The White House
President George W. Bush
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Office of the Press Secretary
12 de diciembre de 2002

DECLARACIONES DEL PRESIDENTE EN LA WHITE HOUSE REGIONAL CONFERENCE ON FAITH-BASED INITIATIVES
Downtown Marriott Hotel
Filadelfia, Pennsylvania

12:45 P.M. EST

     EL PRESIDENTE:  Muchísimas gracias por la cálida bienvenida.  Es un placer volver a Filadelfia, una ciudad conocida por la historia que se escribió aquí y el espíritu de compasión que se encuentra aquí.

     Es un honor para mí pasar un rato con todos ustedes. Les agradezco su interés por nuestro país. Aman a Dios con todo su corazón y toda su alma y toda su fuerza. (Aplausos.)  Aman a su prójimo.  (Aplausos.)  Y con las obras producto de su fe, están forjando un país más generoso. Y estamos agradecidos por sus esfuerzos.  (Aplausos.)

     Agradezco la tremenda asistencia a esta White House Conference on Faith-based and Community Initiatives (Conferencia de la Casa Blanca sobre las Iniciativas Basadas en la Fe y Comunitarias).  Considero que esa una conferencia realmente importante.  Están representados acá muchos credos y muchas tradiciones. Sin embargo, compartimos la misma convicción que todos los necesitados son hijos dignos de Dios.  (Aplausos.) Y compartimos el mismo objetivo:  Debemos llevarles la esperanza y el consuelo de los servicios basados en la fe a más estadounidenses.

     El gobierno ha sido lento en reconocer la importancia de los esfuerzos basados en la fe y comunitarios. Eso está cambiando. Y son necesarios más cambios. Entonces, hoy estoy anunciando una serie de medidas para poner fin al tratamiento injusto de las organizaciones religiosas de beneficencia por el gobierno federal.  (Aplausos.)

     Si una organización benéfica está ayudando a los necesitados, no debería tener relevancia si hay un rabino en su directorio, o una cruz o una medialuna en la pared o un compromiso religioso en sus estatutos. Llegan a su fin los días de discriminación contra los grupos religiosos simplemente porque son religiosos.  (Aplausos.)

     Y quiero darle las gracias a los miembros de mi Gabinete que viajaron hoy aquí, Mel Martínez y Ann Veneman.  Aprecio el hecho que estén acá dos excelentes Senadores de los Estados Unidos, Rick Santorum y Arlen Specter. Es un honor para mí que viajasen conmigo para este excelente evento. (Aplausos.)  Veo que el Congresista Greenwood nos acompaña también. Gracias por asistir.  ¿Alguien más del Congreso?  Recibirán el mensaje. (Aplausos.)

     Quiero darle las gracias a Mike Brown, el Subdirector de FEMA, quien está aquí. Por supuesto que quiero darle las gracias al Alcalde, John Street.  Aprecio el hecho... (aplausos)... Aprecio el hecho de que el alcalde entienda la importancia de fomentar los programas basados en la fe para cambiar los vecindarios y las vidas de las buenas personas de Filadelfia.

     Quiero darle las gracias al Cardenal Bevilacqua por asistir.  Su Eminencia, es un gusto verlo, señor.  Quiero darle las gracias a Franklin Graham.  Quiero agradecerles a todos los líderes, los generales, los soldados en los ejércitos de compasión que nos acompañan hoy aquí. (Aplausos.)

     Hoy, cuando aterricé en el Air Force One... una de las cosas que trato de hacer es proclamar a los héroes de la sociedad.  Conocí a Gary Hobbs, que saluda a favor de USA Freedom Corps. Es un antiguo jugador de la NFL para los Eagles, por supuesto, que se ofrece de voluntario para aconsejar a los niños desfavorecidos. Quiero darle las gracias a Gary por su apoyo y su servicio.  (Aplausos.)

     Cada generación de estadounidenses debe ponerse a la altura de sus propios retos y los retos que enfrenta esta generación están muy claros. Debemos sobreponernos a los peligros para nuestro país, dondequiera que se acumulen. Estamos librando una guerra... estamos librando un esfuerzo implacable en esta guerra para desmantelar a una red terrorista que ha atacado a los Estados Unidos.

     No tengo obligación más importante que proteger a nuestro país y defender nuestras libertades. Confrontaremos a los regímenes al margen de la ley que odian a nuestro país y se arman para amenazar la propia civilización.  Tenemos esa obligación de reconocer que el mundo cambió para los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.  Antes de esa fecha, parecía que podíamos usar los océanos para protegernos de los peligros crecientes. Podíamos confiar en que no cabía la posibilidad de que alguien le hiciera daño a los Estados Unidos, hiciera daño a los estadounidenses en territorio estadounidense. Y eso cambió.  Y, por lo tanto, nuestro gobierno y sus líderes deben contar con una evaluación realista de los peligros que hemos enfrentado y enfrentamos. Hemos actuado, y volveremos a actuar, para proteger al pueblo estadounidense y mantener la paz. (Aplausos.)

     También debemos hacerle frente a un segundo reto que enfrenta nuestro país. Este país grandioso y próspero debe convertirse en una sola nación de justicia y oportunidad.  Debemos continuar nuestro movimiento hacia la plena igualdad para cada ciudadano que exige la garantía de derechos civiles para todos.  (Aplausos.)  Cualquier sugerencia que el pasado segregado era aceptable o positivo es ofensiva y está equivocada. (Aplausos.)

     Los comentarios recientes... los comentarios recientes por el Senador Lott no reflejan el espíritu de nuestro país.  (Aplausos.)  Se ha disculpado, como debe ser.  Cada día en que nuestra nación estuvo segregada fue un día que Estados Unidos le fue infiel a los ideales que bajo los cuales se fundó nuestro país.  (Aplausos.)  Y los ideales de nuestra nación y, de hecho, los ideales del partido que represento eran y siguen siendo hoy la igualdad de dignidad y la igualdad de derechos para cada estadounidense.  (Aplausos.)

     Y entonces... y este es el principio que guía a mi gobierno. No descansaremos, ni debemos hacerlos, hasta que todas las personas de todas las razas crean en la promesa de los Estados Unidos porque la ven en sus propios ojos, con sus propios ojos, y la viven y la sienten en sus propias vidas.

     Tenemos trabajo por hacer. Debemos ser francos al respecto.  Tenemos muchísimo trabajo por hacer en este país, porque existen sectores de desesperación en los Estados Unidos.

(Aplausos.)  Hay hombres y mujeres que dudan que el Sueño Americano es para ellos. Hay personas que enfrentan las luchas de enfermedad y edad avanzada sin nadie que los ayude ni rece por ellos. Hay hombre y mujeres que luchan cada minuto del día contra adicciones terribles. Hay niños sin otra familia que una pandilla, madres adolescentes que están abandonadas y solas. Y luego hay niños que se preguntan por qué no los ama nadie.

     Hemos reformado la asistencia pública en Estados Unidos para ayudar a muchos, sin embargo la política sobre asistencia pública no contribuirá a solucionar los problemas más profundos del espíritu.  (Aplausos.)  Nuestra economía está creciendo. Sin embargo, existen ciertas necesidades que la prosperidad nunca satisfará.  Arrestamos y declaramos culpables a criminales peligrosos; sin embargo, construir más prisiones no es un substituto de la responsabilidad y el orden en nuestras almas.  (Aplausos.)

     Ninguna política del gobierno puede poner esperanza en los corazones de las personas ni un propósito en las vidas de las personas. Eso se hace cuando alguien, alguna alma caritativa abraza a un vecino y dice, Dios lo ama y yo lo amo y puede contar con ambos. (Aplausos.)

     Y encontramos ese poderoso espíritu de compasión en los grupos basados en la fe y comunitarios en todo nuestro país:  Personas que dan albergue a los destituidos; proporcionan seguridad a las mujeres maltratadas; cuidan y consuelan a las víctimas del SIDA; acompañan a los ancianos solitarios.

     Vi ese espíritu de compasión hoy cuando visité a los adultos y niños involucrados en un programa llamado Amachi en la Bright Hope Baptist Church acá mismo en Filadelfia. En el programa Amachi, las buenas personas de más de 50 iglesias en esta zona hacen de tutores de los hijos de los prisioneros. Comparten su tiempo y atención. Simplemente hacen de amigos.

    A la mayoría de nosotros se nos hace difícil imaginarnos la vida de un niño que tiene que cruzar la reja de una presión para ser abrazado por su mamá o papá. Sin embargo, esta es la realidad de un millón y medio de niños y niñas estadounidenses.  Enfrentan desafíos terribles

que ningún niño merece enfrentar.  Sin guía, enfrentan riesgos más altos de fracasar en la escuela y cometer crímenes ellos mismos. Los voluntarios de Amachi, que están hoy con nosotros acá con los niños que aman, son otorgantes tan maravillosos de orientación y amor.

     Me dicen que "amachi" es una palabra de África Occidental que quiere decir, "Aquél que sabe lo que Dios nos ha dado por medio de este niño". Esa actitud es la fuente de inspiración de un buen programa de tutoría. Ningún niño es un problema o una carga; cada niño es una prioridad y una bendición.  (Aplausos.)  Ese es el mensaje de Dios todopoderoso que los ama y ese es el mensaje que los voluntarios de Amachi le dan a la ciudad.  Y quiero darles las gracias por estar hoy aquí. Y quiero agradecerles por su amor. Y quiero agradecerles por su ejemplo a ser seguido por otros estadounidenses.

     Las organizaciones benéficas basadas en la fe hacen milagros diariamente porque tienen voluntarios idealistas. Las guían principios morales. Conocen los problemas de sus propias comunidades y, por encima de todas las cosas, reconocen la dignidad de cada ciudadano y las posibilidades de cada vida. Estos grupos y muchas otras organizaciones benéficas que son específicamente religiosas tienen el corazón de prestarle servicios a otros. Sin embargo, carecen de los recursos que necesitan para satisfacer las necesidades a su alrededor.

     Merecen el apoyo del resto de nosotros.  Merecen el apoyo de las fundaciones.  Merecen el apoyo del mundo corporativo estadounidense. (Aplausos.)  Merecen el apoyo de donantes individuales, de congregaciones eclesiásticas, de sinagogas y de mezquitas. Y luego, merecen, cuando sea apropiado, el apoyo del gobierno federal.  (Aplausos.)

     Los grupos basados en la fe nunca reemplazan al gobierno cuando se trata de ayudar a los necesitados.  Sin embargo, el gobierno debe reconocer el poder y las contribuciones únicas de los grupos basados en la fe en todas las regiones de nuestro país. Y cuando el gobierno federal ofrece contratos a grupos privados para prestar servicios sociales, los grupos religiosos deberían tener las mismas oportunidades de competir. (Aplausos.)  Cuando se toman decisiones sobre los fondos públicos, no deberíamos concentrarnos en la religión que uno profesa; deberíamos concentrarnos en los resultados que uno logra.  (Aplausos.)

     El programa Amachi recibe un 38 por ciento de sus fondos del gobierno federal.  Mi administración ha estado esforzándose durante casi dos años por fomentar este tipo de apoyo a los programas basados en la fe. Y estamos alcanzando logros. En el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, dirigido por Mel, hemos cambiado las reglas de ocho programas que abarcan más de $8 mil millones en subvenciones para fomentar la competencia que incluye a los grupos basados en la fe.  Hemos hecho que más de $1 mil millones en programas para después del día escolar estén sujetos a competencia, la cual incluye a los grupos basados en la fe. Estamos estrechando los lazos con los grupos comunitarios y ayudándolos a aprender el proceso complicado de concesión de subvenciones. Veo muchas cabezas que asienten cuando se trata del proceso complicado.  (Risas.)

     Sin embargo, queda mucho por hacer.  En el gobierno, aún estamos combatiendo actitudes, hábitos y reglas viejas que discriminan contra los grupos religiosos por ningún propósito válido. En Iowa, por ejemplo, se le dijo al Victory Center Rescue Mission que devolviese fondos de subvención al gobierno porque la junta de directores de la misión no era suficientemente secular.  Se le denegó una subvención a la St. Francis House Homeless Shelter en Dakota del Sur porque se ofrecían oraciones voluntarias antes de las comidas. Hace unos cuantos años en Nueva York, se desalentó al Metropolitan Council on Jewish Poverty a siquiera solicitar fondos federales porque su nombre incluía la palabra "judía".

     Estos son ejemplos de una norma mayor, una norma de discriminación. Y esta discriminación muestra una falta de entendimiento fundamental  sobre las leyes. Reconozco que al gobierno no le incumbe respaldar cierta religión ni financiar directamente el culto religioso ni la enseñanza religiosa.  Eso no le incumbe al gobierno.  Sin embargo, el gobierno puede y debe apoyar los servicios sociales prestados por personas religiosas, siempre que esos servicios se brinden a cualquiera que los necesite, sin importar su religión.  (Aplausos.)  Y cuando el gobierno brinde esa ayuda, no se debería forzar a los grupos benéficos y los programas basados en la fe a cambiar su naturaleza ni comprometer su misión.  (Aplausos.)

     Y no tengo la intención de comprometer ninguno de los dos. (Aplausos.)  Me he dedicado a una iniciativa basada en la fe para consolidar y fomentar los ejércitos de compasión. Continuaré colaborando con el Congreso en este plan de trabajo. Pero las necesidades de nuestro país son urgentes y, como Presidente, tengo cierta autoridad que pretendo ejercer.  (Aplausos.)

Muchos actos de discriminación, muchos actos de discriminación contra los grupos basados en la fe son cometidos por las agencias del poder ejecutivo.

Y, en mi capacidad de líder del poder ejecutivo, voy a hacer ciertos cambios con vigencia a partir de hoy.  (Aplausos.)

     Primero, en unos cuantos minutos, les complacerá saber... (risas)... firmaré un decreto ley que ordena a todas las agencias federales a cumplir con el principio de igualdad en el tratamiento al otorgar subvenciones de servicios sociales.  (Aplausos.)

     Cada persona en cada agencia del gobierno debe saber cuál es la posición del Presidente.  Y cada persona tendrá la responsabilidad de garantizar condiciones equitativas para las organizaciones basadas en la fe en los programas federales.  No se utilizarán fondos para respaldar directamente las actividades inherentemente religiosas; sin embargo, no se forzará más a ninguna organización que reúne los requisitos para recibir fondos a que cambie su identidad.

     Y en segundo lugar, he ordenado medidas específicas en varias agencias federales con una historia de discriminación contra los grupos basados en la fe. FEMA modificará su política sobre la ayuda de emergencia, de manera que los grupos religiosos y sin fines de lucro puedan reunir los requisitos para la ayuda después de casos de desastre, tales como huracanes y terremotos.  (Aplausos.) HUD y HHS, que proporcionan tanto dinero en subvenciones a las comunidades en todo Estados Unidos, modificarán sus reglas para reflejar el principio de no-discriminación.

(Aplausos.)

     Además, estamos publicando una guía que han recibido. El libro explica en inglés sencillo...  (risas)... cómo los grupos basados en la fe pueden reunir los requisitos de las subvenciones del gobierno. Ofrece pautas sobre lo que pueden o no hacer con el dinero de los contribuyentes. Vamos a distribuir esta guía extensamente. Continuaremos celebrando reuniones regionales como esta en todos los Estados Unidos de América. Las reglas para tratar con el gobierno son claras y queremos que más grupos benéficos basados en la fe se hagan socios en nuestros esfuerzos, nuestros esfuerzos inalterables por cambiar a los Estados Unidos un corazón, una conciencia, un alma a la vez.  (Aplausos.)

     Por medio de estas medidas, espero que todo grupo basado en la fe en los Estados Unidos,

los empresarios sociales de Estados Unidos, entiendan que este gobierno respeta su labor y respetamos los motivos detrás de su labor.  No queremos que se conviertan en copias idénticas de los programas públicos. (Aplausos.)  Queremos que sigan sus conciencias. Queremos que sigan la palabra. Queremos que realicen la labor de bondad y misericordia que se les ha llamado a realizar.  (Aplausos.)  Gracias.

     Durante demasiado tiempo, demasiado tiempo, algunos en el gobierno creían que no había cabida para la fe en el servicio público.

     MIEMBRO DE LA AUDIENCIA:  ¡Continúa predicando, hermano!  (Aplausos.)

     EL PRESIDENTE:  Supongo que se han olvidado la historia de este gran país. Personas de fe encabezaron la lucha contra la esclavitud. Personas de fe combatieron contra el trabajo de menores.  Personas de fe se dedicaron a la igualdad de las mujeres y los derechos civiles. Cada expansión de la justicia en la historia estadounidense recibió inspiración de hombres y mujeres de convicciones morales y creencias religiosas.  Y actualmente en los Estados Unidos, personas de fe están librando una campaña decidida contra la necesidad y el sufrimiento.

     Cuando el gobierno discrimina contra los grupos religiosos, no son los grupos religiosos los que más sufren. La pérdida es la de los hambrientos que no son alimentados, los adictos que no reciben ayuda, los niños que tienden a la autodestrucción. Por el bien de tantos hermanos y hermanas necesitados, debemos apoyar a los ejércitos de compasión de los Estados Unidos, y lo haremos.  (Aplausos.)

     Las medidas que adoptamos hoy ayudarán a despejar el legado de discriminación contra las organizaciones benéficas basadas en la fe. Este año nuevo, anunciaré más iniciativas para ayudar a los grupos comunitarios que prestan servicios a sus vecinos.

     Nuestra nación necesita a más tutores, particularmente, a mentores de niños cuyas mamás o papás están en la cárcel. (Aplausos.)  Nuestra nación necesita más centros para tratar las adicciones. Nuestra nación debe reconocer que si podemos cambiar un corazón, tenemos mayores probabilidades de cambiar los hábitos de alguien y la adicción a las drogas y a las bebidas alcohólicas. (Aplausos.)  En vez de construir burocracias inmensas, el gobierno debería encontrar maneras nuevas y creativas de apoyar los esfuerzos locales.

     Denomino a este enfoque el conservatismo compasivo.  Y en mi mensaje a la nación, les pediré a los miembros de ambos partidos políticos que avancen conmigo hacia esta visión. Al promover la compasión entre nuestra gente, al promover la gran fuerza de los Estados Unidos, traeremos renovada esperanza a los vecindarios por todo este país.

     ¿Saben algo sobre los Estados Unidos?  Resolvemos cada uno de los problemas que nuestro país enfrenta. Es por ello que estoy tan optimista sobre nuestro futuro. Y responderemos al llamado de nuestra era. Defenderemos nuestras libertades y dirigiremos al mundo hacia la paz. Y uniremos a los Estados Unidos a favor de los grandiosos objetivos de justicia y compasión.

     En la labor de la compasión, no son las personas del gobierno las expertas; las personas en este salón son las expertas.  (Aplausos.)  Las personas en este salón están ayudando a dirigir a los Estados Unidos hacia un futuro mejor.  Simplemente necesitan saberlo. Y necesitan saber que estoy increíblemente agradecido por lo que hacen. Hay un dicho, nadie puede enseñarle a ser un buen siervo de Dios; uno lo aprende en la práctica.  (Aplausos.)  Y ustedes están realizando esa labor increíblemente bien.

     MIEMBRO DE LA AUDIENCIA:  ¡Y usted también!  (Aplausos.)

     EL PRESIDENTE:  Aprecio su compromiso... aprecio su compromiso. Aprecio su servicio. Aprecio su amor. Y ahora, me enorgullece promulgar este decreto ley que proporciona tratamiento equitativo a los grupos benéficos basados en la fe en el país más grandioso en la faz de la Tierra, Estados Unidos de América.  Que Dios los bendiga.

                                 END        1:10 P.M. EST


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