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Oficina del Secretario de Prensa
14 de julio de 2008

Declaraciones del Presidente en el 10mo Aniversario de la Ley Internacional para la Libertad de Religión
Roosevelt Room

11:51 A.M. Edt

EL PRESIDENTE: Gracias a todos, sírvanse tomar asiento. Bienvenidos. Deseo darles la bienvenida al congresista Wolf, el congresista Smith, el congresista Franks, al ex Senador Nickles; gracias a todos por venir. Es un gran honor para mí que hayan venido para celebrar el 10mo aniversario de la Ley Internacional para la Libertad de Religión (International Religious Freedom Act).

President George W. Bush addresses his remarks honoring the 10th anniversary of the International Religious Freedom Act, speaking Monday, July 14, 2007 in the Roosevelt Room at the White House. White House photo by Joyce N. Boghosian Esta ley que conmemoramos hoy se basa en una tradición que definió a nuestra nación. Al fin y al cabo, cuando los fundadores adoptaron la Declaración de Derechos, la primera libertad consagrada fue la libertad de religión. Reconocieron que la libertad más básica que pueden tener los seres humanos es el derecho de rendirle culto a su Dios, tal como les parezca. Hoy tenemos la dicha de vivir en un país donde se respeta esa libertad.

En demasiados países, las expresiones de libertad son acalladas por la tiranía, la intolerancia y la opresión. Por lo tanto, hace una década, los miembros del Congreso -imagino que algunos de los miembros aquí presentes- y líderes religiosos y activistas de derechos humanos se congregaron para promover la libertad religiosa alrededor del mundo. El resultado de su trabajo fue la International Religious Freedom Act. El proyecto de ley creó instrumentos diplomáticos vitales para ayudar a nuestro gobierno a promover la libertad religiosa en el extranjero. La ley creó un cargo de embajador en misión especial para asegurar que la libertad religiosa siga siendo prioritaria para cada gobierno, y deseo darle las gracias a nuestro embajador actual, John Hanford, por acompañarnos hoy. Y gracias por aceptar este importante cargo.

La ley creó la Comisión de Estados Unidos para la Libertad de Religión a Nivel Internacional (U.S. Commission on International Religious Freedom) para que se mantuviera al tanto de la situación de la libertad religiosa en el mundo. La ley requiere un informe anual sobre la situación de la libertad religiosa en todos los países, para ayudar a identificar a los peores transgresores. La ley autoriza sanciones contra regímenes.

De todas estas formas, la ley ha puesto la libertad religiosa donde pertenece: al centro de la política exterior de Estados Unidos.

Hemos visto algunos logros alentadores en los últimos años. Hemos visto que en Turkmenistán, donde el mufti en jefe del país había sido depuesto y encarcelado por rehusarse a enseñar propaganda de estado como texto religioso sagrado, gracias a esfuerzos autorizados por la International Religious Freedom Act, Estados Unidos ejerció presión para que se pusiera en libertad al mufti. En el 2007, el mufti Ibadula fue indultado y puesto en libertad... y desde entonces ha pasado a ser asesor del Consejo de Asuntos Religiosos de Turkmenistán.

Hemos visto cierto progreso en Vietnam. Estados Unidos utilizó los instrumentos de esta ley para ejercer presión a favor de la liberación de decenas de presos por motivos religiosos, todos los cuales han sido puestos en libertad. El gobierno de Vietnam ha vuelto a abrir muchas de las iglesias que había clausurado. Y la mayoría de los grupos religiosos reportan una disminución en la opresión de creyentes por parte del gobierno. Esta ley ha alentado a Vietnam a tomar ciertas prometedoras medidas iniciales hacia la libertad de religión, y vamos a continuar trabajando para que llegue el día en que todos los vietnamitas tengan la libertad de practicar su religión de la forma en que deseen.

El décimo aniversario de la International Religious Freedom Act también es ocasión para recordar a las muchas personas que aún no han obtenido esta preciada libertad. Recordamos en especial a quienes viven en países donde la libertad religiosa suscita especial inquietud. Algunos de estos países han dado pasos hacia la reforma. Otros no lo han hecho. Hoy instamos a los líderes de todos estos países a que inmediatamente pongan fin a sus abusos contra la libertad religiosa. E instamos a dichos líderes a que respeten los derechos de quienes sólo quieren rendir culto a su Dios tal como les parece apropiado.

Hoy, recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en Irán, donde el anti semitismo del régimen ha causado indignación mundial. Recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en Eritrea, donde aproximadamente 3,000 presos por motivos religiosos languidecen en las cárceles del país. Recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en Sudán, donde la policía ha usado gas lacrimógeno para atacar una iglesia cristiana y donde los líderes cristianos que se reunieron con una mujer musulmana que quería convertirse fueron azotados y detenidos.

Recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en Corea del Norte, donde quienes son encontrados practicando una religión que no es la ideología de Estado son encarcelados y donde se puede ejecutar a quienes se les encuentra Biblias. Recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en Birmania, particularmente los monjes budistas del país, que han sido sometidos a redadas brutales en sus monasterios y ataques con gas lacrimógeno y armas de fuego durante protestas pacíficas.

Recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en Uzbekistán, donde en el pasado, miembros de minorías religiosas han sido flagelados y encarcelados. Sin embargo, acuerdos recientes nos dan esperanza de que estos abusos no se repetirán en el futuro.

Recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en Arabia Saudita, donde la policía religiosa continúa acosando a quienes no son musulmanes. Sin embargo, también creemos que las reformas prometidas por el Rey Abdula pueden propiciar verdadero cambio. Recordamos a quienes buscan la libertad religiosa en China y les rendimos homenaje a quienes ejercen presión a favor de sus libertades, personas como los uigures musulmanes. Tuve el honor de conocer a Rebiya Kadeer. También he tenido el honor de conocer a quienes acuden a iglesias clandestinas en China. Y también rendimos homenaje a la valentía del Dalai Lama y los budistas en Tibet.

Y, ¿saben? El mes pasado, aquí en la Casa Blanca, conocí a un disidente chino llamado Li Baiguang. Es un abogado que trabajó en casos de derechos humanos; es protestante, miembro de una "iglesia residencial". Por su labor, ha sido encarcelado y atacado repetidamente. Hace unas semanas, tenía programado reunirse con miembros del Congreso. Autoridades del gobierno bloquearon la reunión y detuvieron a Li en las afueras de Pekín. Este hombre, de gran determinación, prometió que continuará "procurando la paz a favor de las víctimas de los abusos contra los derechos y promoviendo el imperio de la ley en China". Y mi mensaje al Presidente Hu Jintao, la última vez que me reuní con él, fue el siguiente: Mientras haya quienes quieren luchar por su libertad, Estados Unidos los apoyará.

Cuandoquiera y dondequiera me reúna con líderes, les recordar constantemente que deben acoger, no temer, la religión en su sociedad. Les recordaré que alguien que promete amar al prójimo como a sí mismo es alguien que puede contribuir a su sociedad de maneras constructivas y pacíficas.

Tengo oportunidad de conocer a hombres y mujeres que están trabajando por la libertad religiosa alrededor del mundo, personas como Li. Y cuando lo hago, siempre me impresiona su valentía. He asistido a ceremonias religiosas desde Hanoi hasta Pekín. Y cuando hablo con los líderes del mundo, les recuerdo... a los líderes de esos países, que las ceremonias religiosas son un aspecto necesario de desarrollar una sociedad de la que pueden estar orgullosos.

Y, entonces, al celebrar el décimo aniversario de la International Religious Freedom Act, oramos por que todos aquéllos que buscan a su Dios puedan hacerlo libres de opresión y temor.

Deseo agradecerles por su buena labor, y le pido al Señor que continúe bendiciendo a nuestro país. Gracias por su tiempo. (Aplausos.)

END 11:58 A.M. EDT


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