The White House
President George W. Bush
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Office of the Press Secretary
19 de mayo de 2003

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE BUSH Y EL PRESIDENTE ARROYO DE LAS FILIPINAS EN CEREMONIA DE LLEGADA DE JEFE DE ESTADO
The South Lawn

9:11 A.M. EDT

     PRESIDENTE BUSH: Señora Presidenta, Dr. Arroyo, miembros de la delegación filipina, miembros del Congreso y distinguidos invitados: En nombre del pueblo estadounidense, Laura y yo les damos la bienvenida a los Estados Unidos.

     Esta es la primera visita de estado por un líder de un país asiático durante mi gobierno. Honran al pueblo estadounidense con su visita, porque nuestras dos naciones comparten vínculos especiales de historia y amistad y familia.  Y compartimos un compromiso a la defensa de la democracia y la promoción de la libertad.

     Apenas hace un siglo, los estadounidenses y los filipinos trabajaron lado a lado para liberar las Filipinas.  Casi medio siglo más tarde, en una guerra mundial, nuestros soldados lucharon y murieron juntos en lugares como Bataan y Corregidor.  Y sobre esta base de sacrificio común, los Estados Unidos y las Filipinas forjaron una alianza que aún es fuerte; una alianza que es esencial para la paz del Pacifico.

     En este siglo nuevo, ambas de nuestras naciones son amenazadas por el terrorismo y estamos decididos a combatir esa amenaza hasta vencerla. Nuestros diplomáticos y nuestros agentes de la ley y de inteligencia trabajan estrechamente para desbaratar las conspiraciones del terrorismo, para interrumpir el financiamiento terrorista y para llevar a los terroristas ante la justicia.

     La Presidenta Arroyo ha acogido a tropas estadounidenses para que entrenen y asesoren a sus contrapartes filipinos en las operaciones contra el terrorismo dirigidas por las Filipinas.  Y ha sido una líder en generar una cooperación más extensa contra el terrorismo en toda la región del Pacífico de Asia.

     Señora Presidenta, Estados Unidos le agradece por todo lo que ha hecho para hacer que nuestro mundo sea más seguro.  (Aplausos.)

     Los ataques terroristas de la semana pasada en Arabia Saudita que mataron a personas inocentes de los Estados Unidos, las Filipinas y muchas otras naciones nos recuerdan que la guerra contra el terrorismo continúa. Las naciones libres del mundo tienen la valentía y la determinación para librar esta guerra. Y juntas, venceremos a las fuerzas del terrorismo mundial.

     La Presidenta Arroyo también reconoce la amenaza que posan las armas de destrucción en masa. Y habló con firmeza y convicción de la necesidad de desarmar al dictador iraquí y liberar al pueblo de Iraq. Ahora, Filipinas ayuda a Iraq a asumir su lugar entre las naciones libres al enviar policías militares y personal médico. La Presidenta y yo, ambos, reconocemos que un Iraq más libre y protegido es bueno para las Filipinas, es bueno para los Estados Unidos, y es bueno para el mundo.

     Compartimos grandes objetivos en el mundo.  Estamos comprometidos a abrir los mercados en Asia y en todo el mundo para incluir a más personas en un círculo en expansión de desarrollo y prosperidad.  Y estamos comprometidos a añadir los recursos morales y materiales de nuestros países a la lucha mundial contra la pobreza y el hambre y la enfermedad.

     La asociación entre nuestras naciones es sostenida por la amistad de nuestros pueblos. Más de 2 millones de estadounidenses trazan su linaje a las Filipinas y enriquecen nuestra vida nacional. Muchos filipino- americanos están al servicio en nuestras fuerzas armadas, y me enorgullece reconocer hoy a uno de ellos.  El Teniente General del Ejército Edward Soriano es uno de los filipino-americanos de más alto rango en la historia militar de los Estados Unidos.  (Aplausos.)  Enorgullece a ambos de nuestros países y honramos su servicio por la causa de la libertad.

     Las Filipinas fue la primera democracia en Asia y tiene una orgullosa tradición de valores democráticos, amor de la familia y fe en Dios. Presidenta Arroyo, usted lleva adelante esa tradición y me enorgullece llamarla mi amiga. (Aplausos.)  Hoy, es un honor para la Primera Dama y para mí darles la bienvenida a usted y al Dr. Arroyo a los Estados Unidos y a la Casa Blanca.  ¡Mabuhay!  (Aplausos.)

     PRESIDENTA ARROYO: Muchísimas gracias.  Presidente Bush, Sra. Bush, Vicepresidente Cheney, Sra. Cheney, Secretario Powell, Sra. Powell, Secretario Rumsfeld, General Myers, funcionarios del gobierno estadounidense, excelencias del cuerpo diplomático, damas y caballeros. Gracias, Presidente Bush, por invitarme a esta visita de estado.  Confirma que las relaciones entre nuestros dos países son más profundas y más cálidas hoy de lo que lo han sido en muchísimo tiempo. (Aplausos.)

     Hoy, nuestros dos países tienen una alianza revitalizada y que madura, arraigada en la historia compartida, los valores compartidos, un interés común en la paz y prosperidad mundial, y un verdadero compromiso a combatir el terrorismo y promover la libertad.

     Nuestra alianza sigue tan fuerte como siempre, aún ahora que el mundo requiere una nueva perspectiva sobre la seguridad política y económica en la región del Pacífico de Asia.  Esta nueva perspectiva debe reconocer que aunque Asia debe asumir una responsabilidad mayor por nuestra propia seguridad política y económica, también debe reconocer que las relaciones estrechas con los Estados Unidos contribuirán muchísimo a la paz y prosperidad, estabilidad y seguridad regional, particularmente del terrorismo.  (Aplausos.)

     Por lo tanto, nosotros, sus amigos, debemos encontrar una manera de apoyar los vínculos continuos y activos con los Estados Unidos en una época en que existen algunas fuerzas en mi región en contra de dicha relación. Aunque la sensatez sugiere la dedicación, ante el terrorismo, la tentación de desligarse es fuerte.  Debemos luchar contra esa tentación, porque la respuesta al temor es la confrontación.  De hecho, debemos apretar filas y permanecer firmes contra las amenazas, no importa cuán graves, cómo se armen o de dónde provengan.  (Aplausos.)

     Para evitarse problemas, algunos países quizá prefieran adaptarse al terrorismo.  Las Filipinas han optado por combatir el terrorismo. (Aplausos.)  Compensamos por los medios tan modestos con que contamos con una determinación inquebrantable de vencer el terrorismo de una vez por todas, y con fe en la justicia de nuestra causa y nuestra amistad con los Estados Unidos.

     Nuestra guerra contra el terrorismo ha alcanzado logros significativos, pero la conclusión de la amenaza es lejana.  La guerra aún no se ha ganado. Pero no cabe duda que se ganará.  Lo único que está en duda es en cuánto tiempo y a qué costo. Como demuestra el ataque terrorista en Riyadh, el cual mató a tanto filipinos como estadounidense, para las Filipinas, la nueva perspectiva de seguridad económica y política en la región del Pacífico de Asia debe tomar en cuenta a más de siete millones de nuestros hombres y mujeres que, al buscar una vida mejor en el extranjero, contribuyen muchísimo al desarrollo de las economías de todo el mundo, entre ellas la de los Estados Unidos.

     Me siento orgullosa de estos filipino-americanos.  (Aplausos.)  Me siento orgullosa de las contribuciones que los filipinos y los filipino- americanos han hecho a la economía y la sociedad estadounidense.  De manera silenciosa pero igualmente importante, podemos compararlas a las contribuciones hechas por los veteranos de la Segunda Guerra Mundial de las Filipinas a la defensa de nuestra libertad y seguridad común.  (Aplausos.)

     También me enorgullecen los firmes vínculos económicos y comerciales que unen a las Filipinas y los Estados Unidos.  Las Filipinas van en pos de reformas económicas requeridas desde hace mucho tiempo. Las reformas actuales y continuas fortalecerán a la República de las Filipinas. Facilitarán la cooperación económica filipina y estadounidense, y contribuirán a promover el costo de combatir la pobreza mundial.

     Aprecio la ayuda del Presidente Bush en nuestra labor por aliviar la pobreza y otros males socioeconómicos de los cuales deriva fuerza el terrorismo.  Como el temor del cual se alimenta, el terrorismo puede contagioso y no será contenido a no ser que acordemos en un enfoque integral para vencerlo en la región sudoriental de Asia.

     Y, entonces, en mi anhelo por hablar sobre ese enfoque integral, espero con interés mis conversaciones con el Presidente Bush y sus funcionarios en su administración.  Y espero que el Presidente Bush me devuelva esta visita al aceptar una visita de estado a las Filipinas a fines de este año.  Gracias. (Aplausos.)

                              END           9:24 A.M. EDT


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