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Office of the Press Secretary
19 de octubre de 2003

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE A LAS TROPAS TAILANDESAS
Sede del Ejército Real Tailandés
Bangkok, Tailandia

12:40 P.M. (Local)

EL PRESIDENTE: Muchísimas gracias, señor ministro, muchísimas gracias. (Aplausos.) Muchísimas gracias. General Thammarak, comandantes de las Fueras Armadas Reales Tailandesas, miembros del Ejército Real Tailandés, veteranos, miembros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos, distinguidos invitados y ciudadanos de Tailandia, la Sra. Bush y yo apreciamos su bondadosa bienvenida a la Sede del Ejército Real Tailandés. Es un honor para nosotros estar aquí.

President George W. Bush greets Thai troops after his remarks at the Royal Thai Army Headquarters in Bangkok, Thailand, Sunday, Oct. 19, 2003.  White House photo by Paul Morse Es un honor para nosotros estar en el Reino de Tailandia. Hoy me complace transmitir el respeto de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos y los buenos deseos del pueblo estadounidense. Les estoy agradecido a Su Majestad, el rey y su Majestad, la Reina, por invitarnos a este país antiguo y bello.

Anteriormente hoy me reuní con el Primer Ministro Thaksin y tuve el orgullo de reafirmar la gran amistad entre nuestras naciones. Compartimos la creencia en la democracia y los derechos humanos y la tolerancia étnica y religiosa. También compartimos la voluntad de defender dichos valores en tiempos de peligro. Nuestra alianza de convicción también es una alianza de valentía.

El pueblo tailandés ha probado muchas veces su dedicación a la libertad. Nos acompañan hoy los miembros del Movimiento Libre Tailandés, quienes mostraron tanta valentía durante la Segunda Guerra Mundial. Otros veteranos estuvieron en servicio en Corea y Vietnam, donde los estadounidenses y tailandeses lucharon y fallecieron juntos, y durante la Guerra Fría, cuando nuestra alianza fue vital para la estabilidad de Asia. Todos los veteranos tienen un lugar de honor en una gran alianza y saludo su servicio.

Hoy, nuestras naciones se ven desafiadas nuevamente. Nos amenazan enemigos crueles distintos a cualesquiera otros que hemos enfrentado. Los grupos terroristas se esconden en muchos países. Emergen para matar a los inocentes. Buscan armas para matar masivamente. Un campamento terrorista en las montañas de Asia central puede llevarles el horror a las personas inocentes que viven lejos, ya sea en Bali, en Riyadh o en la Ciudad de Nueva York. Un dictador asesino en busca de armas de destrucción masiva que cultiva relaciones con el terrorismo puede amenazar las vidas de millones.

Debemos combatir el terrorismo en muchos frentes. Debemos permanecer a la ofensiva hasta que la amenaza terrorista sea vencida plenamente y definitivamente. Para ganar la guerra contra el terrorismo, debemos perseguir a un enemigo diseminado e ingenioso en los rincones tenebrosos de todo el mundo. Debemos desbaratar sus células, interrumpir sus fuentes de dinero. Debemos oponernos a la propaganda del odio que alimenta su causa. En las naciones donde el resentimiento y el terrorismo se han arraigado, debemos fomentar la alternativa del progreso y de la tolerancia y la libertad que lleva a la paz.

President George W. Bush addresses Thai troops at the Royal Thai Army Headquarters in Bangkok, Thailand, Sunday Oct. 19, 2003.  White House photo by Paul Morse Las naciones que optan por combatir el terrorismo defienden su propia seguridad y protegen la paz de toda la humanidad. Estados Unidos de Norteamérica ha tomado su decisión. El reino de Tailandia ha tomado su decisión. Enfrentaremos este peligro y superaremos esta maldad. A pesar de lo que se nos exija y del tiempo que tarde, proseguiremos hasta que concluya nuestra labor.

Tres meses después de que mi país fuese atacado el 11 de septiembre de 2001, el Primer Ministro Thaksin vino a los Estados Unidos y ofreció la ayuda de Tailandia en la guerra contra el terrorismo. Desde entonces, Tailandia ha introducido tropas fuera de Asia Sudoriental por primera vez en más de 50 años. Algunos de ustedes acaban de regresar de Afganistán, donde dedicaron muchos meses de servicio. Los ingenieros tailandeses reconstruyeron el aeropuerto nacional de Afganistán y ayudaron a restaurar gran parte de la infraestructura de ese país. El pueblo afgano y el pueblo estadounidense están agradecidos por su servicio. El grupo de trabajo tailandés es un aspecto vital de una división multinacional que ayuda a un país destrozado a reconstruir después de muchos años de opresión.

En su propio país, persiguen a terroristas peligrosos y los encuentran, y Estados Unidos les agradece por ponerle fin a la mortal carrera del terrorista Hambali, quien se sospecha planificó el ataque en Bali y otros actos de terrorismo. Tailandia prometió librar la guerra contra el terrorismo, y se está cumpliendo plenamente con dicha promesa.

Tailandia también es una fuerza de bien en todo Asia Sudoriental. Cuando la violencia creó estragos en Timor Oriental, las fuerzas tailandeses, junto con las estadounidenses y australianas, llevaron estabilidad a la más reciente nación del mundo y contribuyeron a establecerla. Esta importante labor leha llevado dignidad al pueblo de Timor Oriental y mayor seguridad en esta región.

Juntas, nuestras dos naciones están combatiendo el narcotráfico al compartir datos de inteligencia que ayudan a los agentes tailandeses de la ley a interceptar los envíos y capturar a los narcotraficantes. Estamos combatiendo la trata de personas para abolir una forma moderna de esclavitud.

Estados Unidos apoya los esfuerzos humanitarios de su país para encontrar, desactivar y disponer de las minas terrestres. Y tras cooperar durante décadas para combatir la hepatitis y malaria, ahora trabajamos juntos para luchar contra el SIDA.

Estados Unidos y Tailandia entienden que el comercio y el crecimiento son las únicas maneras seguras de diseminar la prosperidad y sacar a las personas y las naciones de la pobreza. Y esta mañana, me complace anunciar que Estados Unidos y Tailandia planean iniciar negociaciones de un acuerdo de libre comercio. Esta región y nuestro mundo deben comerciar en libertad algún día.

En todos nuestros esfuerzos comunes, confiamos en los resultados. Confiamos en el poder de la libertad de sobreponerse al odio y elevar a naciones enteras. Confiamos en la fuerza de nuestra alianza y hemos tomado medidas para designar a Tailandia un aliado importante no miembro de la OTAN de los Estados Unidos. Y confiamos en el carácter de aquellos que nos defienden. Las fuerzas estadounidenses y tailandesas están en servicio juntas y se capacitan juntas y estudian en las academias militares en ambos países. Hemos llegado a conocernos y respetarnos.

Estados Unidos recuerda y honra al joven llamado Kemaphoom Chanawongse, conocido por su familia y amigos como Ahn. Nació en Bangkok y era el nieto de un veterano de las Fuerzas Aéreas Reales de Tailandia. Se trasladó a los Estados Unidos cuando tenía nueve años, cumplió con su gran ambición de hacerse un infante de la Marina de los Estados Unidos. Ahn era parte de la fuerza que venció al Ejército de Sadam Hussein. Fue matado en combate cerca de An Nasariyah. Este hijo de Tailandia, este patriota estadounidense, fue enterrado entre los héroes militares de los Estados Unidos en el Arlington National Cemetery. Este valiente infante de la Marina es un honor para la nación a la que servía y un honor para la nación en la que nació.

Tailandia y los Estados Unidos están a muchas millas de distancia. Sin embargo, debido a los ideales que honran siempre tendremos una relación estrecha. Estados Unidos está agradecido por su amistad. Respetamos la destreza y el valor de las Fuerzas Armadas Reales de Tailandia. Y nos enorgullece estar de su lado en la causa de la paz. Que Dios los bendiga. (Aplausos.)

END 12:49 P.M. (Local)


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