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Oficina del Secretario de Prensa
31 de enero de 2007

Declaraciones del Presidente Sobre el Estado de la Economía
Federal Hall
Nueva York, Nueva York

11:12 A.M. EST

EL PRESIDENTE: Gracias por asistir. Sírvanse tomar asiento. Gracias por estar aquí. Me complace regresar a Federal Hall. ¿Saben? Entré y all estaba George Washington. Me gusta llamarlo George W. (Risas.) Es un gusto estar de vuelta por aquí.

La semana pasada, pronuncié mi Discurso sobre el Estado de la Nación. Esta mañana, he venido a pronunciar un discurso sobre el estado de la economía, y qué mejor lugar para hacerlo que en la capital financiera de Estados Unidos. Hace más de dos siglos, Alexander Hamilton dirigió el Departamento de Tesoro de Estados Unidos desde este edificio. Hoy, en la ciudad de Nueva York se encuentran las oficinas principales de muchas corporaciones internacionales, es el centro de los mercados de capital, es la sede de tres de las más importantes bolsas de valores del mundo. Tienen un alcalde cuyo apellido resuena en las bolsas de todo el mundo. Y hasta que me lo llevé a Washington, contaban con Hank Paulson, quien, por cierto, está realizando una magnífica labor.

President George W. Bush delivers remarks on the economy on Wall Street in New York City Wednesday, Jan. 31, 2007. "As we begin this New Year, America's businesses and entrepreneurs are creating new jobs every day. Workers are making more money -- their paychecks are going further. Consumers are confident, investors are optimistic," said the President. White House photo by Paul Morse Desde que empezamos este Nuevo Año, las empresas y los empresarios de Estados Unidos han venido generando empleos nuevos a diario. Los trabajadores ganan más dinero. sus cheques de pago les alcanzan para más. Los consumidores sienten confianza, los inversionistas se sienten optimistas. Apenas hoy, nos enteramos de que la tasa anual de crecimiento de la economía de Estados Unidos durante el cuarto semestre del 2006 fue de 3.5 por ciento. Eso significa que nuestra economía creció 3.4 por ciento el año pasado, un aumento con relación al 3.1 por ciento en el 2005. Damas y caballeros: El estado de nuestra economía es sólido. (Aplausos.) Y con el arduo trabajo del pueblo estadounidense y la política acertada por parte de Washington, haremos que sea incluso más sólida.

Señor alcalde, gracias por estar aquí. Agradezco que haya venido. Está haciendo lo que la gente quiere que haga, que sea el líder de esta ciudad.

Le agradezco a Bill Rudin. gracias por invitarme, Bill. Es un gusto volver a verlo. Quiero darles las gracias a los miembros del Congreso que nos acompañan: Pete King, Vito Fossella, Carolyn Maloney y Tom Reynolds. Gracias por volar hoy conmigo. ¿Quieren que los lleve de regreso? (Risas.)

Señor alcalde. David Dinkins, gracias por estar aquí. Es un orgullo contar con su presencia. Y es un gusto ver a mi amigo, el alcalde Ed Koch. Señor alcalde, gracias por asistir. Le agradezco que haya venido. (Aplausos.)

Les agradezco a los miembros de la Asociación para una Nueva York Mejor (Association of a Better New York) que nos acompañan. Les doy las gracias a los funcionarios estatales y locales aquí presentes.

President George W. Bush delivers remarks on the economy on Wall Street in New York City Wednesday, Jan. 31, 2007. "When people across the world look at America's economy what they see is low inflation, low unemployment, and the fastest growth of any major industrialized nation," said the President. "The entrepreneurial spirit is alive and well in the United States."  White House photo by Paul Morse Bill mencionó que estuve aquí en octubre de 2001. Reconocí entonces que nuestra economía había sido duramente golpeada y que existía mucha incertidumbre sobre el futuro. Fue una época difícil para el país. Muchas personas no tenían trabajo. Para mediados de diciembre, se habían perdido casi un millón de puestos. El colapso de las Torres Gemelas dejó grietas peligrosas en los cimientos de este edificio.

Dije ese día que me sentía optimista de que nuestra economía se recuperaría de esos ataques. Pero si les hubiese dicho que haríamos que la recesión fuera una de las más cortas en la historia, que enfrentaríamos escándalos empresariales, que veríamos triplicarse el precio del petróleo, libraríamos una guerra mundial y ayudaríamos a toda una región del país a recuperarse de un huracán, quizá se habrían mostrado un poco escépticos.

Sin embargo, la economía de Estados Unidos ha superado todo eso. Federal Hall está plenamente restaurado. Tiene sus cimientos en tierra firme. Y, también lo está la economía de la ciudad de Nueva York. como lo mencionó el alcalde, está en auge. la calificación de los bonos está en el nivel más alto de su historia y el desempleo prácticamente en su nivel más bajo. En todo el país, las pequeñas empresas y los empresarios generan millones de empleos nuevos. Las ventas al por menor se han incrementado, el gasto del consumidor es sostenido, las exportaciones de bienes y servicios han aumentado en casi 35 por ciento. El Dow Jones ha superado su récord 26 veces en los últimos cuatro meses. La productividad es alta, y eso se traduce en salarios más altos.

Cuando la gente de todo el mundo observa la economía de Estados Unidos, lo que ve es inflación baja, desempleo bajo y el mayor crecimiento entre los principales países industrializados. El espíritu empresarial está sano y salvo en Estados Unidos. Hay un líder mundial innegable en términos económicos, y ése es Estados Unidos de Norteamérica. (Aplausos.)

En Wall Street, ustedes saben que el liderazgo económico de Estados Unidos se basa en mercados de capital sólidos y flexibles. Los mercados de capital ponen al alcance de los empresarios la inversión que necesitan para convertir sus ideas en nuevas empresas. Los mercados de capital son los más profundos, extensos y eficientes del mundo. Sin embargo, los procesos judiciales y reglamentación excesiva amenazan con hacer que nuestros mercados financieros sean menos atractivos para los inversionistas, especialmente ante la competencia cada vez mayor de mercados extranjeros de capital. Para mantener el liderazgo económico de Estados Unidos, éste debe ser el mejor lugar del mundo para invertir capital y hacer negocios.

President George W. Bush delivers remarks on the economy on Wall Street in New York City Wednesday, Jan. 31, 2007. "When people across the world look at America's economy what they see is low inflation, low unemployment, and the fastest growth of any major industrialized nation," said the President. "The entrepreneurial spirit is alive and well in the United States." White House photo by Paul Morse Un paso importante que hemos dado en Washington es aprobar reformas al proceso judicial como la Ley de Equidad en las Demandas Grupales (Class Action Fairness Act). Es importante que los miembros del Congreso comprendan que las demandas excesivas dificultarán que Estados Unidos siga siendo el líder económico que queremos ser. Otro paso importante que hemos dado es reforzar nuestras instituciones comerciales con la aprobación de la Ley Sarbanes-Oxley en 2002. Esta ley contribuyó a aumentar la confianza del inversionista al establecer altos estándares para la transparencia y la dirección empresarial. Los principios de Sarbanes-Oxley son tan importantes como lo eran cuando la aprobamos. Sin embargo, acatar ciertos aspectos de la ley, como la Sección 404, ha sido costoso para las empresas y las puede desalentar de negociar sus acciones en nuestras bolsas de valores.

No necesitamos cambiar la ley. Necesitamos cambiar la manera en que la ley se está poniendo en vigor. Estados Unidos necesita un entorno normativo que promueva altos estándares de integridad en nuestros mercados de capital y que fomente el crecimiento y la innovación. Y me complacen los logros que Hank Paulson y el presidente Chris Cox están alcanzando para asegurar que la carga normativa no sea opresiva, y que sea justa y nos ayude a alcanzar el gran objetivo nacional de hacer que Estados Unidos siga siendo el líder económico del mundo.

Nuestro liderazgo económico también depende de una política tributaria sensata que favorezca el crecimiento. Para ayudar a sacar a nuestra economía de una recesión y recuperarnos del 11 de septiembre, recortamos los impuestos del pueblo estadounidense. Recortamos los impuestos de todos los que pagan impuestos a la renta. Aumentamos al doble el crédito tributario por niño. Redujimos la sanción al matrimonio. Redujimos los impuestos de las pequeñas empresas. Y redujimos los impuestos a los dividendos y ganancias de capital.

Estos recortes tributarios son motivo de muchísimos debates políticos. Pero he aquí algunos datos: Desde que promulgamos importantes recortes tributarios en el 2003, nuestra economía ha generado casi 7.2 millones de nuevos puestos de trabajo. Nuestra economía ha crecido más de 13 por ciento. Esa expansión es aproximadamente la mitad de toda la economía canadiense. Este crecimiento económico ha llevado a ingresos fiscales récord, lo que nos ha ayudado a reducir el déficit a la mitad tres años antes de lo previsto. Un hecho que debe estar claro cuando se examinan las estadísticas: La forma más rápida de acabar con una recuperación sería aumentar los impuestos de la gente que la propició. Ahora no es el momento de que el gobierno federal aumente los impuestos del pueblo estadounidense. (Aplausos.)

President George W. Bush arrives on Wall Street in New York City via Marine One Wednesday, Jan. 31, 2007. White House photo by Paul Morse Debemos asegurarnos de que el dinero que envían ustedes a Washington se gaste sensatamente. El lunes, le presentaré al Congreso un presupuesto que eliminará el déficit para el 2012. Para hacerlo, es necesario que establezcamos prioridades en Washington. No se puede estar en todo y con todos cuando se trata de gastar el dinero de los contribuyentes si se quiere mantener bajos los impuestos, hacer que la economía siga creciendo y lograr el equilibrio presupuestario. Y mi primera prioridad es proteger a este país. Y vamos a asegurarnos de que nuestros soldados cuenten con todo el equipo que necesitan para cumplir con la labor que les encomendamos . (aplausos). asegurarnos de que nuestros ciudadanos cuenten con lo necesario para defender este territorio.

Eso significa que tenemos que ser cuidadosos sobre cómo gastamos el dinero en otros rubros. Algo que podemos hacer para mostrarle al pueblo estadounidense que vamos a ser sensatos al gastar el dinero de los contribuyentes es hacer algo con respecto a las asignaciones disimuladas para programas particulares. ese sistema de asignaciones en el que se termina gastando sin que nadie votara a favor. Y voy a trabajar con el Congreso para reducir la cantidad de asignaciones disimuladas y reducir de manera significativa la cantidad de dólares que se gasta en las asignaciones disimuladas para ganarnos la confianza de los contribuyentes de este país, y a la vez, ser sensatos en el gasto.

Considero que necesito el veto de partidas individuales para ayudar al Congreso a gastar sensatamente. Entonces, presenté un plan que dice que el poder legislativo y el poder ejecutivo trabajarán conjuntamente para eliminar el gasto despilfarrador e innecesario.

Estamos a punto de aprobar una propuesta agrícola que otorga una fuerte red de seguridad a la vez que reduce el gasto y los subsidios. Podemos controlar este déficit de corto plazo. y estoy deseoso de trabajar con el Congreso para hacerlo. Pero es importante que el Congreso comprenda que en el Seguro Social y Medicare hay responsabilidades inherentes carentes de fondos sobre las cuales debemos hacer algo ahora.

President George W. Bush is introduced by New York Mayor Michael Bloomberg on Wall Street in New York City Wednesday, Jan. 31, 2007.  White House photo by Paul Morse Y comprendo que es un trabajo difícil que requiere de la voluntad política de tanto el Presidente como el Congreso, para que se unan y resuelvan este problema. Tengo la esperanza de que podamos poner a un lado la política innecesaria y abordar los problemas de los beneficios sociales de manera constructiva. Así, la gente dirá, vinieron a Washington y cumplieron con la labor que esperábamos que hicieran.

Nuestra economía en crecimiento también es una economía cambiante. El aumento de nueva tecnología, nueva competencia y nuevos mercados en el extranjero están produciendo cambios. y esos cambios están sucediendo más rápido que nunca. Alguna vez, la mayoría de la gente pensaba que retendría su puesto toda la vida. Ahora el estadounidense promedio tiene 10 empleos antes de cumplir los 40 años. Antes el nombre de una compañía era el mismo durante décadas. Las nuevas empresas son ahora. ahora las empresas se están fusionando y separando y creando nombres nuevos y nuevos símbolos de acciones. Algunos de nosotros aún podemos recordar cuando los teléfonos celulares eran del tamaño de ladrillos y eran considerados un lujo. Ahora caben en el bolsillo, toman fotos, tocan música y pareciera que todo adolescente en Estados Unidos tiene uno.

Nuestra dinámica e innovadora economía ha ayudado a la mayoría de los estadounidenses a llevar vidas mejores y más cómodas. Sin embargo, el mismo dinamismo que está impulsando el crecimiento económico también está. puede ser desconcertante para la gente. Para muchos estadounidenses, el cambio significa tener que encontrar un trabajo nuevo o lidiar con un nuevo jefe después de una fusión o volver a estudiar para aprender nuevas aptitudes para una carrera nueva. Y la pregunta para Estados Unidos es si tratamos los cambios en nuestra economía como una oportunidad para mejorar la vida de la gente o una excusa para inclinarnos hacia el proteccionismo.

Considero que los cambios nos ofrecen oportunidades históricas: La economía en crecimiento de Estados Unidos nos permite que los abordemos desde una posición fuerte. Y, entonces, hoy, hablaré sobre medidas que debemos tomar para hacer que la economía de Estados Unidos sea más flexible y dinámica en cuatro campos: comercio, salud, energía y educación.

En primer lugar, podemos hacer nuestra economía más flexible y dinámica al aumentar el comercio. La población de Estados Unidos constituye aproximadamente 5 por ciento de la población del mundo. Eso significa que 95 por ciento de nuestros clientes potenciales están en el extranjero. Cada vez que derrumbamos barreras para el comercio y la inversión, abrimos mercados nuevos para nuestras empresas y nuestros agricultores. Al mejorar el libre comercio, los consumidores ven precios más bajos. Hay mejores empleos para los estadounidenses. Se ve un aumento de la productividad. Los puestos respaldados por las exportaciones de productos pagan sueldos que son 13 a 18 por ciento más altos que el promedio. Por lo tanto, una de nuestras prioridades primordiales ha sido eliminar los obstáculos al comercio dondequiera que podamos.

Cuando asumí el mando, Estados Unidos tenía acuerdos de libre comercio con tres países. Ahora tenemos en vigor acuerdos de libre comercio con 13 países. y tenemos más en camino. Estos acuerdos están produciendo beneficios directos para las empresas de Estados Unidos, y lo que es igualmente importante, para los trabajadores de Estados Unidos. Ayer, fui a la planta de Caterpillar en Peoria, Illinois. Allí es donde fabrican las grandes excavadoras. La gente allí me dijo que Caterpillar ahora exporta más de la mitad de los productos que fabrica. Ven resultados inmediatos cuando derrumbamos barreras arancelarias. Al cabo de dos años de poner en práctica nuestro acuerdo de libre comercio con Chile, las exportaciones de Caterpillar a ese país han aumentado casi al doble. La apertura de éste y otros mercados de exportación ha llevado a Caterpillar a agregar miles de nuevos empleos aquí en Estados Unidos.

Los industriales, agricultores y proveedores de servicios en todo el país tienen relatos similares. Por lo tanto, es necesario que continuemos propiciando condiciones equitativas para nuestros bienes y servicios. Creo firmemente en esto: En todo el mundo, cuando la gente puede escoger, elige productos que dicen "Hecho en EE.UU."

En esta economía mundial, competición nueva significa que las empresas estadounidenses deben aprobar [sic]* constantemente. La competencia mundial también puede crear dificultades para nuestros trabajadores y sus familias. El gobierno tiene la responsabilidad de ayudar a los trabajadores desempleados a encontrar nuevos empleos o incluso una nueva carrera. Por lo tanto, mi gobierno ha reformado los programas de capacitación laboral y aumentado la Asistencia para los Ajustes al Comercio (Trade Adjustment Assistance) para ayudar a más trabajadores desempleados a aprender las nuevas aptitudes que necesitan para ser exitosos. Trabajaré con el Congreso para reautorizar y mejorar la Trade Adjustment Assistance este año, de manera que podamos ayudar a los estadounidenses a aprovechar esta economía dinámica y en crecimiento.

En este momento, la mejor oportunidad para ampliar el libre comercio y el comercio equitativo es la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio. Las conversaciones internacionales sobre el comercio como Doha tienen el potencial de reducir las barreras arancelarias en todo el mundo. Creo que tienen lugar sólo una vez cada diez años. Las conferencias sobre el comercio tendrán un impacto enorme en todos los pueblos del mundo. Desde la Segunda Guerra Mundial, la apertura del comercio e inversión internacional han resultado en un incremento de ingresos de aproximadamente $9,000 al año para el hogar estadounidense promedio.

La Ronda de Doha es una oportunidad para crear condiciones equitativas para nuestros bienes y servicios. en otras palabras, para que podamos ser tratados equitativamente en los mercados extranjeros. pero también es una gran oportunidad para sacar de la pobreza a millones de personas en todo el mundo. Y, entonces, trabajaremos arduamente para concluirla. Estamos abocados a asegurarnos de tener una Ronda de Doha exitosa.

La única manera para que Estados Unidos pueda concluir Doha y avanzar con otros acuerdos comerciales es extendiendo la facultad presidencial para la promoción del comercio. Esta facultad permite que el Presidente negocie acuerdos comerciales complejos y luego los remita al Congreso para un voto positivo o negativo de todo el acuerdo. Presidentes de ambos partidos han considerado que esta facultad es esencial para llevar a cabo buenos acuerdos comerciales. Nuestros socios comerciales consideran que es esencial para que tengamos éxito en la mesa de negociación. Se tiene previsto que esta facultad se venza el 1º de julio. y le pido al Congreso que la renueve. Sé que habrá un debate vigoroso sobre el comercio; y los ataques contra el comercio pueden producir buenas citas en las noticias vespertinas. Pero aislar a Estados Unidos del comercio mundial sería una catástrofe para nuestra economía. El Congreso debe rechazar el proteccionismo y mantener esta economía abierta a las tremendas oportunidades que el mundo tiene para ofrecer.

En segundo lugar, podemos hacer nuestra economía más flexible y dinámica al reformar nuestro sistema de cuidado de salud. En todo el país, los empresarios me dicen que el costo de la atención de salud es su mayor problema y se les está haciendo más difícil ofrecerles cobertura a sus trabajadores. A los trabajadores estadounidenses y sus familias el sistema de atención médica también les parece rígido y confuso. Terminan con cuentas médicas imposibles de comprender y se pasan horas llenando complicados formularios del seguro. Se sienten atrapados en sus puestos porque les preocupa perder el seguro médico si se van del trabajo. No tienen manera de evaluar la calidad de sus médicos y hospitales. Ven que buenos profesionales médicos dejan de ejercer debido a demandas frívolas. Y eso resulta en costos médicos más altos y primas de seguro más altas para las empresas y sus familias.

Oigan, el gobierno federal tiene una función importante que desempeñar con respecto a la atención de salud, que es ayudar a los pobres y discapacitados y ancianos. Y estamos cumpliendo con esas obligaciones. Pero para todos los demás estadounidenses, creo que el seguro médico privado es la mejor manera de que atiendan sus necesidades. Muchos estadounidenses no pueden comprar pólizas de seguro privado. Por eso, estamos tomando medidas para hacerlas más económicas y darles a los pacientes más opciones y más control de sus decisiones sobre la atención médica.

Creamos las cuentas de ahorro para la salud, que ponen a los pacientes a cargo de sus decisiones médicas y ayudan a reducir el costo de su cobertura. Y le pediré al Congreso que mejore las cuentas de ahorro para la salud. Es necesario que aprobemos los Planes de Salud de Asociaciones, para que las pequeñas empresas puedan asumir el riesgo mancomunadamente y ofrecerles a millones de personas pólizas de seguro con el mismo descuento que consiguen las grandes empresas.

Estamos usando la informática. Oigan, somos un consumidor gigantesco de atención médica a nivel federal. Y estamos insistiendo en técnicas nuevas para hacer la atención de salud más eficiente y reducir así los costos inherentes de un sistema ineficiente y reducir los errores médicos. Creemos que el sector médico debe proporcionar precios y calidad, para que los consumidores tengan más opciones, y así puedan tomar mejores decisiones sobre la atención médica que reciben. Comprendemos que un sistema que no es transparente, en el que otra entidad paga las cuentas, es propenso a hacer que los costos continúen aumentando. Es necesario que el Congreso apruebe la reforma a la responsabilidad médica. Si le interesa que la atención médica esté a su alcance y sea económica, no deberíamos tener un sistema jurídico que está haciendo que los buenos médicos dejen de ejercer y que los costos de sus medicamentos aumenten. (Aplausos.)

Y una de las mejores maneras de hacer que el seguro médico privado sea más económico es reformar el código tributario. Conforme a las leyes actuales, los trabajadores que reciben seguro médico de sus empresas reciben un beneficio tributario. El código tributario no es justo. Por lo tanto, en mi Discurso sobre el Estado de la Nación propuse poner fin a esta tendencia injusta en el código tributario creando una deducción estándar para cada estadounidense que tiene seguro médico, independientemente de dónde lo reciba.

Esta deducción también se aplicaría a los impuestos sobre la nómina, para que se beneficien incluso aquéllos que no pagan impuestos a la renta. Con esta reforma, más de 100 millones de hombres, mujeres y niños que ahora tienen seguro proporcionado por su empleador se beneficiarán de impuestos más bajos. Quienes ahora compran su propio seguro médico ahorrarán dinero en sus impuestos. Millones de personas que actualmente carecen de seguro médico encontrarían cobertura básica privada a su alcance.

También es necesario que hagamos más por ayudar a los estados y las localidades con los no asegurados. Creo que los programas más innovadores son desarrollados a nivel estatal. Y creo que nos conviene que los estados que ponen el seguro médico básico privado a disposición de sus residentes cuenten con la ayuda del gobierno federal, para ayudarlos con los pobres, ayudarlos con los no asegurados. Por lo tanto, le estamos pidiendo al Congreso que se nos una para crear subvenciones "de opciones económicas" para cerciorarnos de que los pobres y enfermos también tengan a su disposición un seguro médico privado.

Todos estos pasos acercan a Estados Unidos a un sistema de atención de salud donde los pacientes asuman el control de sus decisiones médicas. En un sistema reformado, habrá un mercado individual dinámico, en el que las compañías aseguradoras compitan por atraer clientes. Si cambia de trabajo porque se le presenta una mejor oportunidad en otro lugar, podrá llevarse su plan de salud consigo. Si la gente tiene 10 empleos antes de cumplir los 40, necesitamos un sistema que sea flexible y orientado al consumidor. Los proveedores de salud deben tener incentivos para mejorar sus servicios. Los historiales médicos cabrán en un CD, para que no tengan que llenar múltiples formularios cada vez que consulten con su médico. Al final, tendrán un sistema de salud más flexible que responda a sus necesidades y que a la vez nos ayudará a mantener la flexibilidad y el dinamismo de nuestra economía.

En tercer lugar, podemos hacer que nuestra economía sea más flexible y dinámica si diversificamos nuestras fuentes de energía. La energía es vital para las empresas y los agricultores y las familias de toda la nación. Sin embargo, tenemos un problema fundamental: Somos demasiado dependientes del petróleo. Eso nos hace vulnerables. Cuando la demanda de petróleo sube en China o India, eso afecta el precio de la gasolina aquí en Estados Unidos. Si un terrorista ataca infraestructura petrolera, eso afecta el suministro de energía aquí en Estados Unidos.

La dependencia del petróleo significa que no estamos custodiando el medio ambiente tan bien como debiéramos. La manera de superar estos desafíos es por medio de la innovación y la tecnología. Considero que gastar dinero a nivel federal en nueva tecnología que nos haga menos dependientes del petróleo es hacer buen uso del dinero, y eso fue lo que hicimos. Estamos gastando dinero en etanol celulósico. una forma elegante de decir que algún día vamos a ser capaces de convertir la hierba en energía para poner a funcionar el auto. Estamos invirtiendo en biodiesel. Estamos invirtiendo en baterías avanzadas, para que algún día puedan enchufar su auto y manejar las primeras 40 millas con electricidad. y su carro no va a parecer un carrito de golf. Estamos invirtiendo en energía solar y eólica, y en energía nuclear no contaminante y energía de carbón limpio.

Desde el 2001, mi gobierno, trabajando conjuntamente con el Congreso, ha invertido más de $10,000 millones para desarrollar alternativas energéticas menos contaminantes. Y estos fondos federales han ayudado a los científicos e ingenieros estadounidenses a alcanzar logros considerables y acercarse a la meta de ser menos dependientes del petróleo. Asimismo, el sector privado está respondiendo. Ustedes lo saben mejor que yo, pero mucha gente cree que la energía alternativa brinda oportunidades interesantes. Y hay un flujo de capital privado hacia esas alternativas.

Estamos ante el umbral de descubrimientos tecnológicos asombrosos. Y ahora el desafío es sacar a la tecnología del laboratorio de investigación y llevarla al mercado. En mi Discurso sobre el Estado de la Unión, me fij una meta ambiciosa: reducir el uso de gasolina en Estados Unidos en 20 por ciento en los próximos 10 años. Si queremos ser menos dependientes del petróleo, la forma más rápida es usar menos gasolina. Alcanzar esta meta requerirá cambios significativos en la oferta y la demanda. Por el lado de la demanda, debemos reformar nuestra economía. los estándares de consumo de gasolina, que reducirán la cantidad de gasolina que consumen los autos y las camionetas livianas. Y por el lado de la oferta, he propuesto un nuevo estándar obligatorio que es casi un incremento de 500 por ciento sobre la meta actual para combustibles renovables y alternativos.

Dejaremos que el mercado decida la mezcla de combustibles que alcanzará esta meta eficaz y eficientemente. Pero esa meta puede lograrse, y por eso la puse sobre la mesa. Es una meta necesaria para nuestra seguridad nacional y seguridad económica. Es un importante objetivo que ayudará a resolver el problema del cambio climático. Imaginen lo que esta tecnología significará para alguien en Nueva York: El combustible de su auto vendrá de un campo de maíz en Iowa o tal vez será hierba de Texas. Los taxis híbridos funcionarán con una nueva generación de baterías de iones de litio. Las páginas financieras estarán llenas de los nuevos símbolos en la bolsa de valores pertenecientes a las dinámicas compañías estadounidenses que incursionaron en el creciente campo de combustibles alternativos.

Ese día llegará, pero no va a ocurrir de la noche a la mañana. Si queremos ser menos dependientes del petróleo extranjero, debemos producir petróleo y gas aquí en Estados Unidos, de maneras que protejan el medio ambiente. Y si nos preocupa que un ataque terrorista pueda afectar el suministro de petróleo, lo lógico es que el Congreso aumente al doble la Reserva Estratégica de Petróleo.

Así que espero que el Congreso apruebe estos programas, y estoy ansioso de trabajar con ellos. La idea es diversificar nuestro suministro energético, mantener la pureza de nuestro aire y ayudar a crear nuevos empleos por medio de nuevas industrias que responderán a la demanda de fuentes alternativas de energía.

En cuarto lugar, podemos hacer que nuestra economía sea más flexible y dinámica fortaleciendo la educación pública. Un sistema educativo sólido y dinámico es vital para mantener la ventaja competitiva de Estados Unidos en el mundo. Un sistema educativo sólido y dinámico se asegurará de que todos los ciudadanos compartan la prosperidad de esta nación.

Sé que algunos de nuestros ciudadanos se preocupan por el hecho de que nuestra dinámica economía está dejando atrás a muchos trabajadores. Tenemos la obligación de asegurarnos de que todos los ciudadanos tengan parte en el futuro de este país. El hecho es que la desigualdad en el ingreso es una realidad: Ha aumentado en los últimos 25 años. La razón es clara: Tenemos una economía que recompensa la educación y las destrezas adquiridas gracias a esa educación. Un estudio reciente sobre los ingresos de los hombres demostró que las personas con un diploma universitario ganan casi 72 por ciento más que las personas con un diploma de secundaria. La disparidad en los ingresos es dos veces mayor que en 1980, y continúa creciendo. Y la pregunta es si vamos a responder ante esta desigualdad con medidas que ayuden a la gente a mejorar o quitándole beneficios a la gente. La clave para superarse en esta economía es tener destrezas. y la función del gobierno es asegurarse de que tengamos un sistema educativo que las imparta.

Y por eso creo que uno de los programas económicos más importantes de mi presidencia ha sido la Ley para Que Ningún Niño se Quede Atrás (No Child Left Behind). La filosofía detrás de No Child Left Behind es que vamos a gastar dinero federal, pero exigimos resultados a nivel local. Es decir, insistimos en la responsabilidad de la escuela. Comprendo que a algunas personas no les gusta la responsabilidad, pero si no hay una evaluación, ¿cómo podemos saber si nuestros hijos están recibiendo la base para las destrezas que necesitan a fin de competir en el siglo XXI? Y cuando evaluamos y encontramos fallas, se debe corregir los problemas antes de que sea demasiado tarde.

La ley No Child Left Behind está funcionando. Hay una disparidad en el rendimiento en Estados Unidos que no es justa ni correcta, y está empezando a desaparecer. ¿Saben cómo lo sé? Porque estamos evaluando. Esta ley está funcionando, y el Congreso debe reautorizarla. (Aplausos.)

El plan para mejorar la educación y hacer que Estados Unidos sea más competitivo se extiende más allá de los primeros grados. Y por eso propuse. y estoy trabajando con el Congreso para que lo apruebe. el Programa para la Competitividad Estadounidense (American Competitiveness Initiative). Eso significa que vamos a mejorar la enseñanza de matemáticas y ciencias en las escuelas intermedias y las escuelas secundarias. No se puede competir en el siglo XXI a menos que eduquemos a jóvenes para que sean ingenieros y físicos y químicos . a menos que nuestros niños tengan las destrezas necesarias para tener acceso a los trabajos del siglo XXI.

También creo que un rol vital del gobierno es gastar dinero en investigación científica de base. Así que he hecho un llamado al Congreso para que aumente al doble los fondos para la investigación científica de base en los laboratorios del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (National Institute of Standards and Technology), o la Oficina de Ciencias (Office of Science) del Departamento de Energía o la Fundación Nacional para la Ciencia (National Science Foundation). Es decir, hay cosas que podemos hacer en Washington para implementar buenas medidas a fin de asegurarnos de que nos mantengamos a la vanguardia del cambio y, al mismo tiempo, educar a nuestros niños para que puedan aprovechar lo que ofrece nuestro mundo.

Creo. y aprecio que el Congreso haya ampliado las Becas Pell. Es un programa sólido que apoyo. Las Becas Pell son una buena manera de ayudar a que nuestros alumnos pobres vayan a la universidad. Y tengo mucha confianza en el sistema de centros comunitarios de educación superior que hay en Estados Unidos. Los centros comunitarios de educación superior funcionan. Están a la mano y son económicos, y tienen la capacidad de cambiar el currículo para adaptarse a las necesidades de la fuerza local de trabajo. Y tiene sentido que el gobierno federal apoye a los centros comunitarios de educación superior por la siguiente razón: no se requiere de mucha educación adicional para aprender nuevas habilidades y así poder encontrar empleo en este siglo XXI.

Permítanme darles un ejemplo. Fui al centro comunitario de educación superior Anne Arundel en Maryland y conocí a Jeannetta Smith, quien solía trabajar en la industria textil. Renunció para estudiar enfermería. Vio que con enfermería podía ganar un mejor sueldo para el beneficio de su familia y el suyo. Así que fue al centro comunitario y consiguió algunos préstamos de bajo interés para ayudarse y con el tiempo llegó a ser enfermera titulada. Con un poco de educación adicional y un poco de ayuda, asistió al centro comunitario y ahora gana tres veces más que en su antiguo empleo. La educación nos permite adquirir nuevas habilidades necesarias para ocupar los empleos que se están generando en el siglo XXI. Sobre su nueva carrera dijo que "Resultó muy, muy buena. Las oportunidades son infinitas". Y eso es lo que queremos que la gente diga en Estados Unidos: Tengo las habilidades necesarias que me permiten decir que las oportunidades son infinitas.

Las empresas estadounidenses tienen responsabilidades aquí en Estados Unidos. Sé que lo saben. Una economía libre y dinámica depende de la confianza del público. Los accionistas deben saber el contenido de los paquetes compensatorios para ejecutivos. Agradezco que la SEC haya establecido nuevas reglas para asegurar la transparencia de los paquetes de pago para ejecutivos. La letra debe ser grande y comprensible. Cuando la gente analice su inversión debe poder escuchar fuerte y claro. deben poder ver con cierta certeza la naturaleza del paquete de compensaciones para la gente a quien se le confía la dirección de las compañías en las cuales están invirtiendo.

El gobierno no debe decidir la compensación de los ejecutivos de las corporaciones estadounidenses, pero los salarios y bonificaciones de los presidentes de directorio deben basarse en su éxito al mejorar la compañía y el valor de la inversión de los accionistas. Los directores de las corporaciones estadounidenses deben cumplir con sus responsabilidades. Necesitan prestar atención a los paquetes de compensación para ejecutivos que aprueban. Necesitan mostrarle al mundo que las empresas estadounidenses son un modelo de transparencia y de buen gobierno corporativo.

Un neoyorquino que comprende lo que significa responsabilidad corporativa es John Duffy. John creció en el Bronx. Llegó a ser presidente del directorio de una firma de inversiones e investigación llamada Keefe, Bruyette and Woods (KBW). El 11 de septiembre, KBW tenía sus oficinas en la Torre Sur del World Trade Center. Ese día la firma perdió a 67 personas, entre ellos al hijo de John Duffy, de 23 años. Muchos pensaron que KBW no se recuperaría. Pero no John Duffy. Mudó su compañía a una oficina temporal. Les pagó $40 millones a las familias de los empleados que fallecieron. Creo un fideicomiso benéfico para ayudarlos con las cuentas médicas y los gastos universitarios. Y reconstruyó su empresa. El año pasado KBW entró a la bolsa y ahora la firma tiene el doble de empleados que tenía el 11 de septiembre.

Quiero que escuchen lo que John Duffy dijo: "Si ese día hubiera sido el último, habría significado que la maldad había ganado. Nuestra manera de luchar fue continuar". Nos dice mucho sobre John Duffy el que los ataques terroristas más bien lo alentaran a enfocarse en el éxito. Nos dice mucho sobre Nueva York el que haya tantas historias como la de KBW, sobre hombres y mujeres muy trabajadores que se levantaron de las cenizas y reconstruyeron lo destruido y lo hicieron mejor y más grande que antes. Nos dice mucho sobre Estados Unidos el que continuemos produciendo ciudadanos que superan la adversidad y crean nuevas oportunidades para ellos y para los demás.

Y ésta es la verdadera razón de la fortaleza de nuestra economía. Esto es lo que nos hace los líderes en el mundo. Y por eso tengo confianza en que seguiremos siendo los líderes económicos, porque somos una nación de gente que sueña, trabaja y tiene fe; gente honorable, decente, religiosa. Y me siento orgulloso de ser el Presidente de esta nación. Dios los bendiga. (Aplausos.)

END 11:50 A.M. EST

*mejorar


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