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For Immediate Release
Office of the Press Secretary
11 de enero de 2005

Declaraciones del Presidente en una Conversación Sobre la Reforma del Seguro Social
Andrew W. Mellon Auditorium
Washington, D.C.

10:50 A.M. EST

EL PRESIDENTE: Oigan, gracias por asistir hoy. Como pueden ver, me acompañan algunos conciudadanos aquí en la tarima que han venido a hablar sobre una de las grandes causas de nuestra generación, la cual es mejorar y salvar el Seguro Social para las generaciones futuras.

Sé que este es un asunto del cual algunos preferirían no hablar. Es un asunto que de cierto modo es. creo que algunos piensan que conlleva demasiado riesgo político, y, entonces, por lo tanto, simplemente, quizá, pasémoslo al próximo grupo de personas que venga a Washington, o quizá las cosas mejorarán si lo ignoramos. Eso no es lo que yo creo. Y hoy deseo hablar sobre por qué tenemos un problema con el Seguro Social, por qu considero que aquellos de nosotros que han sido elegidos a un cargo público tienen una obligación de hacer algo al respecto, y luego deseo. ofrecerle algunas ideas, algunas ideas constructivas al Congreso sobre cómo lidiar con el asunto, y luego que otros compartan conmigo sus ideas.

Y contamos con la presencia de algunas personas que han venido de muy lejos, volado hasta Washington, D.C., para compartir algunas ideas con el Presidente. Y creo que pensarán que sus casos son interesantes. Para mí s lo fueron, de hecho, cuando tuvimos una breve conversación hace poco.

En primer lugar, permítanme decirles cuánto, lo comprendo, ha significado el Seguro Social para muchas generaciones de estadounidenses. Me explico, Franklin Roosevelt, con ideas audaces, vislumbró un sistema de Seguro Social en que el Seguro Social ayudaría a las personas mayores con su jubilación. Y el sistema funcionó para mucha gente. Y ha sido un. un gran logro, si uno se pone a pensar sobre una ley que ha tenido relevancia durante casi 70 años.

El problema es, es que los tiempos han cambiado desde 1935. Entonces la mayoría de las mujeres no trabajaban fuera del hogar, y la esperanza de vida era en promedio de aproximadamente 60 años, que para un hombre de 58 años, debe haber sido un poco desalentador. (Risas.) Hoy, afortunadamente, los estadounidenses viven cada vez más tiempo. Es decir, estamos viviendo mucho más que 60 años, y la mayoría de las mujeres están trabajando fuera de la casa. Las cosas cambiaron.

El sistema de Seguro Social no es una cuenta personal de ahorros. El sistema de Seguro Social no es una cuenta donde se gana dinero. El sistema de Seguro Social es una cuenta de donde sale dinero para pagarles a los jubilados y éste es metido en el sistema por las personas que están trabajando. Y eso ha cambiado. Más y más jubilados retiran dinero en comparación con el número de personas que meten dinero. En los años cincuenta, había 16 trabajadores por cada beneficiario. Por lo que el sistema estaba en bastante buena forma. Hoy, hay tres trabajadores por cada beneficiario. Relativamente pronto, habrá dos trabajadores por cada beneficiario. Y ese es un problema. Y ese es un problema porque en el año 2018, para velar por los baby boomers como yo y. (risas). algunos otros que veo por allá. (risas)... el dinero que saldrá excederá al dinero que entrará.

Eso no es bueno. Significa que uno va a, ya sea, tener que aumentar los impuestos de la gente o reducir las prestaciones. Y mientras más se espere, más difícil será cumplir con la promesa a una generación más joven de trabajadores que viene. Es más, para cuando los trabajadores que actualmente tienen aproximadamente 25 años se jubilen, el sistema estará en quiebra. Por lo que si tiene 20 años, unos 25 años, y está comenzando a trabajar, quiero que piense en un sistema de Seguro Social que estará en quiebra, en bancarrota, a no ser que el Congreso de los Estados Unidos est dispuesto a actuar ahora. Y de eso es que estamos hablando, un sistema que estará en bancarrota.

Ahora, admito de buena gana que hay quienes dirían, bueno, todavía no está en bancarrota; ¿por qué no esperar hasta que esté en bancarrota? El problema con esa noción es que mientras más se espere, más difícil será solucionarlo. Se dan cuenta, este sistema nuestro va a tener una diferencia entre deudas e ingresos de aproximadamente $11 billones, a no ser que actuemos. Y ese es un problema. Esto es, billones con "B". Eso es mucho dinero, incluso para esta ciudad.

Y, entonces, espero con interés trabajar con el Congreso para tomar medidas al respecto. Contamos con un experto del sistema de Seguro Social que hablará sobre "el problema". Y yo hablaré sobre "el problema". ¿Saben? El problema es que algunos en el Congreso no lo ven como un problema. De cierta manera, piensan que quizá las cosas salgan bien. Pero la estructura del Seguro Social es tal que no podemos eludir el hecho que existe un problema ahora. Y es hora de hacer algo.

Ahora, he hablado sobre esto y deseo que la gente comprenda claramente, si es una persona mayor que recibe su cheque de Seguro Social, que nada cambiará. Aquellos días de politizar el Seguro Social, espero, han quedado atrás. Muchas personas se presentaban a un cargo y si apenas mencionaban la palabra, Seguro Social, había anuncios de televisión y volantes y personas que tocaban puertas y decían, fulano de tal le arruinará el Seguro Social. Hay suficiente dinero actualmente en el sistema para velar por las personas que se han jubilado o están a punto de jubilarse. El problema, en realidad, son las personas más jóvenes.

Por eso tenemos a algunos jóvenes aquí. No todos nosotros somos jóvenes, ¿verdad? (Risas.) La mayoría de ellos son jóvenes. Yo ya no cumplo con los requisitos. (Risas.) Pero los jóvenes están escuchando este asunto. ¿Saben? He viajado mucho. He hecho campaña sobre este asunto del Seguro Social y la necesidad de mejorarlo y de reformarlo. No lo rehuí en el 2000; ciertamente no lo rehuí en el 2004. Lo presenté para que la gente lo escuchara. Dije, vote por mí y me dedicaré a trabajar con el Congreso, a ver si no podemos hacer algo para resolver el sistema.

Esto es parte de lo que. esto es parte de cumplir con una promesa de campaña. No estaría sentado aquí si la gente dijera, no queremos que nadie lo toque; pensamos que está bien. La mayoría de la gente joven en los Estados Unidos piensa que nunca veremos un centavo. Esta probablemente sea una exageración en cierta medida, pero muchas personas jóvenes que comprenden cómo funciona el Seguro Social realmente se preocupan si verán algo. Mi opinión es, una vez que les garanticemos a las personas mayores que recibirán su Seguro Social ahora, que todo estará bien, creo que tenemos una oportunidad de hacer algo al respecto, porque los estadounidenses más jóvenes realmente quieren ver liderazgo.

Dije que no aumentaremos los impuestos sobre la nómina. Creo que aumentar los impuestos sobre la nómina detendrá el crecimiento económico. Esta economía está comenzando a cobrar fuerza, está comenzando a tener sentido. Creo que podemos resolver el problema sin aumentar los impuestos sobre la nómina. (Aplausos.)

También ofrecí otra idea interesante. por cierto, no es mi idea, porque otros han hablado sobre ella, y esto es, permitir a los trabajadores más jóvenes, de manera voluntaria, tomar algo de su propio dinero y ponerlo de lado a manera de una cuenta personal de ahorros. una cuenta personal de ahorros que es propia; una cuenta personal de ahorros que ganaría una tasa de rendimiento mejor que su dinero. su dinero actualmente en el fondo fiduciario del Seguro Social; una cuenta personal de ahorros que se capitalizaría con el tiempo y crecería con el tiempo; una cuenta personal de ahorros que no puede usarse para apostar en la lotería o un juego de dados o en las carreras de caballos. En otras palabras, habrá pautas. Habrá ciertos. no se permitirá que simplemente tomen el dinero y lo malgasten en algo. En otras palabras, habrá una manera segura de invertir, de poder obtener una tasa compuesta de intereses.

He escuchado a algunas personas decir, bueno, es riesgoso permitir que la gente invierta su propio dinero. Es arriesgado permitir que la gente diga, puede tomar su dinero que se supone que sea para una cuenta para la jubilación y gastarlo en la lotería. Estoy consciente de eso. Pero no es peligroso. Los empleados federales. los planes Thrift Savings invierten bajo ciertas pautas, y no los oigo gritar que es arriesgado. Tiene sentido tratar de obtener una mejor tasa de rendimiento para su dinero, si espera que haya un sistema de Seguro Social que se está yendo a la quiebra. Y es eso de lo que estamos hablando.

Tener su propia cuenta personal de ahorros logra dos otras cosas. Una, permite que le legue sus ahorros a quienquiera. No se puede hacer eso con el Seguro Social actualmente. Si fallece antes de lo anticipado, ese dinero que puso en el sistema ya no existe. Y a la vez que administra su propia cuenta, es dueño de su propia cuenta. Me encanta promover la propiedad en los Estados Unidos. Me gusta la idea de alentar a más gente a decir, soy dueño de mi propia casa, soy dueño de mi propio negocio, soy dueño y administro mis cuentas de salud, y ahora soy dueño de una parte importante de mi cuenta para la jubilación. Promover la propiedad en los Estados Unidos tiene más sentido para mí para asegurarme de que la gente siga teniendo un interés vital en el futuro de nuestro país.

Y, entonces, deseo darles las gracias a todos por asistir hoy para darme una oportunidad de abordar el problema del Seguro Social. Tengo planeado hablar mucho sobre él. Esta no es la primera vez que he hablado al respecto desde que concluyó la campaña, y de hecho, no será la última, porque creo que es un asunto vital. Y sé que si no abordamos el problema ahora, sólo empeorará con el tiempo. Y creo que existe un deber fundamental, para aquellos de nosotros a quienes se nos ha otorgado el honor de estar al servicio del pueblo estadounidense, de solucionar los problemas antes de que se vuelvan graves, y no pasárselos a los presidentes futuros y generaciones futuras.

Ahora, deseo hablar con Andrew Biggs. Es comisionado adjunto de política de jubilación de la Dirección de Seguro Social. A mi parecer, eso quiere decir experto. (Risas.) No sé si sea justo llamarlo experto o no.

* * * * *

EL PRESIDENTE: Sí, está bien. ¿Qué edad tiene?

SEÑOR BIGGS: Tengo 37.

EL PRESIDENTE: Caramba, desearía tener 37. (Risas.) Treinta y siete y hablando con el Presidente. Eso es maravilloso. (Risas.) Debería estar preocupado. Me explico, es una de esas personas. sí, bueno. Aprecio que me ayude.

¿Ven lo que acaba de decir? Hay un problema. Pienso que las personas que han sido elegidas a cargos públicos que ignoran los problemas pagarán por ello en las urnas. Creo que más y más gente reconoce que tenemos un problema. Está aquí una persona de 37 años que está describiendo un problema. Más y más personas comprenden que tenemos un problema. Y mientras más personas lo sepan, más se esperará que hagamos algo al respecto. Como dijo Andrew, dijo, más vale que comencemos ahora. Es por eso que es importante que tengamos este diálogo. Y es por eso que voy a continuar dialogando y hablando con los líderes del Congreso. Resolvámoslo ahora, cumplamos con nuestro deber.

Permítanme hablar con Scott Ballard. Es del gran estado de Washington. Eso es muy lejos.

SEÑOR BALLARD: Correcto.

EL PRESIDENTE: Trajo a sus muchachos consigo, por lo que veo.

SEÑOR BALLARD: Sí.

EL PRESIDENTE: Sus hijos. Sí, nunca habían estado en Washington. Dije, ¿había estado alguna vez en Washington? Dijo, vivo en Washington. (Risas.)

SEÑOR BALLARD: Sí. (Risas.)

EL PRESIDENTE: Bastante buena. ¿Saben? Quería decir, el Distrito de Columbia, Washington. Entonces, ¿cómo se gana la vida, Scott?

SEÑOR BALLARD: Bueno, mi hermano y yo somos dueños y operamos un servicio privado de ambulancias. Lo comenzaron nuestros padres en 1967. Y mi hermano y yo se lo compramos en 1986.

EL PRESIDENTE: ¿Y por qué han venido? Aparte de traer a sus muchachos al otro Washington.

SEÑOR BALLARD: Correcto. Bueno, en primer lugar, estoy en una situación bastante peculiar, ya que probablemente dos tercios de nuestros clientes reciben Seguro Social. Sin embargo, la mayoría de mi fuerza laboral tiene veinte y tantos años, algunos de ellos tienen treinta y tantos. Entonces, tenemos muchas personas con las que trabajo actualmente que reciben Seguro Social y muchos empleados más jóvenes que serán afectados por los cambios propuestos.

EL PRESIDENTE: Entonces, si estuviesen aquí, ¿qué dirían sus empleados más jóvenes sobre el Seguro Social? ¿Alguna vez hablan al respecto? ¿Alguna vez piensan al respecto? ¿Alguna vez.?

SEÑOR BALLARD: No, en realidad. No dicen mucho, pero creo que si algunos de los cambios que está proponiendo son implementados, creo que hablarán mucho más de él y creo que se interesarán mucho más. Lo hemos visto con el plan 401(k) de nuestra compañía. La mayoría de ellos no hablan sobre la jubilación para nada, pero una vez que comienzan a ver algo por escrito, que dice, ah, eso es mío, y ha estado allí varios años, y comienzan a verlo aumentar, se interesan más en ello y comienzan a hacer lo que puedan por administrarlo y hacer que crezca para que esté allí cuando se jubilen.

EL PRESIDENTE: Esa es una idea algo interesante ¿verdad? Cuando uno lo ve por escrito, el valor de algo, comienza, en realidad, a prestar atención a qué hace que aumente el valor: las políticas buenas que mejoran el crecimiento. Y lo que Scott dijo es, dijo que el primer cambio en la jubilación en los Estados Unidos fue el movimiento hacia los planes de contribuciones definidas, los 401(k), que realmente han promovido la sociedad de propiedad, ¿no es cierto? Es decir, las personas se despiertan y le echan un vistazo a sus cuentas y dicen, estoy tan seguro que las políticas de esta persona son beneficiosas a que pueda ganar una mejor tasa de rendimiento. Uno presta atención porque es su propio dinero. Es uno de los beneficios de las cuentas personales en el Seguro Social.

* * * * *

EL PRESIDENTE: Correcto. Bueno. Aprecio que comparta eso. (Aplausos.) Asegúrese de decirle a sus clientes. dígales a sus clientes nada cambia con el Seguro Social para ellos. Y dígales a sus trabajadores más jóvenes, pueden hacer algo al respecto. Pueden escribirles a sus senadores, pueden escribirles a sus congresistas. Pueden informarles que esperan que los miembros del Congreso de los Estados Unidos escuchen el hecho que es un problema, y luego hagan algo al respecto. Eso es lo que pueden hacer.

Nos acompaña Bob McFadden. Luce bien. (Risas.) No me acerqué, ya sé. (Risas.) Gracias por asistir. Aprecio que se dé el tiempo de estar aquí. Es de Medford, Nueva Jersey.

SEÑOR McFADDEN: Sí, señor.

EL PRESIDENTE: Y ¿por qué ha venido de Medford, Nueva Jersey para compartir algunas ideas?

* * * * *

EL PRESIDENTE: Uno o 2 por ciento del dinero del fondo fiduciario en el Seguro Social ahora gana. ¿correcto? ¿Está en lo correcto...? ¿Es acaso tan alto como 1 por ciento?

SEÑOR BIGGS: No, es. ahora mismo es bajo porque las tasas de interés son bajas. A largo plazo, esperamos aproximadamente 3 por ciento. Por lo que aún tiene un.

EL PRESIDENTE: O sea que es más del doble. Pero ahora mismo es, como. sí, no importa. (Risas.) No se preocupe. (Risas.) Aún puede retener su puesto. (Risas.) Prosiga. Siete y medio por ciento desde 1924. Esa es una gran tasa de rendimiento. Imagínese si tiene 50 años y comienza. y comienza a ahorrar dinero durante 50 años con esa tasa, se capitaliza y crece y termina siendo muchísimo dinero, si es eso lo que está diciendo.

SEÑOR McFADDEN: Sí, señor.

EL PRESIDENTE: Sí, okay. Me complace haberlo invitado. (Risas.)

* * * * *

EL PRESIDENTE: Permítanme decir lo siguiente. Mencionó un punto muy interesante. Hay cierta suposición que sólo ciertos grupos de personas de ciertos ingresos pueden administrar una cuenta. Es. es como si tuviese un capital neto "X" antes de que los ahorros pasasen a ser un aspecto real de su vida. Lo rechazo. Bob lo rechaza.

En segundo lugar, los interesante. hay un. los hombres afro-americanos mueren antes que los demás hombres, lo que significa que es sistema es inherentemente injusto con ciertos grupos de personas. Y eso debe ser solucionado. No es un. (Aplausos.)

SEÑOR McFADDEN: Estoy de acuerdo, señor Presidente, porque gracias a la investigación mínima que he realizado, el hombre afro-americano promedio actualmente tiene. la esperanza de vida es 69, y quizá me equivoque un poco. Pero si me dice que es 69 y la edad subirá a 67, hagan sus cálculos. (Risas.)

EL PRESIDENTE: Correcto.

SEÑOR McFADDEN: Son dos años. (Risas.)

EL PRESIDENTE: Me complace que hayan venido. Gracias. Bienvenidas, muchachas. Es un gusto que hayan venido. (Aplausos.)

Bueno, pensé que sería bueno tratar de encontrar a alguien que represente el movimiento juvenil. No estoy diciendo que todos ustedes sean viejos, pero encontramos a un productor de productos lácteos del gran estado de Utah, Josh Wright. Bienvenido, Josh. Gracias por asistir. Me preguntó si podía solucionar BCS. (risas y aplausos.) No, no lo tocaré, Josh. Me quedaré con el Seguro Social. Además, tal vez sea un poco más fácil de solucionar. (Risas.)

SEÑOR WRIGHT: Pero dijo que no podría tomar Texas, y.

EL PRESIDENTE: Espérese un minuto. No es necesario que hable sobre conversaciones privadas. (Risas.) Okay, ¿es productor en productos lácteos?

SEÑOR WRIGHT: Correcto.

EL PRESIDENTE: Bien. Ordeñando esas vacas.

SEÑOR WRIGHT: Sí. Hoy no, obviamente. Hice que mi padre se quedara en casa y lo hiciera. Pero tenemos una granja de productos lácteos en Utah central, y es posible hacer que todo el pueblo quepa en este edificio de aquí.

EL PRESIDENTE: Muy parecido a Crawford.

SEÑOR WRIGHT: Hay muchas vacas más que personas, por lo que paso mucho tiempo hablando con animales. (Risas.)

EL PRESIDENTE: ¿Ya le están contestando? (Risas.) Cuando comiencen a contestarle, llámeme. (Risas.)

SEÑOR WRIGHT: No cuando tengo un palo en la mano, no dicen nada. (Risas.)

* * * * *

EL PRESIDENTE: ¿Piensa que está escuchando? ¿Tienen C-SPAN allá en Utah?

SEÑOR WRIGHT: No sé. (Risas.)

EL PRESIDENTE: ¿Ve ese punto rojo? Ese es él. Sí está escuchando.

SEÑOR WRIGHT: Probablemente esté viendo el canal de caballos. Le encanta ese canal. (Risas.)

EL PRESIDENTE: Aprecio que haya venido.

SEÑOR WRIGHT: Gracias por permitirme hacerlo.

EL PRESIDENTE: Si no sucede nada, a su edad, estará en quiebra para cuando sea momento de jubilarse. Es por eso que tenemos unas personas de veinte y tantos aquí. aparte del hecho que es un hombre con un sentido de humor bastante bueno. (Risas.) Si no pasa nada, si el Congreso dice, ah, no se preocupe, simplemente lo postergaremos; ¿por qué necesitamos lidiar con él? No hay ninguna crisis. Si no pasa nada, y no es necesario que nos pongamos en marcha ahora, para cuando Josh tenga edad de jubilarse, el sistema estará arruinado.

Y eso no está bien, no tiene sentido, en mi opinión. Me parece que las personas que han sido elegidas a cargos públicos deben decir, queremos que sea íntegro y robusto, tal como ha sido para otras generaciones. Ah, sé que hay mucha politiquería aquí en Washington, y la gente está. algunos temen tocarlo, algunos ofrecen excusas para no tocarlo. Lo sé, lo he escuchado antes. Pero creo que el Presidente tiene una responsabilidad de dictar las pautas y creo que la gente que ha sido elegida a la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos tiene una obligación de afrontar los problemas directamente. (Aplausos.)

Por cierto, dígale a su padre, 1946 fue un gran año.

SEÑOR WRIGHT: Fue un gran año.

EL PRESIDENTE: No estaría sentado aquí si no hubiese sido, ¿verdad? De todos modos. (Risas.)

Tenemos a una mamá e hija con nosotros. Me complace que ambas hayan venido. Gracias por estar aquí. Sonya es la hija. Rhoda es la madre. Y quiero que las señoras Stone hablen sobre sus vidas y cómo están relacionadas con el Seguro Social. Si no le importa, Sonya, ¿por qué no comienza? ¿En qué trabaja?

SRA. STONE: Seguro. Soy la funcionaria financiera principal de una firma aquí en Washington. Pero en realidad estoy aquí en calidad de mamá. Sucede que soy una mamá divorciada que está criando a tres hijos: dos muchachos maravillosos, Jeff y Eric, que están aquí conmigo, y tengo una linda hija, Emily, que también está aquí conmigo. Tiene nueve años. Emily ha tenido una discapacidad seria desde que nació, tanto mental como física, y dependerá del Seguro Social durante toda la vida. Y me gustaría asegurarme de que el Seguro Social vaya a estar disponible para ella como lo ha estado para mi madre.

EL PRESIDENTE: Bien. Una CFO. ¿Sabe algo de números?

SRA. STONE: Sé un poquito de números y yo.

EL PRESIDENTE: Asumo que ha examinado los números.

SRA. STONE: He examinado los números. Y me gustaría muchísimo ver que se mejore el sistema actual de Seguro Social con el establecimiento de las cuentas personales, para que las familias puedan aprovechar las posibilidades que nos ofrecen los mercados de capital para permitirles hacer ahorros durante el transcurso de sus vidas que puedan ser legados a sus familias. Y sé que si mi padre, que aportó durante más de 40 años, hubiese tenido la oportunidad de crear una cuenta como esa, eso entonces hubiese aumentado y perdurado, y habría estado disponible no sólo para mantener a mi mamá, sino que, a fin de cuentas, sus nietos y su nieta, a quien nunca conoció. Creo que eso lo habría hecho muy feliz.

EL PRESIDENTE: Seguro. Creo que es importante que la gente comprenda la tasa compuesta de interés. En otras palabras, si toma un dólar, lo ahorra y crece 3 por ciento durante 30 años o 40 años, y lo compara con el mismo dólar que crece con 7 por ciento en promedio durante 30 años, hay una gran diferencia de dinero.

Por lo que es importante cuánto dinero. o qué intereses, qué tasa de rendimiento gana su dinero. Estamos usando estas palabras como si todos entendiesen la tasa compuesta de interés y la tasa de rendimiento, pero lo que la gente debe comprender es que el dinero que ahora. su dinero con el gobierno está ganando mucho menos de lo que es capaz de generar bajo condiciones seguras. Condiciones seguras. creo que eso es lo que está diciendo.

SRA. STONE: Eso es lo que estoy diciendo. Y añadiría solamente que, en mi calidad de mamá, sé lo que es desvelarse de noche y preocuparse sobre el futuro de sus hijos. Y sé algo sobre madres: saben tomar decisiones difíciles. Las tomamos todos los días, sobre todo desde la atención médica hasta la educación y qué cuenta pagar próximamente. Y creo que comprendemos que cuando quiera que una enfrente un problema difícil, mientras antes comience y mientras más sincera sea sobre el carácter del problema, mayores las probabilidades de que tenga éxito. Por lo que estoy muy optimista de que comencemos.

EL PRESIDENTE: Bueno, gracias. Bien hecho. (Aplausos.) Ahora, ¿qué hay de su.? Presente a su madre.

SRA. STONE: Me gustaría presentarles a mi mamá. Esta es mi madre, Rhoda Stone. Y es abuela de tres y originalmente de Helsinki, Finlandia, y ha estado aquí más de 40 años.

EL PRESIDENTE: Fantástico. De la misma edad de mi madre.

SRA. STONE: Acaba de cumplir 80.

EL PRESIDENTE: ¿Aún le da instrucciones?

SRA. STONE: Todos los días, y hago lo que puedo.

EL PRESIDENTE: No para nunca, ¿verdad? (Risas.) No.

SRA. STONE: No debería parar.

EL PRESIDENTE: Correcto. (Risas.) Déjenla.

* * * * *

EL PRESIDENTE: Gracias por decirlo. Bien hecho.

Sí, creo que una de las cosas interesantes que dijo Rhoda es sobre la necesidad de que las personas comprendan que el Seguro Social es parte de los ingresos en la jubilación. Por eso fue creado, y por lo tanto, la idea de crear el hábito temprano. necesario para asegurarse de tener lo que sea necesario para vivir, como ahorrar dinero, es importante. Yo creo que una vez que las cuentas personales de ahorros sean parte del sistema de Seguro Social, fomentarán también que se ahorre de otras maneras. Las personas podrán ver los beneficios del ahorro, comprender cuán importante es como padre, por ejemplo, con dos bellas hijitas, que poner dinero de lado para la educación universitaria es una manera de ahorrar, no necesariamente para la jubilación en este caso, sino para ser un buen. un buen papá y cumplir con su deber como padre.

Y, entonces, aprecio ese punto. En otras palabras, es un punto que dice que la gente debe comprender que tiene una responsabilidad de guardar dinero para que pueda vivir cómodamente. Y funcionó en su caso. Afortunadamente tuvo un esposo sensato.

SRA. STONE: Deseo que hubiese tenido una oportunidad de poner.

EL PRESIDENTE: Además de los ahorros que hizo, cuentas personales de ahorro. Estoy de acuerdo.

Y eso. por lo que es. esto es un. espero que haya. espero que hayan logrado con esto un mejor entendimiento de la importancia de este asunto. Me explico, tenemos a personas de todas las generaciones aquí, personas que dicen, mire, este es un problema. Y la cuestión fundamental que enfrentan las personas elegidas al Congreso de los Estados Unidos es, ¿tomarán medidas? Les aseguraré, les pediré que tomen medidas. Creo que una de las razones por las cuales estoy sentado aquí es porque les dije a los ciudadanos de este país, tenemos un problema con el Seguro Social, tenemos un problema, creo que es importante ser alguien que soluciona problemas; denme cuatro años más, y tengo la intención de trabajar con personas de ambos partidos y resolver problemas. Y hay un problema con el Seguro Social. (Aplausos.)

Veo un problema. También veo una solución. Y me doy cuenta de que requerirá la cooperación de ambos partidos. Y espero con interés trabajar con miembros de ambos partidos políticos en ambas cámaras, para juntarnos y cumplir con nuestro deber. (Aplausos.) Estoy consciente de que no será fácil. Esto no es fácil. Si lo fuese, ya se habría hecho. Pero de cierta manera lo hace divertido, ¿no es cierto? Emprender tareas difíciles.

Los miembros que trabajarán. trabajarán de manera constructiva con nosotros, podrán mirar atrás y decir, cumplí con mi deber. Vine a Washington para ser algo más que una figura. Vine a Washington para analizar un problema, para lidiar con un problema y para dejar un legado de solucionar el problema. Y, entonces, anhelo trabajar con los miembros del Congreso.

Quiero darles las gracias a nuestros panelistas que están presentes. Deseo agradecerle al público por asistir. Que Dios los bendiga a todos. (Aplausos.)

END 11:33 A.M. EST


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