The White House President George W. Bush |
Print this document |
For Immediate Release
Office of the Press Secretary
10 de noviembre de 2004
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE Y CANDIDATO A FISCAL GENERAL, EL JUEZ ALBERTO GONZÁLES
The Roosevelt Room
3:40 P.M. EST
EL PRESIDENTE: Buenas tardes. Me complace anunciar mi designación del Juez Al Gonzáles para que sea fiscal general de los Estados Unidos. Esta es la quinta vez que le he pedido al Juez Gonzáles que se ponga al servicio de sus conciudadanos, y estoy muy agradecido de que siga diciendo que "sí".
Hace una década, cuando fui elegido gobernador de Texas, le pedí a Al que fuese mi asesor jurídico. Continuó su distinguido servicio como secretario de estado de Texas y juez del Tribunal Supremo de Texas.
Desde que llegué a Washington hace cuatro años, se ha desempeñado con habilidad e integridad en la Casa Blanca en su capacidad de asesor jurídico del Presidente. He contado con Al Gonzáles para que elija a los mejores candidatos para los tribunales federales, una de las responsabilidades más importantes del Presidente.
Su gran intelecto y sensatez han ayudado a forjar nuestras políticas en la guerra contra el terrorismo - políticas concebidas para proteger la seguridad de todos los estadounidenses y, a la vez, proteger los derechos de todos los estadounidenses. En su calidad del principal funcionario legal del personal de la Casa Blanca, ha dirigido a un equipo excelente de abogados y ha mantenido las más altas normas de ética gubernamental. Tenía mucha confianza en Al para comenzar; no ha hecho sino aumentar con el tiempo.
Durante la última década, he llegado a conocer el carácter de este hombre. Siempre me da su opinión franca. Es una voz calmada y firme en momentos de crisis. Tiene principios inquebrantables, un gran respeto por la ley, y él y Becky son amigos muy queridos de Laura y míos. míos, y también soy amigo de Graham y Gabriel Gonzáles.
Mi más reciente candidato al gabinete creció en una casa de dos habitaciones en Texas con sus padres y siete hermanos. La madre y el padre de Al, Pablo y María, eran trabajadores migratorios que nunca terminaron los estudios primarios, pero trabajaron arduamente para educar a sus hijos e infundir en ellos los valores de la reverencia e integridad y responsabilidad personal. Estas buenas personas llegaron a ver a su hijo, Al, estudiar en Rice University y Harvard Law School. María vive en Humble, Texas en la casa que su esposo construyó, y sólo puedo imaginarme cuán orgullosa está hoy de su hijo, Al.
Desempeñarse como fiscal general es uno de los deberes más difíciles de nuestro gobierno. En su calidad del principal oficial de la ley de la nación, Al continuará los grandes logros de nuestro gobierno al combatir el crimen, fortalecer la FBI, mejorar nuestros esfuerzos nacionales en la guerra contra el terrorismo. Como defensor de las leyes del derecho civil, se asegurará de que los estadounidenses estén protegidos de la discriminación para que cada persona tenga la oportunidad de vivir el Sueño Americano, como él mismo lo ha hecho.
Con la aprobación del Senado, el Juez Gonzáles será el sucesor de otro excelente funcionario público, el Fiscal General John Ashcroft. El Fiscal General Ashcroft se ha desempeñado excelentemente durante tiempos difíciles. En cuatro años, ha reorganizado el Departamento de Justicia para afrontar la nueva amenaza del terrorismo. Ha aplicado de manera equitativa y enérgica la Patriot Act y ayudado a desmantelar células de terrorismo dentro de los Estados Unidos. Bajo su mando, los delitos violentos han alcanzado su punto más bajo en 30 años, y los procesos de crímenes cometidos con armas han alcanzado su más alto nivel. El uso de drogas entre nuestros estudiantes ha bajado. La confianza en los mercados financieros ha sido restaurada porque el fiscal general procedió enérgicamente contra el fraude empresarial. Y gracias al liderazgo de John Ashcroft, Estados Unidos ha aumentado sus esfuerzos para proceder contra la explotación cruel de niños por traficantes de pornografía por Internet. La nación está más segura y más aun hoy porque John Ashcroft ha servido a nuestro país tan bien.
Estoy comprometido al liderazgo firme y basado en los principios en el Departamento de Justicia, y el Juez Al Gonzáles será ese tipo de líder como el octogésimo fiscal general de los Estados Unidos. Insto al Senado a que actúe prontamente sobre esta importante designación. Espero ansiosamente acoger a mi gran amigo al gabinete.
Felicitaciones. (Aplausos.)
JUEZ GONZÁLES: Gracias, señor Presidente. Me acompañan hoy, como dijo el Presidente, mi bella esposa, Rebecca, y dos de nuestros tres hijos, Graham y Gabriel. Y en nombre de los miembros de mi familia, entre ellos, mi mamá, María, y nuestro otro hijo, Jared, gracias, señor Presidente, por esta extraordinaria oportunidad.
Este ha sido un día de emociones encontradas para mí. obviamente, gran humildad y gratitud, pero también un poco de tristeza que, si se me confirma, ya no conduciré a trabajar todos los días a la Casa Blanca, ni interactuaré tan estrechamente con los admirables funcionarios de la Casa Blanca, entre ellos, mi gran equipo en la Oficina del Asesor Jurídico, todos dirigidos hábilmente por mi amigo y mi fuente de inspiración, el Jefe de Gabinete Andy Card.
Pero sí anhelo, si se me confirma, continuar trabajando con mis amigos y colegas en la Casa Blanca en una capacidad diferente en nombre de nuestro Presidente, al seguir haciendo a los Estados Unidos mejor, más seguro y más fuerte.
En mi condición de ex juez, bien sé que los cargos gubernamentales requieren un nivel especial de confianza e integridad. El pueblo estadounidense espera y merece un Departamento de Justicia guiado por el imperio de la ley, y no deber haber duda alguna sobre la dedicación del departamento a la justicia para cada estadounidense. Este principio no puede comprometerse.
Estoy agradecido con el Fiscal General Ashcroft, quien, como el Presidente acaba de reconocer, actuó bien durante un tiempo histórico para nuestro país. Aprecio la valentía y amistad de John Ashcroft, y me esforzaré mucho para aprovechar su labor.
Finalmente, a nuestro Presidente, cuando hablo con personas por todo el país a veces les digo que en la comunidad hispana se comparte una esperanza de una oportunidad de tener éxito. "Simplemente déme una oportunidad de probar lo que valgo" -- esa es una plegaria común para aquellos en mi comunidad. Señor Presidente, gracias por esa oportunidad. Con el consentimiento del Senado, la ayuda de Dios y el respaldo de mi familia, haré lo posible para justificar la confianza que refleja este nombramiento. Gracias, señor. (Aplausos.)
END 3:47 P.M. EST