President  |  Vice President  |  First Lady  |  Mrs. Cheney  |  News & Policies 
History & ToursKids  |  Your Government  |  Appointments  |  JobsContactGraphic version


Email Updates  |  Español  |  Accessibility  |  Search  |  Privacy Policy  |  Help

Printer-Friendly Version   Email this page to a friend

Para su publicación inmediata
Oficina del Secretario de Prensa
7 de marzo de 2008

Declaraciones del Presidente Sobre Cuba
Roosevelt Room

1:35 P.M. EST

EL PRESIDENTE: Siéntense. Gracias. Bienvenidos a la Casa Blanca. Señor secretario, gracias por su presencia. Congresista Lincoln Díaz-Balart, miembros del cuerpo diplomático, distinguidos funcionarios, respetables invitados.

Nos reunimos hoy para recordar un momento trágico en la historia de Cuba. Este mes es el quinto aniversario del día en que las autoridades cubanas realizaron una redada contra decenas de ciudadanos y los acusaron de delitos contra el régimen. Entre los arrestados se encontraban maestros y bibliotecarios y periodistas. No habían cometido delito alguno. Simplemente tenían opiniones que no le gustaban a su gobierno, y se rehusaron a permanecer callados. En total, se condenó a 75 personas a un largo encarcelamiento. En el mundo de los disidentes cubanos, la redada de hace cinco años se recuerda como la Primavera Negra.

Hace unos momentos me reuní con uno de los hombres arrestados en la redada, Miguel Sigler Amaya, y su esposa, Josefa. Miguel fue arrestado en esta redada porque él y sus hermanos se oponían desde hacía mucho tiempo al régimen de Castro. Por muchos años habían sido acosados y habían sido apaleados por las autoridades cubanas. En una ocasión, las turbas del régimen le rompieron las costillas a Miguel. Uno de los hermanos sobrevivió un atentado contra su vida, y toda la familia había recibido amenazas de muerte. Durante la Primavera Negra, Miguel fue acusado de desobediencia. Fue condenado a 26 meses en prisión. Sus hermanos, Ariel y Guido, recibieron condenas de 20 años cada uno.

Cuando Miguel fue a prisión, su esposa Josefa encontró una causa en común con las esposas de otros presos políticos. Formaron un grupo y escogieron como símbolo el color blanco: el color de la paz. Todos los domingos estas Damas de Blanco van a misa Católica y luego caminan juntas en silencio por las calles. En Cuba incluso ese simple acto es considerado un desafío peligroso. Las mujeres han sido sometidas al acosamiento y a palizas. La propia Josefa fue detenida por un agresor que le dijo que estaba enviándole un mensaje, y luego la aporreó con un objeto contundente en la parte trasera de la cabeza.

Se ordenó a Josefa a salir de Cuba con Miguel una vez que se liberó a éste de la prisión en el 2006. En Cuba, se les considera ilegales. En Estados Unidos, son heraldos de la libertad, y me enorgullece estar parado con ellos en la Casa Blanca.

Miguel y Josefa cuentan una historia convincente sobre la brutal represión sufrida cerca de las orillas de Estados Unidos. Y deseo darles las gracias por permitirnos compartir sus casos, y les agradezco por su valentía. (Aplausos.)

Le he pedido a Josefa que se sirva decirles a las Damas de Blanco que mientras oran por una Cuba libre, el pueblo estadounidense. muchos estadounidenses oran con ellas. Y podemos estar seguros de que un Dios bondadoso los escuchará.

Miguel y Josefa han dejado atrás los horrores de la vida en Cuba, pero otros millones aún están cautivos en el gulag tropical. Los hermanos de Miguel aún sufren bajo condiciones inhumanas en las cárceles cubanas. Las Damas en Blanco aún marchan valientemente por la libertad. Y los cubanos aprisionados durante la Primavera Negra, en su mayoría, aún están en la cárcel, donde son sometidos a golpizas, atención médica inadecuada y prolongadas separaciones de su familia.

Estos prisioneros de conciencia viven un tormento diario, como también cientos de otros. Sin embargo, gran parte del mundo no dice nada. Es un patrón triste y curioso. En el otoño, decenas de jóvenes cubanos que llevaban puestos brazaletes impresos con una palabra, "cambio" fueron arrestados por la policía cubana debido a sus creencias políticas. Sin embargo, a pesar de este atentado contra la libertad de expresión, gran parte del mundo permaneció callado.

El pasado diciembre, las autoridades cubanas irrumpieron en una iglesia Católica, dispararon gases lacrimógenos contra los feligreses y sacaron a rastras a 18 devotos. Un funcionario Católico describió el episodio como "el peor atentado contra una iglesia en 45 años". Y sin embargo, ante este ataque contra la libertad religiosa, gran parte del mundo permaneció callado.

Y el fin de semana pasado, unos cubanos fueron empujados y golpeados mientras distribuían copias de la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Esa misma semana, Cuba firmó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La comunidad internacional aplaudió a Cuba por firmar un trozo de papel. pero con respecto a los abusos de la misma semana, gran parte del mundo permaneció callado.

Ante estos abusos, Estados Unidos no ha permanecido callado, ni permanecerá callado. (Aplausos.) Se nos ha unido sistemáticamente en condenar los brutales agravios del régimen cubano un pequeño grupo de naciones valientes; países como la República Checa, Estonia, Hungría, Latvia, Lituania, Polonia, Eslovaquia y Eslovenia se han posicionado a la vanguardia de la lucha por la libertad de las personas en Cuba. (Aplausos.) Recientemente vivieron bajo la tiranía comunista. Recuerdan la vida bajo la opresión. Conocen las penurias que ciudadanos comunes y corrientes tienen que pasar simplemente para sobrevivir. Y se rehúsan a hacerse de la vista gorda.

Desafortunadamente, la lista de los países que apoyan al pueblo cubano es demasiado corta. y las democracias ausentes en dicha lista son demasiado notorias. Cuando finalmente despunte un nuevo día para los cubanos, recordarán a las pocas naciones valientes que los acompañaron y las muchas que no.

Hace pocas semanas informes sobre la supuesta jubilación del dictador de Cuba inicialmente llevaron a que muchos creyeran que por fin había llegado el momento en que Estados Unidos cambiaría su política sobre Cuba y mejoraría las relaciones con el régimen. Esa opinión es totalmente equivocada. Para mejorar las relaciones, lo que debe cambiar no es Estados Unidos; lo que debe cambiar es Cuba. El gobierno de Cuba debe iniciar un proceso de cambio democrático pacífico. Deben poner en libertad a todos los presos políticos. Deben respetar los derechos humanos en palabra y obra, y allanar el camino para unas elecciones libres e imparciales.

Hasta ahora, todo lo que ha hecho Cuba es reemplazar a un dictador por otro. Y tras bambalinas, su antiguo dictador aún tiene influencia en los sucesos. Éste es el mismo sistema, los mismos rostros y la misma política que llevaron a Cuba a la miseria para comenzar. Estados Unidos está aislando al régimen cubano, y estamos tendiéndole la mano al pueblo cubano. Hemos otorgado asilo a cientos de miles que han huido del régimen. Hemos animado a ciudadanos y entidades benéficas privadas a entregar alimentos y medicamentos y otra ayuda directamente al pueblo de Cuba. Como resultado, el pueblo estadounidense es el mayor proveedor en todo el mundo de ayuda humanitaria al pueblo cubano.

Esta ayuda está aliviando la carga de muchas familias cubanas. Pero lo triste es que la vida del pueblo cubano no mejorará hasta que su sistema de gobierno cambie. No mejorará por el hecho de cambiar a un dictador por otro. No mejorará si apuntalamos a la misma tiranía a cambio de la falsa promesa de presunta estabilidad.

Como le dije al pueblo cubano en octubre, llegará un nuevo día para Cuba. Y sabremos que ha llegado. Sabremos que ha llegado cuando los carceleros vayan a las celdas donde se detiene a los prisioneros de conciencia de Cuba y los pongan en libertad. Sabremos que ha llegado cuando Miguel Sigler Amaya se reúna con sus hermanos, y puedan decir lo que piensan y puedan entrar y salir a su voluntad. Y sabremos que ha llegado cuando las Damas de Blanco ya no hagan sus vigilias silenciosas ni vivan bajo el temor constante de ataques o arrestos.

Hasta que llegue ese día, Estados Unidos continuará arrojando una luz brillante y reveladora sobre los abusos de Cuba. Continuaremos contando los relatos del pueblo cubano, incluso cuando gran parte del mundo no quiere escucharlos. Y llevaremos este estribillo en el corazón: Viva Cuba Libre. (Aplausos.)

END 1:46 P.M. EST


Printer-Friendly Version   Email this page to a friend

Políticas Enfocadas

Noticias

Visitas a la Casa Blanca

Biografías

  |