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Office of the Press Secretary
7 de septiembre de 2003

DISCURSO DEL PRESIDENTE A LA NACIÓN
The Cabinet Room

8:31 P.M. EDT

EL PRESIDENTE: Buenas noches. He pedido esta oportunidad para mantenerlos informados sobre las medidas de Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo.

President George W. Bush addresses the nation from the Cabinet Room at the White House Sunday, Sept. 7, 2003. The President discussed the progress in Iraq and Afghanistan.  White House photo by Tina Hager Hace casi dos años, tras los mortíferos ataques contra nuestro país, comenzamos una campaña sistemática contra el terrorismo. Estos meses han sido una época de responsabilidades nuevas y sacrificio y resolución nacional y muchos logros.

Estados Unidos y una extensa coalición actuaron primero en Afganistán al destruir los campamentos de capacitación terrorista y derrocar al régimen que protegía a al-Qaida. En una serie de ataques y acciones en todo el mundo, casi dos tercios de los líderes conocidos de al-Qaida han sido capturados o matados, y continuamos tras al-Qaida. Hemos expuesto a grupos de frente de terroristas, incautado cuentas de terroristas, tomado medidas nuevas para proteger nuestro territorio nacional y descubierto células en estado latente dentro de los Estados Unidos. Y tomamos medidas en Iraq, donde el régimen anterior patrocinaba el terrorismo, poseía y utilizaba armas de destrucción en masa, y durante 12 años desafió las exigencias claras del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Nuestra coalición hizo que se cumplieran dichas exigencias en una de las campañas militares más rápidas y humanitarias de la historia.

Durante una generación que llevó al 11 de septiembre de 2001, los terroristas y sus aliados radicales atacaron a personas inocentes en el Medio Oriente y más allá, sin enfrentar una respuesta sostenida y seria. Los terroristas se convencieron de que las naciones libres son decadentes y débiles. Y se volvieron más atrevidos al creer que la historia estaba de su lado. Desde que Estados Unidos apagó los incendios del 11 de septiembre, nos acongojamos por nuestros muertos, y libramos guerra, la historia ha tomado un giro distinto. Hemos librado la lucha contra el enemigo. Estamos reduciendo la amenaza terrorista a la civilización, no en los confines de su influencia, sino en el corazón de su poder.

Esta labor continúa. En Iraq, estamos ayudando a la gente de ese país que sufre desde hace tiempo a que forje una sociedad decente y democrática en el centro del Medio Oriente. Juntos, estamos transformando un lugar de salas de tortura y fosas comunes en una nación de leyes e instituciones libres. Este cometido es difícil y costoso - pero digno de nuestro país y crítico para nuestra seguridad.

El Medio Oriente ya sea se convertirá en un lugar de progreso y paz, o será un exportador de violencia y terrorismo que toma más vidas en los Estados Unidos y en otros países. El triunfo de la democracia y tolerancia en Iraq, en Afganistán y más allá sería un revés grave para el terrorismo internacional. Los terroristas proliferan con el apoyo de los tiranos y los resentimientos de los pueblos oprimidos. Cuando caen los tiranos, el resentimiento da lugar a esperanza, los hombres y mujeres de todas las culturas rechazan sus ideologías de terror y comienzan a buscar la paz. En todo lugar en que se afianza la libertad, el terrorismo se retira.

Nuestros enemigos lo entienden. Saben que un Iraq libre estará libre de ellos - libre de asesinos, torturadores y la policía secreta. Saben que al florecer la democracia en Iraq, todas sus ambiciones llenas de odio caerán como las estatuas del antiguo dictador. Y es por eso que cinco meses después de que liberamos a Iraq, un grupo de asesinos trata desesperadamente de menoscabar el progreso de Iraq y hacer que el país caiga en el caos.

Algunos de los atacantes son miembros del antiguo régimen de Saddam, quienes huyeron del campo de batalla y ahora luchan en las tinieblas. Algunos de los atacantes son terroristas extranjeros que han venido a Iraq para proseguir su guerra contra los Estados Unidos y otras naciones libres. No estamos seguros del grado en que estos grupos colaboran. Sí sabemos que tienen un objetivo común: recuperar a Iraq para la tiranía.

La mayoría de esos asesinos, pero no todos, operan en una región del país. Los ataques sobre los que han escuchado y leído durante las últimas semanas han ocurrido predominantemente en la región central de Iraq, entre Bagdad y Tikrit - la zona que Saddam Hussein dominaba antiguamente. El norte de Iraq generalmente está estable y avanza hacia la reconstrucción y el autogobierno. Las mismas tendencias son evidentes en el sur, a pesar de ataques recientes por grupos terroristas.

Aunque sus ataques son localizados, los terroristas y partidarios de Saddam han hecho mucho daño. Han tendido emboscadas a los soldados estadounidenses y británicos, quienes representan la libertad y el orden. Han matado a los trabajadores civiles de asistencia humanitaria de las Naciones Unidas, quienes representan la compasión y la generosidad del mundo. Han bombardeado la Embajada de Jordania - el símbolo de un país árabe pacífico. Y la semana pasada asesinaron a un respetado clérigo y más de cien musulmanes que oraban al bombardear un templo y un símbolo de las enseñanzas pacíficas del mahometismo.

Esta violencia está dirigida no sólo contra nuestra coalición, sino contra cualquiera en Iraq que represente la decencia y la libertad y el progreso.

Hay más que la rabia ciega en estos ataques. Los terroristas tienen un objetivo estratégico. Quieren que nos vayamos antes de que concluya nuestra labor. Quieren debilitar la determinación del mundo civilizado. En el pasado, los terroristas han citado los ejemplos de Beirut y Somalia, al mantener que si alguien les hace daño a los estadounidenses, rehuimos el desafío. Se equivocan al respecto.

Hace dos años, le dije al Congreso y al país que la guerra contra el terrorismo sería una guerra prolongada, un tipo de guerra distinta, librada en muchos frentes, en muchos lugares. Iraq ahora es el frente central. Los enemigos de la libertad están adoptando una posición desesperada allí y serán vencidos. Esto tomará tiempo y requerirá sacrificio. Sin embargo, haremos lo que es necesario, gastaremos lo que sea necesario, para lograr esta victoria esencial en la guerra contra el terrorismo, para promover la libertad y hacer que nuestra nación esté más protegida.

Estados Unidos ha hecho este tipo de trabajo anteriormente. Tras la Segunda Guerra Mundial, reconstruimos las naciones vencidas de Japón y Alemania, y estuvimos de su lado mientras establecían gobiernos representativos. Dedicamos muchos años y recursos a esta causa. Y ese esfuerzo ha sido retribuido muchas veces durante tres generaciones de amistad y paz. Estados Unidos hoy acepta el desafío de ayudar a Iraq en el mismo espíritu - por su bien y el nuestro.

Nuestra estrategia en Iraq tiene tres objetivos: destruir a los terroristas, conseguir el apoyo de otras naciones a favor de un Iraq libre y ayudar a los iraquíes a asumir la responsabilidad por su propia defensa y su propio futuro.

En primer lugar, tomamos medidas directas contra los terroristas en el teatro iraquí, la cual es la manera más segura de prevenir los ataques futuros contra las fuerzas de la coalición y el pueblo iraquí. Nos mantenemos a la ofensiva con una serie de ataques precisos contra objetivos enemigos guiados cada vez más por los datos de inteligencia que nos dan los ciudadanos iraquíes.

Desde el fin de las operaciones principales de combate, hemos realizado ataques y confiscado muchas reservas escondidas de armas del enemigo y grandes cantidades de municiones, y hemos capturado o matado a cientos de partidarios de Saddam y terroristas. Hasta ahora, de los 55 antiguos líderes iraquíes más buscados, 42 están muertos o bajo custodia. Estamos enviando un mensaje claro: cualquiera que pretenda hacerle daño a nuestros soldados debe saber que nuestros soldados están a su acecho.

En segundo lugar, estamos comprometidos a ampliar la cooperación internacional en la reconstrucción y seguridad de Iraq, así como lo estamos en Afganistán. Nuestros comandantes militares en Iraq me dicen que el número actual de tropas estadounidenses -- casi 130,000 -- es apropiado para su misión. Se les suman más de 20,000 soldados de 29 otros países. Dos divisiones multinacionales, dirigidas por los británicos y los polacos, prestan servicios de lado de nuestras tropas - y para repartir la responsabilidad más extensamente, nuestros comandantes han solicitado una tercera división multinacional para prestar servicios en Iraq.

Algunos países han solicitado una autorización explícita del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas antes de asignar tropas a Iraq. Le he pedido al Secretario de Estado Colin Powell que presente una resolución al Consejo de Seguridad que autorizaría la creación de una fuerza multinacional en Iraq liderada por los Estados Unidos.

Reconozco que no todos nuestros amigos estuvieron de acuerdo con nuestra decisión de hacer cumplir las resoluciones del Consejo de Seguridad y derrocar a Saddam Hussein. Sin embargo, no podemos permitir que las diferencias interfieran con los deberes presentes. Los terroristas en Iraq han atacado a los representantes del mundo civilizado y oponerse a ellos debe ser la causa del mundo civilizado. Los miembros de las Naciones Unidas ahora tienen una oportunidad - y la responsabilidad - de asumir un papel más extenso para asegurarnos de que Iraq se convierta en una nación libre y democrática.

En tercer lugar, estamos fomentando la transferencia ordenada de la soberanía y la autoridad al pueblo de Iraq. Nuestra coalición fue a Iraq como liberadora y partiremos como liberadora. Actualmente, Iraq tiene su propio Consejo de Gobierno, compuesto por 25 líderes que representan a los diversos iraquíes. El Consejo de Gobierno recientemente nombró ministros de Gabinete para dirigir los departamentos del gobierno. En más de 90 por ciento de los pueblos y las ciudades ya funcionan gobiernos locales, los cuales están reestableciendo los servicios básicos. Estamos ayudando a capacitar a las fuerzas de defensa civil para que mantengan el orden y a un servicio policial iraquí para que vele por el orden, un servicio de protección de instalaciones, guardias fronterizos iraquíes para que ayuden a proteger las fronteras y un nuevo ejército iraquí. En todas estas funciones actualmente hay aproximadamente 60,000 ciudadanos iraquíes armados que defienden la seguridad de su propio país y estamos acelerando la capacitación de más.

Iraq está listo para tomar pasos hacia el autogobierno. La resolución del Consejo de Seguridad que presentaremos exhortará al Consejo de Gobierno de Iraq a que presente un plan y un cronograma para redactar una constitución y para celebrar elecciones libres. Desde el comienzo, he expresado mi confianza en la habilidad del pueblo iraquí de gobernarse a s mismo. Ahora deben asumir las responsabilidades de un pueblo libre y proteger los dones de su propia libertad.

Nuestra estrategia en Iraq requerirá recursos nuevos. Hemos realizado una evaluación detallada de nuestras necesidades militares y de reconstrucción en Iraq, y también en Afganistán. Pronto presentaré al Congreso una solicitud de $87,000 millones. La solicitud pagará las operaciones militares y de inteligencia en Iraq, Afganistán y en otros lugares, lo cual esperamos que cueste $66,000 millones durante el próximo año. Esta solicitud presupuestaria también financiará nuestro compromiso a ayudar a la gente iraquí y afgana a reconstruir sus propias naciones, después de décadas de opresión y desgobierno. Proporcionaremos fondos para ayudarlos a mejorar la seguridad. Y los ayudaremos a restaurar los servicios básicos, tales como electricidad y agua, y a construir escuelas, carreteras y clínicas nuevas. Este esfuerzo es esencial para la estabilidad de dichas naciones y, por lo tanto, para nuestra propia seguridad. Ahora y en el futuro, apoyaremos a nuestras tropas y cumpliremos con nuestra palabra a más de 50 millones de personas en Afganistán e Iraq.

Posteriormente este mes, el Secretario Powell se reunirá con los representantes de muchas naciones para hablar sobre sus contribuciones financieras a la reconstrucción de Afganistán. El próximo mes, tendremos una conferencia financiera similar para la reconstrucción de Iraq. Europa, el Japón y los países del Medio Oriente, todos, se beneficiarán del éxito de la libertad en dichos dos países, y deben contribuir a ese éxito.

El pueblo de Iraq está saliendo de una prueba larga. Para ellos, no cabrá la posibilidad de volver a los días del dictador, a la miseria y humillación que le infligió a un país bueno. Para el Medio Oriente y el mundo, no cabrá la posibilidad de regresar a los días de temor, cuando un tirano brutal y agresivo poseía armas terribles. Y para los Estados Unidos, no cabrá la posibilidad de regresar a la era anterior al 11 de septiembre del 2001 - al bienestar falso en un mundo peligroso. Nos hemos dado cuenta de que los ataques terroristas no son causados por el uso de la fuerza; son propiciados por la percepción de debilidad. Y la manera más segura de evitar los ataques contra nuestro propio pueblo es afrontar al enemigo dondequiera que more y haga planes. Combatimos al enemigo en Iraq y Afganistán hoy para que no volvamos a encontrarlo en nuestras propias calles, en nuestras propias ciudades.

Las mayores responsabilidades en nuestra guerra contra el terrorismo caen, como siempre, en los hombres y las mujeres de nuestras fuerzas armadas y servicios de inteligencia. Han eliminado las amenazas que se desarrollaron contra los Estados Unidos y nuestros amigos, y esta nación se enorgullece muchísimo de sus increíbles logros. Estamos agradecidos por su habilidad y valentía, y por sus actos de decencia, los cuales han mostrado el carácter de los Estados Unidos al mundo. Honramos el sacrificio de sus familias. Y nos acongojamos por cada estadounidense que ha muerto tan valientemente, tan lejos de casa.

Los estadounidenses que asumen grandes riesgos en el extranjero entienden la gran causa en la que participamos. No hace mucho recibí una carta de un capitán de la Tercera División de Infantería en Bagdad. Escribió acerca de su orgullo en servir una causa justa y del profundo deseo de libertad de los iraquíes. "Lo veo", dijo, "en los ojos de las personas hambrientas todos los días aquí. Anhelan la libertad y oportunidad". Y concluyó, "Simplemente pensé que le gustaría (recibir) una nota del 'frente de la libertad' ". Ese capitán del ejército y todos nuestros hombres y mujeres que sirven en la guerra contra el terrorismo son los frentes de la libertad. Y quiero que cada uno de ellos sepa, su país les agradece y su país los apoya.

Conciudadanos: Hemos sido sometidos a prueba durante los 24 meses pasados y los peligros no han pasado. Sin embargo, los estadounidenses están respondiendo con valentía y confianza. Aceptamos los deberes de nuestra generación. Estamos activos y resueltos en nuestra propia defensa. Estamos sirviendo por la causa de la libertad - y esa es la causa de toda la humanidad.

Gracias y que Dios continúe bendiciendo a los Estados Unidos.

END 8:49 P.M. EDT


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