The White House
President George W. Bush
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Office of the Press Secretary
10 de febrero de 2003

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE EN LA CONVENCION DEL 2003 DE LOS NATIONAL RELIGIOUS BROADCASTERS
Opryland Hotel
Nashville, Tennessee

11:07 A.M. CST

     EL PRESIDENTE:  Muchísimas gracias por esa cálida bienvenida.  Es un honor para mí estar aquí.  Quiero darle las gracias a Glenn Plummer por su bondadosa presentación.  Quiero darles las gracias a aquellos que organizaron esta convención por permitirle la entrada al salón a algunos de mis compañeros tejanos.  (Risas.)  Veo a Evans, veo a Gramm.  Es bueno ver rostros amigos. Es bueno ver gente con la que he pasado mucho tiempo de calidad. Gracias por... gracias por permitirme venir.

     Y es un honor para mí estar con tantos de ustedes que han dedicado sus vidas a compartir las buenas nuevas.  (Aplausos.)  Antes de venir a este salón tuve la oportunidad de tener lo que denominan una mesa redonda con miembros de la comunidad de la fe en Nashville, Tennessee; gente que está cambiando a Nashville por medio de su amor y compasión y decencia.

     Conocí a personas del Campus for Human Development (Recinto a favor del Desarrollo Humano).  Es una prueba extraordinaria del espíritu emprendedor social basado en la fe. Y quiero darle las gracias a todos los que participaron en la mesa redonda por compartir conmigo sus relatos. Deseo agradecer en particular a las cuatro personas que se han recuperado de la falta de hogar y la adicción a las bebidas alcohólicas y a las drogas por su valentía al compartir su relato con el Presidente. Es tan inspirador ver su valentía, además de ver la gran obra de nuestro Señor en sus corazones.

     También aterricé hoy y conocí a una mujer extraordinaria de Nashville llamada

Sherry Jean Williams.  Está sentada allá... Sherry Jean, ¿Le importaría ponerse de pie un segundo solamente?  Gracias por asistir.  (Aplausos.)  Me escucharán hablar sobre los ejércitos de compasión de los Estados Unidos; ella es un soldado en los ejércitos de compasión.  Sherry Jean es tutora de niños cuyas mamás o papás están en prisión. Se ofrece como voluntaria para ayudar a los abuelos que están criando a sus hijos. Es una de millones de personas que están ayudando a las personas necesitadas.

     Mi llamado a nuestros conciudadanos es, aunque una persona no puede hacer todo, una persona puede hacer algo para hacer de nuestra sociedad un lugar más compasivo y decente.  Y deseo agradecerle...  (aplausos)... deseo agradecerle, Sherry Jean, por representar a todas las personas decentes, sean madres o padres de guarda - y a propósito, ser un padre de guarda es un aspecto increíblemente importante de nuestra sociedad - o ser un tutor o ser alguien que ofrece su tiempo voluntariamente a los programas para después de las clases para ayudar a salvar vidas, particularmente las vidas de nuestros niños.

     También es maravilloso estar aquí en Opryland.  Es un complejo increíble. (Risas.)  Es necesario un mapa para desplazarse por aquí. (Risas.)  Ya sea eso, o un buen chofer del Servicio Secreto.  (Risas.) Pero es un honor para mí volver y aprecio su cálida hospitalidad.

     Opryland tiene cierta manera de revelar los talentos escondidos de los políticos. Quizá recuerden, en 1974, Richard Nixon vino a Opryland y tocó el piano y le dio una serenata a su esposa. En 1998, Ashcroft, el gran Fiscal General de los Estados Unidos, vino y cantó un dúo con Ray Stevens. (Risas.)  Por lo que estaba pensando... (risas y aplausos.)  Pero sólo llegó a eso.  (Risas.) Creo que dejaré el talento en manos de mis grandes amigos, Michael W. Smith y Sara Paul Brummett.  (Aplausos.)

     Es un gusto ver a Michael W.  Me gusta un hombre cuyo segundo nombre es W.  (Risas.)  Él y Debbie me acompañaron a Laura y a mí en la Casa Blanca hace un par de noches. Es un gusto estar en su presencia. Y una de las cosas notables acerca de la velada es que Michael acordó tocar el piano. Tuvo que cantar durante su cena.   Afortunadamente, lo hizo. (Risas.)  Pero qué placer.

     Durante más de 80 años, los difusores religiosos de los Estados Unidos han estado compartiendo la Escritura en el aire. Llevan palabras de verdad y consuelo y ánimo a millones de hogares. Para ustedes, la difusión es más que un trabajo. Es un gran encargo.  Ustedes ofrecen un servicio con todo su corazón y alma, y Estados Unidos está agradecido. Cada uno de ustedes sabe que el poder de la fe puede transformar una vida. La gente de fe y bondad e idealismo también tiene el poder de trasformar nuestros vecindarios y nuestra nación. He establecido un gran objetivo para los Estados Unidos.  Debemos dedicar la gran compasión de nuestro pueblo a los problemas más graves de este país. Este país cuenta con la bendición de virtualmente millones de voluntarios de buen corazón que obran milagros diarios en las vidas de sus conciudadanos.  Y hoy les pido a nuestros difusores religiosos, aquellos que se comunican con cada rincón de los Estados Unidos, que animen a los ejércitos de compasión para que podamos cambiar a los Estados Unidos un corazón, un alma a la vez.  (Aplausos.)

     El pueblo estadounidense tiene creencias religiosas profundas y diversas; realmente uno de los grandes atributos de nuestro país. Y la fe de nuestros ciudadanos está sosteniéndonos durante épocas difíciles. Se nos está desafiando. Logramos enfrentar dichos desafíos gracias a nuestra fe.

     Después de que se nos atacase el 11 de septiembre, llevamos nuestro dolor a Dios Todopoderoso por medio de la oración. La semana pasada, nuestra nación perdió a siete estadounidenses valientes - almas valientes, seis estadounidenses y un ciudadano israelita, a bordo del trasbordador espacial Columbia.  Laura y yo fuimos a Houston.  Fue un honor tan grande para nosotros el conocer a las familias. No tengo ninguna duda que están encontrando fuerza y consuelo gracias a sus oraciones y gracias a Dios Todopoderoso.

     Durante tiempos de tragedia, la fe nos asegura que la muerte y el sufrimiento no son la palabra final; que el amor y la esperanza son eternos. La fe religiosa no solo consuela; desafía.  La fe enseña que todas las personas son iguales ante los ojos de Dios y deben ser tratadas con la misma dignidad aquí en la tierra.

     Esta noción de la dignidad humana nos fuerza a examinar constantemente nuestro país y nuestros corazones.  Y este ideal ha inspirado algunas reformas grandes en la historia de los Estados Unidos.  La gente de fe dirigió la lucha contra la esclavitud. La gente de fe luchó contra el trabajo de menores. La gente de fe se dedicó a la igualdad de la mujer. Y la gente de fe trabajó por los derechos civiles.

     Y actualmente en los Estados Unidos, la gente de fe está realizando la labor de la compasión. Por lo que muchas personas buenas están sirviendo a su prójimo porque aman a su Dios. Ese espíritu de servicio es vital porque las necesidades en los Estados Unidos son muchas.  Existen sectores de desesperación y soledad y desesperanza en los Estados Unidos. No aceptamos el hecho de que algunos estadounidenses deben sobrellevar permanente en la vida la pobreza o la intolerancia o una niñez sin amor y dirección. Nuestra labor como estadounidenses no estará completa hasta que forjemos una sola nación de justicia y una nación de oportunidad.

     Por supuesto que el gobierno debe estar involucrado y estará involucrado. Acabamos de reformar nuestra asistencia pública en los Estados Unidos y hemos ayudado a muchas personas.  Sin embargo, incluso al esforzarnos por mejorar las leyes de la asistencia pública, sabemos que la política de asistencia pública no resolverá los problemas más graves del espíritu.  (Aplausos.)

     La primera vez que oí un recordatorio interesante de ello fue de Tony Evans.  Él no lo recuerda, pero yo sí. Estábamos en Greenville, Texas. Cuenta un relato de un hombre que es dueño de una casa y hay una grieta en la pared de la casa. Por lo que contrata al mejor pintor que logra encontrar, y el hombre cubre la grieta y todo está bien, hasta que reaparece la grieta.

     Y entonces contrata a otro pintor quien cubre la grieta. Y Tony Evans me recordó a mí y a la audiencia, dijo, uno no soluciona la grieta en la pared hasta que arregla primero los cimientos.  (Aplausos.)

     Esta economía nuestra está creciendo bien; puede ser mejor.  De hecho, tenemos planes en efecto para fomentar la creación de los puestos de trabajo, maneras de estimular el espíritu empresarial del país, fomentar la ampliación de las pequeñas empresas de manera que la gente pueda encontrar trabajo. Sin embargo, existen necesidades que la prosperidad no puede satisfacer nunca.

     Arrestamos y condenamos a los criminales; sin embargo, la construcción de más prisiones no sustituirá la responsabilidad y el orden en las almas. (Aplausos.)  La función del gobierno es limitada, porque el gobierno no puede poner esperanza en los corazones de las personas, o

un propósito en las vidas de las personas.  Eso sucede cuando alguien lleva un brazo a los hombros de un vecino y dice, Dios lo ama, yo lo amo, y puede contar con ambos de nosotros.  (Aplausos.)

     Y es ese espíritu lo que define algunos de los programas sociales más efectivos en los Estados Unidos.  Es ese espíritu de amor y compasión lo que hace que las vidas que se están sanando funcionen. Sin embargo, durante demasiado tiempo, algunos en el gobierno pensaban que no había cabida para que los grupos basados en la fe prestaran servicios sociales. Yo tengo un punto de vista distinto. Yo creo que el gobierno debe acoger a los grupos basados en la fe como aliados en la gran labor de renovar a los Estados Unidos.  (Aplausos.)

     Yo acojo la fe. Yo acojo la fe para que resuelva los problemas más graves de la nación. Entiendo que hay... que el gobierno no debe respaldar un credo religioso o financiar directamente el culto religioso, ni lo hará.  Obviamente, esa no es la función del gobierno, y eso no es lo que estamos diciendo.

     Pero los gobiernos pueden y deben respaldar los servicios sociales eficaces prestados por personas religiosas, siempre que surtan efecto y siempre que esos servicios se presten a cualquier persona necesitada, sin tener en cuenta su religión.  Y cuando el gobierno brinda apoyo, es igualmente importante que las instituciones basadas en la fe no sean forzadas a cambiar de carácter o comprometer su función profética. (Aplausos.)

     Considero que en los grupos benéficos que ayudan a los necesitados, no debería importar si hay un rabino en la junta o una cruz en la pared o una medialuna en la pared o un compromiso religioso en el carácter. Y preguntaría ¿Surte efecto?  Si un terremoto o un huracán destruyen una escuela cristina o judía o musulmana, no se debería negar a esa escuela ayuda federal para desastres porque es de carácter religioso.  (Aplausos.)

     Lo que estoy diciendo es, están llegando a su fin los días de la discriminación contra los grupos religiosos solamente porque son religiosos.  (Aplausos.)  Gracias.  He dado un decreto prohibiendo la discriminación contra los grupos benéficos basados en la fe y las concesiones para servicios sociales por las agencias federales. (Aplausos.)  Continúo colaborando con miembros del Congreso de ambos partidos políticos para promulgar leyes basadas en la fe para fomentar más donaciones caritativas, para que tengamos mayores posibilidades de animar a los ejércitos de la compasión. Hemos creado oficinas basadas en la en departamentos clave del Gabinete para garantizar que los grupos basados en la fe reciban un trato equitativo y acceso justo a los fondos del gobierno.  (Aplausos.)

     Reconozco que algunas personas en el país preguntan, ¿Qué significa esta iniciativa basada en la fe?  ¿Y representa esto una amenaza para mi propio programa?  Y entonces, estoy celebrando reuniones en todo el país para ayudar a los grupos basados en la fe a que entiendan cómo reunir los requisitos de las concesiones gubernamentales sin comprometer su misión. Nos encontramos en medio de una campaña de educación. Estamos comunicándonos con los empresarios sociales que existen en toda esta nación.

     Acudí al Congreso para mi discurso sobre el Estado de la Nación y hablé acerca de dos necesidades que hoy deseo compartir con ustedes. Me preocupan... sé que a ustedes también... aquellos niños cuyas mamás o papás quizá estén en prisión.  Imagínense cómo son las vidas de esos niños. Imagínense cómo se preocupan sobre sus futuros, si este gran país les ofrece esperanza o no.  Sé que al hacer un llamado a los corazones compasivos de nuestros conciudadanos podemos ayudar a salvar aquellas vidas por medio de los programas de tutoría, al poner al niño en contacto con alguien como Sherry Jean Williams, quien sabe que alguien se interesa en ellos durante estos tiempos duros y difíciles.

     Le pedí al Congreso que respalde una propuesta sobre la tutoría que colocará a adultos en las vidas de más de un millón de niños, niños desfavorecidos, entre ellos los niños cuya mamá o papá quizá estén en prisión.  No tengo ninguna duda que si esta nación se lo propone, podemos rodear a estos pequeños de amor y darles más esperanza.

     También me preocupan aquellos que son adictos a las drogas, que luchan por sus propias vidas y la supervivencia contra la adicción. Considero que podemos asumir una estrategia que se concentra en el adicto, darle a esa persona un vale que puede canjearse en cualquier programa que él o ella escoja, particularmente aquellos programas que tienen la capacidad de cambiar el corazón y, por lo tanto, cambiar el hábito.  (Aplausos.) El Congreso necesita escuchar este llamado y colaborar con nosotros para facilitar la tutoría y el consuelo de aquellos que sufren.

     Los difusores religiosos de los Estados Unidos realmente pueden desempeñar una función importante en esta labor y deseo hablar sobre lo que considero puede ser esa función, y hacer unas cuantas sugerencias hoy. (Risas.)  Los medios de difusión cristianos como ustedes pueden comunicarse con 141 millones de personas anualmente. Esa es una audiencia inmensa y esa es una responsabilidad que sé que toman en serio. Esta nación tiene muchas congregaciones ricas e interesadas, y tenemos muchas iglesias en zonas de bajos ingresos que también necesitan ayuda.  Sus voces llegan a todas ellas; pueden comunicarse con ellas, tanto ricas como pobres; tanto iglesias suburbanas como iglesias urbanas.  Y pueden ayudar a juntarlas para que ofrezcan servicios a aquellos que sufren, para que podamos lograr una sociedad más justa y generosa.

     Se ha dicho que las 11:00 a.m. del domingo es la hora más segregada en los Estados Unidos.  Todos tenemos una responsabilidad de derrumbar las barreras que nos dividen. En la Escritura, Dios nos ordena a extenderle la mano a aquellos que son diferentes, a reconciliarnos unos con los otros, a ofrecer nuestras vidas al servicio de los otros. Y Él promete que los frutos de la fe y la confraternidad, el servicio y la reconciliación superarán por mucho los esfuerzos que hagamos para lograrlos.

     A menudo, las iglesias suburbanas están apenas a una corta distancia de los hermanos y las hermanas que enfrentan grandes necesidades y realizan el trabajo de Dios. He allí una oportunidad de poner fin a las divisiones artificiales y juntarse en la confraternidad y el servicio. También hay una obligación.  Los pobres y los que sufren son la responsabilidad de toda la iglesia, incluso si aquellos no son miembros de ninguna iglesia. (Aplausos.)

     Cuando una iglesia suburbana y una iglesia urbana se hagan socias con todos los derechos, sucederán grandes cosas. Ambas iglesias se beneficiarán. La Chicago Christ Church de Oak

Brook, y Lawndale Community Church están colaborando para prestar servicios a los enfermos en la clínica de atención de la salud a los pobres de Lawndale.  En Boston, Wellesley Congregational Church y la histórica Charles Street AME Church están creando un nuevo centro para mejorar las destrezas de lectura y computación de los residentes de Roxbury.

     Aquí mismo en las afueras de Nashville, Tennessee, en Franklin, Tennessee, una conversación entre un pastor adjunto de Christ Community Church y el pastor de First Missionary Baptist Church inició una confraternidad que ahora incluye a casi 60 pastores y parroquianos de todas las razas y denominaciones.  Sé que es un hecho porque hoy escuché hablar a ambos.

(Aplausos.)  Sus iglesias colaboran para respaldar una clínica médica para los niños pobres; una oficina legal que brinda asesoría gratuitamente; una New Hope Academy, una escuela basada en la fe donde los niños de diferentes orígenes estudian juntos, aprenden juntos la literatura clásica. La fuente inspiración de la iglesia me dijo que su esperanza era ofrecerle una visión clara a los niños - una visión que era positiva y optimista y clara.  Dijo, una cosa es enseñar a un niño a leer, pero deseo que el niño alfabetizado vislumbre un día mejor.

     Primero, el Pastor Denny Denson de la First Missionary Baptist -- Denny está con nosotros, a propósito - estaba un poquito preocupado sobre cómo funcionarían estas iglesias tan distintas.  Y esto es lo que dice. Dice: Aún hay ciertas murallas allí, pero son lo suficientemente bajas como para simplemente pasar por encima de ellas. (Aplausos.)  Y luego dijo lo siguiente, dijo: Estamos comprometidos unos a los otros hasta el final. Y el área de Nashville sale ganando.

     En todas estas sociedades, se mejoran vidas. Vemos unidad y reconciliación racial.  Vemos la fe renovada por sus obras.

     Por lo que hoy les pido que desafíen a sus oyentes a amar a alguien como les gustaría ser amados; que les recuerden que una persona puede tener un impacto en la vida de alguien; que los animen a ser tutores; que los animen a iniciar un pastorado que encontrará a los niños de aquellos que están encarcelados y los amará. Les pido que desafíen a sus oyentes a alentar a sus congregaciones a colaborar por el bien de esta nación, a esforzarse mucho por derrumbar las barreras que han dividido a los hijos de Dios durante demasiado tiempo. (Aplausos.)

     No tengo ninguna duda que podemos librar a esta nación de la desesperanza y la desesperación, porque lo más grandioso de los Estados Unidos es el carácter del pueblo estadounidense.  (Aplausos.)  Somos un país compasivo y somos generosos con nuestros conciudadanos.  Y somos un país valiente, listo para defender la paz cuando es necesario.

     Y actualmente, la paz se ve amenazada.  Enfrentamos una amenaza continua de redes

terroristas que odian la sola noción de un pueblo que puede vivir en libertad.  Odian la idea del hecho que en este gran país, podemos adorar a Dios Todopoderoso de la manera que consideremos apropiada.  (Aplausos.)  Y probablemente lo que lo molesta aún más es que no vamos a cambiar.  (Risas y aplausos.)

     Enfrentamos en Iraq a un régimen al margen de la ley que odia a nuestro país; un régimen que ayuda y ofrece refugio a los terroristas y está armado con armas de destrucción en masa.  Antes del 11 de septiembre de 2001, había mucha gente buena que creía que Saddam

Hussein podía ser contenido. Antes del 11 de septiembre de 2001, pensábamos que los océanos nos protegerían para siempre; que si veíamos una amenaza que surgía en algún otro lugar del mundo, podíamos responder si optábamos por hacerlo -- si optábamos por hacerlo.  Pero todo eso cambió ese día funesto.

     Los agentes químicos, los virus letales y las redes terroristas tenebrosas no son fácilmente contenidos. De manera secreta, sin dejar huellas, Saddam Hussein puede proporcionarles una de sus armas escondidas a los terroristas, o ayudarlos a desarrollar las suyas propias. Saddam

Hussein es una amenaza.  Es una amenaza para los Estados Unidos de América.  Es una

amenaza para algunos de nuestros mejores amigos y aliados.  No aceptamos esta. (Aplausos.)

     Es más, el mundo consideraba esto una amenaza hace 12 años.  Hace 12 años se dijo a Saddam Hussein que depusiera las armas, por una razón: Es un hombre peligroso.  Y no se ha desarmado. Hemos probado las sanciones económicas; no ha cambiado. A lo largo de los años, hemos probado ataques limitados de instalaciones militares.  No surtieron efecto.  Le hemos ofrecido a Iraq el camino del desarme y las inspecciones voluntarios. El régimen iraquí lo está rechazando.

     Saddam Hussein ha faltado a cada una de sus promesas de desarmarse. Ha mostrado un desdén total de la comunidad internacional. El otoño pasado, la comunidad internacional se pronunció con una voz unida. Dijo: Esta es su última oportunidad, Sr. Saddam Hussein, de hacer lo que dijo que haría, lo cual es, en nombre de la paz, deponer las armas; destruir sus armas de destrucción masiva.  La función de los inspectores no es jugar al escondite, en un país del tamaño de California, con 104 personas.  La función de los inspectores es verificar si el Sr. Saddam Hussein está cumpliendo con su palabra o no; si está presentando sus armas y destruyéndolas o no -- las armas, a propósito, que dice que no tiene.

     Mi opinión es que es nuestra obligación con las generaciones futuras de estadounidenses y a los ciudadanos de los países que aman la libertad el asegurarnos de que el Sr. Saddam Hussein esté desarmado.  (Aplausos.)  Cómo se desarmará es su decisión. Puede hacer eso, o - lo cual no parece que hará - por el bien de la paz, lideraremos una coalición de países dispuestos y desarmaremos a Saddam Hussein.  (Aplausos.)

     Si se nos fuerza a una guerra - y digo "se nos fuerza", porque el uso de las fuerzas armadas no es mi primera elección -- estrecho a las madres y viudas de aquellos que hayan perdido sus vidas en nombre de la paz y la libertad.  Tomo mis responsabilidades sobre la introducción de las tropas muy seriamente. Pero de tener que usar tropas, por el bien de las generaciones futuras de estadounidenses, las tropas estadounidenses actuarán según las honorables tradiciones de nuestras fuerzas armadas y las más altas tradiciones de nuestro país.

     Trataremos de todas la maneras posibles de evitar hacerle daño a las vidas inocentes. El pueblo de Iraq no es nuestro enemigo.  (Aplausos.)

     El verdadero enemigo del pueblo iraquí, Saddam Hussein, tiene una estrategia distinta. En violación del Tratado de Ginebra, Saddam Hussein está posicionando sus fuerzas militares dentro de las poblaciones civiles para proteger a sus fuerzas armadas y echarle la culpa a las fuerzas de la coalición por las bajas civiles que cause.  Saddam Hussein considera al pueblo iraquí escudos humanos, totalmente prescindibles cuando su sufrimiento satisface sus objetivos.

     Estados Unidos considera al pueblo iraquí seres humanos que han sufrido lo suficiente bajo este tirano.  (Aplausos.)  Y el pueblo iraqu puede estar seguro de lo siguiente: Estados Unidos está comprometido a ayudarlo a forjar un futuro mejor.  Si hay cualquier conflicto, llevaremos alimentos y medicamentos y provisiones a Iraq y, lo más importante, la libertad.  (Aplausos.)

     Como dije en mi discurso sobre el Estado de la Nación, la libertad no es el regalo de los Estados Unidos al mundo. La libertad es el regalo de Dios a cada ser humano en el mundo.  (Aplausos.) Estados Unidos enfrenta grandes desafíos; desafíos en el país y desafíos en el extranjero. Se nos llama a que extendamos la promesa de este país a las vidas de cada uno de los ciudadanos que viven aquí. Se nos llama a defender nuestra nación y liderar al mundo hacia la paz, y responderemos a ambos desafíos con valentía y con confianza.  (Aplausos.)

     Hay un viejo refrán, "No recemos por tareas semejantes a nuestras fuerzas. Recemos por fuerzas semejantes a nuestras tareas".  (Aplausos.) Y esa es nuestra plegaria hoy, por la fuerza en cada una de las tareas que enfrentamos.

     Quiero darle las gracias a cada uno de ustedes por sus oraciones. Quiero darles las gracias por su devoción. Quiero darles las gracias por su buena labor. Y quiero darles las gracias por amar a su país.

    Que Dios los bendiga a todos y que Dios bendiga a los Estados Unidos. (Aplausos.)

                                 END                              11:45 A.M. CST


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