privado y el liderazgo de los gobiernos de los países en desarrollo, podemos tener éxito en ayudar a gente de todas partes a crear un mundo más saludable, más próspero y más promisorio para sus hijos.
Gracias, Presidente Clinton, por invitarme hoy. Le agradezco a su fundación por la importante labor que realiza. Y les agradezco a cada uno de los aqu presentes, a cada uno de ustedes, por su dedicación a los pueblos de este mundo nuestro.
Muchísimas gracias.
END 10:25 A.M. EDT