For Immediate Release
Office of the Press Secretary
8 de marzo de 2005
Declaraciones del Presidente Sobre la Guerra Contra el Terrorismo
National Defense University
Fort Lesley J. McNair
10:17 A.M. EST
EL PRESIDENTE: Gracias a todos. Sírvanse tomar asiento. Es un gusto regresar a esta excelente universidad. Muchos grandes líderes militares del siglo XX, desde Dwight Eisenhower hasta Colin Powell, estudiaron en este recinto universitario. Y hoy la National Defense University capacita a una nueva generación de líderes que servirán y defenderán esta nación en un siglo nuevo. Los estadounidenses están agradecidos por su devoción al deber, como lo está su comandante en jefe. (Aplausos).
Es un honor para mí que nos acompañen dos influyentes e importantes miembros del Congreso de los Estados Unidos. Primero, el Senador Joe Lieberman, gran defensor de la libertad. Gracias por asistir, senador. (Aplausos.) Y el presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, el Congresista Duncan Hunter. Es un orgullo que esté aquí, Dunc. Gracias por asistir. (Aplausos.) En medio de lo esperamos sea el final de la tormenta de nieve de 2005. (risas). es un honor para mí que ambos hayan caminado por la nieve derretida a este evento.
Aprecio muchísimo que el Teniente General Michael Dunn y su esposa, Pam, me saludasen y presten servicios a nuestra nación. Quiero darles las gracias a todos los estudiantes de la National Defense University por estar aquí. Aprecio que nos acompañe el personal. Deseo agradecerles a los miembros del cuerpo diplomático que han venido hoy. Es un honor volverlos a ver. Quiero darles las gracias a mis conciudadanos por interesarse en el tema de la paz, y eso es de lo que he venido a hablar.
Nos reunimos en tiempos de mucha importancia para la seguridad de nuestra nación, tiempos en que la defensa de la libertad requiere la promoción de la libertad, tiempos con repercusiones en nuestra historia.
Dos veces en las últimas seis décadas, un ataque repentino contra los Estados Unidos introdujo a nuestro país en un conflicto mundial e inició un periodo de profunda reflexión sobre la posición de los Estados Unidos en el mundo. El ataque de Pearl Harbor enseñó a los Estados Unidos que la tiranía que no tiene oposición, incluso en continentes lejanos, puede llevar a nuestro país a una lucha por nuestra propia supervivencia. Y nuestras reflexiones sobre esa lección nos llevaron a contribuir a forjar democracias pacíficas en las ruinas de la tiranía, a unir a naciones libres en la alianza de OTAN y a comprometernos firmemente a la paz en el Pacífico, lo que continúa hasta la fecha.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 también revelaron el esquema de un mundo nuevo. De cierta manera, el ataque fue la culminación de décadas de violencia en aumento, desde la matanza de los infantes de la Marina de los Estados Unidos en Beirut hasta el ataque contra el World Trade Center, desde los atentados contra las embajadas estadounidenses en África hasta los ataques contra el USS Cole. De otra manera, el 11 de septiembre sirvió de advertencia sobre peligros futuros: las redes de terrorismo asistidas por regímenes al margen de la ley e ideologías que incitan el asesinato de inocentes y fomentan las armas biológicas y químicas y nucleares que multiplican el poder destructivo.
Como una generación previa, Estados Unidos responde a nuevos peligros con determinación firme. Tarde lo que tarde, sea lo difícil que sea la tarea, combatiremos al enemigo y acabaremos con la sombra del temor, y llevaremos a naciones libres a la victoria. (Aplausos.)
Como una generación previa, Estados Unidos sigue una estrategia clara con nuestros aliados para lograr la victoria. Nuestra estrategia inmediata es eliminar las amenazas terroristas en el extranjero, para que no tengamos que enfrentarlos dentro del país. La teoría es clara en este caso: los terroristas son menos propensos a atentar contra nuestra seguridad si les preocupa su propia seguridad. Cuando los terroristas dedican sus días a luchar para evitar la muerte o la captura, son menos capaces de armarse y entrenar para cometer atentados nuevos. Mantendremos a los terroristas en fuga, hasta que no tengan dónde esconderse.
En tres años y medio, Estados Unidos y nuestros aliados han librado una campaña de proporciones mundiales, desde las montañas de Afganistán hasta las regiones fronterizas de Pakistán, desde el Cuerno de África hasta las islas de las Filipinas y las llanuras de la región central norte de Iraq. La red de terrorismo de al-Qaida que atacó a nuestro país aún cuenta con líderes, pero muchos de sus principales comandantes han sido destituidos. Aún quedan gobiernos que patrocinan y albergan a los terroristas, pero su número ha bajado. Aún hay regímenes que tratan de obtener armas de destrucción masiva, pero ya no sin atención ni consecuencias. Nuestro país aún es blanco de terroristas que quieren matar a muchos e intimidarnos a todos. Permaneceremos a la ofensiva contra ellos, hasta que se gane la lucha. (Aplausos.)
Los miembros de nuestras fuerzas armadas emprenden misiones difíciles, en algunas de las regiones más peligrosas y desoladas del mundo. Estos voluntarios saben los riesgos que enfrentan y conocen la causa que sirven. Como dijo un sargento de la Infantería de Marina, "No quiero que mis hijos experimenten lo que vimos en Nueva York, en el Pentágono y en Pensilvania". Dijo, "Si podemos eliminar cualquier amenaza en el extranjero, prefiero que lo hagamos allá en vez de que venga a nuestro país". En esta causa vital, algunos de nuestros hombres y mujeres que llevan el uniforme han caído, algunos han regresado a casa con lesiones terribles, y todos los que se sacrifican contarán con la gratitud permanente de los Estados Unidos de Norteamérica. (Aplausos.)
En esta guerra contra el terrorismo, Estados Unidos no está solo. Muchos gobiernos se han percatado de los peligros que compartimos y han comenzado a tomar medidas reales. El terrorismo internacional requiere una respuesta internacional, y Estados Unidos está más protegido hoy debido a que docenas de otros países se han sumado a la lucha.
Estamos más protegidos porque las fuerzas de Pakistán capturaron a más de cien extremistas en todo el país el año pasado, entre ellos, agentes que planeaban atentados contra los Estados Unidos. Estamos más protegidos porque Gran Bretaña arrestó a un agente de al-Qaida que había proporcionado informes detallados de reconocimiento sobre objetivos estadounidenses a líderes de alto rango de al-Qaida. Estamos más protegidos porque las autoridades alemanas arrestaron a extremistas que planeaban atentados contra blancos pertenecientes a los Estados Unidos y la coalición en Iraq. Estamos más protegidos debido a que el nuevo Grupo de Trabajo contra el Terrorismo de las Filipinas ha contribuido a la captura de más de una docena de terroristas presuntos, entre ellos, siete miembros de al-Qaida y redes afiliadas. Estamos más protegidos porque Polonia dirige una división multinacional de 15 miembros en Iraq, y fuerzas de 23 países han sacrificado vidas en la lucha contra los terroristas e insurgentes en Afganistán e Iraq.
Nuestros aliados en la guerra contra el terrorismo están tomando decisiones difíciles y asumiendo riesgos y perdiendo vidas. Estos países han probado ser amigos de confianza y aliados fidedignos. Entonces, insto al Congreso a que apruebe la Iniciativa de Solidaridad (Solidarity Initiative) que he propuesto para respaldar a los países que nos respaldan en la guerra contra el terrorismo. (Aplausos.)
Nuestra estrategia para preservar la paz a largo plazo es contribuir a cambiar las condiciones que dan lugar al extremismo y terrorismo, particularmente en el gran Medio Oriente. Partes de esa región han estado atrapadas durante varias generaciones en un ciclo de tiranía y desesperación y radicalismo. Cuando una dictadura controla la vida política de un país, no puede surgir una oposición responsable, y se fuerza a los que disienten a la clandestinidad y al extremismo. Y para restarles atención a sus fracasos sociales y económicos, los dictadores les echan la culpa a otros países y otras razas, e incitan el odio que lleva a la violencia. Este status quo de despotismo e ira no puede ignorarse ni aplacarse, contenerse ni comprarse, porque hemos sido testigos de que la violencia en esa región puede cruzar fronteras y océanos fácilmente. Todo el mundo tiene un interés urgente en el progreso y la esperanza y la libertad en el gran Medio Oriente.
El avance de la esperanza en el Medio Oriente requiere una nueva manera de pensar en la región. A estas alturas debería estar claro que el dominio autoritario no es la ola del futuro; es el último aliento de un pasado desacreditado. Debería estar claro que las naciones libres escapan el estancamiento y se hacen más fuertes con el tiempo, porque fomentan la creatividad y el empeño de sus pueblos. Debería estar claro que el progreso económico requiere la modernización política, que incluye un gobierno representativo honrado y el imperio de la ley. Y debería estar claro que ninguna sociedad puede avanzar solamente con la mitad de su talento y energía, pues aquello requiere la plena participación de las mujeres. (Aplausos.)
El avance de la esperanza en el Medio Oriente también requiere una nueva manera de pensar en las capitales de las grandes democracias, entre ellas, Washington, D.C. A estas alturas debería estar claro que décadas de justificar y ser complaciente con la tiranía, en busca de la estabilidad, sólo han llevado a la injusticia y la inestabilidad y la tragedia. Debería estar claro que el avance de la democracia lleva a la paz, porque los gobiernos que respetan los derechos de sus pueblos también respetan los derechos de sus vecinos. Debería estar claro que el mejor antídoto contra el radicalismo y terrorismo es la tolerancia y la esperanza que surge en las sociedades libres. Y nuestro deber está claro ahora: Por el bien de nuestra seguridad a largo plazo, todas las naciones libres deben permanecer de lado de las fuerzas de la democracia y justicia que han comenzado a transformar al Medio Oriente.
Alentar la democracia en esa región es un compromiso generacional. También es un compromiso difícil, que exige paciencia y determinación, cuando los titulares sean buenos y cuando los titulares no sean tan buenos. La libertad tiene enemigos determinados, que no muestran misericordia alguna por los inocentes ni respeto alguno por las normas de combate. Muchas sociedades en la región luchan contra la pobreza y el analfabetismo; muchos gobernantes en la región tienen hábitos antiguos de control, muchas personas en la región tienen hábitos de temor profundamente arraigados.
Por todas estas razones, las oportunidades de avance democrático en el gran Medio Oriente parecen haber estado inmovilizadas durante muchas décadas. Sin embargo, de manera clara y repentina, han comenzado a surgir. El pueblo de Afganistán ha acogido un gobierno libre, después de sufrir bajo una de las tiranías más retrógradas de la Tierra. Los votantes de Iraq desafiaron las amenazas de asesinato, y han puesto a su país camino a la plena democracia. El pueblo de los territorios palestinos votó contra la violencia y corrupción del pasado. Y cualquier que cuestione el atractivo de la libertad en el Medio Oriente puede echarle un vistazo al Líbano, donde el pueblo libanés exige una nación libre e independiente. En las palabras de un observador libanés, "La democracia toca a la puerta de este país y, si tiene éxito en el Líbano, tocará a la puerta de cada régimen árabe".
En todo el Medio Oriente, muchos sucesos llevan a la región por un camino nuevo hacia la esperanza. Los cambios históricos tienen muchas causas, pero estos cambios sólo tienen un factor común. Un hombre de negocios de Beirut dijo recientemente, "Nos hemos sacado la máscara del temor. Ya no tenemos miedo". El temor generalizado es la base de cada régimen dictatorial, lo que apuntala todos los poderes que no se basan en el consentimiento. Y cuando se acaba con el régimen de temor, y los pueblos encuentran su valentía y su voz, la democracia es su objetivo, y los propios tiranos tienen motivo de temer. (Aplausos.)
La historia avanza rápidamente, y los líderes en el Medio Oriente tienen decisiones importantes que tomar. La comunidad internacional, incluyendo a Rusia y Alemania y Francia y Arabia Saudita y los Estados Unidos, ha presentado a Siria una de tales decisiones: poner fin a su ocupación de 30 años de Líbano, o aislarse más del mundo. El pueblo libanés ha escuchado el discurso del presidente de Siria. Han visto estas tácticas dilatorias y medidas a medias anteriormente. Es hora de que Siria implemente plenamente la Resolución 1559 del Consejo de Seguridad. Todo el personal de inteligencia y las fuerzas militares de Siria debe retirarse antes de las elecciones en el Líbano, para que las elecciones sean libres e imparciales. (Aplausos.)
Las elecciones del Líbano deben ser vigiladas de manera total y detenida por los observadores internacionales. El pueblo libanés tiene el derecho de determinar su futuro, libre del dominio de un poder extranjero. El pueblo libanés tiene el derecho de escoger su propio parlamento en la primavera, libre de la intimidación. Y el nuevo gobierno contará con la ayuda de la comunidad internacional para forjar instituciones políticas, económicas y militares robustas, para que la gran nación del Líbano pueda seguir adelante con seguridad y libertad. (Aplausos.)
Hoy tengo un mensaje para el pueblo del Líbano: Todo el mundo es testigo de su gran movimiento político. El futuro del Líbano les pertenece y, con su valentía, el futuro del Líbano estará en sus manos. El pueblo estadounidense está de su lado. Millones en toda la Tierra están de su lado. El impulso de la libertad está de su lado, y la libertad prevalecerá en el Líbano. (Aplausos.)
Estados Unidos y otras naciones también están conscientes de que el reciente ataque terrorista en Tel Aviv fue realizado por un grupo palestino radical con sede en Damasco. Siria, como también Irán, tiene una larga trayectoria de respaldar a grupos terroristas decididos a crear división y caos en el Medio Oriente, y es muy posible que vuelvan a probar esta estrategia. Ha llegado la hora de que Siria e Irán dejen de usar el asesinato como herramienta de la política y dejen de respaldar del todo el terrorismo. (Aplausos.)
A pesar de los ataques por los extremistas, el mundo ve avances esperanzadores en el conflicto israelí-palestino. Sólo un desenlace acabará con la tiranía, el peligro, la violencia y la desesperación, y satisfará los anhelos de todos los pueblos de la región: Buscamos dos estados democráticos, Israel y Palestina, que vivan uno al lado del otro, en paz y seguridad. (Aplausos.)
Y ese objetivo está al alcance, si todas las partes cumplen con sus responsabilidades y si se lleva al terrorismo a su fin. Los estados árabes deben poner fin a toda incitación en sus propios medios, acabar el financiamiento público y privado del terrorismo, dejar de respaldar la educación extremista y tener relaciones normales con Israel. Israel debe detener las actividades de colonización, ayudar a los palestinos a crear una economía próspera y garantizar que un nuevo estado palestino sea realmente viable, con un territorio contiguo en la Ribera Occidental. Los líderes palestinos deben combatir la corrupción, fomentar la libre empresa, permitir que el pueblo tenga el verdadero poder y confrontar activamente a los grupos terroristas.
El atentado de Tel Aviv es un recordatorio que la lucha contra los terroristas es crítica para la búsqueda de la paz y la condición de estado de Palestina. En una entrevista la semana pasada, el presidente palestino Abbas condenó firmemente el atentado terrorista en Tel Aviv, al declarar, "Acabar con la violencia y el caos de seguridad es un interés de los palestinos ante todo". Añadió, "No podemos forjar las bases de un estado sin el imperio de la ley y el orden público".
El Presidente Abbas está en lo correcto. Y, entonces, Estados Unidos ayudará a la Autoridad Palestina a desarrollar los servicios de seguridad de requiere la paz actual y el estado futuro: fuerzas de seguridad que sean eficaces, respondan al control civil y se dediquen a combatir el terrorismo y defender el imperio de la ley. Coordinaremos con el gobierno de Israel, con vecinos como Egipto y Jordania, y con otros donantes para garantizar que los palestinos reciban en entrenamiento y el equipo que necesitan. Estados Unidos está decidido a ayudar a las partes a eliminar los obstáculos hacia el progreso y proseguir de maneras prácticas, para que podamos aprovechar este momento a favor de la paz en la Tierra Santa. (Aplausos.)
En otras regiones del Medio Oriente, estamos viendo pasos pequeños pero bienvenidos. Las elecciones municipales recientes en Arabia Saudita fueron el inicio de reformas que podrían permitir mayor participación en el futuro. Egipto ahora tiene. ahora tiene la posibilidad de elecciones competitivas para presidente con partidos múltiples en septiembre. Como todas las elecciones libres, éstas requieren la libertad de congregarse, candidatos múltiples, libre acceso por dichos candidatos a los medios y el derecho de crear partidos políticos. Cada país en el Medio Oriente tomará un camino diferente hacia la reforma. Y cada nación que inicie esa travesía puede contar con tener a Estados Unidos de su lado. (Aplausos.)
El progreso en el Medio Oriente está amenazado por las armas de destrucción masiva y su proliferación. Hoy, Gran Bretaña, Francia y Alemania están involucrados en una negociación difícil con Irán dirigida a detener su programa de armas nucleares. Queremos que nuestros aliados tengan éxito, porque compartimos su punto de vista que la adquisición de armas nucleares por Irán desestabilizaría y amenazaría a todos los vecinos de Irán. El régimen de Irán debe escuchar las inquietudes del mundo y escuchar la voz del pueblo de Irán, que anhela su libertad y quiere que su país sea un miembro respetado de la comunidad internacional. Esperamos con ansia el día en que Irán se sume a los cambios esperanzadores que están teniendo lugar en la región. Esperamos con ansia el día en que el pueblo de Irán sea libre. (Aplausos.)
Irán y otras naciones tienen un ejemplo en Iraq. Las elecciones recientes han iniciado un proceso de debate y la creación de una coalición, únicos en la historia de Iraq y una fuente de inspiración. Los líderes de Iraq están constituyendo un gobierno que supervisará la próxima etapa crítica de la transición política en Iraq: la redacción de una constitución permanente. Este proceso debe tener lugar sin influencias externas. El tipo de democracia de Iraq debe ser determinado por los propios iraquíes. (Aplausos.)
La democracia en Iraq, a largo plazo, también debe ser defendida por los propios iraquíes. Nuestro objetivo es ayudar a las fuerzas de seguridad de Iraq a marchar hacia la autonomía, y éstas alcanzan logros diariamente. Las fuerzas iraquíes fueron las principales fuentes de seguridad en aproximadamente 5,000 centros de votación en las elecciones de enero. Nuestra coalición aporta equipo y capacitación a las nuevas fuerzas armadas de Iraq, sin embargo, éstas brindan un espíritu propio.
El mes pasado, cuando los soldados del 7mo Regimiento de Caballería de los Estados Unidos efectuaban una patrulla de combate al norte de Bagdad, uno de sus Humvees cayó en un canal, y los soldados iraquíes vinieron a su rescate. Se arrojaron al agua una y otra vez, hasta que el último estadounidense fue recuperado. El coronel del ejército a cargo de la unidad dijo, "Cuando vi a aquellos iraquíes en el agua, luchando por salvar a sus hermanos estadounidenses, vislumbré el futuro de este país". Uno de los soldados iraquíes comentó, "Estas personas han venido cien, 10,000 millas para ayudar a mi país. Han dejado a sus familias y a sus hijos. Si podemos darles algo a cambio, apenas un poco, les podemos mostrar nuestra gratitud". (Aplausos.) Estados Unidos se enorgullece de defender la libertad en Iraq y se enorgullece de estar de lado del los iraquíes valientes mientras defienden su propia libertad. (Aplausos.)
Hace tres años y medio, Estados Unidos se acongojó por nuestros caídos, se armó de determinación y aceptó una misión. Tomamos la decisión de detener las amenazas para el pueblo estadounidense antes de que llegasen a nuestras orillas, y hemos llevado a cabo esa decisión. También estamos decididos a promover y respaldar el desarrollo de movimientos e instituciones democráticos en cada nación y cultura, con el objetivo final de acabar con la tiranía en nuestro mundo. (Aplausos.)
Este objetivo no se logrará fácilmente ni de una vez por todas ni principalmente por medio de las armas. Sabemos que la libertad, por definición, debe escogerse, y que las instituciones democráticas de otras naciones no se parecen a las nuestras. Sin embargo, también sabemos que nuestra seguridad depende cada vez más de la esperanza y el progreso de otras naciones en las que ahora se gesta la desesperación y el resentimiento. Y la esperanza y el progreso se encuentran solamente con el avance de la libertad.
Este avance es un tema constante en la estrategia de los Estados Unidos, desde los Catorce Puntos hasta las Cuatro Libertades, desde el Plan Marshall hasta la Doctrina Reagan. Sin embargo, el éxito de esta estrategia no depende de tan solo una gran estrategia. Confiamos que el deseo de libertad, incluso cuando es reprimido durante varias generaciones, está presente en cada corazón humano. (Aplausos.) Y ese deseo puede surgir con poder repentino para cambiar el curso de la historia.
Los estadounidenses se deben sorprender menos que nadie por el poder de la libertad. Una nación fundada en una reclamación universal de derechos individuales no debe sorprenderse cuando otros pueblos reclaman tales derechos. Aquéllos que ponen sus esperanzas en la libertad pueden verse atacados y desafiados, pero a fin de cuentas, no se desilusionan, porque la libertad es el designio de la humanidad y la libertad es el curso de la historia. (Aplausos.)
En nuestros tiempos, Estados Unidos fue atacado. Estados Unidos fue desafiado. Pero la incertidumbre y el dolor y el sacrificio de estos años no han sido en vano. Millones han logrado su libertad; y millones más han logrado la esperanza de la libertad que no se les negará. Se ha tocado la trompeta de la libertad y esa trompeta nunca anuncia una retirada. (Aplausos.)
Antes de escribir la historia en los libros, se escribe con valentía, la valentía de soldados honorables, la valentía de los pueblos oprimidos, la valentía de las naciones libres en tareas difíciles. Nuestra generación es afortunada de vivir en tiempos de valentía. Y nos enorgullecemos de promover la causa de la libertad.
Que Dios los bendiga a todos. (Aplausos.)
END 10:49 A.M. EST